El chico se contoneaba con gracia frente a sus ojos, cantando y seduciendo a cada uno de los miembros del grupo con sus encantos, con sus irresistibles caricias y su mirada.
Heechul recorría el escenario que llenaba con su presencia, se paseaba frente a cada uno de los integrantes, envolviéndolos con un simple gesto, una simple mirada, una ligera pero íntima caricia.
Siwon podía notarlo, era parte del encanto de ese hombre, era un demonio encarnado en esa hermosa figura, esas facciones descaradas en belleza, y el sabiéndose hermoso no dudaba en usar sus atributos para cautivar no solo a las chicas, si no también a los hombres. Y no podía negarlo, lo tenía grabado en toda la cara…estaba molesto, ardiendo en rabia por verlo juguetear el resto del grupo.
Heechul paso a su lado, le envió esa insinuante mirada y paso uno de sus dedos por la extensión de su brazo, entrelazando sus manos al final por un par de segundos, dejando a Siwon anhelando mas de ese contacto, de ese contacto que le gustaba y por eso mismo le preocupaba anhelar mas de esa clase de contacto con el contrario.
Pero ahí estaba ese chico de nuevo, ese encantador demonio dedicándole Esa mirada retadora a Sugmin, esa caricia incitante a Kangin, ese roce de labios que compartió con Henry. Especialmente ese último, como osaba alguien más disfrutar de esos labios, en verdad quería ponerle una correa y traerlo cortito.
Pero Heechul era salvaje, una criatura tan libre que se daba el lujo de ir y venir con el viento. Era endemoniadamente encantador, los hombres del medio le temían. Heechul podía lograr que el mas hetero de los hombres dudara de su sexualidad con tan solo verle pasar la lengua por sus labios en un movimiento provocador, incitándote, seduciéndote como solo Kim Heechul podía hacerlo.
Termino el espectáculo y cada uno de los miembros de Suju se despedían, y no podía evitar sentir celos de cada uno de sus amigos que abrazaban a Heechul, brazos pasando por su cintura, manos acariciando su cabello…Estaba realmente molesto.
Llegaron al dormitorio que compartían y Heechul rápidamente se hecho en la cama.
-Fue un buen concierto…el lugar estaba a reventar…-
Siwon no contesto, se dedico a quitarse la ropa y ponerse solo la parte inferior de la pijama…hacía calor.
-Estas bien?- Pregunto ingenuo el rubio
-MMH…- Como iba a estarlo?, seduciendo a otros hombres frente a mis ojos, se repetía Siwon mentalmente.
-Estas molesto?...pasó algo?-
-Nada nada!- Siwon termino de lavarse los dientes y se recostó en su cama buscando apaciguar esa molesta sensación de su cuerpo.
Heechul no le dio importancia a la actitud de Siwon, y decidió que tal vez mañana seria un mejor momento para tocar el tema.
Así que comenzó a deshacerse de su ropa, una a una dejando al descubierto su cuerpo mientras buscaba su pijama rosada, su favorita. Mientras tanto Siwon no pudo evitar clavar sus ojos en el cuerpo de Heechul, esa piel blanquecina y de porcelana le atraía como el magneto al metal.
Recorrió todo su cuerpo, desde el cuello, la espalda y la estrecha cintura del blondo, hasta que la prenda rosada fue colocada en su lugar.
-Siwon, una ultima selfie antes de dormir…- Y sin siquiera pedir permiso, se recostó a un lado del pelinegro, invadiendo su espacio personal y luego…un repentino beso en su mejilla para ahora si ser capturada la fotografía…-
-Perfecto!- Sonrío el rubio con total satisfacción por la foto insinuante que acababa de tomar – las Fans se volverán locas-
Heechul no hizo señas de que fuera a regresar a su cama, sino más bien se puso más cómodo recargándose en el pecho del contrario. Entretenido con su celular subiendo su fotografía a instagram, preguntándole a Siwon que filtro se veía mejor en la foto? Y removiendo sus cabellos tan cerca de la cara del pelinegro, quien solo asentía a las preguntas de Heechul, ya que su concentración estaba perdida ahora en la sensación de los sedosos cabellos rubios en su mejilla, y en el exquisito aroma a fresa que desprendía el mismo.
Heechul había llegado a poner patas arriba su vida, jamás había sentido atracción alguna por los hombres, pero justo tenía que conocerle.
