Soy Takahashi Misaki tengo veintidós años, tengo una hija de tres años que amo como a mi vida y vivo con el dueño de mi ser aunque solo es mi amigo, hace ya tres años que su esposa murió, y ha sido difícil el estudiar y criar a una niña sobre todo porque usagi-san tiene que hacer giras constantemente de sus libros y desde que comencé a estudiar el criar una niña entre dos hombres y estudiar al mismo tiempo fue un gran reto, pero hasta el día de hoy ha valido la pena cada noche de cansancio y días de frustración desaparecen al ver la sonrisa de esa pequeña niña que me ha mantenido junto al hombre que amo y se ha ganado mi amor desde la primera vez que la tuve en mis brazos.
Pero justamente esta mañana las cosas cambiaron repentinamente, agregando además del hecho que mis clases se han hecho más extensas es difícil llegar a casa con una sonrisa para Mei mientras muero de cansancio y salir a mitad de la noche al restaurante de la escuela para mantener mi beca, aun cuando usagi-san se ofreció a pagar la carrera y Kyoko-san me nombro albacea de su herencia todo eso le pertenece a Mei y lo cuidare hasta que ella pueda hacerse cargo de ello.
-Misaki, despierta ya manecio levántate – me jalaba las mejillas Mei mientras intentaba despertarme “cinco minutos más apenas hace dos horas que llegue a casa” pensaba para intentar que se cansara y me dejara dormir– misaki, levántate ya manecio – por más que quisiera dormir esa niña tiene el don de no poder negarle nada –quiero hacer de comer, mi papá ya se levantó dice, que ,que, que vamos a ir a a a a salir pero no te levantas - “usagi-san está despierto tan temprano”, pensé mientras me destapaba la cara de entre las cobijas para darle un beso en la mejilla a Mei -¿Qué hora es Mei? – le pregunte mientras me sentaba en la cama y me talaba los ojos para intentar despejar mi cansancio. -las seis – me respondió con total seguridad. -¿las seis? – le pregunte mientras veía la hora en mi despertador siendo las ocho menos cuarto . -si, son las seis – me respondió mientras me ofrecía su mano para bajar a la cocina para desayunar juntos. - bueno entonces debemos apresurarnos hay que prepara el desayuno para papá, ¿Qué deberíamos prepararle? – le preguntaba mientras bajábamos la escalera tomados de la mano. - crepas!!!, mi papá quiere crepas? – me dijo con su sonrisa “mentirosa” es una niña demasiado lista si ella quiere desayunar algo siempre culpa a su padre de sus antojos. - bien entonces desayunaremos crepas de café – le dije mientras la tomaba en mis brazos y la llevaba hasta la cocina para ponerle el mandil que con tanto afán le pidió a su padre que le comprara. - buenos días Misaki – dijo mi adoración desde la sala mientras le ataba el cabello a Mei para que me ayudara a cocinar. - buenos días usagi-san, ¿Mei como se dice?- le cuestione a mi pequeña mientras ella me ayudaba a sacar los ingredientes que necesitaríamos. - guenos días papá – dijo cual fuera un discurso monótono que siempre repiten, no sé por qué, pero parece que ellos están en conflicto desde hace algún tiempo.
- Mei dale un beso a tu papá – le indique a la pequeña que con andar de obligación llego hasta su padre y le dio un beso en la mejilla cuando se dio la vuelta para volver junto a mi pude ver como limpiaba su boca justo como si no le gustara besarlo cuando apenas hace algunos meses adoraba estar con su padre. Ignorando la reacción de usagi al limpiar el beso de Mei me dirigí a la alacena para preparar los ingredientes, aunque a Mei no le pareció, a rastras llevaba el pequeño banco que le permitía alcanzar las cosas altas y como toda una experta me desplazo de mi tarea.
