Mingyu era un chico inocente pese a su apariencia.
Pero también era decidido, razón por la que pudo llevar a cabo su sueño de ser artista, aunque faltaba, iba bien encaminado. Prefería quedarse jugando con sus compañeros que estar ligando con alguna chica - eran bastantes las que se le acercaban- porque ellas resultaban molestas, exigentes y las veces que intentó algo -más que todo por influencia de sus compañeros- ellas querían arrebatarle lo que más quería, es decir, su carrera, sus amigos, sus salidas, todo lo que era divertido.
Así pasaron años y estaba bien porque lo que importaba estaba en alcanzar el sueño de ser estrella, pero ignoraba algo natural que le ocurre al ser humano en esa etapa llamada adolescencia, que se viene tipo remezón y te hace sucumbir sin remedio.
Las hormonas.
Y bastante fuerte hay que añadir. De esta manera Mingyu hallaba todo bonito, más cuando trabajas en una agencia en la que en cada esquina te topas a una modelo. Era hora de probar, las mujeres no podían ser tan complicadas y eran muy bonitas, también quería intentar de nuevo eso de besar, quizás si tenía suerte podría alcanzar otro nivel.
Pero también estaba aquel Hyung que siempre llamó su atención, nunca hasta ahora le pudo dar nombre porque tampoco estaba seguro de lo que sentía, era muy complicado y prefería ignorar cuando algo le resultaba así. Estaba a gusto teniéndole siempre consigo, abrazándole, haciéndole mimos, acaparar su atención, porque Wonwoo era su mejor amigo, y los mejores amigos tienen esa necesidad enorme de estar juntos en cada momento del día, era normal.
O no?
Tampoco que fuera a desvivirse pensando en eso.
Entonces un amigo de su colegio se burló, acusándole de homosexual, debido a los videos que se divulgaban en internet de escenas en donde él y Wonwoo demostraban su afecto. Todos reían.
Una situación típica después de todo, los chicos pueden ser crueles con los demás, y bien que lo hacían cuando querían llamar la atención haciéndose los graciosos, nada relevante.
Pero para él era un llamado de atención, no se había dado cuenta de la magnitud de los rumores. Sería un idol, alguien conocido por muchos, no quería esa imagen. Su madre alguna vez le dijo que ser gay era malo.
Hombre y mujer. En ese orden.
El fanservice estaba bien porque a las fans le encantaba emparejarlos, incluso puede ser utilizado a favor de su popularidad, enfrascarse en solo un integrante tampoco era bueno y era malinterpretado. Con toda la voluntad que pudo, se fue alejando lentamente de Wonwoo.
Lo extrañaba tanto.
Quería volver a ser su centro de atención, que le siguiera a todas partes, que jugará más con él que con otros. Ver su rostro decaído, en expresión neutra- aunque muchos decían que era sexy, no prestó mucha atención a aquello- era cada vez más común. Era su culpa, de alguna manera lo sabía, el pelinegro también lo extrañaba pero tampoco era capaz de reclamarle. Como jamás le escuchó, se atrevió a seguir con su actitud distante.
-“Yo lo amo”-
Reconocía esa voz tan profunda, aunque sonaba algo débil pero era obvio a quién se refería.
Su mente confundida, por una parte acongojado por el estado de salud del pelinegro y por otro, estaba esta declaración escuchada por casualidad, pero que afectaba todo su mundo.
Lo quería, era tan valioso, pero…
¿Qué hacer? Cómo responder si ni siquiera él estaba seguro de lo que era correcto.
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Wonwoo dejó caer su cabeza sobre la mullida almohada que olía a hospital, cosa que era nauseabunda a sus sentidos, quería salir de allí y dormir por días y días, sin ser molestado. Sin que nadie le recordase lo mal que estaba haciendo las cosas, tanto que su cuerpo le había fallado en plena grabación, la culpabilidad era enorme, no estaban como para perder una presentación siendo un grupo novato.
El manager fue sutil cuando le regañó por no cuidar de su salud, agradeció infinitamente eso. Pero en ese instante, S.coups no tuvo ningún escrúpulo en agarrarle de las orejas por no cumplir con lo prometido, aunque luego le abrazó estilo paternal.
Se hallaba confesándose de nuevo, Wonwoo se preguntó si su Hyung habría sido cura en su pasada vida, porque esto se le daba de maravilla.
¿Mingyu pecado?...Cómo no!
Con ese cuerpo esbelto y alto, su rostro atractivo de comercial, esas piernas hermosas cada vez más torneadas, que él con mucho disimulo detalló esa vez en los baños, ni que decir que se ponía más guapo con el tiempo, estaría toda la noche describiendo los atributos físicos de aquel idiota por el que estaba perdiendo la razón.
