POV Tao:
Recién habíamos llegado de China, estar aquí es bastante extraño y a decir verdad no quería mudarme, estaba muy a gusto con mi país natal pero por asuntos de trabajo mi padre tenía que venir a Corea y eso hizo que mi madre se ilusione o algo así y sin darme cuenta, ni tenerme en cuenta claro está, llegamos aquí para quedarnos y no volver… una pena, de verdad me gustaba mi otra casa, el vuelo fue más corto de lo que creí y aunque me lo pase durmiendo aún tengo sueño, en cuanto llegamos al aeropuerto un taxi nos condujo hasta el sitio en el que se encontraba lo que sería nuestro nuevo hogar, el lugar es simplemente enorme y todas las casas contiguas eran incluso más grandes y lujosas, al parecer mi nuevo barrio está repleto de gente muy adinerada, es muy lindo por cierto. Todo hubiese sido mejor si no tuviésemos que trasladar todas nuestras cosas dentro de la casa, jamás pensé que odiaría mudarme pero de verdad no me hace gracia ni me divierte en lo más mínimo tener que descargar todas las cosas que hemos traído, lo peor de todo es que esto es solo el principio, en los próximos días un camión de mudanza traerá los demás muebles y eso, claro como yo no estaba de acuerdo con todo esto preferí ignorar lo que debo hacer y planeaba explorar un poco el lugar en el que ahora tengo que vivir.
-Hijo, cariño… dudo mucho que quieras ayudar en algo
-Oh, qué bien me conoces mamá-. Sonreí, de verdad mi adorable mami es un ángel.
-Mira, allí hay un muchacho supongo que será nuestro nuevo vecino, parece de tu edad ¿Por qué no vas y lo saludas?-. Dijo mientras tomaba una caja de la baulera del taxi y señalaba con su cabeza mirando al frente.
-Sí, bueno… tenia pensado hacer algo por el estilo-. Mi madre entro a la casa dejándome parado en la vereda, levante la cabeza y pronto cubrí con mi brazo mis ojos, el sol era tan intenso que cegaba y hacía un calor insoportable, si no fuera porque después me carcomería la conciencia por no hacer absolutamente nada esperaría a que entrasen el sillón y me tumbaría hasta el fin de los días, busque con la mirada a mi supuesto nuevo vecino y me quede completamente helado, no podría decir con exactitud si el calor aumento por el clima o simplemente por lo que mis ojos apreciaban, el joven que estaba en la casa de enfrente se encontraba regando unas plantas que había en la entrada, sin camisa, mojado, usando solo un short de baño que estaba demasiado bajo y dejaba a la vista un bóxer negro, que resaltaba demasiado en su extremadamente blanca piel, tenía abdominales levemente marcados, se podían ver los huesos de sus caderas y sus nalgas eran bien abultadas y muy redondas, se veían preciosas, daban ganas de morderlas… Me siento terrible por pensar esto pero ese muchacho es demasiado hermoso, no quiero ser tan pervertido pero con alguien así exponiendo tanta carne… es simplemente imposible, revolví mi cabello en gesto nervioso mejor ayudo a mi madre, no pienso saludarlo. Justo cuando planeaba dejar de verlo levanto la mirada y me pillo observándolo como un idiota, hasta podía decir que colgaba un hilillo de saliva del borde de mi boca ante la imagen que tenía frente a mis ojos, se veía tan jodidamente bien, el joven de cabellera platinada no tuvo mejor idea que sonreír y saludarme con la mano, parecía mucho más lindo cuando sonreía, solo baje la mirada algo aterrado de mis pensamientos e hice caso omiso a su gesto, lo ignore limpiamente no puedo relacionarme con él me hace sentir extraño de solo observarlo y no quiero ni imaginar lo que pasaría por mi cabeza si entablamos alguna conversación, tal vez no puedo controlar mis instintos y lo… bueno mejor ni pensarlo, ¿Qué tal si no le gustan los hombres y me denuncia? No, no, no… es algo a lo que no me puedo arriesgar, solo en caso de que las cosas vayan por mal camino me alejo de ese vecino y ya.
-Oye mamá, prefiero ayudarlos no estoy con ganas de hablar con gente nueva
-Perfecto hijo, haz lo que quieras.
