Es noche buena, la nieve juega con el viento haciendo bonitas olas. Los arboles quedan escasos de sus verdes abrigos, ahora solo estando desnudos.
Un chico solitario con una personalidad muy difícil, además que hace que los demás no puedan manejarla, se encuentra sentado en el sillón de su departamento, viendo una película de terror mientras todos tienen una noche en familia, él está solo.
El ruido del viento golpea en los muros de vidrio que son sus ventanas. Su rostro se contrae en molestia, ¿Es que acaso no puede tener una noche sin ese cantar fastidioso del aire?. Sube el volumen del televisor y en segundos la habitación se vuelve un mar de gritos. Sonríe, mostrando así, su perfecta y bien formada dentadura blanca. De pronto el ruido se va, pero a los segundos, el timbre de su departamento suena, indicando que hay alguien en la puerta. No piensa mover su trasero del sillón, así que se arropa más con su edredón negro y con su total atención en el televisor. Pero el timbre es insistente y nuevamente lo ignora, sin embargo, esta vez la casa queda en total oscuridad; el televisor se ha apagado, lo único con rastro de energía en su grande departamento.
-Maldito viento estúpido-refunfuña. Se pone sus pantuflas y camina con cautela, sabiendo de memoria cada posición de objeto en su departamento, además lleva un genio que te advierte que estés mejor muerto a encontrártelo. Con sus largas piernas da enormes zancadas hasta la puerta principal de su departamento. La abre y esta golpea contra el muro del costado, está apunto de gritar al mal nacido que ha interrumpido su momento de descanso, pero se ve detenido al no tener a nadie frente a él. Frunce el ceño, sale un poco más de lo común y mira a ambos lados, pero nada. El ruido de la televisión le sobre salta, ha vuelto la energía.
-mmh... ummh-un ronroneo, suspiros suaves o gemiditos, como gusten llamarles, se hace presente en las grandes y elegantes orejas del más alto. Este por inercia baja su vista por lo cual se encuentra con una cajita blanca, simple y común- mmh, uhmm... nammm-los gemiditos siguen. La caja comienza a tomar vida, se mueve con insistencia, como si algo quisiera salir de ahí. El alto da un paso atrás sorprendido por tal escena frente a sus ojos. La tapa se comienza a levantar y unos segundos después ya nada la cubre. ChanYeol no sabe que mierda es esta rareza de noche, pero si está seguro que es una puta rareza al ver ese pequeño bebe con orejitas café claro y un liso y perfecto cabello color chocolate. Un pañal por el cual hay un pequeño orificio donde resale una colita juguetona del mismo tono que sus orejitas y una camisita de mangas largas color blanco es lo único que le cubre ese bonito tono de piel color crema. El pequeño ser que esta con ojitos dormilones y llorosos, sujeta con sus pequeñas y lindas manos el costado de la caja, intentado así, asomar sus pequeña cabecita por esta. Sus orejitas están caídas mostrando así, su ánimo triste, lamentable y a la vez, adorable.
-P-Pero que mierda-ChanYeol balbucea incrédulo.