POV Jimin
Lentamente fui acercándome a su cuerpo, quería tirarme sobre él y besarlo, pero mi plan no era precisamente ese.
Con una de mis manos moví su cuerpo y el gruñó en respuesta; me puse más insistente y el volvió a gruñir.
—Déjame dormir—murmuró y con su mano torpe quiso quitar la mía que se hallaba sobre su cuerpo.
—Hyung... debes levantarte, haré el desayuno—susurré acercándome a su oído y pasé mi lengua por su lóbulo, que sabía a la perfección que era su punto débil.
Se removió en su lugar y se dio la vuelta intentando abrir los ojos.
—¿Qué haces a esta hora de la mañana?, ¡pervertido!—soltó mientras llevaba una de sus manos a sus ojos para frotarlos.
—Levántate y ven a desayunar—dije y me marché de su habitación.
Primera parte del plan: completada.
POV Suga
Molesto, insoportable, eso era ese chiquillo.
Sabía a la perfección que éste era nuestro día libre y él solo buscaba molestarme no dejándome dormir.
Con desgano levanté mi cuerpo de la cama hasta que una punzada aguda me detuvo en mi movimiento, y es que aún mi trasero dolía como la mierda.
¿Quién me mando a follar sin lubricante?, encima no podía echarle a nadie la culpa, ya que todo lo que hice fue parte de mi jodido plan.
Me parecía completamente raro que Jimin haya venido hasta aquí para invitarme a desayunar siendo que ayer lo dejé completamente insatisfecho; quizás ya se le había olvidado ese asunto y hasta incluso se dio cuenta que yo tenía razones para hacerlo.
Cuando me repuse caminé arrastrando mis pies hasta el baño.
Entre dentro y lavé mi rostro.
Mi imagen en el espejo era deplorable, seguramente producto de mis pocas horas de sueño.
Tomé una toalla y me froté la cara para quitar todo resto de agua en ella.
Luego de higienizarme, fui hasta la cocina de donde provenía un delicioso aroma, sabía que el mocoso era bueno cocinando y realmente estaba muy internamente agradecido de que él se quedara, aunque no estaba seguro si lo hacía por mí o porque se le antojaba, igual sea como sea no me importaba.
Llegué a la cocina y me senté en la pequeña mesa que se encontraba allí sin dirigirle la mirada al chiquillo, sentía que si lo hacía seguramente vería su estúpida sonrisa molesta y me enojaría con él sin sentido.
Así que preferí tomar mi teléfono sin emitir ningún sonido y ponerme a revisar las redes sociales.
—¡Ey!, ¿quieres huevos o no?, este será un desayuno al estilo americano.—Su alegre voz rompió el silencio y me obligó a que lo observara.
Cuando me di la vuelta tire mi teléfono de mis manos y mi mandíbula cayó radicalmente hacia abajo.
—¡¿Q-qué mierda es esto?!—exclamé.
Sonrió.
—¿Te gusta lo que ves?—preguntó meloso.
—¿Q-que haces semidesnudo?, ¡eres un sucio pervertido!—grité, pero sin desviar en ningún momento mi vista de su cuerpo.
Traía puesto un delantal y debajo sólo tenía ropa interior, quién sabe porqué razón su piel brillaba tanto, seguramente se había colocado algún tipo de aceite o loción o crema o no sabía que mierda, pero se veía jodidamente apetecible.
—Tenía calor y creí que no había problema en que estuviera en estas fachas ya que solo estamos nosotros dos, además no es como si no me hubieras visto de este modo antes—soltó como quien no quiere la cosa y se dio la vuelta para seguir cocinando quién sabe qué, dejándome a la vista su trasero, que aunque estuviera cubierto por la ropa interior se veía muy bien.
¡Mierda Yoongi!, ¡contrólate!, ¡él está jugando contigo! Sentí apretados mis pantalones, ¡jodido mocoso pervertido!
—¿Por qué tienes calor si se supone que estamos en invierno?—pregunté haciéndome el indiferente ante la situación, siendo que no podía apartar mi vista de él y mi cuerpo respondía rápidamente a lo que mis ojos observaban.
—Tenemos la calefacción prendida, además soy libre de andar como quiero aquí dentro, después de todo somos hombres.
