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Más allá de la verdad por Miraku

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Notas del capitulo:

¡Hola! [LEAN LAS NOTAS FINALES, POR FAVOR.]
Lo sé, lo sé, sé que muy, muy en el fondo de su bello kokorito de pollo querían verme ya de vuelta, a mí no me engañan ¬w¬
Okno .-.
Como sea, Miraku ha vuelto, señores. Y si se preguntan, sí, sí que me revelé contra mi familia para no ir a esa ridícula marcha "por la familia", no crean que me dejaron influenciar por su hipocresía moral, no, no, no, no, ¡no! Y la verdad, por ese lado me siento feliz y les comparto mi irradiante felicidad con que actualizo por fin ¿y qué creen? Con lo que yo misma afirmé, ¡con lemmon, mis amados pervertidos! (No me engañan, yo sé que deseaban lemmon).
Así que ya, ya, ya, mejor a las aclaraciones de siempre,

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene escenas sexuales explícitas, si no te agradan este tipo de situaciones, por favor sáltate la escena. La escritora no se hace cargo de todo tipo de reacciones (o sea, que aún ando en proceso de mejoramiento en mi calidad para el lemmon).
NARRADOR: -Omniciente (Tercera persona) -Hiroki
(No se vale odiar a Miraku después del capítulo, eh~)
Sin más, a leer:

Nowaki se quedó allí, inmóvil. Llorando en silencio, y entre sus dos manos había una delicada rosa. Muy grande y la más bella que uno jamás se podría imaginar. De color rojo, que cambiaba a rosa, y luego a azul y así de varios colores. Ese es el recuerdo que dejó Fiorella para su amado. Un muy dulce detalle. Y éste, Nowaki lo acariciaba acordándose de quién realmente llegó a amar. Las últimas palabras que Fiorella le susurró siguen resonando en su mente y golpeando a su persona. Sucumbiendo su ansiedad, ¿era buena idea hacer aquello? No quería seguir provocando que quienes se vuelven más cercanos a él, se esfumen como el amanecer; rápido pasa, lento pasa, pero cuando se va deja un terrible y muy profundo hueco en nuestro ser. Sus lágrimas pintaban su varonil rostro, su nariz y ojos estaban hinchados, más sin embargo decidió no darle importancia. Fiorella se fue, para siempre, ella no volverá... pero él sigue aquí. Seguía vivo y sano, debía hacerlo, debía cumplir la promesa de su adorada emparejada que tan solo después de su último beso, dijeron adiós definitivamente. ¿Qué irónico, no?
            Por su lado, Toby lloró en el pecho de su amado por la muerte de su hermana. Porque a pesar de todo, ella era su confidente y la quería como uno no puede imaginarse. Ella y Ventos son sus personas especiales, ya perdió a una, por lo que cuidaría con uñas y dientes para no perder a Ventos... otra vez. Así que, Toby decidió no llorar más y comenzó a recoger. Él, por el momento hasta que nazca la sustitución de Fiorella, se encargaría de la Flora. Lo haría con honor por ella. Ella se lo hubiera pedido. Porque de todos los allí presentes, Nowaki fue el más afectado. El tener Flips lo delataba que realmente desea compañía, ¿quién la cumpliría?
            Julia decidió no llorar más, aplastó muy en el fondo sus sentimientos por Fiorella, los enterraría con ella. Pero por algo pasó aquello, era inevitable y la muerte de Fiorella fue por de más cruel y despiadada. Era una advertencia de que había que estar preparados, El Ventor iba por todo.
            Todos los demás estaban recogiendo el desastre, sin decir palabra alguna, no encontraban ninguna para aquello.
