Capítulo 14.
Katsuya estaba de muy buen humor gracias a dos cosas: el final de la grabación de la primera temporada de “Tus poemas” y la visita a la casa del actor castaño. Nada parecía poder molestarlo desde entonces, aunque a veces se detenía a pensar en lo que habían hablado durante el camino del estudio a la casa del más alto. Se preguntaba a qué se refería Seto con pensar en que nada era real, en que sólo estaba actuando. ¿Acaso él no era feliz con lo que hacía?
Tres días después de aquella visita, Katsuya paseaba con Anzu por un enorme parque en el centro de la ciudad. No siempre tenía la oportunidad de relajarse con algo así después de terminar un trabajo. A diferencia de muchas celebridades, él no iba con el típico abrigo extremadamente largo, unos lentes oscuros y una gorra para intentar esconderse. La realidad era que no entendía a los que hacían eso, pues pensaba que un vestuario así sólo servía para llamar más la atención. Caminaba sin ocultarse, siendo amable con aquellos que lo reconocían y lo saludaban con cierta emoción.
—Me arrepentiré de preguntar esto, pero…
—¿Sí? —La castaña lo invitó a continuar, volteando a verlo sólo durante un par de segundos.
—¿Qué es lo que sigue?
—Oh, ¿en serio quieres saberlo ya? Estarás algo ocupado el mes que viene, para tu mala suerte —comenzó—. La primera semana tendrás una sesión fotográfica y dos firmas de autógrafos. La segunda semana será más tranquila, pues lo único que hay en ella es una entrevista para una revista acerca de celebridades. ¡Pero prepárate! La tercera semana está llena. Dos sesiones fotográficas en un mismo día, una reunión con fanáticos, la grabación de un comercial, otra entrevista, dos días con el ensayo para la próxima obra de teatro… Oye, ¿también quieres que te diga qué hay para la última semana? ¿No estás ya lo suficientemente traumado? —Soltó entre risas al ver la expresión en el rostro del chico.
Katsuya parecía realmente asustado después de escuchar todo lo que tenía programado para el siguiente mes. Su vida como actor se había agitado un poco desde que inició en la serie de Atem.
—No me digas —suspiró—. La última semana es para saber qué tal le va a la serie y dar inicio a la grabación de la segunda temporada en caso de que todo vaya bien. ¿Adiviné?
—Sólo relájate lo más que puedas, ¿sí? —Sugirió—. Aprovecha todo el tiempo libre que tengas, incluso si no es mucho.
—No tengo otra opción —se encogió de hombros y rió bajito.
Anzu le sonrió con ternura. Siguieron caminando en silencio, cosa que era un tanto extraña para ellos porque casi siempre tenían algo para decir.
—¿Te sientes feliz, Katsuya? —Preguntó Anzu de repente, con cierta curiosidad—. Quiero decir… Incluso si te apuntamos para la audición de esta serie romántica sin siquiera comentarte al respecto, intentaste algo nuevo y… ¿Sabes? Parece que te gustó, pero de todos modos quisiera escucharlo salir de tu boca.
—Sí, me siento feliz —contestó sin dudar—. Fue difícil al inicio, no te voy a mentir. Estaba muy nervioso, creí que no lo lograría… Y esa actriz llamada Vivian no fue un gran apoyo que digamos —frunció el ceño durante un instante—. Pero me siento feliz, en serio. Conocí a muchas personas increíbles y me superé, de cierta manera. Nunca les agradecí el hecho de haberme inscrito a esa audición, espero poder hacerlo ahora. No es demasiado tarde, ¿verdad?
—Katsuya… —Se acercó al rubio y lo abrazó con fuerza—. Me da tanto gusto saber lo que acabas de decir.
El actor correspondió al abrazo de su amiga y le dedicó una sonrisa sincera. No obstante, tuvieron que separarse rápidamente, antes de que alguien más reconociera a Katsuya y lo señalara. Los rumores más tontos podían desatarse con algo tan simple como un abrazo así, lo mejor era evitar problemas.
