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Más allá de la verdad por Miraku

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Notas del capitulo:

Vueno, bueno, esto es lo siguiente:

Solo dejo el capítulo porque no me gusta la idea de no estar publicando en tanto tiempo, pero lamentablemente no sé si ya pueda seguir con mi ritmo de siempre; ando pasando por muchos problemas desde familiares hasta personales, y me cuesta mucho poder publicar correctamente. De antemano, lo siento, enserio que lo lamento UnU

Narrador: -Omniciente (tercera persona)

Sin más, a leer:

Julia se acercó a Nowaki con un paso algo dudoso y extendió su brazo, tenía su mano hecha puño. Nowaki puso su mano a la altura de la de Julia y la chica de grandes lentes dejó caer algo que rompió el corazón del Guardián del Agua; era el collar Gaia II de Hiroki, ¿quién lo tenía? Probablemente Fiorella; Nowaki no había dejado de pensar en ella durante todo este tiempo, sentía que algo estaba mal. Ahora todo estaba mucho más confuso, ¿qué tiene que ver el collar Gaia II con Fiorella? ¿¡Qué demonios estaba sucediendo aquí?! Nowaki ya no tenía las más míseras ganas de pelear con alguien o que le jueguen una broma pesada. Quería a Hiroki de vuelta... eso, eso era lo único que quería, a su protegido de nuevo a su lado; pero, también, quería saber sobre Fiorella, la quería también en esos momentos a su lado. ¿Sonará muy egoísta de su parte querer a esas dos personas a sus costados? Hay que tomarlo por seguro.
            Nowaki miró el collar y a su mente llegó la imagen de Hiroki sonriendo. Ahora, por fin se daba cuenta que la sonrisa de Hiroki siempre tenía un matiz lastimero, ¿era incómoda su presencia para el castaño? Si así era, ¿por qué no se lo dijo?, ¿Qué era lo que provoca aquél gesto lleno de debilidades en su adorado protegido? Pero ante todo, ¿por qué Nowaki le da tantas vueltas al asunto?, ¿Qué es lo que siente por Hiroki? Cariño, claro, pero nada que se llegue a comparar con el amor pasional, eso ya lo tenía seguro: Nowaki no ama a Hiroki, pero tampoco lo quiere lejos...
            —Oye, Nowaki, deja de pensar en él, por favor —la dulce y caída voz de Julia hizo volver en sí a Nowaki.
            El nombrado la volteó a ver, era cierto, no era momento para pensar en alguien que decidió alejarse de él por cuenta propia; si Hiroki ya no quería tener cerca a Nowaki, él no podía hacer nada al respecto, porque él ya tiene algo más que tratar. Tenía a Fiorella.
            —¿Qué sucede con Fiorella, Julia?
            Julia miró hacia el Olvido de Nowaki, hoy tenía una luz mucho más triste que de costumbre. ¿Por qué cuando todo parece ir bien algo tiene que abrirnos los ojos? Julia no sabía cómo podía hablar de la situación con Nowaki, no quería herirlo y tampoco quería herirse a sí misma:
            —Nowaki... la cascada de Fiorella... está en flujo de emparejamiento.
            —¿Q-qué?, Julia..., no, no me lo pidas...
            —El libro desnudo de Fiorella ya comenzó a escribir. Se va emparejar próximamente y va a ser contigo.
            —¿Por qué me avisas de ello?
            —Tiene que ser cuanto antes. El ataque final del Ventor está en camino, con la fusión entre tú y Fiorella podremos tener mayor fuerza, tú sabes todo lo que conlleva el emparejamiento. Mientras más poder, mayor posibilidad de salvar todo lo bello que tiene el mundo. Por favor, Nowaki, emparéjate con Fiorella cuanto antes, por favor. N-no quiero que todo acabe mal y tampoco quiero seguir atormentándome con esto.
            Nowaki abrazó con mucha fuerza a Julia, la pobre ya no puede más. A pesar de ser la más inteligente, es la más débil en alma. Nowaki sabía a qué se refería Julia, el emparejamiento rápido con Fiorella era porque pude que alguien de los Guardianes esté en peligro de muerte o peor aún, uno de los tres humanos que se encuentran en La Nada, ¿quién? No se sabe, pero un emparejamiento antes del ataque final del Ventor significa una bendición del Sol y la Luna por lo que las posibilidades de ganar estaban aseguradas y de muerte son nulas. Además, si el libro desnudo de Fiorella avisaba el emparejamiento, debía cumplirlo cuanto antes. Después de todo, Nowaki quiere mucho a Fiorella, ¿pero, era a tal punto de amarla? Habría que pensarlo.
