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No eres lo que esperaba... por Coshito

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Notas del capitulo:

He aqui el segundo y una disculpa por no subir uno la semana pasada, con el trabajo me es algo complicado hallar tiempo para escribir unas lineas pero tratare de tenerlo listo para subirlo los domingos. Un saludo. 

Las prácticas de Karasuno fueron más duras que nunca ya que se acercaba el ansiado partido contra el equipo de Nekoma, todos estaban más que emocionados con la idea de enfrentarse una vez más con sus rivales oficiales.

Hinata y Kageyama no eran la excepción, ambos se llevaron al límite en cada entrenamiento mejorando poco a poco, a veces Kageyama dirigía una sutil mirada a Hinata sin que este se diera cuenta, ultimadamente le había intrigado la forma de ser de Hinata, el chico tenía talento y podía llegar a ser un gran jugador en al algún momento sin embargo esa no era la razón completa por la cual le había llamado la atención. Seguía sin poder entender que le intrigaba de ese muchacho pero desde ese día Kageyama empezaba a sentirse extraño cuando estaba junto a él.

Faltaba un solo día para el partido contra Nekoma, Hinata emocionado conversaba con sus compañeros para saber qué tan bueno era el equipo al que se enfrentarían, a lo lejos Kageyama lo miraba con regocijo, tuvo mucho cuidado de que nadie detectará que lo observaba mientras le seguía con la mirada a lo lejos. Cuando terminaron de charlar el equipo se tomó el resto del día libre para poder estar al cien en su próximo partido, mientras la mayoría se retiraba poco a poco Kageyama guardaba sus pertenencias con sumo cuidado de no olvidar nada hasta que Hinata lo interrumpió.

-Kageyama, ¿estas libre hoy?- preguntó Hinata rascándose la cabeza.

-¿Por qué lo preguntas?-

-Quisiera saber si te gustaría ir a dar una vuelta conmigo por ahí, ¡dicen que hay una buena película recientemente!-

-conque salir… ¿hablas de una cita?- la palabra cita ruborizó a Hinata quien se cohibió tímidamente al escuchar  a Kageyama, el por otro lado apenas analizaba su comentario en su cabeza, le resultaba vergonzosa la idea de salir en una cita con Hinata quien ahora le parecía la persona más linda que había conocido.

<< ¿Qué pasa conmigo?>> pensó mientras trataba de calmar los latidos de su corazón que lo dejaban sin aliento cada vez que posaba su mirada en su compañero, lo inundó un extraño deseo de abrazarlo con todas sus fuerzas y no soltarlo pero la verdad era que no tenía el coraje de hacerlo en ese momento, Hinata lo miraba esperando un comentario de su parte con la cara tan roja como un tomate, en sus ojos se reflejaba una timidez e inocencia digna de una doncella, Kageyama pensó dos veces antes de emitir un comentario hasta que finalmente se decidió a contestar.

-E-esta…bien- comentó con un tono de voz lleno de vergüenza.

-¿hablas en serio?- los ojos de Hinata mostraban la misma emoción que cuando jugaba en la cancha, Kageyama se dio cuenta de esto y pensó que qué tenía de especial salir con él.

-No me hagas repetirlo- comento girando su rostro hacia la ventana- pero te advierto que no tengo di…-

-¡no hay problema, yo pagó, vámonos!- comentó Hinata con entusiasmo sin dejar Kageyama terminar de hablar.

Kageyama se sorprendió al oír su comentario y rápidamente giró su cabeza para encontrarse con el rostro de Hinata el cual esbozaba una bella sonrisa de satisfacción total. Kageyama dejó que se adelantará mientras el guardaba lo último en su mochila y mientras lo hacía sin antes vigilar que nadie lo observaba esbozo una cálida sonrisa en su rostro que llevaba aguantando desde hace tiempo. Aunque a sus ojos era una persona bastante simplona y molesta la verdad era que  estaba ligeramente interesado en él, nunca lo diría ni pensaría en hacerlo sin embargo ese sentimiento seguiría escondido hasta que decidiera sacarlo por voluntad propia.

