POV Suga
Sentía un extraño peso sobre mí, extraño pero raramente reconfortante, lentamente abrí mis ojos y los dirigí hacia aquello que me mantenía pegado y sin movilidad sobre la cama.
Una cabellera color naranja pude divisar y todos los recuerdos cayeron a mí uno a uno; en mi rostro se formo una pequeña sonrisa. Lo había hecho, había estado con Jimin, con otro hombre y había sido lo mejor que había hecho en toda mi vida. ¡Dios!, su cuerpo y el mio uniéndose, no tenía punto de comparación con una mujer, esto había sido diez mil veces mejor.
Levanté una de mis manos, la que se encontraba fuera de la presión que el cuerpo de Jimin ejercía sobre mí y acaricie su cabello, logrando como respuesta un leve quejido de su parte, no pude evitar sonreír.
—Hy-Hyung—susurró moviéndose apenas.
—Ey.—Me moví para que él se despertara— ¡Despiértate!—ordené y él volvió a soltar quejidos.
—Déjame estar así...unos minutos más.—Se quejó al mejor modo infantil que pudo. No podía ver su rostro, pero estaba cien por ciento seguro de que estaba haciendo un puchero.
—Está bien—contesté y me relajé debajo de él.
Nuestros cuerpos estaban por completo desnudos, piel con piel, su aroma era ese que tanto me gustaba, todo se estaba desarrollando pacíficamente, estaba bien, me sentía bien, no pensaba en nada concreto, no pensaba ni en el después ni en como seguirían las cosas, prefería seguir enredando mi mano en su suave cabello y jugar con cada mechón que quedaba atrapado entre mis dedos.
—Hyung.—…l rompió el silencio que nos invadía.
—¿Sí?
—Yo...quiero que tengamos este tipo de relación...—habló sin mirarme, ¿él se conformaba con sólo acostarnos?
No sé porqué me molestó lo que dijo, después de todo era lo que yo quería, pero no podía evitar sentir un mal sabor luego de sus palabras, ¿sólo quiere acostarse conmigo?, pues está bien.
—Como tú digas—murmuré haciéndome el desinteresado.
…l no dijo más nada, seguro estaba feliz, había obtenido lo que quería después de todo, ¿o era yo quien había obtenido lo que quería?
POV Jimin
Era feliz, estaba siendo acariciado por él, amaba su tacto sobre mí, amaba sentir su cuerpo junto al mío y aunque dije que sólo quería que estemos de este modo no era eso lo que quería, pero tampoco le diría que me gustaría ser su novio, él huiría nuevamente, no podía decirle lo que siento, no podía hacérselo saber, al menos no por ahora.
…l me gustaba y eso sería lo único que sabría, no le diría nada más allá de eso, no quería arruinar el momento.
Me moví para levantarme y quedé con ambos brazos a los lados de Suga hyung. Se veía hermoso por la mañana, tenía una leve sonrisa y su piel brillaba por los pequeños rayos de luz que se abrían paso dentro de la habitación.
—Hoy estaremos todo el día solos—hablé a centímetros de él en un tono totalmente lascivo.
Sonrió y desvió la vista un segundo para volver a posarla sobre mis ojos, esta era una lucha por ver quién era más intimidante de los dos.
Me acerqué a su cuello, más precisamente a su oído.
—Recuerda...ahora me toca a mí—susurré y lamí apenas el lóbulo de su oreja para rápidamente darle un pequeño mordisco, su cuerpo tembló bajo el mío, había ganado.
Sentí su mano en mi miembro y sonreí.
—Debemos.—…l comenzó a hablar mientras me acariciaba.
Gemí ante sus movimientos, él era tan suave, era tan...
—¡Ahh!—Me quejé, el muy infeliz me había apretado con fuerza— ¡¿Qué mierda te pasa?!—solté y lo miré, él se mantenía sonriendo.
—Debemos bañarnos chiquillo—dijo con aires de superioridad, había olvidado que a Suga hyung jamás le había gustado perder en nada, no es que sea competitivo, pero se creía el mejor siempre.