            Nowaki se separó de Julia y le limpió los primeros rastros de llanto de su bello y delicado rostro. Julia estaba rota por lo que le ocurrió a Misaki; la guardiana le tomó demasiado cariño. Julia estaba rota porque vio cómo Hiroki decidió alejarse del amor de su vida porque ya no aguantaba más. Julia estaba rota porque sabía, mejor que muchos, cuales era los sentimientos de Hiroki y ella pidió a Nowaki emparejarse. Julia estaba rota porque mintió. Julia no veía la hora en que pudiera colapsar de tanto, jamás imaginó que ser el Guardián del Tiempo ameritaba el sacrificio de entregar alma y cuerpo a todo lo vivo.
            Julia miró a Nowaki, él le sonreía. Nowaki va a cumplir el emparejamiento, Julia suspiró, recordándose mentalmente que esto era lo mejor, ahora no podía meter a Hiroki en esto, él no lo merecía. Hiroki... ¿por qué llegó a parar en La Nada ¡y por qué llegó a robar el cariño de todos!? Hiroki, a pesar de tener siempre el ceño fruncido o que no hable mucho, demostró tener un corazón muy bondadoso y fuerte, ¿por qué? ¡Entregó al ser que ama, ayudó a Misaki a no dejarse caer, demostró que él tenía la fuerza para desaparecer las flips de Nowaki! ¡Él era su acompañante! No, ya no es así, ya no puede ser así. Lo primero, era salvar a la humanidad y a los dos mundos implicados en este embrollo.
            Había que pensar con la cabeza fría y no con el cálido corazón.
            Julia se separó de Nowaki y le regaló una sonrisa lastimera, fue un día bastante pesado para todos aquí. Y la acción recién comienza. Julia miró a Nowaki, miró a través de su alma, no su cuerpo, y le dolió saber que su petición de emparejamiento rápido le tomó por sorpresa y aún él no es capaz de digerirlo. ¿Cómo no? De un momento a otro, la persona más cercana a ti se tiene que convertir en tu compañera de vida, eso era el nuevo lema de Nowaki, Fiorella es ya no más su amiga, es ahora su próxima compañera de vida. Es por el bien de los dos mundos, ¿no? Julia soltó un muy pesado suspiro que ha estado reteniendo desde que vio llegar a los guardianes con sus protegidos del Olvido del Ventor. Ella lo tenía bien merecido.
            Julia se quedó unos momentos junto a Nowaki, ambos viendo el manto estrellado, con cada paso de los segundos, éste se veía más brilloso y vivo: Usami estaba feliz. No había otra cosa, Julia miró al suelo del bello Olvido de su amigo sonriendo, sus ojos caídos con un estilo triste volvieron a brillar, un brillo que reflejaba que pronto todo esto va a acabar. Ese era el más fuerte deseo de todos, un fuerte deseo que se escondía en el alma y corazón de cada Guardián, Desterrado, Flosh y Flip. Pronto venía el acto final, y éste, no lo perderían.
            La Guardiana del Tiempo decidió irse ya, estar tanto tiempo fuera de su Olvido era peligroso podía un ejército de brujas tomarla. Por lo que sin nada más que esperar y con el alma en alto, se fue no sin antes de abrazar a Nowaki y darle las gracias, él tomó la mejor decisión para todos. Y ahora sí, ella se fue. La chica de grandes anteojos tomó su oso pardo y lo dejó andar. Nowaki apreció hasta que la silueta del imponente animal desapareciera. Después, Nowaki volteó y vio las rocas donde cada noche él y Hiroki se sentaban a ver el cielo y hablaban; eran esos fugaces y bonitos momentos donde Nowaki realmente se sentía vivo, sentía un calor que quemaba su alma, un ardor que no quería dejar ir, lo adoraba; era la noche su momento favorito porque siempre esperaba para que el ocaso del día se sucumbiera para ser sustituida por la noche para que su lindo castaño se sentara con él y pudieran hablar; era el momento que esperaba para poder sentir la delicada y suave mano de Hiroki jugar con sus cabellos; era el momento que esperaba para sentirse realmente acompañado. Y, en total soledad, Nowaki lloró. Lloró en silencio, a su mente le llegó el fuerte golpe del más reciente y doloroso recuerdo que tiene con Hiroki. Porque fueron en esas rocas donde todo lo que comenzó, acabó...

