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Padre soltero. por EspermasLocas

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Notas del capitulo:

Hola otra vez!

Bueno nuevamente agradezco un montón a las personitas que dejaron rw, les dedico el capítulo completamente.

Bueno eso, espero disfruten la lectura.

Saludos a todos.

–¿Himuro-kun estás bien? –cuestionó Shun con preocupación.

Unos intensos y penetrantes ojos se clavaron profundo sobre Shun, este al sentir la intensidad de aquella mirada dirigió su vista hasta aquel chico, que tenia unos preciosos ojos color celeste, tan majestuosos como aguas cristalinas. Esos ojos eran idénticos a los de Shinya, casi de inmediato pudo entender quien era esa persona

–Todos está bien Izuki-kun, es mejor si entras ya a tu casa. –dijo Tatsuya intentando sonar lo mas normal posible, aunque la realidad era otra, por dentro estaba gritando de furia, una ira incontrolable. Estaba confundido, descolocado, ¿eso en verdad estaba pasando?

Shun entendió el calibre de la situación, así que sin preguntar nada más fué hacia su departamento que estaba en frente, caminó por el costado de Kuroko, sin quitarle los ojos de encima, al igual que éste a él. Abrió su puerta y le dedicó una última mirada a Tatsuya. “Esa persona es capaz de poner a Himuro-kun en ese estado, ¿es quien...yo creo?”

Entró a su apartamento, descansó sobre la puerta y se deslizó a través de ésta hasta sentarse en el suelo, donde tocó sus labios con ligereza, recordando el roce de Tatsuya.

Pero la preocupación aún no lo abandonaba, deseaba con ansias saber que era lo que estaba ocurriendo allá afuera, “¿Estuvo bien dejarlo sólo aún cuando tenía esa expresión en la cara? ¿tal vez necesite ayuda?” eran algunas de las tantas preguntas que acechaban su mente. Pero en realidad no había nada que él pudiese hacer, después de todo Shun pensaba que no era más que un completo desconocido para Tatsuya, pensar en eso, ocasionó un  insoportable dolor en lo profundo de su corazón.  

Afuera, la tensión podía sentirse a kilómetros de distancia, hasta que Tatsuya rompió aquel silencio desesperante.

–¿Son estas horas de molestar a la gente Kuroko? Vete ya. –fueron las únicas palabras que lograron salir de sus labios, había muchísimo más que decir, mucho más para recriminar, pero la situación lo tenía anonadado.

–Bueno, no quería aparecer de pronto frente Shinya, además sé que durante el día estás ocupado trabajando, este horario es el más prudente en el que pude venir.

Tatsuya guardo silencio estupefacto, ¿cuanto es que sabía Kuroko sobre ellos? ¿desde que momento estaba al tanto de sus movimientos y los de su hijo?

–¿Después de cinco años? No me hagas reír, por favor marchate.

–Ya he madurado, me siento capaz de cuidar a Shinya. –dijo sin quitar sus fríos ojos de Tatsuya, éste al oír aquellas palabras no logró mantener el control y sin siquiera pensarlo azotó al peliceleste contra la pared sujetando sus ropas con fuerza

–¡¿Qué sabes tú sobre criar a un niño Kuroko?! ¡¿piensas que es fácil?! ¡¿crees que puedes marcharte y luego regresar como si nada?! ¡no me jodas! ¡vete de aquí y no muestres tu cara de nuevo!

–Sabia que dirias eso. Si deseas que resolvamos nuestros asuntos de mala manera, entonces así será Himuro-kun. –dijo impasible, sin siquiera inmutarse con el exaltado Tatsuya.

–He luchado cada día por mi hijo, Tetsuya. –soltó al ojiceleste –Durante estos cinco años, cada día he hecho todo por él. No permitiré que lo veas nunca.

–¿Piensas negarle a Shinya el derecho de conocer a quien es su madre?

