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Verano por Rinan

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Notas del fanfic:

¡Hola! 

Es una historia que comencé recientemente (también está publicada en otro sitio web). Espero que les agrade, estoy muy emocionada de iniciarme en Amor Yaoi, por fin me decidí a resgistrarme y empiezo mi camino aquí con "Verano", nuevamente, espero que les guste.

El verano es agradable.  Sentir la briza pasar, el cómo juega con tu cabello de manera graciosa despeinándote. El calor que te hace sudar, que cada gota de agua recorra tu tonificado y bronceado cuerpo.

 

-¿Acosando nuevamente?-aparece una voz de la nada.-eso no está bien ni-san.

 

Da un pequeño saltito ante ese comentario, ha sido capturado infraganti por su hermano menor.

 

-Kazunari, no me des esos sustos.-dice poniendo su mano en su pecho, siente cómo su corazón late acelerado. -No lo estoy acosando, si no le molesta entonces no es acoso.-dice sonrojado.

 

El de cabello negro suelta una carcajada ante su comentario, realmente es adorable la manera de excusarse de su hermano.

 

Ellos eran hermanos, Kuroko Tetsuya y Takao Kazunari, aunque la sangre no los uniera y la gente se empeñara en decir lo contrario, ellos eran hermanos.

 

Se encontraron un día rondando en las calles, sufriendo hambre y frío, ambos sin alguien a quien llamar familia. A Takao le había cautivado la carita tan peculiar del otro niño; cabellos azules, piel blanca, enormes mejillas, esos ojos llenos de luz. Kuroko se quedó sorprendido de la forma tan elocuente con la que se expresaba el pelinegro, esa capacidad de encontrar esperanza en los días más oscuros y desolados. Pensaron que si iban a estar solos, lo mejor sería que fuera en compañía del otro.

 

Al poco tiempo una joven y hermosa acompañante* los adoptó.

 

-No tienes por qué avergonzarte, quien puede culparte con tremendo pedazo de carne que tienes enfrente, grrr.- hizo el gesto de un perro hambriento.-deberías acercarte y decirle algo, llevas ya mucho tiempo solo mirándolo.

 

El peliazul bajó la mirada. Era cierto, desde que se habían cambiado a este nuevo pueblo había estado observando a ese moreno.

 

Aun recordaba cuando lo había conocido, era uno de esos días en los que solo quieres quedarte en tu cama retozando dentro de tu casa goza de aire acondicionado en vez de salir a la calle a “conocer” el nuevo vecindario en un día de verano caluroso. Caminaba junto con su hermano mientras comían un helado para atosigar el calor, cuando un enorme y anaranjado balón le dio un tremendo golpe en la cara a la vez que tiraba su delicioso helado de vainilla. Como ya era predecible su hermano comenzó a reírse ante la inusual escena, ya que el de tez clara tenía marcado en la cara el patrón del balón.

 

Definitivamente su ánimo no era bueno y ahora esto, no importaba si era un accidente alguien iba a morir por…-”Lo siento, te compraría uno nuevo pero si no regreso a la práctica ahora me va a matar mi entrenadora. Puedes esperarme y te compensaré”-se disculpó un sexy muchacho de cabello rojo, piel morena, un marcado cuerpo que se dejaba ver libremente ya que no llevaba playera, ¿ya mencionó que era sexy?. No pudo decir nada, solo mirar como corría con una estúpida y sensual sonrisa en su varonil rostro de regreso a lo que parecía ser una escuela.

 

Desde entonces había amado el caluroso y nada fresco verano que le permitía ver a ese chico entrenar de sol a sol semidesnudo al aire libre. Todos los días iba por las cosas para la comida y se detenía a mirar a través de una reja al pelirrojo unos treinta minutos y después retomar su rumbo a casa con el deseo de que ya fuera el día siguiente.

 

-Solo tienes que mirarme.-dijo señalando su vestimenta.-no soy ni un poquito atractivo, además ¿qué le puedo decir?

 

-Eres bellísimo, tienes un gran arsenal para usar.-dijo abrazándolo.- solo ve y dile “Hola, soy Tetsu el dios del sexo que no podías imaginar ni en tus fantasías más eróticas ” y veras como cae a tus pies.-dijo en tono juguetón.-me alegra ver que al menos es uno de nuestra edad y no un vejestorio.

 

Se ganó un golpe en las costillas por su hermano mayor.

 

-Eres un tonto, deja de divulgar cosas como esas.-murmuró volteando a los lados con la esperanza de que nadie hubiera escuchado las locuras de Kazunari.-mira quién habla, el que sedujo al pediatra.-dijo con una sonrisa de lado.      