“Hiroki tomó la mano de Nowaki y lo llevó fuera del cuarto especial donde estaban atendiendo a Misaki. Era ahora o nunca. Nowaki se sorprendió por el gesto del suave roce de sus manos, pero al sentir arder esa zona de su piel, no la quiso dejar ir, así que entrelazó las dos manos. Nowaki las vio y se dio cuenta de lo bonito que encajaban una con la otra. Hiroki, por su lado, le dolió ese encaje, porque él sabía que esa mano no era para él, ese hombre no era para él, ese corazón al que quería entrar alguien ya lo habitaba... o bueno, eso era lo que él creía y se hacía auto-entender.

Por favor que mis deseos se escuchen como plegarias para encontrar una segunda oportunidad.

Hiroki y Nowaki llegaron a la parte superior de la ya bien mencionada cueva de Nowaki y el profesor de cabellos castaños llevó al apuesto hombre de cabellos oscuros como el mar en la noche a aquellas rocas, donde siempre se sentaban para platicar. Era el lugar favorito de ambos, y pronto el lugar más odiado por ambos.
            Hiroki se sentó y Nowaki hizo lo mismo, la verdad no entendía muy bien por qué estaban allí, no entendía por qué iban a hablar y sobre qué. Pero pronto un mal presentimiento comenzó a rasguñar su alma. Nowaki miró a su protegido, tenía leves golpes en sus brazos, abdomen y  piernas, su protegido era alguien delgado, frágil..., su protegido es el ser más hermoso que jamás vio. Hiroki brillaba gracias a la luna y luces del Olvido de Nowaki, su piel se veía pálida, sus labios rosados, su cabello siendo revuelto por el viento, ha crecido un poco con el paso de este corto y fugaz tiempo, pero lo más bello: sus ojos, eran castaños, tal vez muy comunes, pero los ojos de Hiroki hacían resaltar ese color castaño claro como lo más bello, ¿por qué? Porque brillaban hasta parecer rubios, brillan demostrando que su belleza se puede encontrar, sólo si eres capaz de querer hacerlo. Hiroki es lo más hermoso que Nowaki conoce.
            Hiroki sentía que su corazón saldría de su cuerpo, sentía que su alma se caía, sentía que lloraría antes de querer hacerlo. Se tragó todas esas sensaciones y se mostró fuerte aunque no lo fuera en esos momentos. Esos ojos azules y profundos lo desarmaban y hacían que se fueran todas sus ganas de querer ser fuerte. Pero ya no más. Lo que se comienza, se termina:
            —Nowaki, yo... yo... yo quiero dejar de verte.
            Las suposiciones de Nowaki se esfumaron como todo hilo que lo une a su única y verdadera compañía.
            —¿Qué? Hiro-san..., no hablas enserio, ¿verdad?
            —Tú sabes, mejor que nadie, que odio las bromas. Pero también odio estas sensaciones que siempre me atacan cada vez que te veo. Tú sabes mejor que nadie que no tengo mucho aguante. Tú sabes mejor que nadie que cuando digo algo, lo cumplo. N-nowaki, ya no soporto estar a tu lado, ya no soporto saber que soy tu carga, ya no soporto saber que soy un estorbo en una ecuación de dos. Eres alguien muy importante para mí, cuando estuve atrapado en el Olvido del Ventor, pensé en ti, me pregunté si me salvarías, me pregunté tantas cosas y a muy pocas les encontré respuesta. Entre una de ellas supe que debía alejarme de ti, por favor, Nowaki, déjame salir de tu vida y tú salte de la mía, por favor... Tú me dejarás, ¿verdad?
            Nowaki se había auto-prometido que si Hiroki lo quería lejos, lo dejaría ir, pero ¿¡por qué carajos tenía que doler tanto hacer eso?! ¡No quería, no quería dejarlo ir! No podía soportar estar sin él. Pero cuando Nowaki vio la suplicante mirada de Hiroki, supo que el castaño realmente quería que lo dejara ir. Hiroki estaba aguantando las ganas de llorar, sus ojos cristalizados, estaban a punto de romper el alma del protegido.
            Tenía que hacerlo.
        
