¿Recuerdas cuando nos conocimos?
Una alta e imponente figura corre impaciente por los pasillos de un centro comercial. Lleva grandes audífonos blancos enrollados en su cuello, estos amenazan con salirse de todos los brincos que da el pelinegro. Cuanto desearía quitarse el jersey rojo que lleva, está sudando asquerosamente por esa carrera que lleva. Él va a explotar si no entra a un baño ahora mismo.
Esquiva a una persona, luego a otra y… ¡Eureka! Un letrero que indica el baño.
Empuja la puerta con la mano en el cinturón de su pantalón. Prácticamente canta a la gloria cuando lograr posar su trasero en el trono.
Después no hay mucho más que pensar mientras realiza lo que le corresponde. Hasta que un pequeño pensamiento cargado de vergüenza recorre su mente… acaba de abandonar a su cita por un llamado de la naturaleza, vaya mierda.
Y es que de hecho la naturaleza estaba tomando venganza por esas miles de veces que ChanYeol ha pisado el césped a pesar del letrerito a un lado con el mensaje “No pisar”.
Probablemente lo más malvado que ha hecho en su niñez.
Oh no, hay más. ChanYeol recuerda haber perdido a su hurón. Estuvo de luto durante toda una semana. Las lágrimas sólo empeoraban cada vez que su hermana bromeaba sobre como quizá su pobre mascota terminó siendo comida en algún restaurante. (Claro que en ese momento no se preguntó si de verdad era posible comer hurón y hasta ahora no lo sabe).
¿Por qué ChanYeol se toma las molestias de recordar todo estos eventos?
Porque está seguro que el karma está haciendo efecto ahora.
Desde la mañana, en el que su celular es casi es asesinado por su conejillo de indias, porque su cuarto era un desastre y el animal aprovecho para convertirlo en su espacio. También tuvo un mal momento cuando al asomarse a la cocina no ubica a sus padres ni a su hermana. Lo único que hay es una nota pegada en el refrigerador con la noticia de que su familia decidió hacer un viaje a la playa sin él. Para entonces nada sonaba tan pero tan mal, ni siquiera salir con una linda chica por la tarde, de hecho parecía que todo mejoraría hasta que un niño fastidioso decido unirse a ellos. Se puede decir que su tortura se acerca al fin cuando recibe la malteado del pequeño, a pesar de que un mal augurio se apoderó de su ser. Hasta ahora, que estira su mano en busca de su perdida chaqueta, segundos más tarde entra en pánico al comprobar que… no tiene papel higiénico.
Mierda, Mierda, Mierda, Mierda.
No, por supuesto que no, en mil vidas se atrevería a salir sin limpiarse primero. Ew, no.
—Ehm… ¿hay alguien ahí? —Pregunta al darse cuenta que es su último recurso. No importa si debe humillarse, él necesita su trasero limpio.
—¿Eh?
—¡Hola! —Jadea feliz al escuchar a alguien afuera, su salvación.
—¿Ehm… ho-hola?
—Yo sé que esto es raro pero… ¿Tienes un poco de papel higiénico? —Usa el tono más amable, no quiere espantarlo porque entonces estaría jodido y sucio— Tal vez mucho papel higiénico…
—Ehm… no
—¿Uh? ¿Crees que puedes comprarme un rollo de papel?
—Por supuesto.
ChanYeol entusiasmado saca de su pantalón unas cuantas monedas.— Un rollo de papel higiénico, urgente, por favor. —Pasa el dinero por debajo del cubículo en el que está encerrado.
—¡Gracias! —La persona ajena pía feliz— ¡Idiota! —Escucha antes del azote de la puerta del baño.
Entonces es cuando ChanYeol repara en que ha sido engañado, y no tiene el dinero suficiente para otro rollo de papel ni escucha a alguien más dentro de ese espacio.
Mierda.
ChanYeol inhala fuertemente controlándose, exhala y espera que todas las malas vibras se vayan, que todo los malos deseos por el tipo que lo engañó se larguen. Él no necesita está mierda de estar enojado ahora; no, enserio que no. Porque cuando se está en modo molesto y muéranse todo mundo, la situación empeora.
—¿AAAAAALGUIEEEEEEN AQUIII? —Último recurso: gritar como psicópata.
Escucha la puerta ser azotada; okay… al parecer acaba de espantar a la única persona en esa habitación.
—¿Por qué…? —ChanYeol es un fracasado suspiro. No hay día más jodidamente malo, él ni siquiera tiene un teléfono para llamar a alguien, nada.— ¡Urgh! ¡¿Por qué justo a mí?! ¿Eh?
Piensa en muchas cosas por las que lamentarse pero sinceramente no quiere atormentarse con nada más. A pesar de que sólo ha estado ahí durante un poco más de cinco minutos, lo siente como una eternidad y quiere llorar.
Y es hasta lamentable porque él odia llorar, enserio. Emociones tristes están demasiado escondidas en su plan de vida; él simplemente odia sufrir.
Sacude su cabeza lentamente bajándola para ver a sus cabellos moverse en un divertido vaivén, entonces es cuando divisa un rollo de papel higiénico. Abre los ojos de la impresión ¿Cuándo ha llegado eso ahí?
