Mis piernas estaban temblorosas, en cualquier momento caería al piso, ¿por qué me generaba esto este pequeño?
Sus manos se posaron en mi pecho y me estremecí, no quería que me tocara pero dejaba que lo hiciera; estaba loco, estaba petrificado y no me movía.
Una de sus manos se escabulló por debajo de mi camiseta y toco mi piel desnuda, ante su pequeño roce apreté mis ojos y suspiré temblorosamente. Esto te está gustando, Yoongi, ¿verdad?
…l seguía dejando pequeños besos en mi cuello mientras sus manos acariciaban mi abdomen.
—Eres suave como me lo imaginé —susurró y volví a estremecerme ante sus palabras.
¿Dónde estaba el Suga gruñón y al que nada le importaba en este preciso instante?, ¡ah!, claro, él se estaba dejando besar por un mocoso impertinente y lo que es peor aún, lo estaba disfrutando.
Repentinamente tocaron la puerta y volví a la tierra, quise apartar a Jimin de mí pero él no me lo permitió.
Alguien intentaba abrir desesperadamente, pero estaba cerrada gracias a Jimin. .
—Suga hyung, ¿estás ahí? —Era Namjoon, mi voz estaba agitada, ¿cómo haría para contestarle?
—Y-Yo necesit —Jimin bajó su mano y tocó aquello que me hacía hombre, sonrió de lado y cruzamos miradas, —, necesito trabajar.—pude soltar torpemente.
— ¡Okey! —dijo del otro lado de la puerta; pude escuchar cuando se alejaba por sus tan fuertes pisotadas, era Namjoon después de todo.
Ya hartándome de la situación y totalmente enojado por el atrevimiento de Jimin, junté fuerzas de no se donde y lo empuje lejos de mí, él tropezó y cayó al suelo acostado, aún mantenía esa estúpida sonrisa en su cara, , era lo único que rondaba por mi cabeza.
Me senté sobre él y lo atrapé de la camiseta acercando su rostro al mio.
—Jimin, dime, ¡¿QU… MIERDA TE PASA?! —grité y él miró a un lado riendo. .
Volvió su rostro a mí, ahora estaba serio.
—Ya te lo dije, te quiero hacer mio, Yoongi hyung —respondió desafiante.
Lo fulminé con la mirada.
—Yo no soy gay, Jimin, tampoco sabía que tú lo eras, perdóname pero no puedo corresponderte —escupí cada una de las palabras de mi discurso, pero él ni se inmutaba, seguía con la misma expresión en su rostro, como si él supiera mas sobre mí que yo mismo, eso me aterraba y me ponía totalmente incómodo.
—¡Ya!, ¡contesta! —dije apretando mi agarre en su camiseta.
—A mí tampoco me gustan los hombres, a mí me gustas solo tú —soltó serio, esta vez no sonreía como idiota.
Algo extraño paso por todo mi cuerpo, otra vez ese maldito sentimiento, mi cuerpo me pedía hacer cosas que mis pensamientos no querían. Ya me estaba volviendo loco, este pequeño insolente me estaba volviendo loco con sus palabras, con sus pequeños ojos al sonreír como idiota y con sus malditos dientes que mordían su maldito; y seductor labio, del cual quería sacar todo. ¡¿Qué rayos estas pensando?!, me grité internamente a mi mismo.
—¡A la mierda todo! —solté y lo tomé por las muñecas; él se dejó hacer y debo admitir que eso me gustó.
Acerqué mi boca a centímetros de sus labios, mis ojos se reflejaron en los de él, parecía tan indefenso, yo estaba sobre él; yo tenía el poder y eso me gustaba.
…l cerró sus ojos y yo atrape sus labios, ahora era yo quien lo estaba besando,¿por qué?, no lo sabía, mis labios se movían solos, él sabía tan delicioso.
Nuestro beso se fue intensificando, ahora nuestras lenguas danzaban y nuestras cabezas se movían para profundizar aquel beso, como si eso fuera posible.
Solté sus muñecas. Sus manos se posicionaron nuevamente bajo mi camiseta, dejé que me tocara, quería todo de él, si fuera mujer ya le habría hecho hasta lo impensable.
Sus manos viajaron por todo mi abdomen, yo me mantenía sostenido por mis codos mientras nuestros labios se unían y se separaban. …l comenzó a mover sus caderas, quería más, yo lo sabía.
Separamos nuestros labios un instante por la falta de aire, gotas de sudor caían en mi frente, ¿cuánto tiempo llevábamos así?
—Déjame hacértelo, ya no aguanto —hablo, Jimin, y relamió sus labios, un escalofrío recorrió mi espalda, .