            Y Hiroki, bueno, él estaba parado allí, sin hacer nada. Sus ojos estaban opacos, su aspecto deplorable. Si su última plática con Fiorella iba a ser aquella pelea, hubiera querido volver en el tiempo y evitarla, se hubiera quedado callado. Pero aquello era imposible. Fiorella se fue, y no pudieron quedar en buenos términos, sentía un peso demasiado grande sobre sus hombros, ¿será culpa?, ¿Será dolor?, ¿Será pena, acaso? No se sabe con exactitud. Pero lo que sí, es que su mirada no se despega de Nowaki, sentía que el peso no solo era por Fiorella sino también por el único amor de su vida. Las palabras más bellas que escuchó salir de la boca de Nowaki fueron para Fiorella. ¿Y él? No era momento de preguntarse eso. No debía hacerlo, debe apoyar a Nowaki en todo lo que él necesite, sin importar qué sea. Y así, con el dolor en su roto y aplastado corazón, lloró, lloró en un silencio espectral y pesado. Deseaba por un lado irse de La Nada y por otro no. Por ya muy bien conocidas razones. Decidió quedarse ahí parado, con frío, un hambre espantosa, con heridas en el cuerpo por batalla, le sangraba un brazo. Sólo miraba a Nowaki, pero no se movía. Y aquí estamos leyendo y deseando, gritando: “¡Hiroki, ve con él!” pero él no lo hará, no sabe si sea lo correcto. Su mente le empieza a llenar de mierdas absurdas de lo que no sucederá y desiste el ir hacia Nowaki y tal vez... abrazarlo. No había ninguna fuerza que moviera a este hombre de cabellos castaños. Porque esa fuerza desapareció hace muy poco tiempo, desde que supo que él no era para Nowaki. Era doloroso saber que la flor más bella del jardín se fue y solo quedó él: un patético enamorado de un hombre, por el cual daría también la vida misma, lo que sea, pero con que Nowaki estuviera bien y feliz, Hiroki lo cumpliría.

Verlo allí, callado, sin ánimos de levantarse, con un llanto callado, sus ojos a obscuras, solo me provocaba dolor. ¿Fue dolor lo que anteriormente sentí? A comparación de ahora, esto, sí que es dolor. Las palabras y el silencio nos atravesarán nuestro cuerpo hasta dejarlo sin nada más de qué agarrarse.
            Desde hace unos días que ya no sentía nada, ni dolor ni felicidad. Podría decir que comencé a caer en depresión, todo, por perder la más mínima unión que tenía con Nowaki. Tengo llanto fácil por él, tengo sueño por él, tengo insomnio por él, tengo ira por él, tengo soledad por él... Y sin embargo, no puedo estar enojado con él. Si tan solo hubiera sido más sincero y menos patético, ¿cómo hubieran sido las cosas? Dudo que muy diferentes pero sí algo. Tal vez no estaría tan demacrado como ahora lo estoy. Aunque sea solo eso...
            Nowaki, deseo poder ayudarte, ¿pero quién me ayuda a mí? Yo puedo encontrarte y sacarte de tu propia oscuridad, ¿pero quién me saca mí? Yo puedo reconstruir tu mundo, ¿pero quién reconstruye el mío? Yo seré tu compañía, ¿pero quién será la mía? No quiero estar incompleto, no quiero pelear solo. Quiero que tú me encuentres, quiero que tú me ayudes, quiero que tú reconstruyas cada piedra que forma parte de mí. Sí, sonaré como un egoísta de mierda. Todo lo he hecho a mi manera, pero cuando te conocí supe que quería que tú me sacaras de la propia prisión que creé sobre mí. No me puedo negar, me estoy rompiendo a mí mismo por culpa del miedo. Me lleno de dudas, de dolores, de pésames, de mentiras del peor enemigo que pude conocer: yo mismo. ¡Sea quién sea que me escuche! Algún dios, alguna revelación, algún guardián, alguna parte del sol o de la luna... sea quien sea, por favor que me escuche y que me dé una esperanza que ya creo perdida. Nowaki, prometo no volver a dejarte solo, prometo y ahora sí que de verdad prometo que no dejaré que pelees solo. No lo mereces... tú siempre has visto por todos los demás, siempre te has preocupado por todos los demás, siempre antes que a ti mismo, ¿por qué no, en vez de ver mi dolor, veo mejor el tuyo? Tu amada acaba de morir hace tan solo unos minutos. Hace tan solo unos segundos juraste amor y una promesa a ella. Hace tan solo unas horas te