Se sintió tan poca cosa, de pronto no era suficiente, Wonwoo era un chico común según su autoevaluación, tampoco destacaba en el grupo, quedó seleccionado por su capacidad vocal, su talento. Pero estaba en el hospital, más delgado de lo que debería, con unas ojeras estilo mapache, con su cabello hecho una maraña y su rostro demacrado.
No podía permitírselo.
Ya no más. Porque él también tenía un sueño.
“Adios Mingyu”- salió sin querer de su boca, y el líder arrugó la frente.
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Wonwoo regresó a la mañana siguiente con la ayuda de su manager que insistía en tratarlo como si aún estuviera convaleciente, cosa que discrepaba de la realidad.
-Hyung!- gritó un emocionado Dino, en tanto se abalanzaba para abrazar a un sorprendido pelinegro, que correspondió al instante.
Todos estaban en la entrada de la casa de Seventeen, se veían felices por su llegada, este acto logró sobrecoger el corazón de Wonwoo. Las preguntas iban y venían, estaban preocupados por él.
Al fin se encontraba en casa.
-Yo opino que para celebrar que Wonie está bien, deberíamos comer pollo!- Dijo Hoshi y todos miraron suplicantes al manager.
-Esta bien- Acepto el mayor, y todos saltaron de la emoción- También quería aprovechar este momento para decirles que han superado las 100 mil copias físicas del albúm, justamente el CEO me ha pedido recompensarles y felicitarlos- El silencio inundó la sala de estar, nadie se movía.- Estoy orgulloso de ustedes- Finalizó.
-¿De verdad Hyung?- Dijo DK, irrumpiendo el mutismo colectivo.
-Deben estar listos a las 6, hoy habrá celebración en la agencia y por supuesto, mucho, mucho pollo- Sonrió, al instante fue risas, gritos, celebración.
El pelinegro no podía estar más feliz, esta era una razón más para no dejarse decaer por lo que ahora tras lo ocurrido, debía pasar a segundo plano en su vida. Jun apareció frente a él y le apretó tanto que perdió el aire, su mano se instaló en su cintura, firme, casi acariciando la zona, era incómodo pero otorgó esta muestra de afecto a la noticia, asi que lo dejo pasar.
-No te sobre exijas y ten cuidado, desde hoy vigilaré que cumplas con todo lo que dijo el doctor- interrumpió el manager, que sorprendió por lo repentino y porque aún Jun no le soltaba.
- Descuide yo le ayudo- Acotó feliz el pelicastaño.
-Chicos me despido y les encargo a Wonwoo, debo ir a organizar la fiesta, felicidades!-Se fué dejando el ambiente de celebración.
Hoy sin duda era un día importante, algo que no olvidaría, al día siguiente sabría que definitivamente, ese día nunca, nunca olvidaría.
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-Mingyu ayer te fuiste sin avisarme-Reprendió S.Coups.
-Lo siento huyng- Cómo explicarle que después de escuchar aquella conversación, no pudo dar la cara, aún no era tan buena su actuación como para ser efectiva ante Seungcheol.- Recibí una llamada de mi madre y tuve que marchar.
Estaba tan confundido.
-¿Está todo bien?-
-Claro que sí, ahora solo importa cuidar de wonwoo-hyung y celebrar-No incluyó que tampoco había hablado con este último, incapaz de saber que decirle.
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Nunca en su vida habían asistido a una fiesta tan exclusiva. Las luces hacían juego para crear una estela multicolor, que recorría cada rincón del centro de eventos. Era elegante y moderno a la vez, la barra de licores-cosa que no creyeron con la que se encontrarían, en especial por su edad- Era atendido por 3 mujeres hermosas ataviadas con trajes muy sugerentes, también había múltiples mesas en las que se encontraban todos los artistas de Pledis.
Su entrada causó furor y aplauso de los presentes, que se acercaron para felicitar a los trainees que vieron crecer y ahora triunfar.
-Joshua-Hyung estás tomando licor!- Dino estaba alterado, era la primera vez que asistía a una fiesta y nunca había visto a sus mayores beber alcohol.
-Pequeño si no lo has notado eres el único que no lo ha hecho, solo Vernon, Seungwan y tú no están autorizados para hacerlo-rió y entorno sus risueños ojos.
-Too Late Hyung- Dijo el mitad coreano, mientras acababa su tercer vaso y se disponía por ir al siguiente. El maknae se asustó, más cuando miró a su alrededor buscando a sus compañeros y comprobó que todos se hallaban en las mismas condiciones.
-Es que se acabó el pollo- Se excusó Wonwoo, hechándose a reír.
Mingyu apareció con dos copas ofreciéndole una al pelinegro, que agradeció demasiado entusiasta, los efectos del alcohol estaban presentándose y él era feliz, el más alto había permanecido toda la noche a su lado, así como antes. Iba a alejarse pero su mente ya no estaba tan consiente como para recordarle.
