Capítulo 10.
Cada vez que Katsuya ganaba algo de confianza para la escena del beso, la perdía por completo al momento de sentir a Seto Kaiba tan cerca de sus labios. ¡No importaba qué! Era como si el castaño lo desconcentrara con una facilidad increíble. Por supuesto, esto afectaba la actuación del rubio y así fue como la escena continuó sin salir bien. Pasaron veinte minutos con el mismo problema y el director parecía estar bastante cerca de arrancarse el cabello.
—Disculpe, señor director —Vivian se acercó al estresado hombre y comenzó a hablar acerca de lo que parecía ser una solución para no perder más tiempo—. Creo que aquí ya quedó claro que nuestro compañero Katsuya Jounouchi tiene muchas dificultades para llevar a cabo la escena del beso correctamente. Sé que seguir el guión es muy importante, pero no podemos quedarnos atascados en el mismo episodio de esta manera. No sería justo para nadie —suspiró—. No podemos darnos el lujo de atrasarnos con los episodios, usted comprende. Tal vez lo mejor sería hacer unas pequeñas modificaciones y cambiar la escena del beso por otra cosa. De lo contrario, seguiríamos perdiendo tiempo. ¿Qué le parece mi idea?
—No quiero modificar todavía más el guión, pero… —El director lo pensó seriamente—. Puede ser que tengas razón, Vivian.
Los ojos color marrón de la jovencita pronto ganaron cierto brillo al escuchar cómo el director realmente consideraba hacerle caso y se emocionó. No sólo estaba haciendo quedar mal al actor rubio ante todos, sino que también estaba acercándose más a la eliminación de la escena del beso entre él y Seto.
—Muchas gracias por su consideración, señor director. Sabía que podría contar con usted —dijo sonriente.
El director se levantó de su lugar y dejó salir un suspiro. —Por el momento, pasemos a comenzar con la lectura del siguiente episodio —estaba claro que no quería quedarse atorado con una sola escena, ya estaba cansado—. Los guiones ya están listos, esperando por ustedes en la mesa principal —anunció—. Espero que no haya ningún inconveniente en esta ocasión —volteó a ver a Katsuya al momento de soltar esas palabras, haciendo que el mismo se sintiera un tanto incómodo—. Hablaré con el guionista un momento, veremos qué se puede hacer.
Los actores se dirigieron entonces hacia la sala de lectura, sintiendo la ira silenciosa del director en el ambiente. Era seguro que nadie se atrevería a desobedecerlo.
Mokuba intentó acercarse a Katsuya para hablar con él otra vez, pero Seto se apresuró a sujetar su mano y guiarlo hacia la sala de lectura. Al estar dentro del estudio, lo mejor era no perder de vista a su hermano menor.
Katsuya se quedó atrás a propósito, como si esperara a que todos los demás actores se fueran del sitio para poder tener un momento a solas. Vivian, al notar aquello, regresó sobre sus pasos y se detuvo una vez que se encontró delante del joven con ojos color miel.
—¿Sabes una cosa, Katsuya? —Le preguntó, con simpatía fingida—. Al inicio pensé que no estaba tan mal el hecho de que quisieras intentar cosas nuevas. Quiero decir, todos los actores y artistas tienen ese deseo alguna vez, ¿no es así? Quieren romper sus rutinas, hacer algo diferente. Pero… Ahora veo que cometiste un error —colocó una mano encima del hombro contrario y sonrió de lado, no tenía la intención de ser suave—. Tal vez nunca debiste audicionar para esta serie… No, espera… No es un “tal vez” —soltó al rubio y, sin esperar siquiera una reacción de su parte, comenzó a caminar hacia la sala de lectura.
“No te quedes callado”, se dijo Katsuya en su mente. “¡Vamos! Dile algo”.
—…
Abrió la boca, pero no fue capaz de soltar ni una sola palabra. De un momento a otro, Vivian ya se había ido.
Se quedó solo un par de minutos, pensando en que la solución posiblemente era hacerle caso al pequeño Mokuba y sincerarse con Seto, pedirle ayuda aunque se muriera de vergüenza al contarle la verdad.
Avanzó desanimado hacia la sala de lectura y se reunió con sus compañeros, pero era fácil notar que no estaba cien por ciento concentrado.
Mai, sospechando qué había sucedido, sintió un fuerte impulso por hablar con él, mas no podía hacerlo delante de todos.
Seto también sintió ganas de decirle algo a Katsuya. No quería precisamente reconfortarlo, ni siquiera tenía experiencia en eso, pero sí necesitaba hablar con él. No era capaz de entender los motivos del rubio para huir de la verdad.
—Disculpen, yo… me retiraré temprano hoy —habló el actor, levantándose y caminando hacia la salida, llevándose su guión con él bajo el brazo.
Esa misma noche, Seto salió del estudio junto con su hermano y se fueron a cenar a un restaurante de comida italiana que era del gusto de ambos.
—¿Te gustó acompañarme al estudio hoy? —Preguntó el castaño con cierta curiosidad.
—¡Sí! —Respondió de inmediato el pelinegro—. Fue muy divertido. ¡Y pude hablar con Katsuya Jounouchi en persona!
—Katsuya Jounouchi… —Golpeó la mesa suavemente con sus dedos—. Pobre. Parece que en verdad tiene muchos problemas con la escena que nos falta para terminar el quinto episodio.
—Katsuya es… Es admirable, se está esforzando mucho —comentó el menor mientras disfrutaba de su cena—. Pero es normal que esté nervioso. Después de todo, esa escena contigo sería su primer beso y… —Se quedó callado al darse cuenta de que había soltado el secreto que su actor preferido le había confiado—. ¡Oh, no! —Miró a su hermano mayor algo asustado—. Metí la pata. Seto, tienes que prometerme que no le dirás que yo te dije. ¡Por favor! ¡No le digas!
El joven de ojos azules se sorprendió bastante al descubrir el verdadero motivo detrás de los nervios que invadían a su compañero de trabajo. Le sonrió a su hermano, tratando de transmitirle calma, y prometió que no diría nada al respecto. Sin embargo, agregó que ayudaría al rubio de alguna manera. Cuando Mokuba le preguntó qué pensaba hacer, Seto simplemente le dijo que no debía preocuparse por nada.
Continuará.