Rápidamente se levanta y se limpia, jala la cadena después de haber acomodado sus pantalones y todo con una gran sonrisa extendida por su rostro, de haber sido esto un dibujo animado, la sonrisa sería de oreja a oreja.
Sin embargo cuando sale, y se dispone a lavarse las manos, no puede evitar fruncir el ceño al no encontrar a alguien esperando las gracias. ChanYeol se imaginaba una escena de telenovela donde hay un chico apoyado en la pared con las manos en los bolsillos y actuando burlesco.
Sale con una expresión confundida del baño. Está perdido nuevamente en sus pensamientos, porque demonios realmente le encantaría agradecer al tipo que lo ayudó, así que no se da cuenta cuando una a mano se posa en la cima de su cabeza.
Da un brinco asustado— ¡Ah! ¿Qué? —Se encoge ligeramente al ver alguien incluso más alto que él burlarse por su reacción.
—Siento asustarte —El pelinegro inclina un poco la cabeza sin desaparecer su sonrisa— Pero no tenía idea de cómo presentarme. —Rasca detrás de su nuca— Me llamo Kris. Y yo, uh… te pase el papel higiénico… —Dice un tanto cohibido.
ChanYeol enrojece a esas palabras, la sola idea de que está conociendo a alguien quien lo ha escuchado humillarse allá adentro es suficiente motivo por el cual hasta sus orejas atentan con estar rojas.
—Gracias —No tartamudea porque está empezando a carcajearse, es una reacción que ha adaptado a cambio de tartamudear cada vez que está nervioso o avergonzado, sin embargo ambos lo dejan como idiota— Soy ChanYeol
Kris lo observa confundido antes de también reír— De nada ChanYeol —Hace el ademan de alejarse después de palmear amigablemente el hombro del más bajo por unos centímetros.
ChanYeol está confundido, ¿Debe correr detrás de aquel muchacho alto y darle algo a cambio como agradecimiento?
ChanYeol se regaña mentalmente por pensarlo tanto ¡Así no es él!
—¡Hey! ¡Kris! —Corre detrás de su salvador— ¿Te molestaría si te invito algo como agradecimiento?
Kris se voltea negando—No me molestaría.
—¡Bien! ¡Vamos! —Pía feliz pero su estado de ánimo dura un segundo, porque al siguiente recae en que… no tiene dinero— Uh… Kris —El alto suelto un “¿uhm?” — ¿Te parece si es otro día? —Ríe nerviosamente.
—No me molesta —Kris es educado, demasiado para el gusto de ChanYeol.
—¿No eres de Corea, verdad?
Kris ríe—No, soy chino.
—¡Oh! —Los ojos de ChanYeol se iluminan ante la idea de una amigo extranjero— ¡Cuéntame sobre China!
—Seguro, pero trata de no gritar tanto —Dice en tono de broma.
—Lo que diga el señor chino —ChanYeol empieza a caminar sin tener un rumbo en realidad— ¿Cuántos años tienes?
—Veinticuatro.
—Ow —ChanYeol hace una mueca— Supongo que eres mi hyung, no podré torturarte
Kris ríe metiendo las manos en su bolsillo— Estoy feliz de no ser torturado por un elfo.
—¡Hey! —ChanYeol lo señala— ¿Cómo puedes ser tan bueno en coreano? —Se siente miserable por no tener nada con que burlarse de su nuevo amigo— Ni siquiera tienes nombre chino, tú me estás mintiendo.
—Tengo nombre chino —Kris asiente a sus palabras— Pero no te lo diré hasta el momento indicado.
—¿Entonces ‘Kris’ es un falso nombre?
—Nope. Así me llamaban cuando vivía en Canadá,
—¡¿Has vivido en Canadá?! —ChanYeol no deja de llevarse sorpresas y siente que ya quiere mucho a ese tipo, no solamente porque lo ayudó.
Kris vuelve a reír cuando ChanYeol ha propuesto jugar un infantil juego para sacar más información del mayor. Kris quiere decirle que no necesita juegos, sólo debe preguntar pero ChanYeol se excusa con que eso es aburrido. Porque ChanYeol ama lo divertido.
Es a partir de ese momento que las cosas comenzaron a mejorar. Dicen que después de la tormenta sale el arcoíris.
Los meteorólogos dirán que se da porque las pequeñas partículas de humedad en la atmósfera y los rayos solares, se cruzan.
Los filósofos lo tomarán como metáfora para decirnos que siempre después de una mala situación encontraremos la felicidad.
Los amigos de ChanYeol discutirán al no saber si es “Después de la tempestad viene la calma o Después de la lluvia sale el sol”.
Sin embargo ChanYeol sabe que es lo mismo recitado de diferente manera. Es por eso que para él la frase fue modificada ligeramente a partir de ese día.
“Después de un día de mierda, aparece Kris”
ChanYeol incluso podría habérselo tatuado.
¿Recuerdas cuando nos conocimos?
Tú siempre asegurabas que la primera vez fue cuando salí de los servicios higiénicos y te presentastes. Déjame decirte que fue la primera vez que hablamos, porque en realidad fue otro día el día en el que nos conocimos…