–Tú sepultaste ese derecho el día que lo abandonaste siendo apenas un recién nacido. Lo único que tiene de ti es tu sangre y tus ojos, nada más que eso. –se volteó seguro y abrió la puerta.

–Midorima-kun es el mejor abogado de todo japón Himuro, no te confies.

Tatsuya azoto la puerta enfurecido, no podía creerlo del todo, aquellas últimas palabras abatieron cada fibra de su ser. Tenia miedo, si, estaba aterrado de solo pensar en la idea de perder a Shinya, ese pequeño, tan frágil, inocente y fuerte al mismo tiempo, era todo para él, era su corazón, su alma, absolutamente todo. “Nadie va a quitarmelo, jamás, es mi hijo, solo mío” repetia en su mente totalmente descolocado.

–Nadie...nunca..nadie...Shinya..

–¿Papi?

Tatsuya jadeó al reaccionar luego de oír la voz de Shinya llamandolo

–¿Estás bien papá? Te escuché gritando desde afuera, ¿el horrible vecino te hizo algo malvado?

–Shinya... –se aferro al menor con fuerza. –Mi pequeño, estoy bien, no sucedió nada. Todo estará bien siempre.

Shinya correspondió aquel abrazo, era un menor de tan solo cinco años, pero se caracterizaba por ser astuto y suspicaz, sabía perfectamente que su amado padre no estaba bien, algo lo hacía parecer completamente devastado.  

*Al día siguiente*  

–No desesperes Tatsuya. –mencionó un pálido pelirrojo que llevaba sobre su cuerpo un elegante traje. Se encontraban en un despacho muy ostentoso, adornando con sillones de cuero, carisimos muebles de la mejor madera y alfombras ridículamente costosas.

–Seijuurou, sabes bien que Shinya es mi vida, si Kuroko-

–¿No confias en mi? –cuestionó el chico. –Nadie, escuchame bien, nadie jamás alejara a Shinya de tu lado. –fijó sus intimidantes ojos heterocromáticos sobre el pelinegro. Esa mirada tan potente, mostraba una seguridad absoluta que hacía sentir tranquilo a cualquiera, era dueño de un poder de convencimiento casi invencible.

–Gracias Sei. No sé que haría sin tu ayuda.

–No agradezcas, tanto Atsushi como yo albergamos un profundo cariño por Shinya-kun, y por ti también claro está. Nada malo pasará mientras tu abogado sea yo.

Akashi Seijuuro era un adinerado y hermoso joven, de tan solo 22 años, estaba al mando de uno de los mejores despachos de abogados de todo japón. Era la actual pareja de Atsushi, llevaban un largo tiempo juntos y conoció a Tatsuya mediante su novio. Desde entonces los tres forjaron una buena amistad.

–Bien, ya tienes todos los detalles, debo correr de vuelta a casa ahora, dejé a Shinya con alguien que no le agrada mucho.

–Entiendo Tatsuya, vengan un día ambos a visitarme. –sonrió casi imperceptible.

–¡Estamos al habla! –salió del despacho casi corriendo.  

*En otro lugar*  

–¿Shinya-kun? ¿donde estás? No es hora de jugar a las escondidas. –preguntó Shun mirando hacia todas partes. Increíblemente, el adulto responsable del pequeño y lindo Shinya era él. –Si me dejas verte te daré un impresionante premio. –No obtuvo respuesta. Pero para su suerte, escuchó unos ruidos en su habitación.

Perdió al pequeño en menos de un segundo y encontrarlo hasta ahora había sido una misión imposible. Shun entró a su cuarto muy sigiloso, revisó bajo la cama y no había nada, en su closet, el baño y no habían señales de Shinya.

–¡Ya lo sé! Tienes súper poderes y ahora eres invisible ¿no? ¿acerté Shinya-kun?

–¡Arriba las manos Izuki-san! –apuntó al mencionado con un recipiente de pintura apareciendo por detrás de este.