—E-está bien, Hiro-san, perdón, Hiroki, te dejaré ir —aun así, ya no había nada que los uniera, el collar Gaia II había desaparecido.
            Hiroki abrazó a Nowaki, cuando el menor vio al Guardián dudó sobre su decisión, ¡Nowaki quería llorar! Ambos no sabían lo que pasaba por la mente del otro, no había modo. Hiroki se separó del abrazo que él mismo formó y sonrió aunque se notaba a kilómetros que su sonrisa era para evitar más problemas, su sonrisa era falsa:
            —Gracias.
            Esa fue la última palabra que cruzaron antes de volver a donde se encontraban Ceci y los demás. Ese fue el final de algo que ni siquiera dieron oportunidad de que comenzara.”

>>¿Qué significas para mí?<<pensó Nowaki.
            Era esa persona que a pesar de ser complicada, siempre mostró ese confort que tanto anhelaba.
            Era esa persona que siempre le sonrió cuando necesitaba un estímulo de ánimo.
            Era esa persona que vio por él antes que a sí misma.
            ¿A quién pertenecía esos bellos pensamientos?, ¿Quién ganó el corazón de Nowaki?, ¿Quién sí se lo merece? Bueno, solo esa persona que siempre estuvo a su lado, que siempre lo ayudó en todo momento, que le sonrió cuando creía todo perdido; esa persona fue la que ganó toda la atención de Nowaki... Fiorella. ¿La amaba? Sí... sí que la amaba, era una mujer demasiado bella, tanto exterior como interiormente, ella es más que una compañera, era su mejor amiga. De nuevo, ¿la amaba? Era lo principal par un emparejamiento: el amor. ¿La amaba? ¡Claro que la amaba! ¡La ama con mucha fuerza, ella era quien Nowaki buscaba! Fiorella ganó entrar en Nowaki, ella sí que se merecía ser le emparejada de Nowaki, porque Nowaki así lo quiere. Solo faltaba pedirle, por lo que el Guardián del Agua entró a su cueva y se dispuso a crear la flor del recuerdo para pedir el emparejamiento, el cual debía ser lo antes posible.
            Se marcó un borrón y cuenta nueva para dos personas que pudieron haber estado juntas.

Hiroki llegó al Olvido con Ceci, sentía un fuerte vacío en su interior, sabía que había hecho lo mejor, entonces, ¿por qué no se sentía más tranquilo sino que todo lo contrario? Sentía náuseas, sentía una fuerte punzada en su cabeza, sentía que se iba desmoronando poco a poco. Sentía los párpados muy pesados pero si se dejaba ir a los brazos del delicioso sueño, era capaz de revivir esos recuerdos que, en su momento, fueron los más bellos de su aburrida vida. Sentía que reviviría la blanca y perfecta sonrisa de Nowaki, pero también reviviría la presencia de Fiorella. Le celaba, no lo podía evitar, ambos amaban al mismo ser, pero alguien llegó mucho antes que el otro. Fiorella... Fiorella, bella y peligrosa como una rosa, delicada y de bello color, espinosa y dolorosa cuando se meten con ella. Una mujer sin igual, cuerpo tallado con cuidado y delicadeza para que no exista imperfección alguna; sus largas piernas, su pequeña cintura, su cabello largo y siempre perfectamente acomodado, sus labios carnosos e incitadores, ojos profundos con el bello adorno de unas largas pestañas, unas manos muy lindas, todo ¡todo en ella es más que bello! Hiroki estaba celoso, demasiado celoso de la belleza de Fiorella, de su sonrisa, de su delicadeza, de su cercanía a Nowaki, de los besos que ambos se han dado, de los abrazos, todo eso le provocaba el agrio sentimiento de los celos, no los puede evitar, y no lo quiere hacer. Él no puede ser nada comparado a ella, lo bella que es ella le recuerda cada día que él no tiene oportunidad con la persona que ama. Ama, ama demasiado a Nowaki, lo ama tanto hasta el punto de que le duele, y desea que ese sentimiento dejara de existir. Hiroki deseaba dejar de amar y no volver a hacerlo, ¿por qué entrega ese sentimiento a quién ya lo tiene? ¿Por qué tenía que ser tan tonto? Como deseaba y anhelaba dejar de amar, tal vez lo vuelva algo inhumano pero así lo prefería, porque si eso conllevaba no volver a sentirse tan patético, él estaba dispuesto a entregar todo, entre ello, entregar lo que refleja que él es humano. Amar... eso es solo para humanos.