acababas de emparejar. Todos aparentan que nada pasó cuando no es así. Todos evaden la zona donde sigues tú, acariciando aquella rosa viendo la forma que dejó Fiorella sobre el pasto más verde y lindo que jamás vi. Alrededor de ti vuelan flores, de todos los tamaños y colores. Ella se fue físicamente, pero ella te acompañará hasta la eternidad. Si me lo preguntan: Sí, deseo que, sea en donde sea que se encuentre Fiorella, siempre lo cuide y que el recuerdo con el que nos acordemos de ella sea con una sonrisa. La vida continúa, un trago amargo para los próximos que serán tan dulces y suaves que agradeceremos haber pasado antes por el asqueroso. Nos sabrá mucho más delicioso. El poeta Serrat dejó un dicho: “Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. Qué cierto y qué doloroso es a la misma vez. Así que hay que afrontar lo verdadero, no lo que queremos afrontar, eso sería cobardía. Soy patético, más no cobarde... me enfrentaré a todo lo necesario y lograré lo que tanto dice Misaki: Las estrellas volverán a brillar y éstas estarán a mis pies. Y sólo lo podré lograr si ya no vuelvo a separarme nunca de Nowaki. Si él se pierde, lo buscaré hasta el fin del mundo, daré todo de mí. En lo más oscuro, en lo más brilloso, ahí estaré para él. Pero, sin embargo, ¿él haría lo mismo por mí? No lo sé, él ya conoce mis sentimientos por culpa de otras bocas, no por la mía. Yo tengo el veredicto final: seguiré guardando mis sentimientos hasta que sea necesario sacarlos a la luz. No importa qué, no importa quién, Nowaki será mi propósito y mi nueva esperanza a seguir con esto. No pienso abandonarlo. Y él, ¿hará lo mismo por mí? Me lo vuelvo a preguntar y lo haré hasta saber la respuesta de su propia boca. No ha acabado la guerra, apenas comenzó, ganaremos. Estaré en esa victoria por él. Cada vez estamos más cerca, la luz ya la puedo comenzar a ver. No es mucho, solo es cuestión de perseverancia. Ya me rendí y mis sentimientos flaquearon, pero éstos no son débiles. Les mostraré, en especial a Nowaki. Él sabrá, muy a mi manera, mis sentimientos. No lo privaré de ello. Ha comenzado a correr el tiempo, no hay vuelta atrás, estaré con él sin importar qué. Una palabra de hombre no se rompe.
            El cuerpo a veces actúa en contra del pensamiento, es parte de las teorías éticas que uno conoce. ¿¡Por qué me tiene que pasar a mí?! ¿¡Por qué justamente ahora?! ¿¡Por qué justamente aquí?! Mis pensamiento me imploran y mandan para que no lo haga, pero mi maldito cuerpo desobedece, ¿cuál tiene razón?, ¿Cuál hace bien? No lo sé... Solo sé que cada paso que doy estoy más y más cerca de Nowaki. Pronto, lamentablemente así fue sin darme cuenta, ya estaba junto a él y ahora, ¿qué carajos hago? De todas las personas del mundo, ¿por qué alguien como yo para alguien como él? De nuevo, no lo sé... Solo sé que me pongo en cuclillas y temblorosamente poso mi mano sobre la ancha y fuerte espalda de Nowaki. Su cuerpo temblaba y cuando lo toqué ya no lo hizo más. Nowaki voltea y me ve, sus ojos... sus bellos ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, oscuros y sin brillo... Dejé de verlos, porque me abrazó con fuerza y dolor. Escondió su rostro en mi pecho y soltó el llanto que aún faltaba por soltar. Pasó sus fuertes brazos alrededor de mi espalda para reconfortarse en algo. Se refugió cual niño pequeño asustado por ver algo que no debía dé. ¿Y qué hice yo? Nada, absolutamente nada, dejé que me abrazara más no devolví el gesto y tampoco lo rechacé, solo ahí estuve, en silencio, con paciencia, solo para él...
            Después de unos minutos, Nowaki se calmó, más no se separó de mí, seguía abrazado fuertemente a mí. ¿Por qué?, ¿Por qué, Nowaki?, ¿Por qué me haces esto?, ¿Te valen mis sentimientos? No lo sé, pero no fallaré a mis sentimientos, no lo haré nunca más, si él me necesita estaré allí. Si me quiere abrazar, que lo haga... Haga lo que haga, jamás podré odiar a este idiota, porque este idiota me hizo más idiota a mí, aún.

Me vuelve loco amarte. Velaré y pelearé por ti. ¿Pero quién lo hará por mí?