Todo el día me lo pase entrando muebles, acomodando cosas y ayudando a mis padres a poner en orden la casa que compraron, me pregunto porque demonios tiene que ser tan grande, solo somos tres y no son necesarias tantas habitaciones. Me duché y me tumbe en la enorme cama de mi inmensa habitación a decir verdad podría acostumbrarme a esto, es súper cómodo, con lo único que no me siento cómodo es con mis pensamientos, no puedo sacar de mi mente a ese condenado carita de ángel, me da escalofríos recordar su rostro, esto me deja claro que necesito urgentemente encontrar nueva gente y relacionarme, de otro modo será imposible no pensar en ese chico, ¡Demonios! podría jurar que antes de llegar a Corea no me gustaban los hombres… ahora ya no estoy tan seguro de todos modos no es como si me molestara, bueno no tanto aun así debo olvidarme de todas esas cosas homosexuales que se me pasan por la cabeza. Inmerso en aquellas reflexiones o lo que sea me quedé totalmente dormido.
La mañana siguiente llego más rápido de lo que pensé, me desperté obligadamente porque mi madre abrió la ventana dejando entrar de lleno el sol dándome con sus condenados rayos en toda la cara, algo se sentía molesto como si mis pantalones... a…pretaran ¿qué carajos?, miré hacia las sabanas en dirección a mi ingle y me encontré con una terrible erección, eso no es lo que me molesta, no. Lo que de verdad molesta es que había tenido un sueño de lo más húmedo con aquél jodido niñito que hacía dudar de mi existencia, lo peor de todo es que se sintió genial… sus expresiones eran de lo más sensuales, incluso mejor que cualquier actriz porno que haya visto alguna vez, ¿qué demonios me pasa? Ese día solo me levante, me ocupé de aquel "problema" que había amanecido conmigo, desayune y me eché como una marsopa a mirar la televisión en el sillón, no quería hacer nada pero debía encontrar cualquier cosa que me distraiga para evitar pensar en él… Y ¿qué mejor que mirar televisión y jugar videojuegos?, mi madre había salido a hacer las compras y mi padre... bueno jamás sé que es lo que está haciendo y la verdad es que tampoco me interesa saberlo, yo lo quiero mucho pero su trabajo no se ve que sea emm... de mí interés, por lo tanto no pregunto sobre ello. Antes de mudarnos aquí a causa de aquello que poco interés me da (el empleo de mi padre) se plantearon varias cosas, como donde estudiaría por ejemplo, sé que queda poco tiempo de vacaciones de verano así que me tengo que anotar en algún instituto, no sé qué es lo que tienen planeado mis padres pero cualquier lugar por mi está bien, de todos modos es mi último año así que da igual donde lo haga, se perfectamente que va a ser un colegio prestigioso o algo por el estilo conozco a mis padres y sé que van a querer lo mejor para mí, por esa razón en China era un alumno ejemplar, este lugar no va a ser la excepción solo espero que haya jóvenes divertidos y que no me cueste demasiado por el idioma, no es que no lo sepa hablar pero no se me da demasiado bien aún me cuesta comunicarme, agradezco que mis padres siempre se hallan empeñado en que aprenda algunos idiomas a parte del natal, supongo que sabían que algún día los tendría que usar, mientras pensaba como sería mi vida de ahora en adelante comencé a bostezar y apague la televisión dispuesto a volver a dormir, estaba a punto, cuando el maldito timbre hizo que abriera los ojos de par en par ¿A quién demonios se le ocurre salir a la calle con este calor a molestar a la gente? mi madre se llevó su llave de casa así que dudo mucho que sea ella quién este llamando a la puerta, de mala gana me levanté y me encaminé hacia la entrada, gire el pomo y al abrir la puerta ¿con quién me vengo a encontrar? ahhh... maldición, definitivamente hoy no es mi día. Mierda, todo mi esfuerzo por olvidar a aquel muchachito se fue al traste cuando me encontré de lleno con su reluciente carita detrás de la puerta.
-Hola, soy tu nuevo vecino, me llamo Oh SeHun-. Me saludo de una forma bastante educada, tenía un lindo ceceo al pronunciar algunas palabras, maldición cada vez me gusta más.
