Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Verano por Rinan

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!! lo prometido es deuda :) aquí está la continuaión. Espero que les agrade.

 

Suspiró con resignación.

 

Hoy no podía ver a Kagami ¿alguien no se había rendido ya? casi se golpea cuando volvió a ser encontrado por su hermanito merodeando cerca de Teiko, lo cierto es que por más que le quiera dar de lado no puede hacerlo.

 

-Tetsu.-una mano se agita frente a su rostro con la intención de traerlo al mundo de los mortales desafortunados en el amor, una vez que consigue su atención prosigue.- Hemos traído la comida.-le señala las bolsas que trae cargando el de lentes.-¿necesitas algo más?

 

-Gracias. No, creo que yo puedo encargarme de los últimos toques, después de todo ya hicieron bastante yendo hasta el centro por la cena.-agradece y toma los paquetes para guardarlos en el horno.

 

Sin duda el doc les ha salvado de una buena, estaban a punto de tirarse del precipicio cuando les hablaron del restaurant y les dijeron que no podían traer su orden debido a un problema técnico. No podían ir con todo lo que había que hacer en casa para preparar la importante cena que su mamá había planeado, tampoco decirle a su madre era una opción ya que estaba en el salón de belleza y posiblemente no tuviera el móvil prendido. Takao había hablado del problemilla con su novio y éste se había ofrecido para hacer un pequeño desvío de camino a su casa para traer la comida.

 

Así era Midorima, una buena persona, pero solo con los que eran cercanos, y sus pequeños y adorables pacientes. Toda esa dulzura se escondía detrás de una fría máscara de indiferencia para el mundo, en palabras de él mismo, porque el mundo podía llegar a ser muy cruel.

 

-Necesito mi camisa blanca, Kazunari.-le recordó antes que que cruzaran el umbral su cuarto. El chico asintió en forma de respuesta.

 

Era cierto que su familia no tenía nada que ver con la sangre, pero estaba orgullosa de esa profunda relación que tenían los tres y eso era quizás lo que más le llenaba de conflicto con el nuevo novio de su madre, ella no tenía buen ojo para eso de conseguir pareja y eso le preocupaba. Una amplia gama de sujetos habían pasado por esa puerta desde los raros tatuados con el cuerpo lleno de hoyos hasta fetichistas pervertidos. Ninguno mejor que el otro, todos repudiando lo que ellos eran. No quiso darle tanta importancia, no es como si se fuera a casar con el sujeto por lo que no debía preocuparle tanto.

 

.-.-.-

 

Volteó para ver a su novio profundamente dormido. No se molestó en despertarlo, sabía que estaba cansado las bolsas debajo de sus ojos se lo confirmaron al retirarle sus anteojos. Se sintió un poco, muy, culpable por ello de sobra sabía que el oficio de ser doctor era algo demandante, obligaba a midorima a pasar noches en vela y estar en constante actualización con todo eso él venía cada fin de semana haciendo un largo viaje de horas solo para estar con Takao un día, día que podría estar descansando paseando con su familia.

 

-Perdón.- le susurra con tristeza.

 

-No tienes porque pedirlo.-habló el doctor con los párpados cerrados.-es de mala educación mirar a la gente cuando duerme ¿Es maña de su familia eso de ser acosadores?-se burlón de su novio.

 

Sintió un pequeño golpe en su pecho como venganza.

 

-No, yo… es que tú podrías…-balbuceo.-tener a algo mejor.

 

-Me seduces y ahora quieres dejarme tirado, no voy a permitirlo.-abrió lentamente sus orbes y con dificultad enfocó aquellos ojos azules que lo enloquecía.-en este mundo no hay nadie, escucha bien Takao Kazunari, nadie que pueda causar esto en mi.-El más alto enrrolló sus brazos alrededor de su pareja y lo atrajo hacía sí mismo, de tal manera que Kazunari estuvo a la altura de su pecho.