Por favor que mis deseos se escuchen como plegarias para encontrar una segunda oportunidad.

Hiroki pensó tener una minúscula oportunidad, ¿¡por qué carajos la dejó ir?! Porque sabía algo, Fiorella sí aprovechó la suya y dio todo de sí para ganarse a Nowaki. ¿Y él? Bueno, él la dejó ir con el viento. Hiroki sonrió lastimado, ya no podía más. Ceci le tocó el hombro y el castaño volteó para abrazarla, con mucha fuerza y volvió a llorar, no sabía de donde salían, pero las lágrimas no acababan como el amor por Nowaki. ¡Era un maldito enamorado ¿qué más podía hacer?! Lo ama, lo ama, lo ama...
            —¿Por qué duele tanto, Ceci?, ¿Por qué tuve que enamorarme?, ¿Por qué duele?...¿¡Por qué?!
            Entre sollozo y respiración entrecortada, estaba el Hiroki que más temía salir a la luz: aquel que es débil y no sabe nada más que amar. Ya no quería amar, ya no quería ese lado suyo.
            Ceci correspondió el gesto y apretó entre sus brazos a Hiroki. Era tonto el castaño.
            —Hiroki... n-no digas eso, no sólo es tu culpa... no es culpa de nadie. So-solo es algo que no está en nuestra manos —Ceci evitaba llorar con cada palabra que pronunciaba.
            El Olvido de Ceci comenzó a nevar.
            Hiroki miró hacia arriba, sin dejar de salir lágrimas de sus lindos ojos, los copos iban cayendo lentamente, así que posó su palma y dejó que éstos se acumularan en ella. Hiroki sonrió, aunque más una sonrisa era la nostalgia plasmada en su rostro:
            —De pequeño, mi madre solía contarme historias de los Guardianes. Si estaba en un bosque me contaba sobre los Guardianes hermanos de la Flora y Tierra; si estaba acampando, me contaba sobre el Guardián de la Noche; si estaba nevando, sobre el Guardián de la Nieve; si estaba en el mar, sobre el del agua...
            —Hiroki...
            —Me gustaba mucho escucharlas, me hacían sentir especial. Recuerdo que una vez quise atrapar un Guardián, y mira... uno me atrapó a mí. ¿Por qué te cuento esto? No tengo idea, ¿Por qué me acuerdo de esto? No tengo idea. Vamos, soy egoísta, celoso, y me quise escapar del Guardián que me atrapó. Ceci..., no quiero volver a amar...
            —¡Hiroki, cállate! ¡Cállate, cállate, no digas más eso!, ¡Tú sabes que no quieres dejar eso atrás, ¿por qué lo intentas? ¡Amar es bello! Nowaki es un tonto, muy tonto, si me lo preguntas, pero no dejes que su torpeza te haga torpe a ti. ¡Por el amor a la Luna y Sol! Hiroki, no te perdonaría si intentaras dejar de sentir algo tan fuerte como el amor. El amor que tú sientes es lo más fuerte que jamás vi. Viste como Nowaki se iba con ella, esperaste por él cuando el Sin Nombre te atrapó, y todo teniendo fe de que tu sentimiento llegaría a él. Por favor, Hiroki, no lo dejes de amar porque aunque no lo parezca, Nowaki necesita eso de ti...
            Hiroki tenía los ojos muy abiertos y se aferró a su mejor amiga, el abrazo se iba a prolongar más de lo previsto. Hiroki lo necesitaba, necesitaba pensar, necesitaba a una amiga como Ceci. Alguien que no lo abandone sin importar qué. Se alegraba haberla conocido.
            —Gracias... Gracias por todo, Ceci.

