El monstruo duerme en la cueva.
Si llega el invierno el frío intenso lo desvelará y saldrá a ejecutar monstruosidades por el mundo y los hombres lo odiarán.
Si llega el verano, el calor devastador lo obligará a bajar al río y destruirá las mieses y los campos, asesinará a los cultivadores y se comerá a sus mujeres y a sus hijos.
Si llega la primavera, el olor de las flores lo hará levantarse y deseará devorar hasta los huesos a las pequeñas crías de todo lo viviente.
Pero en el Otoño, el sonido crepitante de las hojas secas le mantiene confinado entre las paredes de roca. Mientras dure el Otoño, el monstruo no querrá salir.
Por eso los niños y las niñas rezan: "querido Dios, haz que sea Otoño por siempre"
El Otoño se ha alargado demasiado. El monstruo sigue aletargado. Las personas suspiran tranquilas ya que nada importante ocurre en sus vidas. Los niños de ayer crecieron y se convirtieron en los hombres y mujeres de hoy. Dejaron de leer cuentos y ahora desempeñan papeles que ellos consideran "importantes".
Mi anhelo es crear un invierno intenso, un verano abrasador o una primavera floreciente y sentarme a ver el fin del mundo.
¿Es que estoy pidiendo demasiado?
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No lo sabía.
Nací. Crecí. Estudié medicina. Aprendí a manejar el bisturí con habilidad. Fui felicitado. Un descendiente de alemanes nacido en República Checa con un ilustre apellido. Lo mejor de dos culturas. Lejos quedaban ya los años de la Segunda Guerra...
Me sentía vacío ciertamente, ¿vacío de qué? ¿No tenía la vida perfecta que todo profesional amado y exitoso querría tener?
Un día se presentó en la facultad un joven muy hermoso. Era terriblemente bello, de cabellos rubios y rostro angelical. Su voz y sus maneras reflejaban definitivamente las de un ser superior. Apenas le vi aproximarse a mí supe quién era y qué quería.
Era Johann.
Dieciocho años atrás ya lo había conocido. Simplemente lo olvidé. Mi hermoso monstruo ¿algún día perdonarás que te hubiese abandonado durante tanto tiempo? ¿Cómo pude siquiera echar un velo negro sobre nuestro pasado y continuar sin girar ni una sola vez? ¿Es que tampoco soy humano? ¿Es que fui forjado por las mismas manos de acero que te hicieron a ti?
... ¿yo también soy un monstruo?...
Todo era una fachada. Adoptado por una pareja de buenos y cálidos lugareños sin hijos propios. Integrante del kindergarten 511 en tiempos de la guerra con Alemania. Milagroso sobreviviente de la masacre cometida en ese centro de reclutamiento de niños huérfanos: en una sola noche se eliminaron los unos a los otros. Los soldados al superior, los niños a los guardias y cuidadores, los celadores a los doctores, todos presa de la histeria.
Los pocos que sobrevivimos olvidamos todo y fuimos entregados por el gobierno para reconstruir lo que quedaba de nosotros, al lado nuevas familias. Lo dejamos atrás. Bloqueamos de inmediato con un seguro en la psique lo que nos tocó experimentar en el Centro de Adiestramiento. Sé que hay algunos como nosotros sueltos por el mundo. Tienen habilidades extraordinarias. Cada quien ha evolucionado en un sentido o en otro. Digan lo que digan, para bien o para mal somos especiales. Quisieron crear armas psicológicas de nosotros, enseñándonos a destruir a las personas con palabras. Nos dieron las herramientas precisas para aniquilar el ego y convertir a los enemigos en cascarones vacíos.
Aprendimos demasiado.
Pronto destruimos a los adultos que nos cuidaban y precipitamos el horror.
No lo hubiéramos logrado sin Él.
Johann nos comandó entonces y nos guió hacia la libertad. Él era distinto. Nadie podía lavarle el cerebro ni imponerle nuevas ideas que no fueran suyas. Él tenía el control. Él ERA el control. Siempre tan calmado, su voz suave inspiraba confianza. Siempre tan tranquilo y sonriente. Talentoso. Nos llevaba una inmensa ventaja.
Recuerdo que cuando llegué tenía mucho miedo. Mi hermano gemelo - quien había entrado conmigo - no logró superar las pruebas de intensos debates verbales. Al perder lo derivaron a otro kindergarten donde se degradó y murió. No quiso comer ni beber. No volvió a hablar ni a razonar. Lo rompieron y entregaron sus pedazos a la directora de otro lugar. Ella no pudo mantenerlo con vida. Le dieron un cadáver sin alma que se apagó a pesar de sus esfuerzos por recuperarlo.
