-¿Quién más lo sabe?, pregunta Superman, ya más calmado.
-Alfred, Leslie, mi doctora de cabecera y Dan Foster, mi abogado de confianza, además de los médicos que me atendieron en el Centro Médico en Suiza, cuando viajé.
-¿Cuándo les piensas decir a Dick y Tim?
Bruce bajó la mirada. –Bruce, debes decirles…
-Aún no.
-Pero, ¿por qué?
-Debo prepararlos primero, Clark. Lo más probable es que Dick asuma el manto de Batman. Es una responsabilidad de la que no sé si está ya preparado. Sin embargo, no me preocupa tanto Dick, como Tim. Aún es muy joven, además, mi relación con él últimamente ha estado difícil. Quiero acercarme a él, necesito estar seguro que estará bien cuando yo no esté. También, está Jason.
-¿Jason? Pensé que él…
-¿Muerto? No lo sé Clark, nunca encontraron su cuerpo, si sigue por ahí, debo encontrarlo, es mi responsabilidad, a pesar de todo, sigo siendo su padre. Y por otro lado, el mundo todavía necesita a Batman…
-Un momento, le responde Clark con otro semblante, -¿No pensarás seguir siendo Batman en tu condición? No puedes ir a patrullar así…
-Puedo seguir con mi trabajo, al menos por ahora, no debes preocuparte por eso.
-¡¿No debo preocuparme?! Por Dios, Bruce, no subestimes la gravedad de tu estado.
-Y tú no lo magnifiques… estoy bien, en serio. No puedes impedirme que lo haga de todas formas.
-¿Sé te olvida que soy Superman, soberano testarudo?
-¿Y a ti que soy Batman, boy scout alienígena?
Ambos se quedan viendo por unos segundos y comienzan a reír. –Bien, Batman. Quiero proponerte esto: aceptaré que patrulles por ahora, pero primero, quiero hablar con Leslie, debo estar al tanto de tu estado, y eso no está en discusión, ¿de acuerdo?
Bruce se queda pensativo y finalmente acepta.
-En cuanto a Jason, ¿estás consciente que, si sigue vivo, tendrá que hacerse responsable por todo lo que hizo siendo Red Hood?
-Sí, lo sé.
-Bien, en eso te ayudaré a encontrarlo. Y algo más, no voy a exigirte que le digas a los muchachos, pero la Liga debe saberlo, al menos, los fundadores.
-No veo la necesidad…
-Ey, Bruce… si no la haces tú, lo haré yo, decide.
-Bien, bien… pero entonces al mal paso, darle prisa.
-*-
Dick intentaba recordar sin éxito lo sucedido las últimas 12 horas, pero era inútil. Su mente estaba casi en blanco. Sin embargo, la pesadilla que tuvo minutos antes lo tenía nervioso, esa sensación de furia y frente a él, el cuerpo de Bruce, sin vida. Volvió a ver hacia la puerta cuando la abrieron y se alegró al ver quienes lo visitaban.
-Pensé que nunca vendría, trío de ingratos, les dice.
-Ey, yo vine hace horas, pero seguías dormitando como un bebe, le responde Kara mientras se acerca y lo besa en la frente. –Es bueno verte lúcido, Dick.
-Harías lo que fuera por capearte el patrullaje, ¿no Dick?, bromea Bárbara.
Dick sonríe mientras se endereza en la camilla.
-Dick, qué cara te dejaron hermano, le dice Flash mientras le sostiene la barbilla y revisa el gran moretón en su rostro.
-Deja Wally…
-¿Te pongo nervioso Grayson?
-Cállate idiota.
-Bueno, ustedes dos dejen su romance, Dick, hay que hablar de algo serio, le dice Bárbara con un tono frío.
-¿Qué sucede?
-Barb, no es el momento…
-¿Entonces cuando Wally? Es mejor actuar ahora, porque te aseguro que en este momento ese terco está haciendo planes para levantarse de esa cama e ir otra vez por su lado.
-Oigan, ¿qué pasa?, pregunta Dick preocupado.
-¿Qué sabes de las circunstancias en que se dio tu rescate, Dick?
-Yo… en realidad no sé nada. Solo que Batman fue a rescatarme y… nos estábamos ahogando, así que Superman intervino. ¿Por?
-Pues Batman se fue solo, apagó su comunicador y ni siquiera me aviso.
-Oh, vamos Bárbara, hablas como si fuera un novato, es Batman, le dice Kara.
-Sí, pero justo minutos antes Superman había descubierto que no estaba en buenas condiciones, o ¿no, Wally?
-Yo… emmm…
-¿Qué quiere decir que no estaba en condiciones? ¿Wally?
-Viejo, yo no estaba en la Atalaya cuando todo eso pasó. Sólo sé lo que todos comentan, que Superman pidió que dejaran a Batman descansar porque no se sentía bien, y luego, pasó lo tuyo. Pero Kara tiene razón, estamos hablando del Hombre Murciélago.
