POV Jimin
Su respuesta fue seca, era notorio su miedo, pero yo no quería hacerle daño, iba a intentar que no la pasara mal, mi intención no era esa.
Aunque moría por hacerlo gritar, no podía ser de ese modo con él, yo lo quería por sobre todo, aunque tuviera que ocultarlo.
—¿Entonces? —Arrastré la pregunta.
Él negó con su cabeza y tomó el frasco de mi mano, en un movimiento que apenas llegué a captar.
Lo apoyó a un lado y volvió su vista a mi, serio.
¿Se había arrepentido?, ¡por dios que no sea eso!
—¿Qué sucede?—pregunté intentando no dejar a la vista mi nerviosismo por su actitud.
—Aquí no, Jimin...quiero lavarme primero, lo necesito—soltó aquellas palabras mientras tomaba el shampoo y lo abría frente a mí.
Quedé estático por unos segundos, jamás pensé que era eso en lo que él estaba pensando, yo hasta creí que se había arrepentido, pero era verdad que teníamos que bañarnos.
No pude evitar formar una gran sonrisa luego de procesar toda la información.
—Ya deja de verme como idiota y lávame el cabello.—Se dio la vuelta dejándome una visión de su espalda pálida frente a mí.
Dios, esta imagen de él de este modo, era tan sexy, realmente quería tomarlo de las caderas y...
—¡Hazlo ahora, Jimin!—soltó enojado y sacudí mi cabeza quitando mis pervertidos pensamientos de allí.
Tomé el pote de Shampoo de sus manos y coloqué un poco en una de mis manos, quería jugar un poco con él.
Rocé su torso con uno de mis dedos, lo recorrí lentamente apoyando solo la yema, desde su espalda baja hasta su cuello, su cuerpo se tensaba con mi tacto, pero no me alejaba ni decía ninguna grosería, era evidente que lo estaba disfrutando.
Quité mi mano de su cuerpo para unirla con la otra y esparcir el shampoo en ambas.
Llevé ambas manos a su cabeza y comencé a dar suaves masajes.
Su cabello era hermoso, su aroma, su cuerpo, su altura solo un poco mas elevada que la mía, todo eso me hacía pensar que ambos eramos perfectos juntos, que eramos el uno para el otro.
No pude con mi tentación, pero era Yoongi hyung el que estaba delante de mí, expuesto, desnudo, indefenso, no podía evitarlo, mis manos caminaban por su cuerpo como si se tratara del mio propio, necesitaba tocarlo y lo recorría como si conociera cada parte de él, como si supiera que movimientos le gustan y cuales le desagradan.
—Mhmmmh.—Suspiraba, no eran quejidos, él lo estaba disfrutando. Yo también lo estaba disfrutando.
Pasé mis manos por toda su espalda con espuma en ellas, fui hasta su cintura y me metí entre sus brazos para tocar su abdomen, él se tensó un pequeño momento pero luego volvió a relajarse bajo mis caricias.
Lo abracé con mis manos en su pecho, acerqué mi cuerpo al suyo tanto como me fue posible, tenía la necesidad de hacerlo, algo en mi cambió, no era esto lo que había planeado en un principio pero no podía evitarlo, quería que él sienta que lo quería, que lo que sentía por él no era algo simplemente sexual, tenía miedo de su reacción pero de todos modos lo hice, lo abracé dejándome ir en aquel tacto.
—Jimin...—susurró y tomó mis manos.
De igual manera yo seguí apretando mi agarre, si él me pedía que me apartara seguramente terminaría mostrandole lágrimas de mi parte y no me podía permitir que eso sucediera nuevamente, por lo que lentamente fui aflojando mi agarre sobre él.
Cuando terminé por apartarme, él se dio la vuelta.
—Mírame—murmuró.
Yo estaba con la cabeza gacha, ¿por qué era tan estúpido?, ¿dónde había quedado la idea de ocultar mis sentimientos?
*Jimin idiota, Jimin idiota*Repetía una y otra vez en mi mente.
—Mírame, ¡Jimin!—habló nuevamente, sonó a una orden y lo observé temeroso.
Sus palabras podían ser puñales y no me sentía preparado mentalmente para recibirlos.
Acunó mi rostro en sus manos.
—Está bien...follemos...te espero en la sala de producciones.—Dicho eso me soltó, se enjuagó el cabello, tomó una toalla y se marchó con ésta envuelta en la cintura.
¿Qué mierda había sido todo eso?, no lo entendía, no entendía nada de lo que estaba pasando ¿Por qué salió con lo de follar?, acaso no quería hablar de lo que era evidente en mí, ¿no quería enfrentarme?
Me quedé estático por su actitud repentina.
POV Suga
Caminé hasta la sala de producciones.
Pero, ¡¿qué mierda había sido toda esa situación?!