Cuando al fin terminó alcanzó a Hinata quien se hallaba afuera del Gimnasio y decidieron partir hacia el centro de la ciudad, como era bastante lejos caminaron primero a la estación de autobuses, mientras esperaban el autobús Kageyama notó que Hinata se hallaba un poco incomodó al estar con él y que de vez en cuando le miraba tímidamente por unos segundos.

Para cuando el autobús llegó para recogerlos el ambiente se había puesto un poco tenso entre ellos dos, por un lado Hinata seguía algo incómodo al estar junto a Kageyama con algo de rubor en sus mejillas mientras Kageyama pensaba que hacer para que Hinata se sintiera mejor y al mismo tiempo él comenzaba a sentirse nervioso por dentro, el pequeño pagó al chófer por dos personas y se sentó al lado de Kageyama sin emitir ni una sola palabra.

Hinata miraba por la ventana ocultando su rostro de Kageyama quien aún le daba vueltas a su cabeza tratando de decidir qué hacer para traer a Hinata de las nubes, la angustia empezaba a sentarle mal a Kageyama y en un intento desesperado por sentirse más tranquilo le tomó la mano inesperadamente, Hinata al sentir los dedos de Kageyama sobre los suyos  se sobresaltó y velozmente giró su rostro hacia sus manos encontradas e inmediatamente después dirigió una mirada de sorpresa y timidez a Kageyama quien tenía un poco de rubor en sus mejillas, la vergüenza de su acto era tan grande que sintió que poco se hacía pequeño, su corazón latía tan rápido que le era difícil tranquilizarse en un momento así, pensó en soltar la mano de Hinata sin embargo no estaba del todo arrepentido de lo que había hecho por lo que se armó de valor para dirigirle una sonrisa a Hinata pero lo que esbozo fue la sonrisa más falsa y divertida que Hinata rió a todo pulmón sin contenerse, Kageyama se enfadó después de todo pero no se soltaron la mano hasta bajar del autobús.

Kageyama notó que la suya tenía algo de sudor así que se la limpió rápidamente en su pantalón antes de seguir a Hinata en su camino hacia el cine. Una vez en el cine Hinata entusiasmado le mostró a Kageyama la película que tanto deseaba ver la cual era una de terror, al verla Kageyama miró a Hinata con escepticismo quien trató de evitar su mirada lo mejor que pudo hasta que finalmente le comento algo molestó.

-¡¿Qué?!-

-¿Estás seguro que quieres ver esto?-

-¡Claro que sí!, ¿Por qué lo preguntas?-

-tengo el presentimiento de que no vas a aguantarla-

-¡soy perfectamente capaz de ver una película como esta!-

-¡Mentiroso!- Kageyama miró a Hinata quien le dirigía una mirada caprichosa, en sus ojos pudo ver que claramente no iba a poder aguantar ese tipo de película pero por alguna razón pensó que cederle era lo mejor para ambos –está bien, vamos adentro-

Hinata se extrañó al ver que Kageyama cediera ante el pero debido a que la función estaba por comenzar dejo eso de lado y compró entusiasmado los boletos de la película, Kageyama por otro lado le espero cerca de la entrada para recibir los boletos y en sus manos llevaba una bandeja con palomitas, refrescos y algunas golosinas. Hinata una vez más se sorprendió al ver que Kageyama tenía todo listo para ver la película quien sé avergonzó que Hinata le mirará de esa manera haciéndolo sonrojarse.

-¿Qué tanto me miras idiota?-

-e-es que dijiste que no traías dinero- comentó Hinata jugando con los boletos.

-¿Quieres ver la película  o no?- respondió el pelinegro desviando la mirada.