 

-Eso fue un golpe bajo.-dramatizó.-mi Shin-chan no es un vejestorio, aun anda en los veintes y un pico.

 

Ambos rieron ante la ocurrencia.

 

Kuroko regresó su vista a el chico sin nombre, sin duda ahora se sentía como todo un idiota por no haber aceptado su helado, al menos así hubiera sabido cómo es que se llamaba.

 

-Así que otra vez está acosando al chico.-un salto nuevamente.-¿me dirán quién es esta vez?

 

-Amoooor…-ahogó un grito su hermano menor y se fue en contra del recién llegado.-te lo dije, eres muy obvio Tetsu.

Midorima Shintaro, médico pediatra. Cabello verde, alto, pestañas enormes, lentes y una inusual afición a los horóscopos. Este peculiar hombre era su cuñado, de alguna manera que no se explica el joven pelinegro había logrado volverlo su novio, lo que al principio parecía una locura ahora era un estable noviazgo de ya tres años.

-Midorima-kun-saludó formante.-debo de decir que no estaba acosando a nadie, solo pasaba por aquí y me llamó la atención el entrenamiento.

-A ti no te gustan los deportes, tu condición y tu profundo odio al sol te lo impiden así que no me creo el cuento.

-El pelirrojo alto.-señaló derrotado.

Se esforzó por poder enfocarlo, pero antes de hacerlo alguien tomó la corbata de su traje y la jaló para ponerlo a su altura y besarlo apasionadamente. Un delicioso y maestro beso francés que lo dejó completamente en blanco.

-Takao.-le llamó la atención.

No es que odiara esos gestos de su novio, le encantaban de hecho, pero no podía olvidar que estaban en público y que su pequeño novio tenía quince y el amenazaba con rondar los treinta, lo último que necesitaba era ir a prisión por meterse con menores.

-Lo siento, Shin-chan.-lo abrazó con fuerza.-es que estaba emocionado, no esperaba verte hasta el sábado por eso que estés aquí me pone de esta manera.-hizo un puchero pegándose más a él.

Se rindió, ante ese chico su fría personalidad no era efectiva, así era el amor.-sólo recuerda que si alguien nos mira vamos a meternos en problemas.-habló con ternura y depositó un beso en su frente.

El peliazul miró embelesado la escena, eso era lo que deseaba, quería tener una persona que lo amara con fuerza, lo cuidara como si fuera la joya más preciosa del mundo entero, que lo quisiera por quien era sin importarle su pasado. Su instinto le decía que ese chico pelirrojo era el indicado.

-Lo conozco-señaló el pediatra.-Kagami Taiga, es un titular de Teiko, muy bueno para el baloncesto.-su corazón latió con fuerza al escuchar su nombre.

Era sin duda un nombre que le iba, era fuerte y varonil.

-Pero tiene novio, también es titular y capitán del equipo, es ese de allá, bajito de cabello grosella y ojos desiguales.-concluyó.

Sus sueños se iban por el desagüe, a unos días de conocerlo y ya le había roto el corazón sin saberlo. Con ver a su novio se fijó que no tenía ninguna oportunidad, aquel muchacho desprendía un sofisticado porte, si era titular y capitán significaba que era realmente bueno en los deportes, y no era para nada feo.

-Vamos, al menos sabemos que le gustan los chicos y que con tus encantos puedes lograr que se enamoré de ti.-intervino Takao adivinando lo que pasaba por la mente de su ni-san- que puede tener ese enano cara de tomate que no tengas tu.-trató de animarlo aunque no estaba siendo muy efectivo.-piénsalo, lo haces tu novio y hacemos un cuarteto.-señaló a su novio.

Tanto el peliverde y el peliazul enrojecieron ante la poco sutil ocurrencia de Kazunari.

-Aunque sea mi hermano, aún no me puedo explicar cómo es que sales con él siendo tan cabeza hueca.-musitó Kuroko caminando rumbo a su hogar.

-Me cuestiono lo mismo algunas veces.-lo siguió.

-No Kazunari, jamás voy a tener una oportunidad con él, ni en un millón de años, porque pertenecemos a clases diferentes.-zanjó el tema antes de que Takao siguiera insistiendo.

Teiko era una escuela prestigiosa, ellos nunca podrían pagar algo así. Ese creyó que era su destino.

Notas finales:

Eso es todo por ahora, en unos días subiré el segundo, se aceptan sus comentarios y correcciones con los ojos abiertos. 


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