Sí, hombres, con lo que da la casualidad te gusta follar.
—Como digas—contesté y él siguió en lo suyo.
POV Jimin
Lo tenía en bandeja y lo sabía.
Estaba casi seguro de que él había mordido el anzuelo, no sabía porque razón, pero creía conocer a la perfección cuando Suga estaba caliente y en estos momentos él ardía.
Tomé una cuchara torpemente y ésta cayó al suelo, podía notar como sus ojos hacían agujeros en mi espalda o quizás no precisamente en mi espalda.
A sabiendas de sus ojos sobre mí, me agaché dejando totalmente expuesto mi trasero a su vista, si él sabía como jugar, pues yo sabía también como hacerlo.
Estando con mis rodillas y mis manos en el suelo me incliné más hacia adelante dejando aún más expuesto mi cuerpo ante él.
—Deja de hacer eso—murmuró su ronca voz y ladee una sonrisa, curvando mis cejas.
Segunda parte del plan, calentar a Suga hyung: completada.
Me levanté de manera lenta, disfrutando de la imagen de su rostro excitado en mi imaginación, quería voltearme, pero aún no era el momento.
—¿Quieres café?—pregunté ignorando su anterior comentario.
—¿Desde cuándo soy así por ti?—preguntó descolocandome por completo.
¿A qué se refería?
—¿Qué dices?—pregunté aún sin voltearme.
—Esto...tú calentándome, ¿desde cuándo verte de este modo me calienta tanto?—preguntó y no supe que decir—¿Qué fue lo que me hiciste Jimin?, ¿por qué me generas estas putas ganas de follarte sobre la mesada sin sentido?, ¿por qué me calientas al punto de querer hacértelo una y otra vez sintiendo que nunca estoy saciado?—Su voz sonaba extraña.
Todo se había ido a la mierda.
Apagué la cocina y me voltee a verlo.
—Porque esto somos Hyung, tu y yo solo tenemos esa relación—contesté sintiendo como mi corazón gritaba que no quería lo que de mis labios salía.
Nuestros ojos se encontraron, él parecía confundido.
Llevó sus manos a su rostro fregándolo y volvió a observarme.
—No sé que mierda me pasa contigo. Yo en mi puta vida me había fijado en un hombre y contigo así, —Sus ojos viajaron por toda la longitud de mi cuerpo y volvieron a mis pupilas—, consigo tener una erección en apenas segundos, no lo entiendo, no me entiendo, siento que nunca voy a cansarme de follar contigo, eres como esa comida que creo que jamás me cansare de repetir una y otra vez.
No sabía con exactitud como tomarme sus palabras, no sabía si era una queja de sentir lo que sentía o era una declaración hacia mí.
—Me confundes, me siento extraño, pero aunque moralmente no quiera estar contigo, me encanta estar contigo. Realmente nada tiene sentido, si tú no hubieras insistido.—Su voz sonaba cada vez mas angustiada y eso no me gustaba para nada.
—No hablemos más—solté observándolo, si seguía hablando seriamente iba a terminar llorando como un idiota por no poder controlar lo que siento por él.
Me acerqué hasta donde se encontraba y él me miraba confundido.
Tomé su rostro en mis manos y arrugó su frente.
Me acerqué hasta su oído, necesitaba volver a lo que estábamos antes, él había arruinado el ambiente con toda su porquería de lo que sentía y realmente lo que menos quería era saber que sentía él por mí, porque tenía la certeza de que cualquier cosa que saliera de su boca dolería en mi pecho.
—Follame, hyung—susurré y mordí con mis dientes su lóbulo.
POV Suga
¿Qué mierda le pasaba?, ¿por qué actuaba de este modo tan bipolar?, ¿por qué no me decía realmente lo que pensaba?
Lo tomé por los hombros y lo alejé para que me observara.
—No quiero hacerlo ahora, Jimin—solté y pude notar en él una expresión indescifrable, quizás lo que veía en sus ojos era decepción.
Me levanté de mi asiento, dejándolo petrificado en su lugar y me marché nuevamente a mi cuarto.
A la mierda todo, Jimin, el desayuno, el día libre, todo. Lo único que haría sería dormir, no sabía por que motivo pero el dolor en mi pecho volvió a aparecer al igual que ayer por la noche, pero ahora con más fuerza e intensidad.