-Ah….emh….hola… vecino, soy Huang Zi Tao-. Le respondí fingiendo desinterés, a decir verdad me moría de ganas por hacerlo entrar y partirle la boca de un beso… pero no, no iba a hacer algo como eso, no. -Oye, mira…. ¿necesitas algo? La verdad es que hace calor y no tengo la casa en condiciones de hacerte entrar, lo siento
-Aah, bueno… yo… como te mudaste frente a mi casa hace unos días quería darte la bienvenida y esas cosas… pero no hay problema, de todos modos no era mi intención pasar-. Era gracioso lo poco que movía su boca al hablar, no parecía tener demasiadas expresiones faciales.
-Bien, si quieres puedes volver más tarde cuando este mi madre, seguro ella te atenderá mejor, lo siento-. Hice una pequeña reverencia esperando que comprenda mis intenciones de que SE VAYA.
-Está bien, no te preocupes, tal vez pueda volver más tarde. Adiós.
-Adiós-. Sonreí algo tenso y espere a que se de la media vuelta para cerrar la puerta, este joven definitivamente me hace sentir muy extraño, por un momento tuve la leve esperanza de que fuera el jardinero y no el dueño de casa para no verlo todos los días, pero no fue así y realmente no quiero hacer ninguna idiotez, creo que de verdad me voy a arrepentir si alguna vez llega a suceder una cuestión indeseada con él, así que mejor evito todo tipo de contacto.
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Cada día que transcurría en ese nuevo vecindario la cosa se ponía peor, sé que había dicho que lo evitaría pero aunque quisiera borrar de mi memoria aquella figura me resultaba imposible, por cualquier cosa que hiciera, incluso ver las flores del jardín, volvía a mi mente ese blanquecino y hermoso cuerpo completamente mojado, dejando a la vista una de las imágenes más eróticas que había contemplado en mi vida sin ser realmente erótica, a decir verdad es un simple muchacho que se encontraba regando plantas pero ese “simple muchacho” provoca algo en mí que nadie antes había hecho, siquiera las hermosas jovencitas con las que estuve cuando vivía en China, ¿es que acaso mi destino era llegar a Corea para convertirme en un homosexual con actitudes de niña enamorada que además observa como una vieja chusma a su vecino? Eso no debería haberlo dicho… es demasiado, lo sé pero suelo pegar una ojeada a la ventana para ver si se encuentra fuera de su casa, y si es así simplemente admiro su belleza a lo lejos, aunque sienta una insoportable atracción hacia el chico ese, que si mal no recuerdo se apellidaba Oh (Claro que lo recuerdo) no pienso retirar lo que tenía planeado de ignorarlo, realmente me pone nervioso pensar que este cerca de mí.
De esa manera las semanas fueron transcurriendo y no mucho cambiaba, excepto un pequeñísimo detalle que arruinaba mi vida, resulta que ahora no tengo a SeHun solo como vecino sino que también está en el mismo instituto que yo, las cosas no podrían irme peor… por suerte es un año menor y no tengo que tolerar compartir las clases con él. Cada instante en este instituto me asegura que llegue al país para tirar mi hermosa heterosexualidad a la mierda, es de no creer la cantidad de belleza que desborda este lugar, es decir todos aquí son demasiado atrayentes, dos de mis compañeros son chinos igual que yo aun no los considero amigos pero me llevo muy bien con ellos al parecer son una pareja o eso aparentan pero aun no tengo la suficiente confianza para preguntarles… luego están los amigos de SeHun, estoy algo celoso de uno de ellos, parece un maldito parásito estando siempre detrás suyo aunque hay momentos en los que se va con un chico que parece un niño y tiene cara de asesino, aun así parece tierno. Algunas veces SeHun y yo nos cruzamos en el enorme patio del instituto y suele acercarse para saludarme, aunque no tuvimos ningún momento en el que entabláramos alguna conversación, siempre es un simple “hola” y “nos vemos más tarde” nada especial, pero por alguna razón esas simples palabras me ponen feliz y hacen que mi corazón se acelere, es bastante molesto sentirme de este modo por una estupidez como esa, pero desde que conocí a Oh SeHun todo lo referido a él ha sido de esta manera. En un principio creí que era solo atracción sexual y que debería alejarme pero en este momento estoy deseando poder conocerlo mejor, saber más sobre él… como si ya no quisiera simplemente tenerlo en mi cama, sino que me gustaría que este más cerca mío día a día. Si, definitivamente creo que soy gay.