-s-si claro-

Los chicos entregaron los boletos al encargado y entraron a la sala de cine uno al lado del otro, ninguno de los dos se miró hasta llegar a la sala en la cual aún las luces seguían encendidas. No estaba ni llena ni vacía así que lograron conseguir unos buenos asientos, Kageyama le dio a Hinata un refresco con algo de vergüenza reflejada en su rostro, Hinata lo tomó con algo de escepticismo pero sonriéndole al chico quien se sonrojo un poco y aparto la vista de él.

Ambos esperaron a que comenzará la película, empezaron a sentir que el silencio no los ayudaba para nada así que Kageyama pensó si sería buena idea preguntarle algo a su compañero para entrar en mejor ambiente. Miró a Hinata quien bebía de su vaso con gusto hasta que le dirigió la palabra.

-Oye bobo- fue lo primero que salió de su boca, como respuesta Hinata ofendido se defendió al instante.

-¡¿a quién le dices bobo?!-

-¡A ti así que cállate, intento decir algo!- la gente en la sala los miró por unos momentos antes de hablar de ellos a sus espaldas, Kageyama espero a que Hinata se callará para poder comenzar la conversación pero cada cosa que se le ocurría era simplemente ridícula y estúpida.

-…- Hinata calló de muy mala gana para escuchar a Kageyama quien estaba rojo como tomate, sentía que la vergüenza lo carcomía así que habló de lo primero que s ele ocurrió.

-¿t-te gusto… el refresco?- <<eres un idiota>> pensó mientras esperaba que Hinata le respondiera.

-¿qué?...ah…s-sí supongo-

El silencio entre ambos volvió por unos instantes, Kageyama quería que la película comenzará para ya no sentir ese incomodo sentimiento que estaba pasando junto a Hinata sin embargo el mismo le comentó algo en seguida con timidez.

-sí…jeje…oye, gracias por venir conmigo- Kageyama sintió un sentimiento cálido en su pecho y unas ganas de sonreír que no reprimir dejándole ver a Hinata por primera vez su sonrisa quien la notó muy brevemente ya que las luces se estaban apagando y la película comenzaba quitándole la oportunidad de presenciarla más y de poder regresarle la sonrisa.

La película comenzó en un abrir y cerrar de ojos, Hinata le prestó su total atención a cada momento asustándose tremendamente en algunas ocasiones pegando grititos, en muchas ocasiones Kageyama también se asustaba pero el trataba de ahogar el grito en su interior las veces que podía, ambos aunque asustados se estaban divirtiendo mucho y se notaba en las risas que pegaban después de ser asustados. Mientras comían palomitas sus manos se encontraron en la oscuridad otra vez, sin poder entenderlo Kageyama se la tomó con delicadeza, Hinata al sentir la mano del pelinegro sonrió levemente para sí mismo y la apretó levemente para seguir mirando la película.

Después de treinta minutos de película finalmente aparecieron los créditos de la misma, cuando las luces se encendieron ambos se miraron para después levantarse de sus asientos y caminar hacia la salida del cine, notaron que aún no se soltaban las manos pero nadie dijo nada y simplemente disfrutaron del momento.

Hinata le pidió a Kageyama que lo acompañará a dar una vuelta por las tiendas del lugar, Kageyama aceptó con un poco de mala gana, visitaron una tienda tras otra y Hinata se probaba, miraba y tocaba todo lo que veía a pesar de que los dependientes de estas le prohibían, mientras lo seguía Kageyama lo miraba sin perderse ningún detalle de su ahora persona favorita, cada vez que pensaba en él su corazón se aceleraba de forma misteriosa y le daban unas terribles ganas de sonreír y besarle pero no estaba listo aún para eso ya que incluso tomarse de las manos se le hacía muy vergonzoso frente a tantas personas.