 

Escuchó un latir desenfrenado que venía del corazón de Midorima, y para él fue lo más hermoso que pudo haber tenido la dicha de escuchar, era un ritmo ardiente pero a la vez cálido que aceleró el propio.

 

Shintaro sabía que para él el primero y último sería este chico; Takao supo que jamás querría separarse de este magnífico hombre. Con estos pensamientos ambos se embarcaron a un merecido y cómodo sueño que los llevó a recordar cómo se habían conocido tiempo atrás.

 

.-.-.

 

Ya estaba la mesa pulcramente puesta, la casa limpia, todos estaban vestidos con sus ropas más decentes.

 

Su madre estaba vestida con un discreto vestido verde olivo, un suéter tejido y zapatos bajos, algo que en cualquier persona se vería normal pero en ella la vista de las cosas se elevaban un doscientos por ciento. Su cabello rubio levantado en una elegante cola había sido arreglado en el salón. Definitivamente era toda una belleza esa mujer.   

 

Tan pronto la puerta sonó su madre se levantó como un resorte para  atenderla. Todos se agarraron de sus asientos, incluso el médico, esperando a descubrir qué clase de individuo excéntrico traería esta vez a casa para presentarlo como su novio.

 

Cual fue su sorpresa cuando dentro pasó un hombre pulcro. Vestía un elegante traje color negro con corbata y todo, sus zapatos estaban lustrados a la perfección. Su cabello era de color negro con una franja blanca en la parte de enmedio. Tenía una expresión severa, sus facciones estaban lustradas por arrugas finamente marcadas que los hacían suponer que su

edad debía rondar alrededor de los cuarenta.

 

Traía una enorme bolsa de papel en la mano derecha y un hermoso y elegante ramo de peonías  la mano izquierda.

-Disculpen mi intromisión.-habló al entrar, sin duda esa voz era de un hombre maduro.-Estas son para ti.-dijo extendiendo las flores.  

 

-Oh son hermosas, no debiste.-musitó admirando el arreglo.-quiero presentarte a mis bebés.-Ambos chicos se sintieron avergonzados por el adjetivo que solí usar su madre.- este hombre es Shirogane Eiji, mi novio del que tanto les he hablado.

 

El sujeto se les quedó mirando de una manera muy penetrante, como si estuviera calculando sus movimientos, se asemejaba a un cazador que observaba a sus presas. Después de unos eternos segundos frunció el ceño con disgusto. Las cabebecillas de colores por un momento pensaron que les faltaría al respeto por sus enormes diferencias y peculiares rasgos, como los tipos anteriores que vinieron a su hogar.

 

-Pensé que habías dicho que solo eran dos chicos, me temo que he entendido mal y ahora me falta un obsequio.-se disculpó.- lamento no haber escuchado bien.

 

Su madre rió con ganas y le besó en los labios con cariño sin pudor alguno.

 

-Esos dos de ahí son mis hijos, el hombre guapo de anteojos es un amigo de la familia.-sonrió.- vamos chicos ya les he enseñado a saludar.

 

-Soy el hijo mayor, Tetsuya.-hizo una reverencia.

-Y yo el menor, Kazunari.-a Takao solo le hizo un alegre ademán.

-Midorima Shintaro, médico pediatra y amigo de la familia.-estrechó con confianza la mano del hombre.

 

La cena transcurrió de una manera agradable para todos. El sujeto parecía, al menos hasta ahora, una persona decente y si tuviéramos que hacer una alusión a decente sería que éste hombre no escupía, decía gracias, le hablaba de buena forma a su madre y no decía ninguna mala palabra, este era realmente decente.

 

Aún así se sentían muy fuera de lugar con Eiji cerca, parecía ser un hombre muy serio y reservado algo muy contrastante con su parlanchina mamá que siempre era tan expresiva, no podían imaginar que ellos pudieran tener una relación romántica pero si nos vamos a esos extremos, el médico y su hermano menor también tenían personalidades muy opuestas, tal parece que los opuestos siempre se atraen.