…l movió nuevamente sus caderas y posicionó sus manos en mi cintura, él iba en serio; lo miré asustado, él mantenía sus ojos cerrados y su rostro reflejaba una mueca de placer ante la situación, pude notar que él estaba totalmente excitado, yo también lo estaba; pero nada sucedería no lo permitiría, además, ¿en qué momento dije que deseaba que el pequeño mocoso éste me la metiera?, ¿quién había decidido que yo sería pasivo?
Lo tomé por los hombros y lo observé fijamente, ahora me vas a escuchar, Park Jimin.
—Jimin... —solté y el abrió sus ojos —¿En que momento dije que yo sería pasivo? —solté enojado, él se sorprendió, era obvio que había pensado el estar juntos; con mis palabras ya era evidente que al menos había pensado en la posibilidad de acostarme con él.
—Yo te la quiero meter —soltó, Jimin, sonriente y golpee su cara. .
Me levanté rápidamente y él hizo lo mismo.
—¿Por qué me golpeas, Hyung? —preguntó de forma triste y tierna a la vez, .
Otra vez quería golpearlo, él me sacaba de quicio con sus juegos infantiles, sus seducciones extrañas y repentinas.
—Ya te dije que yo no quiero ser pasivo.—No le iba a decir en la cara, como él hizo, que se la quería meter.
—Entonces... —comenzó a decir él poniendo su mano en su barbilla pensativo —Hagamos primero uno y luego el otro.—Sonrió.
Lo miré incrédulo, ¿este chiquillo estaba hablando en serio?, ¿se había vuelto loco?; aunque a decir verdad su idea...*¡YA DEJA DE PENSAR EN ESO!*Me grité internamente y me salí de la sala de producciones, Jimin, me perseguía pero no me detenía, cerré la puerta de la habitación en su cara y me adentré en ella, él no intentó molestarme más, después de todo, había obtenido lo que quería, me había besado e incluso había logrado que su loca idea hiciera eco en mi cabeza, toda la bendita noche.
Giré millones de veces en la cama pero no había caso, solo aparecían en mi cabeza las locas ideas de Jimin acompañadas de sus besos y sus caricias, ¿desde cuándo me gustaban los hombres?, me giré en la cama y observé como Jin-hyung dormía.
¿De verdad me gustaban los hombres?, me pregunté a mi mismo.
Me acerqué hasta Jin, él dormía profundamente. , me decía a mi mismo, pero ya era tarde, lo destapé por completo y lo observe como nunca en mi vida lo había observado, pero nada pasó, él se encontraba sin camiseta y aún así no sentí nada, no sentí aquello que sentí en la sala de producciones, esas extrañas ganas de devorar a aquel mocoso, de sacar todo de él. Su mirada indefensa debajo de mí, me hacía sentir poderoso, me hacía querer hacerle millones de cosas; pero estaba ese pequeño detalle que me impedía hacer cualquier cosa: él era un hombre.
Volví a mi cama pero comencé a sentir sed, observé el reloj eran las 4:30 am, no había podido dormir nada y lo peor era que tendríamos que estar a las 6 am en la empresa, intenté no hacer mucho ruido en el cuarto y abrí lentamente la puerta de la habitación para poder ir por un vaso con agua.
Caminé por el largo pasillo casi en puntas de pie, no quería despertar a nadie, después se molestarían conmigo, yo odiaba que me despierten por lo que no haría lo mismo a los demás.
Escuché ruidos en la cocina y me sorprendí, ¿había alguien levantado?; me acerqué lentamente, escuché pequeñas risas y me quedé detrás de la pared para que no me vieran, había mujeres; pero, ¿quién las había dejado entrar?
Asomé lentamente mi rostro y pude divisar a Namjoon. , ¿cómo no nos dijo que traería mujeres?, estaba enojado con él; pero todo se esfumó cuando vi que una de las dos mujeres no traía nada puesto. ¡¿Qué mierda?!, solté para mis adentros.
Mi corazón comenzó a latir a mil por hora, mi cuerpo palpitó ante aquella imagen. Así que después de todo, ¿me seguían gustando las mujeres?, observé mi entrepierna, mi cuerpo estaba totalmente de acuerdo, me seguían gustando; pero...¿por qué me excité con Jimin?
—¿Quieres que te ayude con eso? —Una voz alejó a todos mis pensamientos, me di la vuelta y ahí estaba parado, traía unos pantalones de chándal y una musculosa que dejaba ver todo su fornido cuerpo. Una sonrisa ladina y libidinosa, unos ojos con un brillo especial y unos labios recién humedecidos que brillaban al igual que sus ojos, .
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