Sentía angustia pero no hallaba el motivo, ¿será porque cagué el momento?, porque sí, había hecho eso, con mis estúpidos cuestionamientos había cagado el momento.
Tiré mi cuerpo en la cama y clavé mi vista al techo.
¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué actuaba de este modo? ¿Por qué él no decía nada? ¿Por qué todo era tan putamente complicado para mí?
POV Jimin
Él sólo se marchó y mi corazón comenzó a estrujarse.
Las lágrimas comenzaron a acumularse, dolía, todo se había ido a la mierda, mi plan, mis palabras, mis sentimientos.
Quité el delantal de mi cuerpo y corrí hasta mi cuarto, me coloqué un short y escondí mi rostro en la almohada de mi cama para llorar y no ser escuchado.
Ésta era la primera vez que era rechazado de ese modo por Suga hyung, él simplemente me dijo que no quería hacer lo único que me unía a él y dolía, porque si ahora no quería estar conmigo ni siquiera en ese sentido, ya no iba a poder estar cerca de él.
Golpee con mis puños la cama una y otra vez, mientras ahogaba mis gritos en la almohada.
—¡¿Qué carajo paso aquí?!—Una voz me sobresaltó y giré mi vista hacia donde ésta provenía.
—Fue él, ¿verdad?—Frunció su ceño y puso esa expresión molesta que era poco común en su rostro.
—No, —sollocé—, fui yo, siempre soy yo. Ya te lo dije.—Volví a esconder mi rostro de su preocupada y molesta mirada.
Sentí sus pasos por la habitación en dirección a donde me encontraba.
El colchón se hundió y él se sentó a mi lado, llevando una de sus manos a mi espalda dando pequeños golpesitos para consolarme.
—¿Por qué volviste?—susurré cuando pude calmar la salida de lágrimas de mis ojos.
—Sabía que te quedarías y no iba a dejarte a solas con él—soltó.
—Hyung, ¿por qué odias a Suga hyung?
—No lo dio a él. Ya te dije que odio verte sufrir por él, sé que no puedes mandar en lo que sientes y que temes decírselo por como llegue a reaccionar, pero tampoco puedes vivir encerrando eso mismo que sientes, sabes que eso solo te hace mal a ti, ya que él ni siquiera sabe por lo que estas pasando.
Como siempre, su calmada voz, escupía las verdades en mi rostro.
—Hyung.—Me senté y lo observé fijamente—. Yo lo amo, siento que es amor, pero duele saber que él sólo tiene deseos sexuales conmigo, yo pensé que él terminaría enamorándose de mí, pero fui un iluso y hoy incluso él no quiso siquiera hacerlo...y...yo...—Mis lágrimas interrumpieron mi discurso y los brazos de Hoseok hyung me rodearon dando pequeñas palmaditas en mi espalda.
—Desahógate conmigo—susurró en mi cuello.
Apreté su camiseta con mis puños y lloré sobre su hombro quien sabe cuanto tiempo.
Él besó mi cuello cuando por fin detuve mis lágrimas y me congelé por completo.
—Hyung...—susurré y quise apartarme pero él me sujetó mas fuerte.
—Déjame curarte, Jimin—soltó en un hilo de voz y volvió a depositar otro pequeño beso sobre la desnuda y sensible piel de mi cuello.
No tenía fuerzas para detenerlo.
Siguió un camino lento desde mi cuello hasta mi clavícula, solo rozando apenas sus labios por sobre mi piel.
Tomó mi rostro en sus manos, mientras todo mi cuerpo permanecía inmóvil, separado de él.
Nos observamos mutuamente, ¿por qué no estaba haciendo nada para detener lo que sabía que se avecinaba?, ya había sucedido dos veces, no podía permitir una tercera.
—Jimin.—De sus labios salió como un pequeño susurro mi nombre y lentamente dejó caer sus párpados mientras acercaba su rostro al mío.
Cerré mis ojos y dejé que él hiciera sobre mí lo que quisiese.
¿Por qué lo dejaba? ¿Por qué no me movía? ¿Por qué hacía algo lo cual iba en contra de lo que sentía?
Recordé justo en ese instante lo que Suga me había dicho la noche anterior.
Yo era suyo y solamente suyo.