5
Dominique había platicado con su amiga y maestra Jessica sobre el tiempo de grabación, ella había escuchado que era cuestión de meses, pero a ellos solo les había tomado dos semanas el grabar una película. La castaña le había contado que el equipo de trabajo que había conocido esos días era con los que trabajaban desde la universidad. Por lo que todos ya sabían cómo le gustaba a Ezra que se hicieran las cosas, y la directora confiaba en el talento de todos dándoles libertad creativa, eso facilitaba y agilizaba bastante el trabajo. Por eso era que procuraban trabajar siempre con las mismas personas. Aún no le habían dicho nada sobre si quería formar parte del equipo, si eso llegaba a pasar, no tenía idea de si aceptar o no. Por una parte quería decir que sí, era trabajo seguro y el pago que le ofrecía Ezra le parecia bastante generoso. Por otro lado…
La rubia se tocó el vientre y después desvió su atención al reloj. Había llegado demasiado temprano a su cita con la directora. Vio el menú frente a ella, estaba en una cafetería cerca de la facultad donde se vería con Ezra. A pesar de ser un lugar cercano a donde estudiada era la primera vez que entraba y eso era porque prefería la comida casera. Observo el lugar y le pareció bastante acogedor, limpio y bien iluminado. Soltó un pesado suspiro mientras tomaba uno de los panes que habían dejado en el centro de la mesa. Los días pasaron rápido luego de volver a la ciudad, la directora no se puso en contacto con ella enseguida, Jessica culpo a Dexter de ello. Al parecer la había secuestrado para terminar una maratón que dejaron pendiente, no le dio importancia, imagino que necesitaba despejarse un poco. Sumergió el pan en el extraño condimento que estaba en plato con los otros trozos de pan y le dio una mordida, sabia bastante bien, le pareció sentir que su bebé se movía, pero lo descartó enseguida, aún era pronto para eso.
Ezra estaciono su auto y reviso la hora, estaba a tiempo. La plática con Sophie se había prolongado más de lo esperado. La joven maquillista estaba tomando mejor las cosas de lo que la directora imagino, al parecer tuvo tiempo de hacerse a la idea de que Ezra ya no la necesitaría, las fotos en las qua la etiqueto en Facebook le anticiparon los hechos. La castaña se bajó del auto, cerró y activó la alarma. Su ahora ex maquillista le comento que últimamente estaba saturada de trabajo y por eso ya no podía trabajar con ella como antes, donde una llamada 24 horas antes de la grabación solía ser suficientes para apartar un espacio en su agenda.
Ezra sonrió mientras se encaminaba al restaurant, cuando llegó a su encuentro con Sophie creyó que quizás tendría que cancelar la reunión con Dominique, ya que la maquillista le había reclamado sobre su infidelidad y lo rápido que había sido sustituida. La directora no se dejó y también le reclamo lo de Tatum. Todo parecía que terminaría mal, pero al final, luego de externar todo lo que pensaban quedaron en trabajar juntas de vez en cuando.
–Hola. –saludo Ezra a Dominique, quien estaba leyendo el menú.
–Hola. –respondió sin prestarle mucha atención.
–¿No has pedido nada? –pregunto la castaña tomando asiento frente a la rubia.
–Aun no, pero creo que ya sé que quiero. –le extendió la carta.
–Correcto. –la tomó y le dio una rápida ojeada. Al darse cuenta que era exactamente el mismo que cuando era estudiante puso el menú en la mesa, ese gesto hizo que el mesero se les acercara para tomar la orden. En cuanto se retiró Ezra le contó sobre su encuentro con Sophie.
–Así que luego de terminar con esa larga relación, vine rápido a verte. –concluyó la castaña el relato.
–¿Eso significa que ya tienes nueva maquillista? –preguntó Dominique.
Ezra se quedó algunos segundos viendo a la chica frente a ella, analizando si su comentario había sido broma o no. Al darse cuenta que su pregunta era en serio decidió preguntarle– ¿No estas interesada?
La rubia soltó un pesado suspiro, puso su codo derecho sobre la mesa y dejó caer su cabeza sobre el dorso de su mano– Tendría que pensarlo muy bien.
–¿No te agrado el ambiente de trabajo? –hizo una pausa pensando en el pago, pero lo descartó enseguida, es lo mismo que le hubiera pagado a su ex maquillista y ella siempre parecía satisfecha con eso.
–No es eso, todos fueron muy amables. –al ver la expresión confundida de la directora prosiguió– Es complicado.
–Bueno… ¿podrías apoyarme de vez en cuando? –pregunto la castaña.
–Supongo que no tengo problema con eso, de todas maneras tengo que hacer servicio. –comentó la rubia.