Por favor que mis deseos se escuchen como plegarias para encontrar una segunda oportunidad.

La noche para Hiroki fue eterna. No pudo pegar un solo párpado, lo extrañaba, lo extrañaba mucho. Y para matar el insomnio, Hiroki sacó los libros que hace un tiempo Julia le prestó, no los ha terminado aún. Era una buena oportunidad, Ceci roncaba con fuerza, cosa que le hiso sonreír, la nieve estaba calmada, y la antorcha que le propinaba luz también le regalaba calor, algo que solamente deseaba en esos momentos. Ya no había por qué llorar, ya no había con qué. Hiroki abrió el libro en cual se quedó, Julia le prestó tres libros, éste era el tercero y más pequeño de los que le dio la Guardiana del Tiempo. Hiroki comenzó a leer y conforme transcurría la historia sonrió, era la historia de la antigua Guardiana del Agua que se enamoró de un humano, humano que fue el antecesor de Nowaki. Pero a comparación de su patética situación, el humano y guardiana estaban conscientes de sus sentimientos y se lo hacían saber al contrario cada vez que se daba la ocasión. El libro tenía como fin mostrar cómo eran los emparejamientos. A pesar de que le dolía leerlo, no lo dejó, el libro era gordo a pesar de ser el más corto. Así que gastó toda su noche en leer, el libro era exquisito en narración, el argumento aunque fuera simple, le llegaba a emocionar, los personajes se plasmaban perfectamente con el sabio y correcto uso de las palabras, simplemente bello, explícito y adorable. Hiroki pudo aprender mejor de qué trataban los emparejamientos y no dudó en ni un solo momento de que eran algo realmente bello y mágico. Claro que, todo en La Nada era Mágico... tanto como el amor. A pesar de esas ganas de llorar, Hiroki no dejó salir ni una sola gota más del amargo sabor del dolor, porque no debía ni merecía hacerlo.
            Aunque no haya dormido ni un solo segundo ayer por la noche y que tenía unas muy notables ojeras, al día siguiente Hiroki estaba más alegre, no como uno desearía pero su alma paró de romperse, aunque tampoco comenzó a recomponerse. Todo a su tiempo, eso lo tenía en claro tanto Hiroki como Ceci, que, estaba dispuesta a ayudar a su amigo para lo que fuera, pero la mala sensación de que algo malo ocurría no abandonaba a la inteligente guardiana. Porque, aunque Hiroki sonriera, sus ojos estaban apagados y tristes, aunque se escondieran tras esas espantosas ojeras, Ceci entendía el producto dé: Hiroki extraña a Nowaki, lo extraña y no lo puede esconder.
            —Oye, Hiroki... —habló Ceci, ambos estaban desayunando en el Olvido de la chica—, sé que te es difícil hablar de él y también quieres estar alejado de todo lo relacionado con... Nowaki..., así que no te preocupes, yo tengo aguas termales, te puedes bañar aquí, también puedes pasar tiempo con Frizzo, mi oso, o también puedes leer, tengo una muy pequeña pero linda biblioteca... Pero aun así, Hiroki, no lo evadas por siempre, llegará el momento en que tendrás que enfrentarte a ti mismo y a él, tu amor es una flama que ni con la fuerza más increíble se pueda apagar, por eso... cuando te sientas listo, sólo dime que irás por él... ¿sí?
            —Sí... sí lo haré, gracias, Ceci...
            Hiroki sonrió y siguió haciendo el intento de comer algo, no es porque supiera mal, sino porque no era capaz de tragar un solo bocado. Estaba lleno, lleno del dolor y la añorancia, y por supuesto, la tristeza. Como dolía dejar ir lo que uno ama. Ceci miró el plato lleno de Hiroki y como él jugaba con la carne, sintió pena, estaba adolorido a pesar de que él mismo fue quien quiso que todo esto acabara; bueno, Hiroki hiso aquello sin pensar en sí mismo, se alejó de Nowaki para no irrumpir entre la inexistente relación de él y Fiorella. Ceci no imaginó que le afectaría tanto a Hiroki, creyó ella que podría aguantar el estado de Hiroki un buen tiempo pero vio que no es así. Si ella no lo puede aguantar, mucho menos Hiroki mismo. Tenía que hacer algo ya y pronto. Hiroki necesitaba que alguien lo sacara del agujero en que él mismo cayó.
