Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Deleite de un dios por Yuki fresita-chan

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Descripción de mi OC: 

Hades: Hades es un hombre muy atractivo, de rasgos perfectos pero fríos, es alto,mucho, mide 1.92, es esbelto, tiene el pelo negro y corto y los ojos de un inexpresivo azul, tiene la piel tostada y aparenta unos 26 años. 

 

Esta ya es una loca idea que se me ocurrió o sea que muchísimas gracias por darle una oportunidad espero que os guste, feliz lectura!(;

Levi

El sueño empezaba conmigo perdido en alguna clase de oscuro bosque. El frío calaba en mis huesos y la fresca brisa nocturna iba acompañada de los silbidos del viento. Cerré los ojos como una repentina ráfaga de viento me revolvió el pelo, esta fue seguida por el batir de unas alas.

— Si me necesitas solo dilo…

¿Qué…?

Esa cruda y gran voz me estremeció, casi sonaba como el rugido de un león o el de un tigre, no… no parecía humano.


Desperté sobresaltado en el interior de ese mugriento calabozo, era la primera vez que tenía esa clase de sueño. Esa masculina voz aun se zumbaba en mis oídos, mandando diversos escalofríos a lo largo de mi anatomía.

***

La noche había pasado y sentimientos como impotencia, rabia u temor… — sí, Levi Ackerman temía algo, ese algo era pederlo a él, a Eren, a la perdona que más he amado en esta vida — me abarcaban por completo de solo saber que hoy moriríamos tanto él como yo y era aun peor saber que tampoco podías hacer nada al respecto era…, era angustiante.

Los titanes no eran nada. No eran nada comparado a esto.

Todos nuestros compañeros habían caído. Resulta que los titanes solo eran algo con lo que teníamos que haber convivido en silencio, no teníamos que haber ido tras la verdad, habíamos perdido ya tantas veces la fe que nos habíamos olvidado de ellos; los dioses y, ahora, la humanidad, lo estaba lamentando como nunca…

— De rodillas humano. — gruñó el que sería mi verdugo tirando con fuerza de la cadena que estaba atada a los grilletes en mis muñecas. Y yo simplemente hice lo que me pidió, sería peor resistirme, demasiado tenia con que obligarían a Eren a ver como me degollaban.

— ¡¡¡No, por favor!!! ¡¡Soltadle!!

La voz de Eren hizo que apretara la mandíbula, mocoso estúpido. Estábamos rodeados por todos los dioses del olimpo, dos simples mortales…

Me limite a mirar hacia el inmaculado mármol a la espera de la fría hoja de la guadaña que portaba el verdugo.

Ese mocoso, al parecer, no tenia ni idea del coraje que hacia temblar mi cuerpo de pura cólera ante el echo de no poder hacer nada al respecto por protegerlo.

— N-No lo mateis, por favor… — rogó con un nudo en la garganta.

Atisbé de reojo como el verdugo levanto la guadaña dispuesto a cumplir con su labor. Dejé que mis párpados cayeran una vez más, pero sin perder la compostura y tragué con pesadez.

Ayúdale, por favor.

Escuche cómo la guadaña cortaba el aire a su paso, y cuando por fin esperaba el fugaz dolor no llegó — abrí los ojos asombrado —, escuche como todos en la sala dejaron escapar jadeos de sorpresa y temor.

Las diosas se tapaban la boca delicadamente con la mano mientras que los ojos de los dioses reflejaban desasosiego.

Gire cautelosamente la mirada hacia mi derecha y la imagen que me encontré a mí también me robo el aliento. Un hombre alto, muy alto, rondaría el metro noventa, con el pelo negro, de piel tostada, de escultural figura se hallaba a mi lado y mirada de zafiro. Al parecer había detenido la trayectoria de la guadaña tan solo con su presencia… Un momento, ¿eso era posible o si quiera coherente?

— No… — advertí como Zeus, el dios de dioses, temblaba iracundo. — ¡IMPOSIBLE! — bramó levantándose vertiginosamente y de un pestañeo a otro solo pude ver como algo tan deslumbrante que cegaba venia a mi dirección, un rayo. Yo con los ojos como platos solo me quede en la espera de que me alcanzara en ese mili segundo, mas no lo hizo, cuando quise darme cuenta el brazo de ese extraño estaba en mi campo de visión y detenía con la mano desnuda el rayo que me había enviado el mismísimo Zeus. Sangraba, las gotas carmesíes de su sangre caían hasta estrellarse contra el inmaculado suelo de mármol blanco. Cerró su mano con fuerza sobre la radiante energía destruyéndola, a la vez que le dedicaba una mordaz mirada al dueño de la ofensiva.