–Ohh, por todos los cielos, ¡me atrapaste pequeño! –se giró lento. Antes que dijera alguna otra palabra Shinya derramaba la pintura sobre la blanca camiseta de Shun, rió travieso y satisfecho al realizar su cometido. –Vaya, vaya, me gusta como se ve mi camiseta ahora Shinya, gracias. –su felicidad molesto al pequeño que solo pretendía hacerlo enojar.

–¡Pintemos a T-rex Izuki-san! –gritó enfurruñado.

–Bien, será divertido Shinya.

–¡Pero en tu cuarto, en la pared de Izuki-san!

Los chicos se dirigieron hasta el cuarto de Shun y comenzaron a pintar, si, en la pared justo como Shinya lo pidió caprichosamente. Shun no se molestaba con esas cosas, es más, como buen artista estaba a favor de la libertad de expresión donde fuera y en el momento que fuera, incluso si era en su propio cuarto.

–Izuki-san, tú...¿tienes una mamá? –preguntó sin mirar a Shun mientras continuaba pintando garabatos en la pared. 

–Ah, si tengo una Shinya.

–Um... ¿sabías que las tortugas marinas nunca conocen a sus madres?

–Ohh, no lo sabía, eso es triste...

–Soy como ellas, yo.. Yo no tengo mami. –Shun quedó helado al oír eso, sin duda escuchar esas palabras de un pequeño era doloroso, sobretodo porque era el hijo de Tatsuya y los niños siempre notan todo lo que sucede a su alrededor.

–Verás Shinya... –se arrodilló frente al pequeño –Algunos niños, como tú... Puede que no tengan una madre, pero han sido bendecidos con un padre maravilloso, ¡uno único y genial! –sonrió. –¿No piensas eso también?

El menor se sonrojo de forma adorable

–Papi Tatsuya... él es genial.

–¿Lo ves? –le acarició el cabello con dulzura y por primera vez Shinya le dedicó una mirada cálida, sin sonrisas ni nada de por medio, solo una reconfortante y dulce mirada, ante esto, Shun acogio al menor entre sus brazos con ternura

*Ding ~ Dong*

–¡Ohh, ese debe ser tu padre Shinya!

–¡PAPI! –Corrió hasta la puerta siendo seguido por su cuidador de la tarde. Shun abrió la puerta y Tatsuya se encontró con los dos pelinegros cubiertos de pintura por todas partes

–¿Que...paso aquí? –preguntó sorprendido el padre del menor.

–¡Izuki-san me dejó pintar en su pared! ¡y me dijo que eras genial y único!

Shun se ruborizo por las palabras del menor y Tatsuya sonrió divertido

–¡Esa era una conversación secreta Shinya! Has traicionado nuestra amistad.

Tatsuya cargo a Shinya y besó la frente del menor

–Gracias Izuki. –susurró aliviado. Ver a su hijo y a Shun le hizo sentí paz nuevamente. –¿Quien eres Izuki Shun?

–¿Eh?

–¿Ya te ganaste a mi hijo? Eso toma un laaargo tiempo, te diré. –se acercó.

–Exageras Himuro-kun, no soy tan genial para obtener el amor de Shinya todavía. 

–Aunque...no te ganaste solo a Shinya, ¿sabes?

Izuki no respondió nada ya que Shinya estaba prestando total atención a la conversación de los mayores. Una vez que Tatsuya ingresó al departamento Shinya corrió hasta el cuarto de Shun para continuar pintanto a T-rex. 

–En serio, gracias por cuidar a mi hijo. Fuiste de gran ayuda Izuki-kun.

–No fue nada, me divertí mucho. Ah, Himuro-kun, lamento entrometerme pero... ayer...en serio quedé preocupado, digo, tu cara al ver a esa persona...

Himuro situó su mirada grisácea y cautivante sobre Shun, éste lo miró directo a los ojos también.

–Te hablaré de él, pero ahora deseo hacer algo diferente Izuki-kun.