-Para ti es Batman, Wally, pero es también es mi amigo, mi mentor y el padre de Dick. Nos preocupa lo que pueda pasarle. Si nos entrenó a ambos, fue para apoyarle como compañeros, pero ahora que somos adultos y podemos ser más que simples ayudantes, no nos toma en cuenta. Como te dije hace rato, no podemos contar con que Superman esté cerca para salvarlo todo el tiempo.
Dick escucha el intercambio. Él también lo había visto extraño antes de irse de la mansión. –Gracias por decirme Bárbara, hablaré con él.
-¿Te puedo acompañar?
-Es mejor que no, Barb. Si algo está pasando con él, no tendré oportunidad de saberlo a menos que hablemos como padre e hijo.
-Bien, como digas, lo dejo en tus manos.
El comunicador de Wally se activa y ella se aleja un poco de ellos. –Disculpen chicos… aquí Flash.
-Tenemos reunión Flash, ve a la Sala Mayor.
-Bien, Superman, dame un minuto y estaré ahí… Chicos, debo irme, el deber llama.
-Trata de no tropezar bro, le dice Dick divertido.
-Oh, Richard, te extrañaré como no tienes idea, le responde mientras toma su cara en intenta besarlo.
-¡Oh, demonios Wally, déjame!, le insiste mientras intenta quitárselo de encima.
Kara y Barbara ríen, -Vamos Dick, déjate querer, entre risas dice Kara.
-¿Dejarse querer por ese don Juan? Adivina, ¿quién le rompería el corazón a quién?, responde Bárbara.
-Él a mí obviamente, pero igual… soy tuya Dicky, dice Wally mientras se lanza a Nightwing y lo abraza.
-¡Wally!
-¡Señor West! ¡Joven Richard!, la voz aguda de Alfred resuena por toda la habitación. Kara y Bárbara se quedan inmóviles, aguantando la risa. Dick se queda frío como una estatua. Wally lo suelta y tose un poco. –Mmm… Alfred, sé lo que está pensando, y quiero aclararle… que tiene toda la razón, amor mío, nos vemos al rato, le dice a Dick guiñándole el ojo coquetamente y sale a toda velocidad.
-¡Wally! ¡Maldito West!, responde frustrado, -Alfred, no le hagas caso. Él… no habla en serio…
-Descuide, joven Richard, a pesar de mi posición como mayordomo y la educación que recibí, puede estar seguro que siempre he aceptado con gusto la relación entre ustedes…
-¿Relación? ¡¿Cuál relación?!
-Y también considero que el señor West es, por demás, un excelente partido.
Kara no puede aguantar más y cae sobre el hombro de su amiga, ocultando su risa.
-Ahora que comprobé que está bien, iré a la mansión. Pasen buen día, joven Richard, señoritas.
-Adiós Alfred, les dice ambas al unísono.
Al momento que Alfred sale de la habitación, Kara da rienda suelta a su risa.
-No le veo la gracia, Kara, le dice Dick mientras se deja caer y se agarra la cabeza. –Voy a matar a Wally.
Bárbara sonríe sin decir nada. Kara toma aire y trata de serenarse. –Bueno, yo también debo ir a la universidad, así que los dejo. Dick, algo bueno pasó al menos.
-Así, ¿qué cosa?
-Al menos ya tienes la bendición de Alfred.
-Kara, te juro que…
-Ok, ok, me voy, nos vemos chicos, le responde mientras corre hacia la puerta. Bárbara la observa, y cuando su amiga sale, vuelve a ver a Dick. El joven está recostado sobre la almohada, con una mirada triste. Ella lo toma de la mano y él vuelve a verla. –No vas a bromear tú también, Barb.
-Sabes que no lo haría, Dick, le dice con una sonrisa triste.
El muchacho le responde igual, sin decir nada.
-Descansa, te veré mañana, le dice mientras le besa la frente. Cuando trata de irse, Dick le habla, -¿Sabes? Una vez escuché que quien se enamora primero, es el que más sufre.
-Eso depende, si es correspondido o no.
-Lo sé.
-*-
Flash jugaba lanzando unos naipes, Diana y John conversaban amenamente, lo mismo que Shayera y Hal. -¿Qué estamos esperando?, dice Wally con frustración.
-Calma campeón, Superman ya viene, le responde Hal. En ese momento se abre la puerta y entran Superman como Batman, quien iba en una silla eléctrica. Todos toman sus lugares en la mesa, y es Superman quien empieza. –Bien amigos, gracias por dejar sus actividades para esta reunión extraordinaria, lo que vamos a tratar aquí es muy delicado, y sobra decir, que nada de lo que se hable en esta mesa puede salir de aquí.
Los cinco asienten, esperando alguna explicación. –Bien, en primer lugar, sigue Superman, pero es interrumpido por Batman. -Creo que… es mejor que sea yo quien se los diga.