Kim Heechul no solo era atractivo, hermoso, realmente una belleza a los ojos del mundo, era capaz de seducir a cualquiera con tan solo una mirada, podía lograr que todos hicieran lo que él quisiera, que le adoraran como la criatura más exquisita que era. Era un poco aterrador desde cierto punto de vista, y aun mas sabiendo que el muchacho le sacaba provecho a sus encantos, sabía muy bien como, cuando y con quien usarlos.
Y gracias al buen uso que les daba era que Siwon había caído en su juego, con ese mismo truco con el que había enredado a muchos otros, esa mirada, ese jugueteo con sus labios y lengua que siempre utilizaba, una leve caricia con la yema de los dedos y ya estaba en la palma de su mano. Había caído en la red de esa peligrosa araña, calculadora y mortal.
Siwon emitió un suspiro cansado, apretando inconscientemente el cuerpo de Heechul en un abrazo que denotaba molestia, pero más que nada resignación.
-Ya me vas a decir que te pasa?- Pregunto el rubio al percatarse de ese suspiro melancólico.
-No pasa nada…- Siwon no podía admitirlo, no le iba a decir a Heechul que estaba celoso, que dejara de tocar a otros, que solo le mirara a él?. Como podría si parte del encanto del rubio era precisamente eso, el poder verlo en acción, seduciendo, atrapando, apoderándose de las fantasías de las mentes débiles a las tentaciones como la suya.
Como podía siquiera admitir todos aquellos pensamientos que acababa de aclarar en su mente. No podía aceptarlo, no en voz alta.
-Estas triste?...quieres que duerma contigo esta noche?- Pregunto Heechul acariciando los brazos que lo rodeaban, pero ahora en una caricia mucho más tierna, amable y llena de confort.
Esa clase de acciones eran por las que el pelinegro no podía apartar esos sentimientos de su cabeza, su corazón palpitaba con desenfreno al sentirle cerca, cuando se escabullía entre sus sabanas porque no quería dormir solo, cuando le daba de comer en la boca para que probara algún platillo de su gusto, cuando en las presentaciones le susurraba cosas al oído, le daba un ligero beso en la mejilla o en los labios para encender al público.
-Apaga la luz…vamos a dormir- Ordeno Heechul sin esperar la respuesta de Siwon. El rubio se levanto de su lugar y Siwon le siguió para poder apagar las luces mientras el otro preparaba la cama para dormir.
Heechul se metió entre las sabanas y se acomodo de lado. Siwon se acomodo también dejando un considerable espacio entre ambos, quedando espalda con espalda. Pero no paso mucho, cuando Heechul acorto esa distancia.
-Oooiii por que estas tan lejos?-
-Hace frio ven…-
-Heechul se giro y vio la espalda desnuda del azabache y se enderezo solo un poco para jalar el brazo pegado a la cama hacia él, enredándolo en su cintura, quedando ambos cara a cara.
-Por que estas tan raro hoy?, me estas evitando? Eh?...- No espero respuesta y le dio la espalda al peli negro y el solo se abrazo con el brazo de Siwon, dejándolo justo en su vientre y sin soltar su mano, siguió acariciándola.
La piel desnuda y caliente de Siwon no paso desapercibida para el contrario, y el latido acelerado del corazón del otro hacía eco en su nuca. Podía sentirle completamente y ya no podía fingir ser indiferente.
Quiso decir algo, pero su garganta estaba seca y aun así trago la poca saliva que le quedaba para aliviar la resequedad de esta.
Siwon volvió a suspirar, y apretó nuevamente a Heechul a su cuerpo, pegando su nariz a los cabellos rubios, aspirando el usual aroma a fresa, mezclándose un poco con el aroma viril del sudor contrario.
Se sintió de pronto tímido, un escalofrió le recorrió el cuerpo y los latidos de su corazón latían en su cabeza. Trato de girarse, de voltear un poco hacia tras para ver esos hermosos ojos negros del azabache. Pero los brazos del contrario le sostuvieron con fuerza, impidiéndole el avance a sus acciones.
-No estoy listo…- Susurro cerca del oído de Heechul –Durmamos ahora-
Heechul no dijo nada más. Estaba No sabía exactamente a qué se refería Siwon con no estar listo?, pero su instinto le decía que no debía presionar con el tema, es mas le dictaba quedarse quieto y no tentar a su suerte haciendo uno de sus clásicos movimientos.
Así que sin mas, se dejo arrullar con el sonido de la respiración contraria, con el ritmo cardiaco y el calor corporal de su compañero de cama y se entrego a los brazos de Morfeo, durmiendo cálidamente y mucho mas cómodo que en su propia cama.
TO BE CONTINUE