Poco antes de llegar al final del parque, el rubio decidió comentarle algo más a su amiga.
—Voy a unirme al club de admiradores de Seto Kaiba en línea —dijo muy seguro.
—¿Ah, sí? —Lo miró extrañada—. ¿Por qué? —Cuestionó—. Digo, no es nada malo, tampoco es como si fueras el primer hombre que lo admira, pero… Es simple curiosidad, ¿podrías satisfacerla?
—Lo admiro. Así de simple.
—Hay algo que no me estás diciendo.
—¿Q-qué? ¡Claro que no! —Se puso nervioso repentinamente—. Yo… Al trabajar con él, pude conocerlo como actor. ¡Y creo que es de lo más genial en la pantalla! Así que me volví su admirador. ¡Eso es todo!
—Ya veo… —Hizo una breve pausa—. Bueno, te deseo suerte. La necesitarás para entrar al club. Los exámenes de la administradora son difíciles, tendrás que estudiar mucho.
—Lo sé —se pasó una mano por el cabello—. Kisara es una admiradora muy dedicada.
—¿Quién?
—Ah… No, nadie. Olvídalo —prefirió cambiar el tema—. Dime, ¿irás a la fiesta en casa de Atem este fin de semana?
—¡Por supuesto! —Contestó muy alegre—. ¿Tú no?
—Aún lo estoy pensando.
—El director se enojará mucho si no asistes. Ya sabes cómo es.
—Pero si decido no ir, tú puedes ayudarme con una excusa lo suficientemente buena, ¿cierto?
—Supongo —bromeó.
—Oye, tienes que decir que sí —rió.
Un par de horas después, Katsuya estaba sentado en el sofá de su sala mientras comía palomitas de maíz con mantequilla y veía una película de acción cuyo protagonista era Seto Kaiba. Reconocía sin problemas que Anzu tenía razón al decir que debía aprovechar su tiempo libre, por más corto que éste fuera. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que viendo una buena película? Además, se podría decir que al mismo tiempo estaba “estudiando” para el examen que tendría más tarde acerca del castaño.
De repente su teléfono celular vibró encima de la mesa, anunciando así la entrada de un nuevo mensaje de texto. El rubio alcanzó el aparato para revisar quién le había escrito, llevándose una gran sorpresa al ver que el mensaje era de parte de Seto. A pesar de que habían intercambiado sus números telefónicos personales un par de semanas atrás, se presentaba la primera ocasión en la que se comunicaban a través de ellos.
—Seto me envió un mensaje, no lo puedo creer —susurró como un tonto enamorado, sonriendo de oreja a oreja al abrir su bandeja de entrada.
En la pantalla se leía: Hey, ¿mañana tendrás tiempo libre? Mokuba, tú y yo podríamos comer juntos, si quieres.
Se apresuró a responder que estaría encantando y, después de ponerse de acuerdo en una hora y un lugar, Katsuya continuó viendo la película.
—No te preocupes —decía en la televisión el personaje al que Seto interpretaba—. Todo saldrá bien.
—Sí… —Respondió con cierto aire soñador, como si Seto desde la película en realidad le estuviera hablando a él y no a la protagonista—. Todo saldrá perfecto —rió para sí.
Esa misma noche, Katsuya entró al club de admiradores en línea e intentó registrarse. Por supuesto, la administradora D.B.K. no tardó en responder a esa acción con un mensaje en el cual explicaba que no podía dejar unirse a cualquier persona así como así, por lo que tendría que aplicarle una serie de preguntas. El rubio estuvo de acuerdo y el examen dio inicio.
—¡Cielos! Anzu no bromeaba al decir que los exámenes son muy difíciles —pensó en voz alta a la vez que tecleaba las respuestas de la manera más acertada que podía—. ¿Cómo es que Kisara recuerda qué ropa usó Seto en cada evento? —No lo iba a negar: estaba sorprendido.
Continuará.