Las miradas van hacia el hombre murciélago. –Como digas Batman.
Suspira y se quita la máscara. –Bien, no hay forma fácil de decirlo, así que, iré al grano. Estoy muriendo…
Un suspiro ahogado se escucha de la garganta de Shayera. Wally deja caer los naipes, que aún tenía en la mano, al suelo. El resto se queda impactado, sin saber que pensar, mientras sigue escuchando, -… Desde hace varios meses he tenido dolores de cabeza, recurrentes y cada vez más fuertes. Tuve una revisión preliminar, y descubrí una masa en mi cerebro. Durante tres semanas estuve en un Centro Médico especializado en Suiza y me confirmaron el diagnóstico. Un tumor cerebral inoperable. Los médicos consideran que me quedan al menos 6 meses de vida.
Hal se quedó frío, sin saber que decir o qué hacer. Diana intentó aplacar las lágrimas que peligrosamente amenazaban con salir. Shayera por el contrario, y sorprendiendo a todos, lloró silenciosamente, a pesar de su actitud fría y fuerte, era fácilmente conmovible. Por más que lo intentaba, John no lograba soportar la ola de emociones ajenas que sentía en esa habitación, pero las más fuertes y desgarradoras, venían del mismo Superman y de Wally, que inmediatamente se puso de pie.
-Eso es una mierda, responde el velocista. Camina hacia la ventana, casi ahogándose. –Wally, ven, toma asiento, le pide Superman.
-¡Y así va a hacer entonces!, se dirige a Batman, -Esos ineptos dicen que vas a morir y ¿tú lo aceptas sin más?
-Wally no es el momento, le interrumpe Hal, pero Flash no lo deja hablar, -¡A la mierda, Hal! ¿Realmente quieren que acepte que Bruce morirá y no vamos a hacer nada al respecto?
-Los médicos dijeron…
-Me importa tres pedazos de mierda lo que ellos puedan decir… ¡Vamos, somos la Liga de la Justicia! Estamos rodeados de tecnología alienígena, y que hay de la magia, Zatanna o el Dr Fate…
-Wally, esto no puede salir de aquí, lo dejé claro, le responde Superman.
-¿Ah no? ¿Precisamente tú vas a quedarte de brazos cruzados mientras Bruce se deja morir? Y ustedes, ¿no van a decir nada?
-¡Wally!, levanta la voz Bruce. –He aceptado mi realidad…
-Así, le dice mientras vuelve a tomar asiento y se acerca a él. –Entonces, aceptas tu realidad con toda madurez… ¿y qué hay de Dick y Tim? ¿Piensas quedarte sin hacer nada y dejarlos solos? Porque no les has dicho nada, y no hay que ser un genio para adivinar que no piensas hacerlo por ahora, ¿me equivoco?
-Eso no es tu problema…
-Es mi maldito problema, si afecta a mis amigos.
-¿Debo recordarte cuál es tu lugar West? Esto no es una fraternidad Wally, eres uno de los fundadores, no mezcles los amiguismos con tus obligaciones…
-Nunca lo he hecho y lo sabes mejor que nadie. Pero esto no tiene que ver con mi deber ante la Liga, sino con mis amigos, entre ellos tú. Todos sufrirán, Dick, Bárbara, Tim… e incluso Jason.
En ese momento todos vuelven a ver sorprendidos a Wally. Bruce abre los ojos, esperando una respuesta, -¿Jason? ¿Qué quieres decir con eso?
Wally se vuelve a poner de pie y les da la espalda. -¿¡Qué sabes tú de Jason, responde Wally?!, levanta la voz Bruce.
-No entiendo, ¿Jason? ¿El mismo Jason que intentó asesinarte hace un año, Batman?, pregunta Hal.
-Sabes dónde está, ¿no es así?, dice Bruce con ira en los ojos. Wally gira hacia él y suspira. –Sé dónde está.
Bruce se pone de pie, aún con la lesión en la pierna y se lanza sobre él, tomándolo con fuerza del cuello de su uniforme, -¿¡Dónde?! ¿Dónde está?
Wally se queda serio e impasible, sin mostrar ninguna emoción. Bruce por el contrario, sentía un gran coraje.
-Bruce, cálmate, le dice Superman que de inmediato va hacia él.
-¡Cállate, Kent! ¡Quiero respuestas Wally! ¡Dónde está Jason! ¿¡Por qué demonios no me dijiste que estaba vivo?!
-¡Porque era su condición para que se dejara ayudar!, le grita igual
-¿Condición?, responde Bruce, que ya no tenía fuerzas para estar de pie. Clark lo toma de los brazos y lo acerca a la silla. El hombre de acero vuelve a ver al más joven, -Espero que tengas una buena explicación para esto Flash, le dice molesto. -De eso depende tu pertenencia en la Liga.
El pelirrojo vuelve a ver a los demás, y percibe las diferentes emociones que podrían estar sintiendo. No había marcha atrás, tendría que hablar.