Hinata estaba muy feliz de haber salido con Kageyama ese día lamentablemente el día estaba por acabarse y ambos debían volver a casa ya que al día siguiente jugarían contra Nekoma, Hinata tenía unas increíbles ansias por jugar con tal equipo y Kageyama no se quedaba atrás en sus deseos de enfrentarlos, antes de regresar pasaron a una tienda deportiva para mirar el calzado y las prendas deportivas, Kageyama fijo su vista en un anunció sobre un talentoso armador Aoba Josai e inmediatamente lo puso en su blanco a vencer en un futuro cercano.

Hinata fue arrastrado afuera por Kageyama ya que este no se quería ir de ese lugar tan “increíble” para él, caminaron a paso lento hacia el autobús hablando sobre la película que habían visto.

-jaja, nunca pensé que tú te asustarías con esa película Kageyama-

-Cállate enano-

-¡a quien le dices enano!-

-¡a ti, enano!-

-¡repítelo bastardo, repítelo!-

El autobús arribó antes de que alguno de los dos dijera algo que lamentará, ambos subieron algo molestos con el otro al autobús al grado de soltarse la mano y evitarse todo el camino, ambos aunque molestos estaban felices y satisfechos de su día pero ninguno se lo dijo al otro en ningún momento. Kageyama miraba como los árboles se acercaban y se alejaban de su vista al igual que los edificios mientras pensaba alguna manera para mejorar sus pases dentro de la cancha a lapso que pensaba en el armador de Aoba Josai. Por esos momentos se olvidó por completo de Hinata quien se había quedado dormido en el asiento, sus ojos le recorrieron el cuerpo lentamente hasta quedarse en las comisuras de los labios de Hinata, miraba esos pequeños labios con dulzura mientras su corazón le dificultaba la respiración, pensaba si era buena idea darle un beso ahora que estaba descuidado y nadie miraba para poder acusarlo sobre lo que iba a hacer.

Una mezcla de miedo y emoción lo invadió mientras se decidía a besarlo, realmente era correcto realizar tal acto tan egoísta, probablemente solo era un capricho para él sin embargo al hacerlo se acercaría más a Hinata lo cual no era algo viable para una persona como él, decidió que no era el momento de hacerlo y se lamentó de haber tenido el coraje o más bien el egoísmo de hacerlo.

Cuando faltaba poco para llevar Kageyama despertó a Hinata con un zape en el cuello, el pequeño se levantó de golpe molestó y le exigió al pelinegro que volviera a hacer lo mismo porque si lo hacía se las iba a pagar, Kageyama se burló mientras se levantaba de su asiento para bajarse del autobús. 

Ya en las calles nocturnas, Kageyama acompaño a Hinata hasta el lugar de siempre, el viento nocturno era lo único que se escuchaba además de los breves ladridos de algunos perros junto a los pasos de los chicos.

-¿Crees que Nekoma sea fuerte?- le preguntó Hinata emocionado a Kageyama quien le respondió en seguida.

-Eso espero, habrá que averiguarlo mañana-

-Si ganamos contra Nekoma- Hizo una pausa -sal conmigo otra vez-

Kageyama miró a Hinata seriamente y Hinata le devolvió la mirada con el mismo sentimiento y ambos sintieron una llama de competitividad en sus corazones.

-De acuerdo pero si haces el ridículo mañana olvídalo- al terminar Kageyama le dio la espalda para retirarse a paso lento.

-¡Te voy a demostrar de lo que soy capaz cuando lo decido!-

-más te vale idiota- comentó ya a unos metros de Hinata.

-Nos vemos Kageyama y gracias por lo de hoy…te- Hinata tomó unos segundos para pensar mejor lo que iba  a decir, Kageyama se detuvo preguntándose qué le iba a decir antes sin embargo el pequeño simplemente dijo -adiós-

El pelinegro giró su rostro pero ya no encontró  Hinata por ningún lado.

-¿Me iba a decir te quiero?- se preguntó en voz alta pero la simple idea fue desechada al instante y continuo su camino a casa con un gran deseo por el partido de mañana.


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