–Cambiando de tema. –Ezra buscó algo en el bolsillo de su pantalón– Fui a ver un abogado para lo de la adopción. –saco un par de tarjetas, leyó rápidamente una tras otra hasta llegar a la que buscaba, se la dio a la rubia– Puedes hablarle por cualquier duda que tengas, solo dile mi nombre.
–Desmond Finch. –el nombre le parecía familiar a la joven, pero no estaba segura de porque, hizo una rápida búsqueda en su cerebro hasta que dio con la respuesta– ¿El esposo de Jessica?
–Si, dijo que nos ayudaría a agilizar el proceso.
–Ya veo…
El mesero llegó junto con lo que habían ordenado, por lo que suspendieron esa conversación mientras comían, optaron por hablar de otras cosas como series y películas, esto relajo a Dominique, parecía estarla pasando bien. Cuando la plática pasó a ser sobre libros el mesero ya estaba levantando los platos vacíos.
–Definitivamente Stephen King. –dijo Ezra.
–Creía que dirías que Lovecraft, Bloch o incluso Barker.
–¿Por qué? –preguntó la directora mientras terminaba el helado que había pedido de postre.
–Porque King no es solo escritor de terror. –respondió mientras cortaba un pedazo de su rebanada de pastel.
–Aun así siempre tiene ese algo sobrenatural que me atrae y además su narrativa es excelente. –comento la castaña.
–Mr. Mercedes no era sobrenatural.
–Pero hay un slasher. –Dominique solo sonrió en respuesta a eso. Aquello animó a Ezra a continuar con la conversación–¿Y a ti qué escritores te gustan?
–Oh, definitivamente también amo a King. –respondió enseguida– Pero si hablamos de terror esta Edogawa Ranpo y más recientemente descubrí a una escritora increíble.
–¿Escritora de terror? –preguntó la castaña mientras la imagen de una amiga suya aparecía en su cabeza– No conozco a ninguna aparte de Agatha Christie.
–Agatha Christie es de misterio y suspenso. –la corrigió Dominique– La verdad aunque me gusta leer no conozco tantos autores, pero ella es la única escritora del género que conozco.
–¿Y su nombre es? –pregunto, a ella se le vinieron tres posibilidades a la cabeza, recordando algunos libros que tenía en su habitación.
–Lilibeth Matheson.
Ezra casi se ahoga con la cucharada de helado que se había llevado a la boca un segundo antes de que la rubia dijera el nombre de su amiga escritora. Dominique se levantó y caminó hacia ella preocupada por su ataque de tos, le ofreció un poco de su malteada la cual aceptó la directora, una vez paro de toser la chica volvió a su lugar.
–Lo siento, es que me tomó por sorpresa. –la directora hizo a un lado su fleco con la mano mientras observaba a su acompañante.
–¿Qué te tomó por sorpresa? –pregunto la rubia.
Dudo un momento antes de responderle–Que hablaras de Lili…
–¿Lili? –Dominique arqueo una ceja y observó a la castaña de una manera que esta no pudo descifrar.
–Volviendo al motivo por el que estamos aquí. –Ezra decidió que lo mejor era cambiar de tema– ¿Qué tan seguido te gustaría visitar al bebé?
El semblante de la chica se ensombreció– Yo no… –Dominique suspiro– Es a lo que me refería cuando dije que era complicado.
Una mujer de cabello castaño casi rubio salió de la casa de cierta escritora. Estaba muy molesta, la puerta quedo abierta dejando que saliera una castaña cobriza con un semblante serio. Ezra observó desde la calle como dialogaban ambas, Lilibeth se recargo en el marco de la puerta, mientras la otra mujer caminaba hacia la directora, al estar frente a ella pareció molestarse más –suponiendo que eso fuera posible– se giró hacia la escritora y dijo:
–¡Medianoche Lilibeth! –paso a un lado de Ezra, entro al auto que estaba frente al de la directora y se fue rápidamente del lugar.
Ezra se acercó a su amiga –¿Qué sucedió?
–No le hagas caso. –Lili se hizo a un lado dejando pasar a su amiga.
–Si las miradas mataran… –no pudo terminar su frase.
–¡Oh Laurie! –cerró la puerta– Se me acaba de ocurrir una idea para mi próxima novela.
–¿Ah sí? –observó que la casa de su amiga era un caos y la televisión estaba encendida, se reproducían imágenes de una vieja serie de televisión que se transmitió a finales de los 80’s y 90’s.
–¿Te inspiró “Monstruos”? –preguntó señalando la pantalla.
–No, tu frase de “Si las miradas mataran” –Lili se acercó a la televisión y la apago– Debo escribir. –corrió a su estudio, Ezra fue detrás de ella. –¿Qué te trae por aquí Laurie? –preguntó mientras revoloteaba dentro de un cajón.