Ya todo estaba en orden, las flores seguían volando en el cielo, las floshes armaban un altar para su difunta Guardiana. Todos veían la escena en silencio, todos velaban por el descanso eterno de Fiorella. Nowaki seguían abrazándome, su brazo aprisionaba mi cintura (que lamentablemente es muy pequeñas a comparación de un hombre normal) y yo me dejaba ante tal gesto. Y más pronto que tarde, de poco a poco, todos nos fuimos retirando del Bosque Ilussia. ¿Con quién me fui? Con quien tal vez no debí hacerlo: Me fui con Nowaki. Fue involuntario o tal vez no, pero cuando menos me di cuenta, ya estaba montado al dragón rojo y delgado de Nowaki, y a éste lo abrazaba por la cintura para no caer y para poder sentirlo. Hay sentimientos más fuertes que los propios actos humanos. Parecen que esos sentimientos se convierten en nosotros y dejamos de existir, no hay espacio para algo más más que aquellos estúpidos sentimientos tan bellos y tan horrendos al mismo tiempo.
            Cerré mis ojos y dejé que el aire golpeara contra mi rostro y jugara con mis cabellos para que se revuelvan a como dé su gana. ¿Cómo preferiría este momento? ¿Estando solo o con Nowaki? Mi respuesta es este momento: con él y a la vez no. Sin hablar pero no bajo la incomodidad. Simplemente perfecto. Solo así me puedo llegar a sentir seguro... es por demás, delicioso. Pero nada puede durar, por eso los más bellos momentos siempre son los más rápidos. ¿Por qué? Ni siquiera yo lo sé, pero sucede, y ahora, ya habíamos llegado al bello Olvido de Nowaki y nos dirigimos a la parte superior de la cueva:
            —Hiroki... y-yo... —lo interrumpí.
            —¿Hiroki?, Que yo recuerde, mi apodo contigo es: “Hiro-san”. Solo existe una persona, ¿me escuchaste? Solo una que me puede llamar así, y eres tú —le sonreí adolorido.
            Nowaki vio al piso con una sonrisa lastimera y volvió su vista a mí:
            —Hiro-san, hice una promesa con Fiorella y-
            —Está bien, está bien... de todas formas yo pedí alejarme de ti, no te preocupes por ello porque ella es mucho más que yo y lo entiendo.
            —No, no, por favor, déjame explicarte —hizo una pequeña pausa y me miró directamente a los ojos—. Hice una promesa con Fiorella y me comprometí a cumplirla cuanto antes... Es sobre ti, Hiro-san... Perdón, pero cumplir con aquella promesa es lo único que me queda... Fiorella quiere que te quedes con una parte de sus recuerdos...
            —¿Sus recuerdos?, ¿Para qué o qué?, ¿Cómo se hace eso?
            —No estoy seguro, solo me lo pidió... pero sé que debe haber una razón por la cual me lo haya pedido. Y bueno para que tengas aquellos recuerdos... debemos tener relaciones.
            —¿Q-qué?, ¿Hablas enserio? —Nowaki no dijo nada, solo miró a otro lado, ¡sí habla enserio!—. Y-yo... Yo no sé...
            Paré de hablar, sonará egoísta y masoquista... pero se me presenta una oportunidad de oro para que él esté contigo como yo hubiera deseado que así fuera; y no quiero desperdiciarlo, quiero estar con él. Es una fuerza que sobrepasa mis límites, no quiero dejar ir aquella propuesta para estar con Nowaki una noche entera, qué él me regale un momento su cuerpo y yo le dé el mío... aunque él no sienta lo mismo, quiero engañarme por un solo instante que aunque sea una, ¡una! Persona me ama, una persona me quiere... porque al fin y al cabo, no tengo a nadie y nadie me necesita. Toda mi vida, siempre, fue así, tanto que me llegó a dejar de importar; pero que ahora sea con Nowaki, es muy diferente, con él, sí que anhelo esa dulzura y afecto que siempre esperé. Soy un humano, quiero dar afecto y amor, pero que también me lo den a mí... no quiero estar solo... quiero que alguien me acompañe...
            —Está bien.
            —¿Eh?, ¿Estás seguro, Hiro-san?
            Le sonreí lastimado, dando a entender que era enserio mi afirmación.

