POV Jimin:
¿Cuanto había pasado?. ¿Dos semanas?.
Creo que alrededor de dos semanas desde el incidente de Nana y esos tipos.
Hoy era un gran día. Ella ya estaba recuperada y esos tipos tras las rejas.
Con Yoongi hyung íbamos rumbo al aeropuerto para despedirla, porque si, ella había decidido marcharse nuevamente, esta vez decidió despedirse aunque estuvo repitiendo una y otra vez que odiaba las despedidas. Yo insistí, quería ver cuando marchaba hacia un futuro mejor, porque eso era lo que haría; tendría una vida mejor lejos de Corea, lejos de los feos recuerdos, de las viejas heridas.
Mi alma se sentía inundada de emoción y por mi mente cruzó una pequeña idea al mirar brevemente ese delineado perfil a mi lado, ¿cuando seremos libres? ¿Cuando podremos irnos y escapar para estar solo los dos? ¿Cuando podré caminar libremente a tu lado cogido de las manos? ¿Habrá algún momento así?.
Quizás soy un egoísta por querer eso para mi. Pero es inevitable, lo deseo, deseo un futuro a su lado. Nos veo juntos para siempre; suena romántico y quizás también apresurado, pero no me importa, eso es lo que mi inquieto corazón quiere.
¿Yoongi querrá lo mismo?¿El deseará lo mismo que yo?
Observé nuevamente sus labios.
Como amaba besarlo. Extrañaba nuestra unión. La necesitaba, me sentía bien, ahora podía entregarme, yo sabía que podía y sabía también que él solo estaba aguantándose para respetarme.
Pensar que en algún momento por mi mente cruzó la idea de besarte y lo hice, y ahora estamos de este modo. Si tan solo no me hubiera dado a mi mismo ese empujón nada de esto sería lo que es ahora.
Si ese día no me hubiera quedado para hacerte de comer. Si no hubiera cogido tu celular para jugarte una broma, si no hubiera sujetado tu cuerpo con el solo fin de poseerte. ¿Que hubiera sido de nosotros? ¿En algún momento hubieras descubierto tu amor por mi? ¿Fui yo quien te enamoró o tu ya lo estabas con anterioridad?, ninguna de esas preguntas en verdad me importaban ya que estabas a mi lado; a pesar de todo sostenías mi mano y besabas mis nudillos; a pesar de los malos recuerdos, de las lágrimas derramadas, a pesar del dolor y del odio que llegamos a sentir nació algo entre nosotros y ese algo era lo único que valía la pena, era lo único por lo que no dejaría de luchar ni aunque me halle en el peor de los casos, en la peor situación.
Siempre estaré a tu lado, porque así lo elegí y quizás me atrevo a decir que no fui yo, no fue mi ser racional quien lo eligió, me gusta mas la idea de decir que mi corazón te eligió.
-Ya llegamos-.
Su voz me trajo a la realidad y solo asentí con una gran sonrisa dibujada en mi rostro.
Ambos nos colocamos unos cubre bocas.
Desearía no tener que ocultarme, pero tampoco podía arruinar lo que habíamos creado juntos como grupo por un pequeño capricho mio.
Caminamos a una distancia prudente.
No puedo tomarte la mano y eso se siente extraño. Si el mundo supiera las veces que nos hemos unido una y otra vez se vería absurdo el que caminásemos a esta distancia. Pero también lo entendía, entendía que por ahora lo nuestro debía ser de este modo.
La divisé a lo lejos con una maleta en una de sus manos y el móvil en la otra.
Apenas cruzamos miradas corrí a ella dejando a Yoongi detrás de mi.
La rodee con mis brazos.
-Te ves hermosa-. Hablé sonriendo, aunque ella no podía ver mi sonrisa.
-Tu también te ves hermoso Jiminnie-. Contestó y rápidamente se escuchó un chasquido molesto.
Me di apenas la vuelta y esos remolinos color café la miraban a ella ignorándome por completo.
-Solo yo le puedo decir Jiminnie-. Habló seco.
Estaba jugando y tanto Nana como yo, lo sabíamos.