 

Ya habían sido recogidos los platos de la cena pero todos seguían en la mesa platicando.

 

-Creo que es un buen momento para darles algo que les traje.-atrajo una de las bolsas que tenía dos cajas enormes.-este es un obsequio para ustedes.

 

Los muchachos agradecieron por el  presente, el regalo más caro que había recibido de algún ex novio de su madre fue un chicle masticado por lo que no sabían qué decir.

 

Les fue otorgado a cada uno una caja blanca con un lazo azul. El hombre les dio la a entender que podían/debían abrir su regalo en ese momento. La más emocionada era su madre que tenía un peculiar brillo en los ojos.

 

Era un traje, bueno no cualquier traje más bien un uniforme de un color blanco perfecto, con camisa de color azul cielo y corbata en un azul más oscuro.

 

-¿Qué significa esto?-preguntó Takao mostrando el escudo que claramente decía “Teiko”.

 

-Yo soy el director de esa prestigiosa escuela y mi regalo es que ustedes estudien ahí.-dijo el hombre con una sonrisa.-no tienen que preocuparse por nada, la colegiatura, libros y demás van por mi cuenta.

 

Ambos miraron al novio de su mamá con cara de incredulidad.

 

-Lo siento pero no podemos aceptarlo.-dijo el peliceleste.- es un regalo muy significativo pero usted solo es, sin ofender, el novio de mi madre y no debería sentirse en la obligación moral de hacer algo como esto.

 

La rubia y el pelinegro se miraron y luego se sonrieron.

 

-¿Le dices tu o lo hago yo?-preguntó Shiro de manera amable.

 

-Creo que me toca.-contestó de manera juguetona.-verán, nosotros vamos a casarnos.

 

Eso era realmente inesperado.

 

Así aquellas vacaciones de verano se fueron como el agua entre los dedos y antes de darse cuenta su vida había comenzado a cambiar.

 

¬¬¬¬¬¬¬¬

 

Kagami  pov

 

Escucho a la gente hablar por los pasillos cuando pasamos, no le tomo mucha importancia porque siempre ha sido así, hablan sobre nuestra relación. No es que sea presuntuoso ni nada por el estilo, pero soy muy popular y él también lo es, así es salgo salgo con otro chico.

 

A S es mi novio desde hace unos dos años sumamente largos. Nos hemos conocido durante toda la vida, nuestros padres son dos íntimos amigos y socios desde hace años, ambos venimos de una familia prestigiosa como la mayoría de los que estudian en esta escuela. Es obvio que nuestros padres están al tanto de lo nuestro, a esos vejetes no se les escapa ninguna, están muy felices porque ellos ven este noviazgo como algún tipo de compromiso a largo plazo que beneficiará a ambas familias porque dos grandes se convertirán en una sola casa si nos unimos en matrimonio, tengo diecisiete así que denme un respiro.  

 

Ahora me encuentro en una dura encrucijada, aunque los demás digan que nos vemos tan bien como el primer día que nos presentamos como pareja las cosas son muy diferentes en la realidad, tenemos discusiones y muchas disputas en los últimos meses. Es atractivo pero eso no está siendo suficiente, falta algo que no se como explicar… bueno, sí lo sé pero no puedo decir en voz alta si es que quiero conservar mis partes en su lugar.

 

-Si tienes algo que decir deberías de decirlo ya.- lo volteo a ver con extrañeza.- has estado pensativo desde hace unos días.

 

-He estado dando muchas vueltas pero creo que debemos darnos un tiempo, algo no está funcionando  pienso que la distancia nos haría bien.-le dije con la mayor delicadeza.

 

Él se frenó en seco- Oh no, ahí está lo que quería evitar.

 

-Me estás terminando.-pregunta con voz amenazadora.- ¿Quién te crees? esto se acaba en el momento que se me dé la gana, si algo te molesta puedo arreglarlo aunque sé que no hay nada que esté haciendo mal.