Al igual que en el balcón, se acercó al joven artista y sostuvo la cintura de éste con fuerza, buscando eliminar cualquier distancia entre ellos cruzó sus piernas con las de Shun. El chico se sostuvo de Tatsuya mostrando un hermoso sonrojo en sus mejillas, adornando su pálida piel de manera perfecta. 

Tatsuya acarició la boca de Shun, como si quisiera dibujarla suave con sus dedos, deseando estimular esos labios culpables de provocarlo en demasía, ese roce alborotador hizo que Shun entreabriera sus preciosos labios, encendiendo aún más al contrario. Cada vez la distancia entre ellos se acortaba como el tiempo que transcurre, Shun miró a Tatsuya, le entregó una mirada suave y avergonzada, pero suplicante de amor, los ojos de ambos se encontraron, mientras sus respiraciones cada vez más profundas manifestaban lo que cada uno producia en el otro.

Ambos se mezclaron en un tenue beso, al sentir los suaves labios del otro junto a los suyos cerraron sus ojos al mismo tiempo, un beso lento, dulce, especial para conocer el delicioso sabor de los labios contrarios. Tatsuya lo había estado imaginando, pero la realidad era completamente diferente, muchísimo mejor, aquellos eran unos labios maravillosos, con un calor tan acogedor y adictivo que le hacía alucinar. No pasó mucho para que aquella pasión se intensificara, desencadenando un beso húmedo e impetuoso.

Tatsuya inclinó su cuerpo, lo que causó que Shun se sostuviera de él con más fuerza, esa posición le permitía hacer cualquier cosa. Entonces por primera vez sus lenguas se deslizaron entre sí, Shun no pudo evitar gemir al sentir ese íntimo contacto entre ellos, su cuerpo tembló por completo haciendo que se sintiera tan débil como una pluma, estaba totalmente perdido en los brazos de aquel hombre, rendido ante él y ante el deseo que lo dominaba.  Tatsuya por su parte, no estaba dispuesto a soltar a aquel muchacho y continuó con el beso, pero Shun sentía que iba a desplomarse en cualquier instante

–Ngh...mm, ¡Ah, espera...! Himuro-kun – completamente exaltado y agitado logró liberar sus labios de Tatsuya.

–Oh, ahora que recuerdo, tú tienes novio, ¿no? –cuestionó sarcástico Tatsuya.

–Agh, ¿y dices eso después de besarme? –afirmó la frente en el pecho del más alto. –Y no tengo novio Himuro-kun, Reo y yo solo somos amigos.

Los ojos de Tatsuya brillaron, al menos acababa de recibir una excelente noticia, le molestaba pensar que ese chico alto, de ojos verdes hermosos y profundos tuviese en sus manos al atractivo e interesante Izuki

–¿Eso quiere decir que eres solo mío Shun? –le alzo él mentón.

–Creo que ambos "Himuro" son unos traviesos sin remedio, ¿sabes? No sé que me viste pero...me alegra que lo hayas hecho.

Tatsuya sonriente contemplo al chico en silencio, desde hace mucho tiempo no se sentía tan atrapado por alguien más, quería todo de él, y conocer hasta la última singularidad de Izuki Shun

–¡Terminé a T-rex! –apareció Shinya aún más sucio que antes. –¿Que estabas haciendo papi? Te estuve esperando.

Tatsuya y Shun se miraron cómplices, ¿que estuvieron haciendo? Pues definitivamente no podrían comentarle nada de lo sucedido al pequeño Shinya, sus corazones estaban acelerados y ese beso, era lo único en que podían pensar.

 

Notas finales:

Ok, creo que al igual que Shinya tengo una obsesión con T-rex, siempre termino nombrandolo durante todo el capítulo xd

En fin, ¿que les pareció? Espero haya sido de su agrado, nos estamos leyendo y muchas, muchas gracias por leer esta nueva parte de la historia.

Hasta la próxima!


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