            El castaño se bañó con lentitud, y se puso algo bastante abrigador para después leer algo en la biblioteca de Ceci, el invierno en La Nada era aterrador. Durante toda la mañana, mediodía y gran parte de la tarde, Hiroki se quedó encerrado leyendo. Leía y leía y leía. Ceci de vez en cuando pasaba y lo veía, en un momento estaba con un libro y al otro ya tenía uno nuevo en sus manos. Ceci reconoció al instante cada uno de los textos que leía Hiroki, todos eran novelas románticas sobre el emparejamiento, ¿qué provocó de nuevo el interés por ese tema a Hiroki? Pues Ceci siempre notó gran interés por parte de su ahora protegido sobre aquél tópico. Al vientre y corazón de Ceci llegó una fuerte opresión que la dejó sin aire por unos momentos, si lo pensaba por unos momentos, podía tener un poco de sentido. Fiorella, Nowaki, él, el emparejamiento ¡Hiroki dejó el camino libre a Fiorella y Nowaki para emparejarse! No podía, Nowaki no estaba interesado en ello, Ceci sabía que él quería a Fiorella pero no la amaba para unirse a ella para la eternidad. La paciencia de la guardiana se acabó, Hiroki debía ir por Nowaki, debía decirle lo mucho que lo amaba, ese sentimiento estaba comenzando a pasar factura en la fortaleza del castaño, tanto que lo podría enfermar. El miedo y dolor es veneno en La Nada. Así que ya exasperada, Ceci entró a la biblioteca, tomó el libro que su protegido tenía una manos y lo lanzó lejos; antes de que Hiroki replicara, Ceci se adelantó:
            —¡Me duele!, ¡Me duele verte así, Hiroki! Deja de hacerte el fuerte porque sabes que ya no te quedan fuerzas de dónde agarrarte. Lo extrañas, lo quieres, lo anhelas, ¡amas a Nowaki, Hiroki! ¿O acaso me equivoco?
            Hiroki desvió la mirada con un gesto triste.
            —¡Contéstame, maldita sea, Hiroki! Eres un humano, no puedes seguir reteniendo lo imposible. Tu amor por Nowaki es más fuerte que tu propio ser, te sobrepasa. Contéstame, ¿lo amas?
            Se hizo un tenso y muy pesado silencio. Ceci respiraba un poco acelerada, tenía que haber soltado esto el día anterior y evitar que Hiroki se separara de Nowaki. Que tonta fue. Pensó fugazmente la guardiana. De todo lo que ha conocido sobre el mundo, jamás conoció alguien tan orgulloso pero a la vez muy débil como Hiroki. Hiroki necesitaba a Nowaki y viceversa ¿y Fiorella? Para Ceci, esa guardiana se puede ir al diablo, muchas veces le advirtió de cómo se comportaba con el Guardián del Agua, Fiorella no hizo caso. Hiroki aún puede hacerle a ella:
            —Sí... —susurró el de cabellos castaños.
            —¿Qué?
            —¡Sí, sí amo a Nowaki, lo amo como un loco! Me hace sentir de los más patético por culpa de mis sentimientos y lo peor, no sé qué hacer con ellos...
            —¡Demuéstralos, ve y dile a Nowaki que tú eres el merecedor de ser su emparejado, que Fiorella no sea tu obstáculo! Ve, Hiroki... más que por mí o por él, hazlo por ti.
            Hiroki miró a Ceci y se paró de donde estaba sentado y salió corriendo, tomó a Frizzo, el amigable oso de Ceci y emprendió la carrera de ir por quien dejó ir. ¡Qué tonto fue! No pensó en las consecuencias de hacer lo que hizo, se alejó de quien ama sin saber qué es lo que Nowaki sentía por él, sin saber su respuesta. Tenía que verlo, quería verlo, tenía que disculparse, tenía que abrazarlo, tenía que decirle que lo amaba y de ser posible, tenía que besarlo. El joven iba pidiendo más velocidad al oso, más y más, el Olvido de Ceci no estaba muy lejos del de Nowaki, pero mientras antes mejor. Comenzó a anochecer, quedaba poco tiempo, era peligroso estar fuera de un Olvido en la noche siendo un humano. Reglas de La Nada, por lo que Hiroki apresuró más el paso, quedaba poco tiempo. Sentía el corazón en la garganta, y de no ser porque estaba sobre Frizzo, sentía que se iba a caer en cualquier momento, sus piernas le fallaban. Pero por fin, Hiroki divisó el Olvido del amor de su vida. Julia una vez lo dijo, lo que él sentía por el Guardián del Agua sí que era bien merecido ser llamado amor.