Por aunque sea un solo instante, quiero sentirte como mío y que de verdad alguien necesita de mí.

Nowaki se acercó a mí y tomó mi mano con fuerza para llevarme a la cueva; pero en vez de ir a las habitaciones, Nowaki se desvió a un pasillo que jamás visité. Pasamos a través de un camino rocoso y semi oscuro para que al final del túnel llegáramos a la más bella habitación que jamás vi. Era amplia, un manantial subterráneo dentro de otro. El agua cristalina que por las luces del lugar se veía de color aguamarina con detalles verdes. Todo rocoso y árboles que crecían del agua: un bosque marina. Era demasiado bello. Nowaki me llevó con él a una zona donde había almohadas y varias pieles.
            Nowaki me pidió que me desnudara, entraríamos al agua para que el proceso de compartición de memoria saliera bien. Por lo que con suma vergüenza, me deshice de mi ropa, mis manos temblaban demasiado, no soy lo que esperaba Nowaki para su noche de bodas. Soy, técnicamente, todo lo contrario: Sin delicadas y pronunciadas curvas, sin abundantes senos, sin un largo cabello, sin una dulce y tierna voz. Soy un hombre.
            Al terminar de quitarme la ropa, Nowaki hizo lo mismo y después, se acercó a mí. Me tomó de la cintura y me besó; sus labios comenzaron a jugar con los míos con pasión y lujuria. No podía seguir el ritmo, pero me fascinaba. Una mano sostenía mi cuello y la otra mi cintura. Su lengua invitó a la mía, y pronto, ambas se enredaban entre sí y podía comenzar a saborear la saliva ajena que lograba correrse de mi boca cayendo por mi mentón. Un beso húmedo retumbaba en mis oídos. Nos separábamos por míseros segundos para volver con aquel voraz beso, en el cual ambos peleábamos por llevar las riendas de éste. Podía sentir como de vez en cuando, Nowaki mordía mi labio inferior y lo jalaba con un poco de fuerza. Me estaba volviendo loco, mis mejillas ardían como nunca lo han hecho, mis ojos entrecerrados podían ver cómo me atacaba Nowaki. Mi cuerpo comenzó a calentarse. Y entre besos y más besos, pronto sentí agua, estábamos en el manantial y el agua era tibia, simplemente deliciosa.
            Nowaki comenzó a jugar con mi cuello, sentía pequeños besos a través de mi piel para que se convirtieran en mordidas leves y succiones que sé que me dejarán una marca difícil de quitar. Solo atinaba a soltar ligeros gemidos y jadeos, jamás había gemido de esta forma, y de alguna manera me excitaba. Me excitaba ser el centro de atención de Nowaki, me excitaba que me viera de ésta forma. Y cuando sus ojos cruzaron con los míos, lo besé yo, mi lengua investigó la boca de Nowaki, de por estos momentos mi Nowaki. Mis manos estaban en sus mejillas y besaba cuanto podía. Él me correspondió con la misma pasión. Compartíamos saliva y al separarnos, un hilo de saliva se rompió de entre ambas lenguas, cayendo sobre mi desnudo pecho. Mi pene comenzaba a ponerse erecto.
            E inmediatamente, Nowaki lamió desde mi mentón hasta llegar a uno de mis pezones y lo comenzó a lamer alrededor del centro y morder aquella parte para jalar levemente:
            —Ah, No-nowaki, Ahhh, n-no lo hagas...
            No pude evitar soltar aquellos ruidos. Y como era de esperarse, no me hizo caso. Siguió jugando con mi pezón, lamiéndolo y mordiéndolo hasta que se pusiera rojo y duro. Después repitió la acción con el otro. Todo aquello me causaba el más puro placer, mi pene reaccionaba con cada lamida y mordida. Me retorcía levemente debajo de él, repetía y gemía su nombre una y otra vez. Sus manos me acariciaban con delicadeza las piernas y parte de mi trasero lo apretaba a su antojo. Lo dejaría, dejaría que lo hiciera... lo quiero tanto que no podría detener esto.
            Volvió a besar mis labios, ambos cerramos los ojos, sus manos sostenían mi espalda y yo jugaba con su pecho y abdomen, lo acariciaba y pintaba en mi mente aquel tacto para no olvidarlo. Sus pectorales, abdominales, todo, todo lo acaricié al mismo tiempo en que besaba sus labios. Ninguno se separaba, no quería hacerlo y parecía ser que él tampoco.