Se removió debajo de mí y se escabulló desnudo al baño, no había nadie en el departamento, eramos solo nosotros por lo que bañarnos juntos no estaría mal, pensé.
Seguí su camino, mis ojos no paraban de observarlo, es que: ¡mierda!, era perfecto, todos sus rasgos, sus facciones, todo él era completamente llamativo.
Se dio la vuelta y me observó.
—¿Qué haces aquí?—preguntó mientras corria la cortina de baño y abría el grifo de la ducha.
Cuando se volteo me fue inevitable no mirar su trasero, no podía dejar de pensar en hacerlo mío, y mi entrepierna lo sabía y lo quería ahora.
…l se dio la vuelta con su típica mirada de: "odio al mundo", para luego bajar la vista por mi cuerpo.
—¿Ya estás excitado?—inquirió.
Como mordía su labio inferior me di cuenta que había ahogado una risa.
Si él quería jugar, yo haría lo mismo.
Me aproximé hasta donde se encontraba, logrando que él retrocediera dos pasos y terminara por adentrarse en la ducha, el agua comenzó a golpearnos a los dos.
Ni siquiera lo estaba tocando, sólo estaba disfrutando de la hermosa vista que me proporcionaban sus pequeños ojos en los cuales me veía reflejado.
Las gotas resbalaban de su cabello a todo su rostro y se escurrían por su cuerpo.
—¿Quieres...que talle tu espalda?—pregunté mirando sus labios.
—Hazlo—dijo en un suspiro levemente tembloroso.
¿Lo estaba intimidando?, el solo hecho de saber eso me hacía sentir con un poco de poder sobre él.
Se dio la vuelta. Tomé una esponja y un jabón.
Su espalda no parecía necesitar ser tallada, pero de todos modos podría aprovechar para tocarlo todo lo que quisiera.
Comencé desde su nuca hasta el final de su espalda, subía y bajaba, veía su trasero y no podía contenerme, esa posición me estaba haciendo mal.
Ya estaba por completo excitado.
Mis manos viajaron desde su espalda a su abdomen, él brincó y se tensó en cuanto lo toqué.
Sonreí de lado y comencé a bajar mis manos, con toda la espuma que tenía tomé su masculinidad con ambas manos apoyando mi miembro en su espalda baja.
—Hyung...aquí también hay que lavar—susurré y él suspiró.
Era perfecto, era armonioso, su voz era tan sexy, escucharlo soltar pequeños y excitantes suspiros gracias a mí me hacía feliz.
Comencé a tocarlo de una manera mas brusca y él apoyó ambas manos en la pared de la bañera.
Esta posición me iba a matar.
Llegué a su oído.
—Quiero follarte hyung—pronuncié y mordí su lóbulo, era su punto débil.
…l gemía, pero no respondía a lo que había dicho.
Mis movimientos comenzaron a ser cada vez más acelerados hasta que él tomó mi mano repentinamente.
Se dio la vuelta y me observó, sus mejillas estaban sonrojadas, el baño estaba envuelto en vapor, pero de todos modos podía verlo.
—No quiero correrme ahora—murmuró roncamente.
Tomó mis hombros y unió nuestros labios.
Con mis manos tomé su rostro, podía estar eternamente besándolo, no me cansaría jamás.
…l tomó una de mis muñecas y me dio la vuelta separando de este modo nuestros labios, estaba siendo brusco, siempre lo era, pero no me importaba, si era él no me importaba mientras esté a mi lado.
Se acercó a mi oído.
—Te gusta jugar, chiquillo, ¡¿Eh?!—Su voz sonaba tan masculina.
Con una de sus manos comenzó a acariciar mi trasero, sabía que quería hacérmelo, pero yo quería hacérselo a él. ¿Cómo es que siempre terminaba ganando él?
Uno de sus dedos rozó mi entrada y ahogué un gemido apretando mi labio inferior.
—¿Te gusta?—preguntó lascivo y mordió mi hombro.
—Amo cuando me tocas...—contesté, temiendo que él interpretara otra cosa.