-tu agaer las cosas yo te las paso – me dijo mientras comenzaba a hablar como una profesional – guebo, harina, leche, vainilla – todo me lo pasaba con sus cortas manos mientras toda su concentración estaba en desplazar su pequeño apoyo hasta el refrigerador para tomar la mantequilla – y la mantequilla, tenla porque, a ti se te olvida sacarla y yo si la saco – fue su reclamo al recordar una sola ocasión en que olvide la mantequilla. - bien ahora vamos a preparar el desayuno ¿de acuerdo Mei? – le dije mientras colocaba todo cerca de la batidora. - si pelo yo lo hago tu solo me ayudas – me dijo empujándome hacia atrás y tomando la taza para medir las cantidades.
Y así entre risas y peleas harina en el suelo y más de un huevo roto en la mesa logramos ponernos de acuerdo para que yo midiera las cantidades y ella las mesclara.
-¿Mei, que estudiaras cuando seas grande, ya casi cumples cuatro años debes decidir que estudiar? – le dije mientras ella vertía la mescla que acababa de hacer en un recipiente al lado de la estufa. -sere cheg – respondió sin dudar – como mi papá – tanto a usagi como a mí nos causó un poco de incomodidad su respuesta en el pasado ya habíamos tenido problemas con que me llamara “papá” sin embargo logramos que me llamara por mi nombre, aunque en ocasiones me sigue llamando papá, esta insistencia se mantenía por las miradas que queríamos alejar de Mei. -Mei pero tu papá es un escritor – le dije mientras ella bajaba de su banco para alejarse de la estufa sabiendo que no puede acercarse a ella. -gueno entonces sere cheg como Misaki – dijo molesta ante mi reproche mientras se colocaba del otro lado de la estufa lejos del fuego para ver cómo se cocinaba uno a uno los pequeños círculos que ponía en el sartén, siempre observando cada movimiento para aprenderlo. -MEi puedes…- no pude terminar la frase ya que ella estaba ya en la puerta del refrigerador para tomar el relleno de lo que sería nuestro desayuno. Después de que juntos termináramos el platillo ella le puso su toque personal, una excesiva cantidad chocolate su mayor adicción.
-llama a tu padre para que venga a desayunar – le indique mientras ella asintió y subió las escaleras para segundos después venir detrás de su padre “¿qué les pasa?” dije para mi mientras ellos se sentaban en la mesa para desayunar. -usagi-san –dije para llamar su atención ya que no suele hablar mucho - Mei menciono que saldríamos, ¿puedo saber adónde? – pregunte mientras Mei seguía comiendo, junto a mí. -iremos al restaurante Hattori para comer Mei quiere probar la comida que hacen tus profesores.
Rayos usagi-san sabe que estoy trabajando en un restaurant pero no sabe en cual, si se entera no dudaría que estaría hay cada noche es demasiado posesivo como para no sentir nada por mi “a veces solo me hago demasiadas ilusiones” pensé mientras engullía otro bocado de nuestro desayuno familiar, además de que preguntara el por qué trabajo hay no puedo decirle que es por una beca sino preguntara donde está el dinero que él me da, entiendo que quiera pagarme de alguna manera el estar aquí durante tanto tiempo pero, si lo dedo tomar por más egoísta que sea no voy a renunciar a lo que más quiero.
-mi parece bien, pero ¿necesitan una reservación para poder entrar? Y no creo que haya alguna disponible para hoy – argumente para escapar de la situación – -hice la reservación hace una semana –que mala suerte. - está bien – dije levantándome para recoger mi plato y el de Mei – limpiare la cocina y daré un baño a Mei estaremos listos para el almuerzo ¿verdad Mei? – dije mientras ella me ayudaba a llevar los platos al fregadero. -Misaki ¿verdad que me quieres más que a mi papá? –esa pregunta está completamente fuera de lugar ¿pero que problema tienen eso dos? - si Mei te quiero mucho más que a tu papá, pero ahora necesito que me ayudes ¿de acuerdo? – le dije para no comenzar una pelea.