Pensé que mi suerte estaba echada hasta que Johann se fijó en mí.
Dijo que tenía habilidades con las manos y que podría ser de gran utilidad en el futuro. Confió en mí y me aconsejó cuando empezaron las pruebas de selección. Superé a mis rivales y logré sobrevivir. Cuando le pregunté por qué hacía lo que hacía me dijo que tenía una hermana gemela llamada Anna y que no soportaría que alguien le hiciese lo que a mi hermano Anton le habían hecho.
Fue entonces cuando comencé a admirarlo.
El genio de Johann se había fijado en mí. ¡En mí! Había tenido piedad de mi larga miseria y me ofrecía de sus manos una nueva vida.
Ese día juré que lo seguiría hasta el final.
Luego sucedió la masacre. Nadie sabe cómo empezó. Sólo que fue un caldo efervescente de pequeñas rencillas. Odios acumulados y envidias de los mandos que administraban el kindergarten explotaron sorpresivamente. Esa era la mano de Johann. Nunca aparecía por ningún lado pero tenía su sello personal. Yo había aprendido a identificarlo. Permanecí dentro del tanque de los retretes durante el tiroteo con la pistola que había robado del síndico. Disparé las tres veces que otros niños se acercaron a mi refugio para no ser descubierto. Después de eso escuché la voz de Johann que me llamaba. Salí sin pensarlo y me lo reprochó.
-- ¿No tienes miedo de que te asesine? - recuerdo que me dijo.
-- No me importaría que lo hicieras -- fue todo lo que respondí sentado en la pila de escombros.
-- Este es el mundo - prosiguió señalando el lugar destartalado y mustio -... así será algún día mi Paisaje Final.
-- ¿Podré verlo? - le pregunté moviendo las piernas, chocando los talones con el concreto desarmado.
-- Quizás... en el futuro...
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Lo he debido amar muchos años sin saberlo y sin tenerlo presente de manera consciente.
Es por eso que no me ha importado relacionarme ni liarme con nadie.
Esperaba que algo extraordinario pasase hasta la tarde que volvió a aparecer con mis memorias en su maletín de cuero.
-- Johann... ¿qué vas a hacer ahora? - pregunté.
Él - más bello y amable que nunca - respondió: voy a asesinar al hombre que me ha creado. Sabes, todos nosotros tenemos un autor que no necesariamente es nuestro padre. En mi caso este hombre me ha construido como soy. Él me ha hecho. Me ha cosido a voluntad desde antes de que naciera. No tenía derecho a hacerlo. Pero se atrevió. Ahora debe pagar. No puedo dejar que viva tranquilo y feliz disfrutando de su ancianidad como si no le hubiera hecho daño a nadie. Tengo que enseñarle cuáles son los resultados de su obra. Por eso estoy viajando. Ya lo he encontrado.
-- Y para qué me necesitas... -- dije totalmente a su disposición.
-- Voy a hacer que todo un pueblo se destruya como en los viejos días del kindergarten. Sin embargo después de eso no he calculado la dirección que tomarán las cosas. Anna. He encontrado a mi hermana. Pero ella no está de acuerdo conmigo. Ella no puede verlo. No quiere darse cuenta. Deseo que te hagas cargo de mí cuando yo no pueda hacerlo. ¿Lo harás por el viejo amigo que te salvó la vida en el pasado?
-- Lo haré - le dije haciendo una leve inclinación con la cabeza.
-- No permitas que mi otoño dure por siempre - susurró de despedida.
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Johann fue a Rurenheim a encontrar al responsable de su nacimiento: Alexander Pope. Dicen que hubo una masacre y muchos tranquilos provincianos enloquecieron esa noche y empezaron a matarse sin orden, ni lógica, ni concierto alguno. En medio de la confusión, alguien no identificado disparó contra Johann dejándolo en coma.
Yo hice lo que prometí.
Postulé para el servicio secreto alemán.
Fui admitido misteriosamente.
Ascendí a cirujano en jefe en tiempo récord.
Y hace dos días he recibido uno de los secretos mejor guardados del gobierno. Tengo a mi cargo al monstruo que hizo temblar la mitad de Europa.
Dormido.
Con el poder de despertarlo tal como me lo pidió.
Espera un poco, magnífico especímen y te haré sentir el verano abrasador, el frío intenso y el profundo aroma de las flores.
Y así entre verano, invierno y primavera, abrirás los ojos a un nuevo mundo.