–Vine a pedirte un autógrafo. –respondió viendo como su amiga sacaba una libreta.
–Creía que no eras mi fan. –se sentó en su escritorio y tomó un lapicero.
Ezra se sonrojo– No lo soy, pero tengo todos tus libros.
Lilibeth se rió de su amiga y tomó una de las pocas copias que le quedaban de su primer libro, lo firmó y se lo dio a su amiga. Ezra lo abrió, sólo estaba su firma sin dedicatoria.
–Como no eres mi fan, supuse que estaba bien así. –comentó la escritora mientras se daba vuelta para garabatear en una hoja en blanco de la libreta.
–De hecho no es para mí. –confesó la directora.
–¿Es para tu nueva novia? –pregunto Lili más como juego que afirmación.
–Para la madre de mi hijo. –corrigió Ezra.
–¿Ya te dijo que si? –preguntó la escritora desviando su atención de sus garabatos.
–Sí. –respondió mientras recordaba la conversación con Dominique– Hace un rato estuve con ella y resulta que es tu fan.
–Y yo que creía que Laurie por fin valoraba mi trabajo. –dijo Lili en un tono de fingido dolor– Resulta que solo me está usando para hacer feliz a otra mujer.
–Siempre he valorado tu trabajo. –Ezra se colocó a un lado de su amiga y le dio el libro otra vez– Se llama Dominique, así que…
–Ok, ok. –Lili agregó la dedicatoria para la chica– Espero que me la presentes.
–Algún día. –examinó lo que había agregado la cobriza y sonrió– Tendrá que ser antes de que él bebe nazca.
–¿Y eso por qué?
–No quiere saber nada de su bebé luego del parto. –soltó Ezra.
–¿Ah? –fue todo lo que salió de los labios de Lili.
–Dice que no puede, ni quiere hacerse cargo del bebe. –la directora hizo una pausa– El padre no tiene interés en hacerse responsable tampoco.
–¿Y eso por qué?
–No lo sé, Jess me resolverá las dudas. Pase a verte por el autógrafo ya que mañana nos veremos otra vez. –Ezra camino hacia la puerta– Y como veo que estás ocupada.
–Algo, ya escuchaste a Yunuen, quiere que le mande algún avance antes de medianoche. –leyó lo poco que se le había ocurrido– Me da tiempo de mandar algo para que presente a la editorial.
–Tu editora me odia. –la directora hizo una pausa– Creo que esta celosa.
–Ni te odia, ni está celosa. –se levantó de su silla– Solo cree que me quitas mi valioso tiempo. Y yo creo que Yun me conoce muy poco, trabajo mejor bajo presión.
–Se enojó porque te encontró viendo televisión, ¿verdad? –ambas mujeres caminaban a la puerta principal de la casa.
–En realidad se enojó porque me encontró jugando Outlast. –se encogió de hombros– Puse la serie luego de que empezará con su regaño.
–Outlast es un buen juego, con una historia bastante interesante. –comentó Ezra.
–Pero ella sabe que es la tercera vez que “muero” jugándolo. –abrió la puerta para su amiga– Los videojuegos por alguna razón no me sirven de inspiración. Los disfruto bastante pero no me aportan nada.
–¿Y dices que te conoce muy poco?
Lilibeth sonrió mientras su amiga cruzaba el umbral de madera para salir de la casa– Buenas noches Laurie. –Ezra río por las palabras de su amiga, aún no anochecía.
–Son las 5:28 p.m. –le informo.
–Para mí ya es tarde. –y luego de decir eso hizo un gesto de despedida con su mano y cerró la puerta.
–Entonces… –Desmond alboroto su corto y rubio cabello mientras observaba a su esposa y su amiga– Vaya… ahora comprendo porque la chica no me hizo tantas preguntas.
–¿Y qué pasó con el tipo? –preguntó Ezra molesta.
La directora decidió ir a casa de su amiga para conocer más detalles de la historia de Dominique. Cuando llego, la maquillista ya se había retirado luego de su conversación con Desmond, así que a esas alturas él también estaba interesado en saber sobre la alumna de su esposa. Jessica les había contado que cuando Dominique había quedado embarazada ella estaba muy asustada, no quería ser madre hasta terminar su carrera, pensó que si su novio la apoyaba podrían superar esa situación. Pero cuando le dio la noticia al padre de su hijo este le pidió que abortara porque él no se había cargo, pero con eso podrían resolver el problema y seguir juntos. Aquella sugerencia horrorizo a la rubia, terminó con el sujeto y le dijo que no abortaría. Su exnovio no se tomó bien la decisión de Dominique, por lo que la estuvo acosando hasta que la encontró sola y decidió hacerse cargo del problema de manera violenta. La maquillista estuvo en el hospital una larga temporada, en un estado crítico, pero se recuperó rápidamente. Él bebe milagrosamente se había aferrado a su madre y sobrevivido.