Entré, cerré la puerta detrás de mí y me apoyé en ésta, exhalé tanto aire como pude y elevé una de mis manos a mi pecho.
Estaba acelerado, muy acelerado, ¿qué era esto?, ¿acaso estaba por morir?, nunca jamás en mi vida me había sentido de este modo, no lo entendía.
¿Eran ganas de follar quizás?, ¿era un paro cardíaco?, mmm no lo creo sino dolería también el brazo izquierdo. La verdad es que no tenía idea a qué se debía esa taquicardia, pero algo me decía que debía de alejarme de Jimin en ese momento.
Igual, le había dicho que viniera a follar, por lo que pasó en el baño estoy sumamente seguro que él ya no se aguantaba más, digo, ya que nunca me había abrazado de ese modo.
—¡Mierda!—mascullé y apreté mi mano sobre mi pecho, éste no paraba de latir apresurado, perecía que hubiera corrido una carrera.
Inhalé y exhalé varias veces, necesitaba tranquilizar a mi cuerpo, sea lo que sea que lo tenga de este modo.
Caminé hasta el sillón y me acosté en él, aún con la toalla cubriendo mi intimidad.
Quizás lo que me pasaba se debía a que tenía miedo de que Jimin sea el que esté arriba ahora, pero realmente sentía que se lo debía aunque fuera en contra de todo lo que pensaba y es que -¡por dios!- aún tenía su imagen desnudo y excitado. No podía hacerme a la idea de él sobre mí.
Tomé mi teléfono y comencé a navegar por las redes sociales cuando escuché que la puerta se abría.
Era él, tenía la toalla envuelta en la cintura al igual que yo.
Su mirada era totalmente pervertida, nos observamos mutuamente, puso seguro a la puerta y tragué saliva.
Caminó hacia mí, no hubo palabras, sólo se escuchaban nuestras respiraciones y sus pequeños y suaves pasos.
Llegó hasta donde me encontraba y tomó su toalla tirándola a un lado, dejando su cuerpo expuesto a mis ojos.
—Hyung...haz lo mismo—susurró ronco, lascivo.
Lo miré fijamente, sus ojos estaban más oscuros que de costumbre, hasta parecía todo un hombre, no era el mismo niño que veía siempre reír como idiota.
Me excitaba como la mierda, él mordió sus labios y no pude esperar para quitarme de encima la molesta toalla y pararme para estar a su altura.
Puse mi mano en su nuca y él se quedó rígido, aún no realizaba movimientos sobre mí, pero yo no me aguantaba, quería follármelo ahí, sin esperar que él haga nada.
Me acerqué hasta él y le planté un beso, un largo y húmedo beso, quise explorar toda su boca, él me correspondió al instante, ambos manteníamos nuestros ojos cerrados.
Cuando la falta de oxígeno se hizo presente me separé lentamente tomando en mi camino su grueso y carnoso labio inferior.
Sonreí.
Sabía delicioso, todo en él era apetecible a mis ojos, ese chiquillo realmente estaba volviéndome loco.
POV Jimin
Lo dejé hacer, lo dejé besarme, en el baño lo medité antes de decidir hacer caso a su invitación, otra vez volví a enjaular mis sentimientos, él no los iba a poder entender, al menos no ahora.
No lo estaba tocando y sentía que a él le impacientaba, sonreí internamente, no quería mostrarme débil ante él, no quería que supiera que me tenía en bandeja si él chasqueaba sus dedos, aunque fuera la verdad, no quería que él tuviera conocimiento del poder que ejercía sobre mí.
Tomé sus caderas y él me miró fijamente, su mirada era la de siempre, esa mirada que no se podía descifrar, no sabía si estaba a gusto o no, pero sospechaba que su cuerpo hablaba mejor que él y su entrepierna me alertaba de como se sentía al respecto de mis movimientos.
Pasé mis manos de sus caderas a sus nalgas y las apreté suavemente, él me miró con el ceño fruncido y no pude evitar esbozar una pequeña sonrisa.
—Hoy me toca a mí, hyung—musité y él miró a otro lado.
Fui directo a su cuello y comencé a besarlo suavemente, besos, mordidas, lamidas, otros besos.
Él intentaba reprimir sus gemidos, pero le era casi imposible.
Le di la vuelta de manera brusca y lo llevé hasta el sillón, él me entendió y se puso de rodillas sobre éste.
Ambos nos colocamos en el sillón.
—¡Espera!—dije recordando aquello que había dejado junto a la toalla que me quité repentinamente.
—Cagas el momento Jimin...—murmuró aún apoyado solo en sus rodillas y codos.
¡Mierda! Cuando voltee a verlo, su imagen era perfecta y sobre todo apetecible.
¿Cómo es que podía llegar a verse tan lindo y sexy de ese modo?, realmente nunca imaginé que vería a Suga hyung así.