— ¿Acaso esa es forma de actuar ante tu hermano mayor, Zeus?

¿Hermano mayor? Observe como el susodicho ante las palabras de peli negro rechinó los dientes.

— Hades… ¡no deberías estar aquí!

La sonrisa que se dibujo en el rostro del moreno nos heló la sangre a todos los presentes.

— Tienes razón, ¿quizás debería de estar sellado hasta dentro de otros mil años? — se burló. — No. Todavía no se ha creado sello o prisión que pueda retenerme, después de todo soy el primogénito, ¿no?

Sea quien fuere ese hombre no me gustaba nada, empezando por la malicia que parecía enmascarar y terminando por su determinación nata.

—…

Zeus no supo que contestarle.

— Lo suponía. — dijo. Se volvió para encarar a los guardias —: Soltad a los humanos, se vienen conmigo.

No terminaban de desatarme cuando Eren se tiró encima, abrazándome con tanta necesidad que me resulto imposible hacerme el duro. Acaricié delicadamente su espalda sintiendo como mojaba mi camisa con sus lágrimas, terminando estrujándolo entre mis brazos.

Amaba a ese mocoso.

 

Una vez fuera del templo de Zeus estuve tranquilizando a Eren, no soportaba verlo llorar, a lo que el no dejó de repetirme << Lo siento, capitán >> entre sollozos. Suspiré. Al fin y al cabo era un crío…

Una vez que conseguí que se calmara me encargué de enfrentar a nuestro supuesto << héroe >>.

— Oi — Lo detuve agarrándolo del antebrazo. Olvidemos el hecho de que el tío era jodidamente alto —, te agradecemos que nos ayudaras pero no pienso en volver a poner en peligro a Eren por más como tú.

Lo dicho, no pude evitar el tono seco y receloso, ese dios tenia algo que, a pesar de que no lo mostrara, no era para nada bueno.

— Por supuesto, descuida. Lo último que querría es causaros problemas.

No…¿en serio? — bufe — Increíble, ni él se creía sus palabras.

— No, por favor, acompáñenos, de verdad que no nos importa. — infirió Eren a lo que “Hades” le dedico una arrebatadora sonrisa, provocando que MI mocoso se sonrojara hasta la orejas debido a esa perfecta y brillante sonrisa.

— Eren. — advertí.

El moreno — pasando olímpicamente de mí — fue hasta Eren.

— Muchas gracias, pequeño. Pero no me gustaría incomodar a tu pareja. — se excusó inocentemente haciendo sonrojar aun más a Eren.

Un tic se hizo presente en mi labio superior al escucharlo. ¿Iba de inocente?, ¿de buen samaritano?

— E-El capitán y yo…n-no somos pareja. — murmuró trabándose con nerviosismo.

— No te preocupes chico, tengo asuntos que resolver así que me temo que, aunque me gustaría, no puedo acompañarles. — indico revolviendo el pelo a mi castaño a la vez que le dedicaba una afable sonrisa.

De verdad que me estaba hirviendo la sangre.

— Al menos por esta noche. — insistió, ese mocoso era idiota o es que no le estaba viendo las orejas al lobo.

— Eren, Hades es un dios muy ocupado. — sostuve acercándome hasta ellos para pegar a Eren contra mi para que no lo volviera a tocar.

Miré en esa mirada zafiro captando en seguida una chispa de algo que me puso en alerta.

— Tranquilo, capitán. — esa pizca de sorna en su voz no me ayudo mucho a tranquilizarme que digamos. — Por una noche no creo que pase nada — ¿me estaba retando? — ¿no Eren? — finalizo mirando al nombrado.

— Claro. — concedió este con una sonrisa.

— Genial… — murmuré apartando con cierta molestia a Eren disponiéndome a ir a por un poco de leña para prender algo de fuego, a ver si así conseguía calmarme…aunque fuera un poco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Y bien os gustó? ^.^ 

 

Si quereis que la continúe REVIEWS PLEASE!!! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).