 

-De esto estoy hablando, siempre quieres controlar a todo y piensas que puedes hacer lo que quieras con las personas alrededor, no eres perfecto y...

 

-No lo pienso, puedo y lo hago.-me interrumpió.-y está fuera de discusión eso de romper porque no lo apruebo.  

 

-Más vale que lo hagas porque esto se acabó, quieras o no.

 

Me giré y lo dejé ahí con la palabra en la boca, conociendo como era él.




.-.-.

 

Llego tarde a mi clase después de la acalorada discusión.

 

El profesor al verme entrar hace una mueca.-bien Taiga! primer día y ya te ganaste un sermón.- me aplaudo mentalmente, en escena entra otro chico al aula justo antes de que comience con su discurso, le dedico una mirada larga de la cabeza a los pies porque no se me hace nada familiar.  Es como si fuera una bola de algodón con su cabello claro y su pálida piel, si le sumas el molesto uniforme es como si fuera una nube, por alguna razón se me hace un poquito conocido. Su cara agitada me hace pensar que vino corriendo.

 

Habla de una manera formal y mundana, algo sosa y fuera de moda a mi parecer, no posee en él nada esa extraña extravagancia que distingue a los alumnos de esta institución.

 

Tomo la oportunidad y me tumbo en mi asiento ahora que él es sujeto de regaños, miro como al decir su nombre el profesor cambia su actitud, aunque solo un poco, para ese molusco.

 

-Bien, como habrán notado este joven es nuevo en nuestro honorable colegio.-lo señala.-presentate con el grupo.

 

-Mi nombre es Shirogane Tetsuya.-dijo y todos guardaron silencio absoluto.

 

Ni dos segundos y todos comenzaron a comentar por lo bajo cuando el chico escribe su nombre en la pizarra.  

 

Shiro ese apellido y forma de escribirlo no era muy común, la mayoría sólo tenía una persona en su mente que poseía tan singular nombre y no era nada menos que nuestro “carismático” director. Eso sí que era sorprendente tomando en cuenta que, lo de carismático claramente fue sarcasmo, el sujeto era un completo témpano de hielo que apenas y se llevaba bien con los que trabajaba, muchos apostaban que era un alien sin corazón. Era un hombre recto super disciplinado, un amargado total ¿alguien así había sido capaz de casarse y tener hijos?

 

-Bien, usted pensará que por ser hijo del honorable Eiji voy a dejar pasar su falta por llegar tarde, pues está equivocado, él más que nadie sabe que la puntualidad es un hábito importante.-hizo una revisión de sus notas.-  y mirando que esta asignatura es una de sus fuertes no creo que sea problema que enderece a nuestro dolor de cabeza y peor alumno de la clase, Taiga.

 

Me señaló al final de la fila, justo lo que necesitaba.

 

-¡¿Qué?!-dijimos los dos al mismo tiempo.

 

-Lo han escuchado bien, será su castigo a ambos por llegar tarde.-nos respondió.- y debo añadir algo más, si alguno vuelve a cometer la misma falta ambos serán castigados.

 

Refunfuñé cuando el viejo dijo eso, es que debí a de estar bromeando. Observé al chiquillo que tenía un expresión horrorizada, yo no quería pasar mi tiempo con él.

 

Fin de Kagami Pov

 

¬3¬

 

Kuroko pov

 

No había sido intencional el llegar tarde a la clase, yo era una persona muy puntual merece la pena decirlo.  Justo esa mañana nuestro “amigo familiar” ofreció llevarnos en nuestro primer día de clases, que no era más que una excusa para pasar más tiempo con mi hermanito. Justo al llegar al instituto  me separé de Kazunari inmediatamente y así darle un poco de privacidad para despedirse de Midorima-kun, no lo vería en dos semanas a causa de que mi cuñado debía de salir del país para una conferencia.  