Se escuchó su risa, luego apartó un poco mis piernas y comenzó a rozar mi adolorida entrada, mi primera vez había sido la noche anterior, aún dolía como la mierda.
—¿Duele?
—Un poco...—respondí.
—Entonces no lo hagamos...—dijo, arruinando el puto momento.
—Sigue...por favor..—No quería que me dejara de este modo.
…l apoyó una de sus manos en mi cadera y con la otra se apoyó en la pared.
No espero mucho y entró en mí.
—¡Mierda!—solté y él frenó— ¡No!, tú sigue—articulé con una mueca de dolor que se teñía cada vez más de placer.
—A tus ordenes.
Empezó a penetrarme con movimientos apresurados. Amaba la sensación, entraba y salía de mí, podía sentir su calor en mi interior, todo su tacto en mi cuerpo.
Tomé mi miembro y comencé a acariciarlo.
Sincronicé el ritmo de sus estocadas con el de mi mano. En cualquier momento llegaría.
Nunca pensé que podía sentir hasta tal grado placer, encima jamás imaginé que sería con la persona que amo, porque eso era, amor, yo estaba enamorado perdidamente de este chico, él no lo sabía y tampoco quería que lo supiera, no iba a arruinar lo poco que teníamos.
Yo me conformaba con esto, no iba a pedirle más, a menos que ese más sea por sexo.
Se acercó a mi espalda y mientras entraba y salia de mí sus labios se apoyaban en ella, sus besos era mi perdición.
POV Suga
Su aroma, su piel, su apretada entrada que rodeaba mi miembro, todo él me estaba volviendo loco, quería seguir moviéndome dentro y fuera de él hasta que gritara mi nombre.
Aceleré mis movimientos volviéndolos cada vez más frenéticos.
Descubrí en ese instante que amaba poseerlo, podría estar todo el día follándomelo que no me cansaría. Ver sus mejillas sonrojadas, su piel envuelta en sudor, el placer que me generaba el encuentro de nuestros cuerpos, podía estar mucho tiempo así, de este modo.
—S-suga hy-hyung—gimió y sonreí.
Música para mis oídos.
Con sus palabras no pude evitar no correrme en su interior.
…l, también se corrió.
Salí de él y lo dí vuelta atrapando sus labios, mordiendo, dando lugar a nuestras lenguas, esto era lo más placentero que había hecho en toda mi vida.
—¿Te duele mucho?—pregunté en sus labios.
…l abrió lentamente sus ojos y nos observamos mutuamente.
—Estoy bien—murmuró—. Tu sabor...—dijo y volvió a besarme.
Ambos nos besábamos apasionadamente, el agua bañaba nuestros cuerpo y los limpiaba.
Mis manos viajaban por su abdomen, ya no tenía abdominales como en la época de No More Dream, pero no me importaba, me gustaba que se viera saludable, siempre pensé que hacer ejercicio por los demás era absurdo, siempre se lo dije y él seguía diciendo que a las ARMY's les gustaba más así, absurdo eso era lo que pensaba.
…l se estremecía cuando tocaba su abdomen, mucho no le gustaba, cuando lo hice tomó mi mano y la llevó a su espalda.
Me separé de él por la falta de aire y porque quería interrogarlo.
—¿Por qué no me dejas tocarte ahí?—Señalé su abdomen.
Desvió la mirada.
—Ya no están tan marcados.
Revolee los ojos, sabía que era por eso.
—No me interesa ni siquiera sabía que me gustaba estar con hombres, no me interesa como sea tu cuerpo mientras yo quiera seguir poseyéndote—dije como quien no quiere la cosa y él me miró sorprendido.
¿Acaso dije algo extraño?, era lo que pensaba, generalmente decía lo que pensaba en cuanto lo pensaba.
POV Jimin
…l habla de querer poseerme, quería saltar de la felicidad, él había asumido que le gustó estar conmigo, al menos no había sido el único, tenía miedo de saber que pensaba después de haber estado juntos.
Sonreí y volví a besarlo, él se sorprendió en un principio pero luego se relajó en mis brazos, tomando mis hombros mientras lo besaba con fuerza, demandante.
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