LA PALOMA BLANCA
La sangre de los reyes se derramo sin piedad alguna, ambos monarcas perecieron ante las espadas de su pueblo, y la princesa, la hermosa dama a la que una vez amaron y adoraron, fue capturada para luego ser llevada a la plaza del reino.
Shizuma lloraba desconsoladamente, mientras era sometida por su gente. Fue despojada de su elegante y pomposo vestido negro, quedando en camisón blanco, y amarrada a una cruz de madera para quemarla bajo la vista del Creador, bajo el cielo azul del amanecer del Edén.
-¡¡¡POR FAVOR!!!
¡PLAS!-una bofetada la hizo voltear. La peli-plata mordió su labio inferior mientras derramaba lágrimas amargas de sus ojos.
-No entiendo…-murmuro con ira contenida-…¿Por qué…me hacen eso?...¡¿POR QUE?! ¡CUANDO YO HE VELADO TANTO POR USTEDES!
-¡CALLATE SUCUBO!-otra bofetada, y esta con más fuerza ejercida-¡ERES IGUAL A BRUJA!
-¡SI!
-¡SON IGUALES!
-¡¡¡MATENLA!!!
Bruja, el nombre del súcubo (demonios femeninos)) que se encargaba de corromper a los ángeles masculinos con deseos sexuales y lujuria, ahogándolos en la pasión carnal prohibida.
El demonio que el tiempo conocería como “La Madre de todos los íncubos y súcubos”, la Madre de todos los demonios sexuales. Y a su nombre, como el nombre otorgado a todas aquella mujeres que practicaran brujería y magia negra, porque fue así como se le llamo a la princesa que hizo un trato con el diablo para obtener el poder de ver la maldad del mundo, y la que se entregó a otra mujer por lujuria.
Un aura oscura y maldita emanaba de cada habitante del reino que abucheaba a la princesa a la que quemarían, la maldecían y le lanzaban lodo y piedras, le daban la humillación que decían que merecía, sin escuchar las suplicas de esta.
-¡¡¡POR FAVOR, PIEDAD!!!!
Alexiel no sabía que al haber mordido la fruta no solo abrió sus propios ojos, también abrió los de su reino, y ahora pagaba las consecuencias. Vio con terror como llenaban de leños el pie de la cruz, para luego encender antorchas con las que le prenderían fuego a la Bruja.
-No…¡No! ¡NO!
-¡¡SHIZUMA!!
La peli-plata abrió los ojos como platos al ver llegar a su ex prometido a la plaza. Setz intento acercarse a la cruz donde estaba Shizuma, pero el pueblo lo retuvo y lo sujeto para evitar que interviniera. De sus ojos brotaban lágrimas de impotencia y dolor, peleaba desesperado por alcanzarla y salvarla de la hoguera, sin embargo, el reino no se lo permitía.
Alexiel lloro aún más al verlo, a pesar de lo que le había hecho, el aun la quería. Vio llegar a otro joven a su lado, uno de cabellos negros con ojos azules, que intento ayudarlo pero fue sujetado brutalmente por otros hombres del doble de su estatura. Shizuma se preguntó…si eso era lo que su Creador quería para ella, si su pecado había sido tan grande como para merecerlo, sin embargo, aun así no se arrepentía sin importar su respuesta.
Al darse cuenta de que sus suplicas eran inútiles, prefirió callar. Pronto, sintió el calor de las llamas envolverla rápidamente, y escucho a un hombre gritar:
-¡EN NOMBRE DE DIOS!
“¿Dios? Pues espero que este feliz ahora”-El dolor de las quemaduras era insoportable e infernal, estaba sufriendo y nadie la ayudaría-“Nagisa…Ariane, si hemos de volver a nacer algún día, yo deseo con todo mi corazón que podamos volver a conocernos, y amarnos de nuevo”
-¡NOOOO! ¡¡¡SHIZUMA!-intento correr hacia las llamas después de lograr soltarse, pero el peli-negro lo detuvo
-¡Setz! ¡Setz!....se ha ido
-No…-se aferró al cuerpo de su amado Iwaki y lloro desconsoladamente en su hombro-Shizuma
“Porque si eso sucede, yo cumpliré aquello que te prometí”
-¡AAAAAAHHHHH!-grito la princesa
Las llamas se extinguieron casi después del grito, dejando ver aquel cuerpo antes señorial totalmente deforme y quemado, ya sin vida alguna en él.
“En este voto teñido de blanco, juro ante Dios que si volvemos a nacer…jamás te abandonare”
De pronto, ante la mirada aterrorizada del reino, del cuerpo quemado de la princesa Alexiel emergió una blanca paloma que salió volando hacia el cielo, seguida poco después de una de color negro.
Y asi, la espiral del ciclo de encuentro de ellas inicio,
Encontrarse, separarse y volverse a encontrar
Por siempre, hasta que el ciclo se rompa…
OOOOO
-Vaya-suspiro con sarcasmo-Que lindo cuento de hadas, ammm…¿Ijuuin?-asintió-Pero ciertamente fue muy fantástico, te recomiendo que trabajes un poco más en el toque de realidad ¿Si? Te ayudara a divertir a los niños
-Lo que te dije es real
-Y exactamente, ¿Por qué piensas que voy a creerte?
-Porque…-se levantó de su asiento y camino hacia el balcón para marcharse-Es TU historia Zen, tu eres la Sacerdotisa Negra, tu eres la ángel Ariane. Es solo que…extendió sus alas-No lo recuerdas
-¡Yo no…-intento protestar
-¡Y! si crees en mis palabras y decides ayudarme a encontrar a la otra sacerdotisa, ten por seguro que tu y ella o el llegaran a estar juntos sin tanto sufrimiento. No se cómo reencarne Shizuma, puede ser hombre o mujer, pero cuando la encuentres sabrás que es ella porque jamás querrá abandonarte, y sin importar cuantas veces se vaya siempre volverá a tus brazos para volver a ir. Un ciclo que no encontrara final hasta que ambas estén bajo el resguardo del Creador como lo ha ordenado-se preparó y salió volando de ahí dejando a Zen totalmente confundido
No tenía idea de cuánto cambiarían las cosas a partir de entonces, pues la persona a la que amaría más que a su alma apenas llegaba a su vida.
“Odio lo que soy, de verdad lo odio...lo tengo todo y a la vez nada...y"-de pronto, se detiene en su andar por el bosque, y ve a un hombre en el suelo. Al parecer, pudo notar que su esencia era diferente, más cálida que la suya, dándole a entender que era un dragón que había violado las reglas y entrando en terreno prohibido. Quien violaba esa ley, debía ser asesinado, por lo que desenfundo su espada, y se acercó más a él, noto múltiples heridas, la ropa desgarrada y por el olor a sangre, podía decir fácilmente que agonizaba. Obvio, eso no debía importarle, se preparó y justo cuando iba a asesinarlo, el reacciono y lo miro con unos hermosos ojos de color azul como el zafiro...Kirishima se perdió en su belleza, bajo su espada y lo miro fijamente. Había algo en esos ojos que le impedía matarlo, su corazón comenzó a latir fuertemente, le entraron unas incontrolables ganas de protegerlo...un impulso de salvarlo…”