-Por Seventeen!- declaró el líder, levantando su copa, mientras un pequeño pelirrosa le sostenía para que no se tambalease.
-Por seventeen!- gritaron con euforia todos.
-come with me to drink wonwoo-hyung –Llegó Vernon junto a Seungwan.
-Qué…qué!
-com guit mi to…
-Qué bebas con él- Tradujo Joshua que no paraba de reír- Se le escapa la mitad norteamericana con el alcohol-
-Definitivamente! ha hablado toda la noche en inglés- bufó molesto Seungkwan. Al grupito se unió DK y Hoshi, compitiendo por quién entendía mejor al rapero menor, pero cuando este masculló algo parecido al alemán, se dieron por vencido pero continuaron bebiendo de aquel trago del que no sabían ni el nombre.
-¿A dónde vas?-Mingyu al notar que su hyung se levantaba del mullido sofá en el que se encontraban.
-Baño-Dijo alto para hacerse entender a pesar de lo alto de la música.
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Ya no sabía a donde había ido a parar su chaqueta de mezclilla, sentía demasiada calor, tanto que mojo su rostro, importándole nada el maquillaje. Se miró al espejo y la imagen que le devolvía su reflejo lo desconcertó.
De repente la puerta se abrió dejando ver a un alto peligris.
-Demorabas mucho y tengo que cuidarte- El más bajo se preguntó en que parte de cuidarlo, era el dejarlo beber tanto, aunque era su culpa, aquella bebida estaba deliciosa, tan dulce que no dejaba entrever lo fuerte del contenido etílico.
Estaban solos. Era la primera vez desde hace tiempo.
Te amo. No sé porque me enamore tanto si eres un idiota. Amm cierto, eres como mi otra mitad, tan diferente a mí…
Wonwoo con su cuerpo tambaleante inconscientemente se acercó al otro. La luz de aquel lujoso baño era tenue y las luces de afuera se colaban por las pequeñas ventanillas superiores. Pronto estaba tan próximo al menor que parecía que en cualquier momento le abrazaría.
Mingyu no lo corrió, no se asustó por la cercanía, algo invisible digámosle “un imán” le impedía hacerlo, esos ojitos rasgados le miraban con amor a pesar de no pronunciar palabra, él lo entendía, aún no podía darle lo que deseaba de él, porque ni el mismo sabía lo que sentía y no estaba seguro de poder permitírselo.
Esa vez que tuvo su primer beso, siendo tan grande tuvo que agacharse mucho para alcanzar a la chica. Wonwoo era alto, no tanto como él, pero un metro ochenta no era para ser mirado en menos.
Sostuvo su rostro entre sus manos y le instó a mirarlo.
-Estas sonrojado Hyung.-Su aliento aunque con toques de lo bebido, era maravilloso y se embriagó de él. Estaba nervioso.
Porque había visto esos labios rosaditos y húmedos, con esa forma tan especial, y no era una mujer, era su más querido amigo.
Mingyu junto sus frentes, sin saber lo que hacía, una de sus manos recorrió su cuello, hombro, hasta instalarse en la cadera de Wonwoo, mientras este se mantenía inmóvil.
Si! La estatura era perfecta.
Separó su frente, y el pelinegro se sobresaltó. Tener ese rostro tan cerca era incómodo y tentador.
Estaba hipnotizado observando como ahora Wonwoo entreabrió sus labios respirando, fue cuando este sacó su lengua humedeciendo aún más la zona, dejando un rastro de saliva…
No pensó más.
Unió sus labios con los del otro. Manteniéndose así, sin moverse, disfrutando la suavidad, que inesperadamente le ofrecía un hombre, y al instante necesitó de más. El pelinegro que hasta ahora no había hecho acción, solo cerraba los ojos, puesto que no sabía que hacer.
-Solo cópiame, ¿vale?- Wonwoo asintió embobado, no creyéndose lo que estaba ocurriendo.
Y así de nuevo tenía esa boca pegada a la suya, pero esta vez Mingyu empezó un movimiento suave, que le supo a gloria. Pronto recordó que debía copiar y así lo hizo, dejándose llevar.
Era tan torpe la forma en que intentaba friccionar sus labios con los suyos, pero se le hizo tierno, él no tenía mucha experiencia pero obviamente tenía más que el mayor, un sentimiento de triunfo le inundo al pensar que de seguro era el primero en besar a este atractivo ejemplar masculino.
Se separó, para unirse al segundo de nuevo en un beso esta vez un poco más apasionado. El peligris agarro la cintura contraria más fuerte y Wonwoo subió sus brazos hasta el cuello del más alto, mientras que este lo acorralaba contra la pared.