 

Pensé que llegar a mi aula sería sencillo.-es solo el instituto nada puede pasar.- pero esta escuela era ridículamente grande y sólo tenía pasillos enormes y señalamientos confusos que hizo que me perdiera lo que dio como resultado que llegara al patio trasero en vez de mi aula. Al final tuve que pedirle a un intendente que me ayudara a encontrar mi salón.

 

No puedo describir lo que sentí cuando descubrí que estaría en la misma clase de Kagami-kun y mucho menos cuando el profesor me castigó, si es que a eso se le podía llamar castigo, con dar asesorías a “él” todos los días. Era una clase de sueño.

 

Al parecer todo estaba yendo mejor de lo que esperaba.

 

Andaba buscando un buen lugar para comer, cualquiera que no fuera mi salón porque ahí solo me hacían sentir incómodo con sus preguntas. Siempre he estado acostumbrado a pasar desapercibido, casi como un fantasma, debido a que no tengo una presencia muy fuerte. Además de que cuando saqué mi bento todos me miraron con burla, esta era una escuela para gente rica y era más que obvio que ellos comían en la cafetería; yo también podría hacerlo si quisiera, Eiji-san me había dado una tarjeta vip para el comedor pero yo no me sentía muy cómodo con ello porque ahí solo había gente presuntuosa.

 

Al salir recibí un mensaje de Kazu  para vernos en el techo de la escuela.

 

Al dar la vuelta en la esquina pude observar algo que me llamó la atención, eran dos chicos, uno de cabello azul eléctrico con piel morena y otro de pelo rubio y tez clara. Bueno no es que sus rasgos fueran inusuales comparados con los míos, sino que el moreno tenía contra la pared al rubio mientras lo amenazaba.

 

Así que en estas escuelas también había bravucones, si fuera cualquier persona seguro que pasaría de largo pero siendo tetsuya no soy capaz de soportar un acto de esa naturaleza.

 

-La violencia es mala.-murmuré.

 

-Piérdete enano-musitó con molestia.

 

-Así que aparte de violento idiota.-ok, tal vez estaba tentando a mi suerte pero es que el rubio parecía que iba a dejar de respirar en cualquier momento.

 

El agresor soltó a su víctima y se  centró en mi.

 

-No te metas, él puede...

 

-Te crees muy valiente, veamos si piensas lo mismo después de lo que voy a hacer contigo.

 

En un segundo ya estaba siendo levantado de mi camisa por aquel gorila ¿por qué todos son tan altos?.-Momento de usar mi combo especial.- Con algo de trabajo moví mi pierna pierna y le propiné una patada en sus partes nobles al moreno lo cual hizo que hiciera bolita mientras trataba de soportar el insufrible dolor que tenía su amiguito.-nunca subestimes a los hermanos atrae pervertidos.-pensé con superioridad.

 

Antes de disfrutar mi victoria el otro chico me habló.

 

-Corre antes de que se levante.-dijo el rubio mientras tomaba mi mano y me jalaba para comenzar a correr.

 

-¡Los voy a encontrar!-respondió aún con dolor el sujeto.

 

Lo voy a admitir, si es algo intimidante ese moreno.

 

Corrimos por todos los pasillos, a todo lo que nuestras piernas nos dio hasta que pudimos llegar a la azotea.

 

-¡Llegas tarde hermano!-me gritó takao haciendo un mohín.-¿Qué te pasó?-preguntó al verme tan exaltado.

 

Le expliqué muy resumidamente que nos había pasado, como era obvio él se empezó a reír cuando le dije que le había dado en las bolas. Hay que decir que cuando estábamos en la secundaría sufrimos bullying y acoso constante, además de que un tiempo vivimos en la calle, en pocas palabras nos hicimos fuertes.

