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Desde antes, tu eras mi destino. por Haruki Kazuhiko

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Notas del capitulo:

EL 2DO CAPITULO, ESPERO PUEDAN DISFRUTARLO

-Tetsuya… -Kagami miraba al pequeño parado a su lado, llevaba puesto su uniforme, y en la mano sostenía un libro, para el clima que había no parecía estar adecuadamente abrigado

-Kagami-sensei ¿Pasas por aquí siempre?

 

Kagami se hinco hasta su estatura, ¿Una señal? Eso no podía serlo, tenía que ser una coincidencia y a pesad que de ningún modo eso podía ser una coincidencia, el luchaba por hacerse creer que lo era. Salio de sus pensamientos, pero muy profundamente estaba feliz de volver a verlo.

 

-Es un tanto tarde, ¿Qué haces por aquí?

-Me gusta venir a leer aquí, es un parque muy agradable. Lo encontré hace unos meses, es divertido

-De divertido nada, es tarde. De seguro tus padres deben estar preocupados

-Ellos no están en casa ahora

-¿Trabajan?

-Si

-Ya veo… -Kagami miro su reloj, las 7:45, no era tan tarde pero aun así no eran horas de que un niño estuviera solo en la calle –Vamos, te llevare a casa

 

Kuroko le miro al principio inexpresivo, pero algo cambio en su mirada, fue como si estuviera feliz. Quizás se sentía aliviado porque no tendría que regresar solo a casa. Eso fue lo que pensó kagami, kuroko guardo el libro en la mochila y después agarro la mano de Kagami lo que lo tomo por sorpresa, pero después recordó; Kuroko era solo un niño de 10 años, y eso era lo que los niños hacían, tomaban la mano de los adultos

 

Durante el camino a casa Kagami le contaba sobre sus juegos en seirin, y que él esperaba que Kuroko también pudiese entrar a esa escuela. Trataba de sembrar en ese pequeño niño el amor hacia el deporte.

 

-¿Kagami-kun ama el básquet?

 

El cambio en su nombre sonaba raro, pero era normal. Ya no era más “sensei”

 

-¡sí!, aunque a veces jugarlo es raro

-¿A qué te refieres?

-cuando estoy en la cancha, siento como que algo falta

 

Kuroko no pudo entender eso, pero en la mirada de Kagami noto nostalgia, ¿Algo verdaderamente le falta?... en su mente tan pequeña no lograba el entendimiento

 

-Vivo ahí –Señalo una casa un tanto grande, en la entrada se podía leer “Kuroko”

-¿Seguro que tus padres no tardan en llegar?

-Estaré bien –Kagami se detuvo en la entrada, soltando la mano del pequeño

-… ¿No quieres que te haga compañía?, e…es decir… ya sabes… ¡Eres muy pequeño!

-Yo se defenderme solo… ¡Mira estos músculos!

-¡ERES UN ESQUELETITO!

 

Kuroko le sonrió levemente y se metió a su casa, Kagami lo miro, y se quedó un rato ahí afuera mirando detenidamente. De alguna manera era agradable estar con él, aun así solo era un niño y el tenía que comportarse como lo que era. Un adulto

 

-¡¡Oye Aominecchi… también quiero jugar!!

-Entonces trata de quitarme la pelota, tonto…

-Nee… ¿te has dado cuenta ya?, Kagamicchi ha estado en las nubes todo este rato

 

Un balonazo lo saco de sus pensamientos

 

-OIGAN IDIOTAS, ¡DOLIO!

-Qué te pasa, ¿Por qué estas así?

- … Ustedes par de Homosexuales… ¿Por qué se gustan?

-Heeeee… ¡Yo no soy gay!... solo amo a Aominecchi –Aomine volteo a verlo irónico

-Perdónalo, es rubio después de todo…

-Como sea…

 

Kagami miraba a todos con parejas felices, el sabía que no todo en la vida sería básquet. Quería encontrar alguien con quien estar. Pero de alguna manera… no se enamoraba de nadie.

 

Sin decir nada se levantó y dejo a la otra pareja seguir jugando, incluso para ellos alguien de su mismo sexo estaba bien pero para el… no se imaginaba con un hombre, según lo que había aprendido sin duda alguna. El sexo sería más difícil con otro hombre, y además el aún no estaba interesado en eso.

 

Se sentó en una banca por donde pasaba, ¿Por qué no dejaba de dolerle el dedo meñique? Y ¿Por qué solo en algunas ocasiones? Seguramente quizás al recibir algún pase, se lo habría dañado, tomo su dedo con la otra mano y comenzó a sobarlo, pulsaba muy constantemente

 

-A mí también me duele ese dedo, desde hace un tiempo…

-¡¡AAAAH!!....¡TETSUYA!

-Buenas tardes…

-¿Por qué apareces de la nada?... –soltó un respiro –Verdaderamente me asustaste

-Lo siento –Cerro su libro y concentro su mirada en el mayor

-A todo esto, que haces aquí de nuevo solo

-Esperaba a que Kagami-kun pasara

-¿Eh?... ah por ayer…

-No solo por eso, yo descubrí que Kagami-kun pasa por aquí siempre, si yo estoy aquí entonces puedo verlo todos los días

-ya veo… ¿Es porque quieres seguir aprendiendo básquet? Si es así pudiste…

-No es eso… -Miro al suelo, después de unos segundos, miro hacia kagami –Yo estoy  enamorado de Kagami-kun

 

Kagami le miro con los ojos muy abiertos, era una broma ¿Verdad?, el solo era un niño y la diferencia de edad era por 8 años, igual si lo pensaba bien no era demasiado, pero para sus edades actuales no era muy favorable, solo se reservó a sonreír.

