Aunque ya se ha corrido su miembro sigue duro dentro de mí y el continua dándome fuerte e incansable como si no se hubiera saciado del todo. Mientras, su mano empieza a moverse de nuevo alrededor de mi polla acariciando mi glande con su pulgar, trazando pequeños círculos que hacen que empiece a humedecerme mojando todos sus dedos y facilitando el movimiento mientras gimo envuelto en placer.
Al salir definitivamente de mí me siento vacio, como si le necesitara dentro de mí para completarme. Kris se pone a mi lado y me acaricia la espalda a la vez que tararea una suave melodía que hace que empiece a sumirme e un profundo sueño, así que cierro los ojos y me coloco entre los brazos de mi hombre.
Cuando Kris se va por la mañana me deja desayunando un par de tostadas en la cocina y al acabar me pongo a prepararme. Me meto en la ducha y me lavo el pelo as conciencia así como mis partes más intimas para quitar todo rastro de la fiesta que ayer Kris y yo tuvimos en el dormitorio, y solo de recordarlo me pongo duro así que me quedo bajo el agua durante unos minutos más para bajar mi erección. Busco en mi armario los pantalones verdes que me compré el otro día y una camisa apretada de color blanco.
Salgo de casa y cojo el mismo autobús que me lleva al trabajo y luego camino durante unos quince minutos hasta que llego a la puerta del centro comercial, y me encuentro con que Sehun ya está allí, cosa que me sorprende ya que me he asegurado de llegar antes de lo acordado. Va vestido con un ceñido traje azul marino y el botón superior de su camisa va desabrochado, no se ha percatado todavía de mi presencia porque esta ensimismado mirando la pantalla de su móvil. Voy caminando despacio hacia él y al levantar la cabeza me ve y guarda su teléfono. Me saluda con una sonrisa y entramos en una de las cafeterías que hay en la planta superior del centro comercial mientras me pregunta amistosamente que tal la noche.
Llevamos un rato hablando cuando suena su teléfono.
- Lo siento – me dice y coge su teléfono para contestar.
Asiento con la cabeza para hacer entender que no se preocupe y una pequeña sonrisa se forma en las comisuras de sus labios.
- Oh Sehun… sí sí… por supuesto que podemos vernos esta noche… de acuerdo, pasaré a buscarte a las diez… hasta luego.
No puedo contener mi curiosidad y le pregunto
- ¿Tu novia?- en mi cabeza sonaba mejor, así que intento poner una cara risueña para parecer un poco menos cotilla.
- En realidad es un chico al que conocí hace un par de noches en un bar. No tengo nada con él… de momento- y una picara sonrisa aparece en sus labios haciendo que me desternille.
Mi cabeza empieza a maquinar a toda velocidad. Hace dos noches Sehun estaba en mi bar y no conseguí verle hablar con alguien diferente a mí… excepto tal vez Luhan. Pero eso no podía ser, aunque ahora que me paraba a pensarlo, anoche estuvo conversando con alguien a quien no conseguí ver y este le daba algo parecido a una tarjeta. Sehun me saca de mis pensamientos para volver al mundo real.
- Y tú Tao, ¿tienes a alguien esperándote en casa?
Su pregunta me ha pillado por sorpresa pero me parce que es de las pocas cosas que no me va a costar contestarle.
- Kris y yo llevamos juntos seis meses- le respondo pensando que con eso se sobreentiende todo lo demás.
Me da la sensación de que Sehun hace un pequeño mohín con su cara pero lo saco de mi cabeza cuando deja la taza ya vacio sobre la mesa para seguir hablando.
- Vaya, pensaba que a lo mejor podíamos repetir lo de la última vez.
Su repuesta finalmente me descoloca y me saca de mis cabales. Esa parte de mi vida estaba cerrada definitivamente y no tenía ninguna intención de recordarlo. Todo había comenzado un par de semanas antes de que Sehun despareciera. Habíamos quedado en su casa con un par de amigos más, pero cuando llegué al parecer íbamos a estar solos pues ni Chen ni Kyungsoo iban a poder venir. Sehun y yo siempre habíamos guardado una relación muy cercana, tal vez unas cuantas caricias y algún roce que en principio parecía involuntario, pero nada que le gente ni nosotros mismos consideráramos serio.
Nos sentamos en el sofá de su casa y pusimos la tele, pero al rato la mano de Sehun empezó a acercar su mano hacia mi entrepierna y consigue meterla por mis pantalones. Simplemente le dejé actuar y nuestras bocas se fueron juntando, su lengua exploraba hasta mi garganta y mi cabeza ya no me decía lo que debía hacer, estaba desbordado por el placer y el deseo. Según nos íbamos tumbando en el desgastado sofá negro su mano apretaba mas mi polla haciéndome temblar sin control sobre mi cuerpo. Por fortuna, o al menos eso es lo que yo pienso, fuimos interrumpidos por el sonido del timbre de la puerta. Sin embargo y pese a lo que yo pensaba, la cosa no se quedo en eso, pues Sehun siempre aprovechaba cada momento que nos quedábamos a solas para meter su mano por mis pantalones o apretarme las nalgas cuando íbamos por el pasillo.
- Sehun, eso se quedo atrás. No quiero que ahora que nos hemos reencontrado todo se destroce por culpa de nuestros deseos de adolescentes. Además Kris es lo que me hace feliz y no quiero perderlo jamás.
- Tranquilo Tao, no volverá a pasar.
Pasamos el resto de la tarde riéndonos recordando momentos de nuestra infancia y Sehun me muestra en su móvil una foto nuestra de cuando teníamos unos quince años. Ya entonces Sehun parecía un señorito pijo vestido con su pajarita.
A las nueve nos despedimos y el baja al parking a coger su coche, espero a que pase por delante de mí y se despide con la mano. Por mi parte yo vuelvo a coger el bus y cuando llego encuentro a Kris en el estudio con el portátil, trabajando. Me acerco por la espada y le beso el cuello mientras apoyo mis brazos sobre sus fuertes hombros.