Recuerdo que cuando Mei era apenas una bebe usagi-san se ponía demasiado nervioso al cargarla decía que era demasiado frágil, por alguna razón no le gustaba mencionar el nombre de Kyoko-san, nunca le guarde rencor por haberse casado con él y el más grande regalo que me pudo dar fue permitirme criar a Mei, verla crecer y formar parte de su vida, ella sabía que yo era gay y que por ello no tendría hijos cuando me entere que en su testamento estipulo que yo sería el albacea de toda su herencia todos estábamos sorprendidos pero la mayor sorpresa fue que pidiera que la custodia de Mei fuera compartida entre usagi y yo.
-ya termine ¿nos vamos a bañar? – me saco de mis pensamientos mi pequeña con su pregunta. - sí, vamos – dijo mientras se dirigía a su cuarto para tomar sus sandalias y un pequeño dinosaurio que ama. - te espero en el baño Mei – le grite mientras preparaba la tina para darle un baño, “¿cuándo fue que usagi-san se volvió distante conmigo?” pensé intentando recordar, hasta que a mi mente llego aquella ocasión en la que fue a buscarme a la escuela debido a que Mei tenía fiebre y al entrar al aula observo que uno de mis compañeros me estaba besando, después de esa ocasión fue como si él se alejara de mi por completo, aunque aun no entiendo su problema de posesión o celos después de todo según el solo somos amigos, además eso fue hace mucho tiempo y solo fue una aventura pasajera, si no mal recuerdo fue por despecho de su última novia de ese entonces.
A las 12:30 salimos de casa en dirección al restaurante, al llegar como de costumbre estaba lleno pero apenas entramos a la recepción una joven que e visto en ocasiones en las reuniones de personal nos llevó hasta nuestra mesa y antes de retirarse toco mi hombro y con una sonrisa dijo – que disfruten su comida – pude sentir un aura de molestia a mi alrededor y no era difícil adivinar quienes la emanaban, tanto Mei como su padre fulminaban con la mirada a esa pobre chica que solo trataba de ser amable.
-buenas tardes seré su mesero, estas son las cartas, en cuanto estén listos para ordenar no duden en llamarme, compermiso –dijo un chico que solo he visto en el cambio de turno y al igual que la chica él me sonrió antes de irse provocando la ira de los Usami, de Mei lo comprendo, pero de usagi-san no se supone que solo soy el niñero de Mei como me llamo en esa ocasión no sé por qué se altera tanto.
Después de un par de minutos llamamos al mesero nuevamente para ordenar.
-¿Cuál será su orden?- pregunto amablemente dirigiéndose a usagi-san quien aún estaba denotaba molestia en su mirada. -sí, una orden se sushi de salmón – típico usagi-san no come nada que no sea comida japonesa a excepción de los postres. -¿para la señorita? – dijo el mesero refiriéndose a Mei quien se acercó a mí y me mostro que era lo que quería, a ella no suele gustarle hablar con las personas a excepción de Aiwaka, Isaka-san, mi hermano su esposa y Mariho no habla con nadie más. - Risotto con Agoniun para ella por favor después un poco de tiramisú – respondí por ella - ¿y para usted? – dijo con una sonrisa. -el especial de la casa por favor. – el joven se retiró después de tomar la orden.