            Llegó y trató de ser callado, quería darle la sorpresa y que todo fuera de forma calmada. Frizzo se quedó un poco lejos del Olvido y Hiroki entró a la cueva, habían dos entradas optó por la trasera que estaba mejor escondida; sabía dónde estaría Nowaki: en las rocas donde sellaron un final indefinido. Subió, sentía que explotaría y así lo hizo. Vio a Nowaki y a Fiorella.
            —No puede ser... —Hiroki susurró.
            Nowaki le dio una flor demasiado bella a Fiorella y ella la recibió más que encantada, parecía que la bella mujer estaba a punto de llorar.
            Fase uno: Crear la Flor del Recuerdo.
            Fase dos: Esperar por la respuesta y que la Flor brille.
            Fiorella besó con devoción y cariño los labios de Nowaki; la flor comenzó a brillar con una fuerza increíble, imposible de soportar. Todos los presentes por inercia se taparon los ojos. Cuando la flor dejó de brillar, Nowaki cargó por la cintura a Fiorella y le dio vueltas sobre su propio eje, los dos estaban más que felices. La bajó y se volvieron a besar, solo que ahora la caricia duró más. Cuando los dos se separaron, comenzaron a ver los recuerdos que poseía la bellísima flor, ambos sonreían y se besaban de vez en vez. Cada recuerdo era más bello que el anterior, cada recuerdo era más romántico, cada recuerdo remarcaba que ellos eran el uno para el otro...
            Fase tres: Emparejarse.
            —Así que... esta es tu respuesta... —susurró más para sí mismo que para nadie más.
            Hiroki salió corriendo de allí, aparte de que le ardía la cara por la vergüenza de espiar, por fin se rompió por completo su alma. Todo acabó. Llegó tarde, él mismo provocó esto, o bueno, es como Hiroki así lo veía, sintiendo que por haber decidido alejarse de su adorado Nowaki, él decidió darse la oportunidad con Fiorella, total, ya nada se lo impedía. Pero no sabía que era por otras razones, y lo peor, Hiroki no lo merecía, no merecía tener que haber visto que, el que es el amor de su vida estará junto a alguien más. Dolía, dolía con un demonio. Hiroki bajó y tomó a Frizzo para comenzar a andar de vuelta con Ceci todo de forma lenta, debió hacerle caso desde antes y no quedarse con el amargo y desagradable sabor del dolor por perder lo que jamás tuvo. Hiroki comenzó a llorar en silencio, se había prometido en el camino no volver a llorar, que poco duró esa promesa como la esperanza de tener con él a Nowaki...
            Y Nowaki sintió la presencia de él... sintió cerca a Hiroki y tan pronto lo sintió dejó de hacerlo...

CONTINUARA
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

De nuevo, lo siento...

Espero que al menos este capítulo les haya gustado... porque hay algo que quiero dejar en claro: ¡Por nada en el mundo abandonaré el Fanfic¡ No me lo perdonaría UnU

Y espero poder arreglar mis problemas pronto, enserio quiero volver a mi rutina de publicar cada semana, me gusta mucho hacerlo. 

Espero aun así sus rews, enserio que me animarían mucho para salir de este agujero y seguir con diario vivir sin problema. <3

Gracias, además, por el apoyo recibido anteriormente, me invita a seguir adelante como de debe.

Enserio les deseo lo mejor y que me apoyen, volveré lo más pronto que pueda.

Los Quere Musho Musho Miraku SAYO~ 

<3


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