 

Dejando todo eso atrás el extraño joven que había salvado se presento como Kise Ryota, un estudiante de nuestra escuela, al parecer era de mi misma clase, juro que no lo había visto- ¿cómo ibas a verlo si te la pasaste mirando todo el tiempo a ese bombón pelirrojo?.-me dijo mi subconciente. También nos contó que su acosador era un tipo de la escuela que se llamaba Aomine Daiki que desde la secundaria se la pasaba molestando, se burlaba de sus aspecto poco masculino.

 

Kise  era delgado, usaba lentes redondos y tenía unos rasgos muy finos casi como los de una chica. No usaba saco escolar, solo un suéter de como dos tallas más grandes y el cabello largo que le tapaba las orejas. No se llevaba bien con los del grupo porque gracias a Aomine también lo habían agarrado de burla.

 

-Me dejarían juntarme con ustedes.-murmuró con algo de pena.-como ven soy un bicho raro, pero de alguna manera siento que me podría llevar bien con ustedes.

 

Eso quería decir que también éramos bichos raros.

 

Takao soltó una carcajada malévola, bien creo que viene a continuación.

 

-Temo decirte que no cualquiera puede unirse a nuestro grupo.-vociferó-grupo de dos,  Kazunari.-pensé al verlo tan pretencioso.

 

-Por favor.-chilló Kise-kun.-haré lo que sea.-dicho esto se arrodilló frente a Takao.

 

Comencé a cuestionar sobre si sabían lo ridículos que se veían haciendo eso, me alegra que no haya nadie más.

 

-Bien Kise Ryota, tendrás que pasar una gran prueba y eso significa…-el rubio tragó en grueso.-¡hacerle un oral a mi hermano mayor!

 

-Ka-zu-na-ri.-dije oscureciendo mi aura.

 

-No, era una broma, Tetsu.-dijo antes de que le jalara la oreja.-¡Ah! Tetsu, lo siento, lo siento.-decía una y otra mientras agitaba sus brazos, lo giré en dirección a Kise e hice que bajara la cabeza.

 

-Discúlpate con Kise-kun.-le ordené.

 

-Lo siento  Ki-chan, fue una broma de mal gusto, claro que puedes juntarte con nosotros.-y así decidí soltarlo.

 

Ambos sonrieron como bobos.

 

 

Pensé que sería un chico callado pero era como una máquina parlante y apapachadora ¿todos los rubios eran iguales? me pregunté recordando a mi mamá. Aún así nos dio confianza y decidimos dejarlo comer con nosotros.

 

-Kuroko.-repitió y yo asentí.-así que serás Kurokocchi-grito con emoción.-tu eres Takaochi.

 

Era tan raro que tener alguien más a nuestro lado, desde el inicio solo fuimos nosotros dos  y solo nosotros dos. Para Kazunari y para mi nunca fue fácil hacer amigos, por mi parte siempre he pasado desapercibido es casi como si la gente no notara que existo siquiera. Para mi hermano es al revez pero con los mismos resultados, los que lo rodean celan su espíritu alegre y fresco que lo acompaña, eso pasa mucho con los que pueden brillar por su luz propia, la gente busca hacer que su luz se extinga.

 

Fin de Kuroko Pov

¬3¬

 

Kagami Pov

 

Esto es tan aburrido estábamos en la biblioteca ¿Quién rayos iba a una cuando tienes internet y tecnología?, a duras penas sabía de su existencia y si fuera poco el maldito silencio que nos rodeaba era sumamente incómodo, éramos los únicos ahí ni siquiera había bibliotecaria.

 

Bien sólo debía de tomar asesorías con él una hora después de clases, fingir poner atención y listo podría permanecer en el equipo ¡Ah! porque el viejo no se conformó con amenazarnos, para evitar que me saltara las dichosas asesorias le informó al entrenador  sobre mis terribles notas en lengua y llegaron a la conclusión de que si yo no mejoraba no iba a jugar más.



Lo miré una vez más era tan soso, no dejaba de pensarlo desde que lo conocí, vestido de aquella manera tan pulcra ¡Incluso traía el saco puesto! aún es verano y hace un calor de mierda que a cualquiera lo haría derretir, lo olvidaba, era un hijo del alien Shirogane.