Fue una comida amena como solían ser nuestras salidas, Mei se negaba a asistir al jardín de niños, usagi-san evadía las llamadas de Aikawa y yo disfrutaba de la presencia de las dos personas más importantes para mí, todo era perfecto hasta que…
-Misaki, que gusto verte ¿no deberías estar practicando para la próxima competencia? – me pregunto Ijuuo-sempai frente a usagi-san. -¿competencia? – pregunto usagi-san, en ese momento no tenía ninguna excusa para cambiar la conversación. -sí, toda la brigada del restaurante en equipos de dos entra a una competencia anual donde el ganador además de su beca extendida se lleva un año de practica junto a uno de los mejores chefs de Paris en un restaurante hermano. - respondió con gran sinceridad el sempai provocando una evidente ira en usagi-san y una confusión en Mei. -no me diga, que interesante y ¿Por qué Misaki debería de participar? – dijo usagi cohibiendo su ira y una sonrisa que ofrece a todos aquellos que le son indiferentes. -bueno eso es obvio Misaki es Demi chef aquí un gran logro para su edad, tal vez en un par de años llegue a ser chef del restaurant – rayos esa declaración molesto a usagi por demás ya que solo sonrió ante sempai. -¿y dinos Misaki con quien harás equipo? – pregunto usagi con una sonrisa - conmigo, después de todo se lo pedí desde hace seis meses, ¿verdad Misaki?, tu y yo un año juntos en París suena fantástico – respondió sempai sin malicia pero solo empeorando las cosas, sempai por favor ya no diga más.
-bueno me retiro solo vine a saludar a Misaki mi turno está por comenzar – dijo sempai despidiéndose y dejándome con el problema de explicar toda la situación. -usagi-san yo… - no me permitió continuar interrumpiéndome. -¿Qué te pareció la comida Mei? – pregunto él mientras pedía la cuenta para regresar a casa después de enterarse así de la competencia. -la de misaki es mejor – respondió Mei, mientras salíamos del restaurante hasta el estacionamiento, fue total silencio, Mei se negó a ir en la parte trasera del auto y regreso sentada en mis piernas tomándome de las manos como si fuera su cinturón de seguridad.
-Misaki, ¿te quieres ir? – me pregunto Mei apenas llegamos a casa, usagi-san no dijo nada solo se limitó a escuchar. -yo no me quiero ir preciosa – le respondí bajando hasta su altura. -¿entonces porque ese señor dijo que, que tú te querías ir con él? – como se supone que le explique las cosas a una niña de tres años yo solo quiero el premio para que la beca sea completa sin necesidad de ir al restaurante y poder parar más tiempo con mi familia, ir Francia sería estupendo pero no podría dejarlas aquí solos.- Mei veras… - no, una vez más usagi especulaba sobre lo que realmente estaba pasando.
-Mei, si él quiere irse no podemos hacer nada, después de todo nada lo une a nosotros solo ha sido tu niñero durante este tiempo – sus palabras eran crueles, muy crueles, puede que las dijera por la situación o porque estaba molesto pero eso no impidió que un calor abrazador me recorrerá el pecho, que hay de esas noches en las que compartíamos cama los tres, o las películas que veíamos mientras comíamos palomitas, cuando intentamos enseñarle a cocinar o las salidas al parque ¿ese es el trabajo de un niñero? Me parece injusto que usagi-san lo diga de esa manera tan fría a pesar de haber pasado tantos años juntos. -Akihiko-san tiene razón Mei yo solo soy un amigo de la familia y te prometo que si llego a ganar y me tengo que ir te traeré muchos regalos y te llamare cada noche – no pensé lo que dije en ese momento, al igual que usagi que víctima de la situación, pero debía resarcirme de lo que usagi dijo yo no soy un niñero yo los amo a los dos, aunque él no quiera “tres años son suficientes para rendirme” pensé al ver a usagi irse sin decir nada. -Mei no te preocupes por nada, ¿ok? – le dije mientras acariciaba sus mejillas y escuchaba a usagi alejarse de nosotros -está bien – respondió ella.
-Misaki quiere abandonarnos Kyoko, parece que no eras tan astuta como creías dijiste que él correspondería mis sentimientos, pero te equivocaste, tres años han pasado desde que te fuiste y Misaki nunca a aparentado estar enamorado de mí, creo que ahora si lo perderé, fui demasiado duro con lo que le dije. – hablaba un peliplata en su habitación a la fotografía que conservaba de su esposa yel castaño.