Mi corazón se aceleró ante su actitud. Cuando él era de este modo se sentía tan bien, tan cálido. Podía asegurar que mis mejillas comenzaban a arder por si solas ante el sonido de su ronca voz al soltar ese tipo de comentarios.
-Ya!, Lo sé Yoongi!, no pienso robártelo...-. Nana sonreía.-Solo espero que lo cuides y no lo hagas derramar ni una miserable lágrima-.Habló apuntándolo con su dedo índice.
Él revoleo los ojos, intentando hacerse el molesto.
Nana tomó mis manos entre las suyas y me observó fijamente, pude notar la picardía en sus ojos.
-Me avisas si ese bribón te hace algo, ¿si?-.
Iba a seguirle el juego.
-Lo haré, no te preocupes-. Respondí.
-¿Esto acaso es una conspiración contra mi persona?-. Habló Yoongi exaltado.
-No debes dejar que te grite-. Nana seguía mirándome solo a mi, manteniendo su tono de voz, como si no hubiera escuchado la queja absurda de Yoongi.
-Si, no dejaré que lo haga-. Seguía el juego mientras Yoongi empezaba a bufar molesto.
-Ya!, dejen de ignorarme!-. Alzó su voz y se cruzó de brazos.
Nana comenzó a reír llevando sus manos, que antes sujetaban las mías, a su boca para cubrirse mientras las carcajadas abandonaban sus labios.
-Era solo una broma-. Solté entre risas.
-Lo sé-. Yoongi sonrió. -Espero que esta vez te comuniques mas seguido-. Habló dirigiéndose a nuestra rubia amiga.
-Lo haré-. Ella levantó su pulgar.-Lo único que yo quiero pedirles es que se amen, mucho.-. Inmediatamente me sonrojé, ¿Como se le ocurría soltar estas cosas así como así?, Yoongi solo la miraba atentamente.-Por favor, no bajen los brazos, lo que ustedes tienen es lo mas lindo que he visto en mi vida, no quiero que lo echen a perder por culpa de alguien mas, por favor luchen por ustedes, no dejen que los demás se inmiscuyan en su relación-. Cuando terminó de decir aquellas palabras no pude evitar el rodearla con mis brazos.
Ésta era la Nana que conocía. Me habían devuelto a mi Nana.
-Haré hasta lo imposible por proteger esto-.
Mi corazón se paralizó y me separé de los brazos de ella para observarlo al darme la vuelta.
Cuando dice este tipo de cosas... quiero besarlo.
¿Por que eres tan hermoso? ¿Por qué?.
-Espero que sea un buen viaje-. Habló y ella asintió.
Él se movió y la sujetó abruptamente de la muñeca, cuando ella ya se enfilaba para marcharse.
-Ven-. Murmuró y la abrazó.
Escuché un susurro de parte de ella pero no entendí aquello que le dijo.
Luego de su pequeño abrazo ella se marchó.
Veíamos ambos como su figura desparecía a través de un pasillo.
-¿Que te dijo?-. Pregunté intrigado.
-Es un secreto-. Contestó con una pequeña sonrisa.
-Hyung~-. Canturree.
-No lo diré, no insistas-. Contestó y se dio la vuelta rumbo a la salida.
-Hyung!-. Grité siguiéndolo.
+++
Un mes después.
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POV Suga:
Estábamos en el departamento cada miembro por su lado.
Jungkook había escapado a donde todos ya suponíamos, Namjoon, al parecer, estaba conociendo a alguien; Jin había ido a casa de sus padres y la pareja hiper mega insoportable de Hoseok y Taehyung estaban en su cuarto encerrados, seguramente follando, osea no hay que ser muy listo para suponerlo.
¿Que estaba haciendo yo?.
Todos pensarán, "escuchando música", "produciendo música", "por dormir", "mirando la serie de Kumamon", "utilizando el teléfono" o claro, seguro pensarán "follando"; pues lamento decepcionar al mundo pero no es ninguna de esas opciones.
¿Que estaba haciendo entonces?