 

-Venga Tetsuya, yo soy alguien mayor, tú debes enamorarte de alguien de tu edad, y que sea una niña

-A mí me gustas tú, nos vamos a casar

-Los hombres no se pueden casar

-Mamá me dijo anoche que si dos personas se aman, se pueden casar… entonces tú y yo nos podemos casar

-Los viejos no pueden casarse con niños

-Si tomo mucha leche creceré… entonces poder casarme contigo

-no solo es leche…. ¡¡Nada de eso!! Tú debes de casarte con una chica

-Kagami-kun puede darme de su leche

 

Dio en un punto… quizás el niño habla de leche normal, pero un chico de 18 años no lo miraba de esa manera, en menos de 1 segundo por su mente había pasado la cara de Kuroko… y en su boca, en las mejillas… tenía una sustancia blanca… ¿Qué demo….? Era malo.

 

Kagami se levantó rápidamente de la banca, tomo la mano de kuroko y comenzó a jalarlo, para Kuroko esa reacción era parecida a cuando su papá se enojaba y lo mandaba castigado a su habitación, pero esta vez el no hizo nada malo. El solo dijo lo que sentía

 

En total silencio. Ambos caminaron hasta casa de Kuroko, al llegar Kagami lo soltó y miro un tanto serio, quizás el estarse viendo lo estaba mal influenciando, ¿Oh sería algo que vio en televisión?

 

-Ve a casa

-¿Te veré mañana?

-Q…quizás –Los planes de Kagami era probablemente no verse nunca más, pero en una etapa confundible como en la que estaba kuroko seguramente solo sería hasta que creciera y estuviera más informado. No pasaría nada más.

 

Kuroko le sonrió y entro a su casa. La brisa era fuerte, toda la noche estuvo pensando en esas palabras, no pudo conciliar el sueño y tampoco pensaba que un pequeño acaparara toda su atención, aun durante el amanecer y durante toda la escuela no pudo sacárselo de su mente

 

¿Se estaba enamorando? ¡Imposible! Kuroko era un niño… si no dejaba de pensar en el seguro que era por eso. Porque era un niño y la situación en la que estaba era mala. Pero como ya había pensado antes solo era una fase, el pequeño pronto se olvidaría de él.

 

-Q…que…

-Estos son mis sentimientos por ti

-¿Una hamburguesa?

-A kagami-kun le gustan las hamburguesas, y a mi me gusta Kagami-kun

-Aun así…

-¿No la quieres?

 

Sus ojos…. ¡parecía un jodido ángel!

 

-Demonios… ¡dámela!

 

La recibió, la cara de Kuroko se puso feliz, ¿Por qué demonios Kagami sentía que desmayaría?

 

-Yo hare que te enamores de mi

-Eso es imposible, ya te dije que eres un niño

-No importa, te seguiré a todos lados, yo seré tu sombra

 

El pecho de Kagami dolió, nunca había escuchado algo como eso pero… ¿Por qué parecía que ya había escuchado eso antes?

 

-ya crecerás –Revolvió su cabello azulado y llevo la hamburguesa a su boca

-Lo hare –El comenzó a beber de un popote, era una malteada de vainilla

-No porque tomes leche ahora quiere decir que vayas a crecer mucho

-Me gustan mucho los batidos de vainilla

-Entonces es eso

-pero no más que Kagami-kun

 

Volvían a donde el principio, a pesad de que el mayor lo quería evitar.

 

Kagami se comenzó a acostumbrar a la compañía de Kuroko, se miraban diario en el mismo parque, cuando Kuroko salía temprano iba por Kagami, eh inclusive hubo ocasiones en las que Kagami fue por el menor, este deseaba hacerlo más seguido ya que ver la carita de aquel niño tan feliz eh iluminada lo hacía a el realmente muy muy feliz.

Fueron 4 meses que prácticamente se pasaron volando, 4 meses en los que parecían 2 tortolos, y lo más raro que el que era acortejado era el mayor, lo bueno era que podían tomarse de la mano. Nadie los miraba mal. Y era de lo más normal ya que a la mirada de los demás eran como hermanos.

 

Volvieron al parque de siempre, ya era un tanto noche y pese  a la insistencia de Kagami de llevarlo ya a su casa, Kuroko quiso pasar unos minutos ahí, para Kagami a pesad de que no quería aceptarlo y de que no hacían más que tomarse de la mano y tontear era como si ya fueran novios.

 

Se dio cuenta de eso pronto, había tenido ya varias novias, inclusive algunas más aún se le insinuaban pero nadie llamaba su atención, nadie más que ese pequeño niño. Pero también sabía que eso era un problema, él podía realmente quererlo ahora pero si alguien se diera cuenta inmediatamente seria etiquetado como un enfermo  sexual y seguro que los separarían. Así que aunque se quedara solo para siempre. No permitiría que entre él y kuroko pasara algo.

 

Aún tenía algunas dudas, quizás solo estaba exagerando y solo era cariño y no amor.

Kuroko se paró frente a él y le estiro los brazos, habría que ser tonto para no reconocer ese gesto, quería que lo cargaran y el mayor así lo hizo. Se agacho por el para levantarlo, entonces Kuroko lo abrazo, de una manera que nadie hasta el momento lo había hecho, el respondió el abrazo

 

-Yo, en verdad quiero a Kagami-kun

 

Pudo sentir esos pequeños labios en su mejilla. Ese beso jamás lo olvidaría.

 

El parque estaba solo, no había nadie más, suerte que era una persona cuerda, consiente de la situación. Si no en ese mismo momento hubiera empujado ese pequeño cuerpo hacia los arbustos y quien sabe que es lo que hubiese pasado. 


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