Era pleno verano, el sol brillaba en lo alto del cielo azul y el calor se tornaba poco tolerable, pero aún así, eso no detenía al hiperactivo de Chanyeol y al travieso de Sehun.
—¿Pueden dejar de comportarse como un par de críos? —Dijo Baekhyun.
Chanyeol volteó a mirarlo justo cuando alzaba la mano con un nuevo globo de agua que lanzaría en dirección a Sehun, quién se había agazapado detrás de un inmenso roble que escogió como muro protector de los ataques constantes que el más alto hacía a diestra y siniestra.
—Solo si tu dejas de fingir que no te mueres de ganas por jugar con nosotros. —Replicó con una amplia sonrisa al tiempo que lanzaba aquella pequeña bomba a los pies del menos de los tres. Sehun no demoró en responder con una bombucha color rojo que rozó peligrosamente el hombro de Chanyeol y se estrelló a poca distancia de él.
Llevaban horas jugando de esa manera, mientras Baekhyun se refugiaba debajo de la fresca sombra que proyectaba un árbol de cerezo con una limonada helada en la mano. Sin embargo, las palabras de Chanyeol las tomó como un desafío y caminó lentamente hacia uno de los baldes que el gigante tenía cargado de bombuchas. Cogió una del interior y en un abrir y cerrar de ojos, la espalda del alto estuvo completamente empapada tras encestar un certero golpe sorpresa.
—¿Sabes por qué no juego? —Baekhyun sonrió con suficiencia—. Porque estoy cansado de ganar siempre.
Chanyeol ni siquiera se molestó en responder y Baekhyun pudo notar a tiempo que sus ojos destellaron con travesura y venganza antes de que saliera a correrlo con un par de globos de agua en la mano. Sehun salió de su fuerte e inició la persecución de la misma manera, gritando a pulmón y entre risas: “¡Derrotemos a la Ahjumma!”.
Los tres corrieron por todo el ancho y largo del parque, de un lado al otro, haciendo volar por los aires aquellas coloridas bombuchas y disfrutando de la batalla veraniega.
Unos cuantos minutos más tarde, terminaron de espaldas sobre el césped mojado, con sonrisas impresas en los labios y la respiración hecha añicos. Chanyeol fue el primero en sentarse y tenderle una mano a Baekhyun para que se incorporara de la misma manera. Ambos intercambiaron miradas cómplices antes de que el más alto rompiera el silencio, luego de recuperar parte del aliento.
—No puedes negarlo. Te dimos una gran paliza. —Declaró al peinarse el pelo húmedo hacia atrás—. Hemos alterado tu racha de victorias, Baekhyunnie.
Baekhyun, quién tenía la mitad de la ropa manchada con barro y el pelo goteando, le dedicó una mueca molesta y después se echó a reír. Era cierto. Le habían dado una lección, pero había sido demasiado divertido.
En ese momento, Sehun reapareció sosteniendo un par de globos hinchados de agua en cada mano.
—¡La paliza se las daré yo a ustedes!
Expresó con una corta carcajada al lanzar un nuevo ataque contra ellos, el cual impactó efectivamente sobre el pecho de los dos. Sin más, Chanyeol y Baekhyun salieron a toda prisa detrás de él, dispuestos a crear una alianza momentánea y unir fuerzas para derrotar al travieso Sehun en una nueva guerra de agua.