Me sonrojé y volví para estar detrás de él.
Dejé el frasco sobre el sillón al lado de mi rodilla, aún no lo necesitaría.
Llevé una de mis manos a su cadera y la hice caminar hasta su entrepierna, él gimió.
Comencé a acariciarlo lentamente, recosté mi pecho en su espalda.
Y llevé mi otra mano a su cabello para jalarlo mientras hacía más fuertes y rápidos los movimientos sobre su masculinidad.
—Hyung... ¿te gusta?—pregunté seductoramente y mordí su hombro.
Se quejó, le apreté su entrepierna y gimió.
—Pesas—murmuró entre jadeos.
—¿Me estás diciendo gordo?—solté mientras movía mi mano mas rápidamente.
—¡N-n-no!—balbuceo.
—Hyung... ¿sabes que sí es gordo?—susurré otra vez cerca de su cuello.
—Cállate—soltó y reí.
Me despegué de su espalda y tomé el frasco con mi mano libre, con la otra me mantenía realizando movimientos suaves y lentos.
Con la boca pude destapar aquel pequeño recipiente y volqué un poco de él en mi miembro.
Estaba frío.
Dejé a un lado el frasco y con mi mano esparcí el líquido por toda mi longitud, con lo que había quedado en mi mano rocé la entrada de Suga hyung haciendo que éste se sobresaltara y se tensara al mismo tiempo que disfrutaba de mi tacto.
Volví mi cuerpo sobre él, chocando nuevamente mi pecho con su espalda e introduje lentamente un dedo.
—¡La puta madre!—Escuché de sus labios y seguí adelante, sabía que lo terminaría por disfrutar.
POV Suga
Dolía como la mierda y lo peor era que sabía perfectamente que sólo era un dedo lo que estaba adentro.
Él estaba logrando que solo llegue al orgasmo con su roce en mi entrepierna y todavía faltaba esto, mi cuerpo no daba más, necesitaba que esto acabe, necesitaba soltar el orgasmo de una vez.
—Jimin...ya... mételo—solté casi sin aire.
Él soltó mi miembro y quitó su dedo de mí.
Pude sentir como algo frío caía sobre mi trasero, justo donde el chiquillo tenía su dedo.
—Lo haré Hyung...—murmuró.
Y me preparé mentalmente para lo que se avecinaba.
Lentamente pude sentir como me hacían mierda de un modo horroroso mi hermoso trasero, porque sí, el dolor era inaguantable, extraño, pero raramente cálido.
Él no se movió por unos segundos, supuse que esperaba que me acostumbrara a su invasión.
¿Así que esto era lo que sentías cuando yo lo hacía Jimin?
POV Jimin
Mi sueño estaba haciéndose realidad, Hyung se sentía tan bien, el estar dentro de él, el sentirme tan apretado por él era magnífico y por sobretodo placentero.
Jamás pensé que algo como esto, que solo era parte de mis sueños mas remotos, iba a suceder, estaba muy feliz.
Tomé sus caderas y comencé a moverme lentamente dentro y fuera. Sabía que dolía.
—¿Estás bien, Hyung?—indagué preocupado.
—Muévete—soltó.
Comencé a embestirlo con un poco más de ritmo, estaba disfrutando al máximo de su cuerpo, pero sentía que quería más.
Saqué mi miembro y de un movimiento rápido lo di vuelta en el sillón.
Lo observé detenidamente y él me observó a mí.
Acerqué mis labios a los suyos cerniéndome sobre él, mientras acomodaba mi miembro en su interior.
Hizo una pequeña mueca sobre mis labios pero al instante se relajó.
Comencé a moverme nuevamente: dentro y fuera, lento, suave, como explorándolo, como si estuviéramos bailando una canción lenta, nuestros besos eran húmedos, nuestras lenguas eran partícipes. Puse mis codos uno a cada lado de su cabeza y me alejé de sus labios para poder encontrarme con sus ojos.
Esos ojos que me miraban, esos ojos que adoraba observar, él estaba siendo mío y yo era suyo antes de que lo supiera, yo lo amaba, yo sentía que realmente lo amaba.
Sus labios estaban rosados, brillantes, separados por los jadeos producto de mis movimientos.
Él cerró sus ojos y frunció su ceño, estaba llegando.
Llevó sus manos a mi espalda y comenzó a rasguñarla. Busqué su cuello y comencé a besarlo.
Mis embestidas iban más fuertes que antes, yo también estaba llegando a mi punto máximo de placer.
"Te amo Suga Hyung, te amo", repetía una y otra vez en mi mente a medida que mis estocadas se abrían paso en su estrecho interior.
Mordí su hombro y me dejé llevar por el placer en su interior.
Él llegó sobre su torso y el mío.
Ambos respiramos de forma irregular.
—Pesas—musitó y sonreí.