 

Es una suerte que no use lentes porque sino juraría que es un ratón de biblioteca.

 

-Podrías ponerme atención y dejar de mirarme tanto, Kagami-kun-dijo con voz neutra mientras que se enfocaba en el libro que tenía enfrente como si su vida dependiera de ello.- a mi no me hace más feliz esta situación.

 

-No sabía que el viejo tenía un hijo, no te pareces en nada a él.-dije masticando mi lápiz.-se la tenía muy guardadito.

 

Traté de hacer conversación y evitar que trabajemos.

 

-Es porque no estamos relacionados por sangre.

 

Eso sí que es raro.

 

-No se lo diré a nadie.-dije leyendo su expresión asustada.- entonces el es…

 

-Mi padrastro, se casó con mi mamá en las vacaciones de verano. Decidió que cambiar nuestros apellidos era lo mejor ya que ahora somos familia aunque no estoy muy contento.

 

-Entonces debo de llamarte Shirogane.-me resultó gracioso, es como si estuviera llamando al director.- ¿o prefieres Tetsuya?

 

Lo repetí para mí mismo y fue algo agradable.

 

-Kuroko, eso me agrada más.-yo asentí.

 

-Eso explica porque jamás te había visto.

 

Me dio un golpe e hizo que me centrara de nuevo en el estudio- ese tonto sí que golpea duro para ser un enano- pensé mientras me sobaba mi costilla. Era demasiado complicado, todos estos kanjis y significados eran tan molestos.

 

-Es hermoso, solo imagina cuanta diferencia hay entre esta palabra y la otra.-señaló un ejemplo.

 

Nunca lo vi así, tenía algo de sentido pero no me motivaba. Odiaba la lengua japonesa y más su escritura, haría lo que fuera para saltar estas tontas asesorías. Se me ocurrió un descabellado plan para poder acabar con esto.

 

Me acerqué a él con mucho cuidado y le susurré en su oído tratando de que sonara super provocador.-¿te han besado alguna vez?- al parecer se quedó petrificado por un momento, vi como sus orejas se volvieron rojas, al fin un cambio en su inmutable expresión que me hizo sentir orgulloso.

 

No voy a negar lo atractivo que soy con mis rasgos y cuerpo bien marcado, no de envalde todo ese entrenamiento al que me someten, no es un secreto que muchos me desean tener de novio chicos y chicas por igual. Así que no haría daño hacer que este pequeño camarón cayera por mi y me ayudara a salvar la materia sin que yo me esforzara tanto, podía jugar un poco con su pureza que parecía tener.

 

Kuroko se volteó y me miró de manera estoica.-lo han hecho.-respondió con seriedad, ambos estábamos muy cerca.

 

Pero muy cerca.

 

-¿Enserio?-pregunté con algo de burla, quizás fue algo cruel pero necesitaba hacer que se cayeran sus defensas.  

 

Sin previo aviso tomó mi corbata y cerró la distancia que nos separaba. Posicionó sus manos, una en mi mejilla y otra en mi nuca e hizo que me acercara aún más; como me atrapó en la palabra le fue fácil colar su lengua dentro de mi boca y tener un dominio completo de mi cavidad. Sus dedos se deslizaban en mi nuca haciendo una pequeña caricia que me hizo sentir un escalofrío placentero.

 

Dio un pequeño mordisco a mi labio inferior antes de liberarme.

 

-Enserio.-dijo como si nada.-ahora ponte a estudiar porque mi hermano espera por mí para irnos a casa.


Fue tal mi vergüenza que mejor terminé por ponerme a estudiar en silencio y sin rechistar.

Notas finales:

"Nadie corta al emperador" pensaran muchos de ustedes >:D, bueno hay cosas que aún depara el destino para la historia. Espero sus comentarios. 

 

P.D: Sí, Kise es un raro. No siempre puede ser un genialoso modelo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).