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El Origen del Pecado por Mariela

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RECHAZO

Nagisa logro adaptarse rápidamente a la vida en el palacio, así como en el pueblo. La gente la trataba bastante bien, y ni que decir de los reyes, sin duda, la ángel había sido muy bien recibida en el reino del Edén. Ahí, conviviendo entre ellos, logro que todas las heridas de su corazón por fin sanaran, y la sonrisa volviera a su rostro.

La peli-roja no necesitaba de comida, pero no dudaba en ayudar a las sirvientas del palacio en todo lo que podía: aprendió a cocinar…

-Ehhh, mire Eve, ¡La sopa me quedo mejor que la última vez!-dijo saltando de alegría

-Oh, muy bien Nagisa, ya estas aprendiendo

A lavar y limpiar los salones del castillo…

-Ariane, creo que no has entendido. Los vidrios deben quedar bien, no empañados

-Lo siento Isabel-le sonrió infantilmente-Tratare de hacerlo mejor

Incluso iba a todo tipo de mandados que se requerían en la cocina, lo cual ayudo mucho a conocer  y memorizar todos los rincones del reino.

Pero lo que más le gustaba a la pequeña ángel, era sin duda pasar tiempo con la princesa Shizuma. En todo ese tiempo, ambas habían logrado construir una relación demasiado estrecha, y cariñosa. Se acompañaban a todos lados, nunca se separaban, dormían en la misma habitación, reían juntas y se contaban todo sobre su vida.

 Aunque claro, Nagisa jamás le confeso a Shizuma sobre su destierro, su origen  y mucho menos le hablo sobre Kaori. Pues pensaba que si la princesa se enteraba de ello, querría alejarse para siempre, y eso no lo podía permitir.

Por alguna razón, Nagisa sentía que cada centímetro de separación entre ellas era un enemigo a vencer, quería tanto a la princesa Shizuma, demasiado que le era imposible describirlo. Amaba su sonrisa, su amabilidad, su belleza, su carisma, su valentía y fortaleza, Alexiel Shizuma era una mujer como ninguna otra. Un bello tesoro que no deseaba perder. Con ella, incluso había olvidado el dañino amor que una vez sintió por Kaori, aquel que tanto la había lastimado.

“Pues la ángel ya se había dado cuenta desde antes…”

-¡Termine!-dijo la peli-plata repentinamente

-¿Eh?-la miro confundida

-Nagisa, dijiste que te gustaba este campo ¿no?

-Si-asintió-Las flores blancas son muy bellas, y su aroma es extravagante

-Saa…

“Que la razón por la que quería tanto a Shizuma…”

-Toma-se acercó a la peli-roja, y le coloco una corona de flores que ella misma había hecho-Sabia que quedaría bien con tu color de pelo, además de que combina con tu ropa y tus alas

-¡…!

La sonrisa tan cálida que la princesa le había regalado hizo sonrojar a la ángel, sintió como su corazón latía fuerte y aceleradamente, y sus ojos se clavaron en la profundidad esmeralda de los ojos de Shizuma. De pronto, la peli-plata acaricio su mejilla sin previo aviso, lo cual hizo que una corriente eléctrica recorriera todo su cuerpo.

-Nagisa, tienes una piel extrañamente suave y blanca-la miro con ternura

“Era que se había enamorado profundamente de ella”

La peli-roja ya no podía más, cada día le era mar difícil contener esos sentimientos que florecían en su interior, si no le decía a Shizuma lo que sentía por ella, seguirían torturándola por dentro.

“Me pregunto si…”-acerco su mano lentamente hacia la princesa, quien se había dado la vuelta para saludar a alguien entre los arboles-“Algún día…”-tomo su brazo y la jalo hacia atrás, mientras que con la otra tomaba su rostro-“¿Podrás amarme como yo te quiero a ti?”-y un beso acabo con toda distancia entre ellas

La peli-plata abrió los ojos como platos ante la acción de la chica, no lo había visto venir, su mente quedo en blanco, y no era capaz de razonar nada. Estaba siendo besada por un ángel, por una MUJER, Dios no lo aprobaba, y siendo ella la heredera del Edén, el pecado no estaba permitido en su ser.

Aparto bruscamente a la ángel, y bajo la vista tocando delicadamente sus labios.

-¿Por-Porque hiciste eso?

-Shizuma-sama…-sintió que el llanto se desbordaría nuevamente

-Yo…¡No quiero que vuelvas a hacer eso jamás!

-Shizuma…-intento acercarse, pero la princesa retrocedió en señal de rechazo

-¡A mí no me gustan ni me gustaran las mujeres!-grito enfadada

Fue entonces que Nagisa al fin comprendió. Su corazón dolía, y dolía peor que cuando había sido desterrada, pero por fin comprendía que siendo ella una mujer, jamás podría amar ni se amada por alguien igual.

Por eso Kaori la había rechazado, sin embargo, el amor que alguna vez sintió por ella no se comparaba en nada al que sentía ahora por Shizuma, y a la princesa no la dejaría ir.

Si el problema era su sexo, lo arreglaría. Arreglaría todo lo que estuviera mal de ella solo para estar al lado de la persona que amaba,

No la perdería, nadie jamás la había tratado como Alexiel lo había hecho, y sin importar lo que tuviera que hacer, estaría a su lado a toda costa.

Ensombreció su mirada dejando que un par de lágrimas rodaran por sus mejilla, y salió volando de ahí antes de que Shizuma alzara la mirada, dejando tras de sí, una pluma blanca.

-¿Nagisa?...-el rostro de la peli-plata se empapo de lágrimas sin saber la razón, solo sentía un gran vacío en su corazón mientras veía como la pluma caía lentamente al suelo.

Se dejó caer de rodillas sobre el campo, y empezó a llorar amargamente abrazándose a sí misma.

Nadie sabía…que la Caja de Pandora pronto se abriría, y el mal seria desatado en la humanidad. El Pecado estaba muy cerca.


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