–La verdad es que no lo sé. –dijo Jess– Kirby no quiso darme detalles al respecto.
–Ahora entiendo por qué decía que era complicado. –Ezra se hundió en el sofá de la sala de su amiga.
–Te ves deprimida. –comentó el joven– ¿Te gusta?
–Me agrada. –confesó la directora– Me gustaría poder conocerla más y que fuera parte de mi pequeño círculo de amistad.
–Tu círculo no es tan pequeño como crees. –le informo Desmond– La gente con la que trabajas te tiene bastante aprecio.
–¡Oh! –exclamó Jessica– Ahora que mencionas trabajo. –Jessica busco entre los papeles que tenía en el comedor, encontró el guión y un disco externo– Ayer que estaba checando lo que grabamos me di cuenta que esto no llega a película, Ezra. –la plática con Dominique la había hecho pensar y reflexionar sobre el tiempo de grabación, así que dedico su tiempo libre a confirmar lo que ya sospechaba.
–¿Ah? –se puso de pie– Pero es el mismo número de páginas de siempre.
–Creo que te está haciendo daño llevarte con Lilibeth. –dijo la mujer de cabello corto mientras pasaba las hojas mostrándoselas a su amiga– Tiene demasiados detalles sobre los escenarios Ezra, pareciera que estoy leyendo La tormenta del siglo.
–Pero si también es un guión. –respondió rápidamente– Y no le afecta en nada que sea tan descriptivo.
–Ezra, pero es mucho más grueso que esto.
La directora tomó el guión y por primera vez se dio cuenta de su error, a pesar de que Jessica lo había leído, todos sus actores y Lilibeth también, nadie le dijo nada. Supuso que todos se habían dejado llevar por la cantidad de páginas– ¿Cuánto?
–35 minutos a lo mucho. –respondió Jess.
–¡Felicidades por su nuevo cortometraje! –exclamó el abogado feliz, porque sabía que aquello significaba no separarse tanto tiempo de su esposa, la edición de aquello no tardaría mucho. Tanto la directora como la jefa de fotografía fulminaron al hombre con sus miradas.
–Bueno, de todas maneras teníamos que hacer un cortometraje para participar en el festival del próximo mes. –dijo Jessica ignorando el comentario de su esposo.
–Lo había olvidado. –la directora vio su reloj, era casi hora de irse.
–Comenzamos con la edición mañana. –le aviso su amiga.
– No puedo. –Ezra recordó que ya tenía la agenda del día siguiente saturada– Quede con Dominique para ir al doctor y con Dexter más tarde para ayudarle a depurar cosas.
–Lo de Kirby entiendo que sea importante. –se sentó en el lugar que había estado ocupado Ezra minutos antes– ¿Pero para qué vas a ayudar a Dexter a seleccionar basura?
–El fin de semana Caroline se va a mudar con él. –por la expresión de Jess dedujo que su querido amigo no le había contado nada– El asunto de su fan se está saliendo de control, se está poniendo peligroso. Creen que comenzando a vivir juntos parará o mínimo se lo pensara más antes de querer invadir la privacidad de Carol.
–Lo entiendo. –hizo una pausa– ¿Por qué Dexter no me contó nada?
–Yo lo sé porque se lo sugerí a Caroline, pero Dexter no me dijo nada hasta que no le pregunte.
–Eso es raro, suele ser bastante… –Jessica pensó en alguna buena palabra para describir al pelirrojo.
–Poco reservado. –completo Ezra la frase.
–A mi me parece raro. –comento el rubio atrayendo la atención de su esposa y su amiga– Dexter es una persona bastante sociable, pero es bastante receloso cuando se trata de su vida personal. No me lo imagino compartiendo su casa ni con ustedes.
–Eso no es así… Durante la universidad vivimos los 3 juntos. –argumento Jess.
El joven suspiro y vio a Ezra– ¿Cuántas veces has estado en su habitación?
–Muchas. –respondió enseguida, pero hizo una pausa– Bueno… en realidad si lo pienso bien, cuando éramos niños era bastante frecuente, pero, si hablamos de la última vez, creo que fue cuando estábamos en la secundaria.
–¿En el tiempo que vivieron juntos y ahora?
–Ni una vez.
–Casi nunca nos reunimos en su casa –comentó el rubio– y puedo decir con seguridad que ustedes conocen lo mismo que yo, la sala, el baño y la cocina. –Jessica y Ezra intercambiaron miradas y luego volvieron su atención a Desmond– Su silencio lo dice todo.