Pues la respuesta tiene relación con un chico de una tez un tanto mas oscura que la mía, con unos grandes atributos; si, me estoy refiriendo a sus cachetes y una sonrisa que me volvía completamente loco.
Aunque en este instante desearía golpearlo.
-¡¡Hyung!!-. Volvió a quejarse y mi ceja comenzaba a dar pequeños temblequeteos por si sola.
"Lo que uno debe aguantar cuando se ENAMOMIERDA de alguien".* hablé para mis adentros.
-¿Y ahora que mierda se supone que estoy haciendo mal?-. Mascullé molesto.
Estaba irritándome.
-Debes llevar tu cadera mas atrás!, además tienes las piernas muy separadas!-.Contestó y comenzó a acercarse a mi.-A ver-.
Caminó hasta posicionarse detrás de mi, sujetó mis caderas, con sus fuertes manos.
Mierda, si hacía esto no podría concentrarme.
-Así debe ser-. Habló en mi oído y cerré mis ojos lentamente aspirando todo el aire que me era posible, maldita sea Park Jimin, esta puta abstinencia me está matando.
-Ahora flexiona lentamente tus rodillas, tienes que parar antes de llegar al suelo-. Susurraba mientras apretaba mis caderas y hacía el mismo movimiento que yo.
Maldigo el día donde tiré la idea de que debería hacer ejercicio.
Nota mental: "No volver a decir ese tipo de cosas si su pareja a la cual le encanta entrenar se encuentra cerca de ustedes".
-Ves!, una sentadilla no es tan difícil!-. Sonrió detrás de mi.-Haz unas diez mas y será todo por hoy-. Habló soltando su agarre de mi.
Posicionándose otra vez frente a mi visión.
-Prometiste follar si hacía toda esta mierda-. Me quejé y noté como la burla aparecía en su rostro.
Maldito chiquillo, estaba jugando conmigo.
-No olvidé lo que hiciste para estar en abstinencia, así que intenta ganar puntos o tendrás que pedirle ayuda a tu mano-. Respondió altanero, con una sonrisa llena de autosuficiencia.
-Ya te pedí perdón!, ¿que mas quieres?-. Mi voz sonaba totalmente lastimera.
Me daba vergüenza rogarle por sexo. Pero no era solo sexo, era todo. Besarlo, abrazarlo, tocarlo.
No podía estar una semana más así. Quería y deseaba tocar su cuerpo.
-Jiminnie...-. Seguía haciendo sentadillas como un idiota mientras le hablaba de la forma mas cursi y aniñada que me era posible.- Por favor, termina con esta tortura...yo no quise decir que estuvieras gordo-.
-Ahí vas devuelta!, ahora serán veinte más!-. Se encaminó hasta la puerta completamente irritado.
Otra vez la cague, deberían darme un título por esto.
-No espera!!, aish!!; Jimin, MIERDA!; AMO TU PUTO CUERPO COMO ES!, TERMINA ESTA TORTURA-. Gritaba pero él ya se había escabullido de la habitación que compartíamos.
Yo seguía con las estúpidas sentadillas.
Debería dejar de decir esa palabra cerca de él. ¿Quien me hizo tan idiota? ¿AH?!.
-Maldita sea-. Bufé.
La puerta crujió y levanté mi vista.
Aún agachado, haciendo la puta sentadilla.
Mi mandíbula cayó hacia abajo.
No traía ropa. Solo ropa interior.
Mierda.
Mierda.
Mierda.
Comenzaba a sentir la presión de mis pantalones.
-Jiminnie-. Susurré caminando su cuerpo con mi vista. Era perfecto, como siempre.
-Termina...y tendrás lo que tanto quieres...después de todo, yo también te extraño-. Habló mientras esbozaba una pequeña sonrisa y cerraba la puerta para apoyarse en ésta.
-Creo que no me salen bien las sentadillas, ¿podrías explicarme nuevamente?-. Hablé y tragué saliva.
-Eres un pervertido-. Soltó.
-Tu lo eres mas-. Repliqué, él caminaba hasta posicionarse detrás de mi.
-Y eso te gusta-.
-Me encanta-.
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