            Mi pene, ya erecto, se rozó con el de Nowaki y no pude evitar soltar un sonoro gemido. Me comenzaba a doler estar así, palpitaba y estaba ansioso. Y creo que no lo pasó por alto, Nowaki volvió a rozar su miembro con el mío, una, dos, tres, y así hasta que pronto se volvió en una constante fricción. Movía mis caderas de arriba hacia abajo mientras me sostenía de los brazos de Nowaki y gemía ceca de su oído izquierdo:
            —¡Ahh, Nowaki! Ma-más... Ahg mmm...
            No podía dejar de soltar sonido obscenos.
            —Lo que Hiro-san desee...
            Después de decir aquello, lamió el lóbulo de mi oreja y su mano izquierda comenzó a masturbar mi pene. Lo tomó con firmeza y comenzó a subir y bajar e ir aumentando la velocidad con el volumen de mis gemidos. A veces se entretenía en mi punta y jugaba con ella, solo masturbando aquella zona. Y cuando bajaba, jugaba con mis testículos. Yo por mi parte solo gemía más y más fuerte. Joder, jamás se había sentido tan bien una masturbación. A veces muy rápido, a veces muy lento, el líquido pre-seminal se diluía con el agua del manantial.
            —¡Ah, No-nowaki... ahhh, me voy a correr, mmm, pa-para...!
            Y haciendo caso omiso, me masturbó con mucha más fuerza y rapidez. Solo gemía y movía mis caderas al compás del vaivén. Mis músculos se contrajeron y sentí como mi primer orgasmo llegaba con fuerza. Se había sentido increíble. Quería llegar, aún a pesar de todo, al final.
            Nowaki volteó a verme y unió sus labios a los míos. Y también tres de sus dedos, entendí a qué se refería y los comencé a lamer con hambruna. Los metía y sacaba de mi boca dejando que mi saliva corriera a lo largo de ellos. Mi lengua se paseaban por sus dedos y cuando los separaba de ella, un hilo de saliva se conectaba con mi lengua. Nowaki vio mi acción todo el tiempo. Y en vez de sentirme avergonzado, me daban más y más ganas de lamerlos y que pronto me penetrara... la excitación era demasiado fuerte. Nowaki alejó sus dedos y me subió sobre una roca lisa y plana que estaba detrás de mí.
            —¿Estás listo? —me preguntó viéndome directamente a los ojos.
            Solo sonreí lastimado y me acerqué a su rostro para besarlo con dulzura. De vez en cuando, también adoro lo tierno y delicado, no solo puros besos salvajes. Y al separarme de él, asentí desapercibidamente.
            Nowaki se posicionó entre mis piernas y las abrió para estar más cómodo entre ellas;  las levantó, pasándolas por sus hombros. Mi pene se comenzaba a poner duro nuevamente, mi ano palpitaba y se auto dilataba por la excitación. Pronto, sentí como Nowaki abría espacio entre mi trasero y comenzó a penetrarme con su dedo medio, metiéndolo y sacándolo lentamente, hasta que entró por completo y sentí como hacía movimientos circulares, abriendo espacio a su antojo. Sentí un dolor punzante y agudo, no pude evitar tensarme y dejar que en mi cara se pintara una mueca de dolor. De verdad que dolía, y se pondría peor.
            —¡A-ah, Nowaki, e-espera, ahhh! —Su dedo se movía lentamente dentro de mí. Y pronto uno más se unió a la preparación—. ¡Ah, ah, Nowaki...!
            Él fingía tijeras y salía y entraba cada vez con más rapidez, debido al agua y saliva era mucho más fácil. Pero no puedo evitarlo, de verdad me duele, no sé por qué, duele demasiado. Siento como, como... si nada más lo hiciera por obligación.
            No pude evitar enojarme y sentirme como la peor basura del mundo.
            Detuve la mano de Nowaki y me acerqué a él para besarlo, lo hicimos, sí. Saqué sus dedos de mi interior y no pude evitar soltar un quejido de dolor, quería acabar y a la vez no con esto. Nowaki me miró a los ojos y yo solo pude sonreírle. Creo que dejé más que en claro que podía continuar.
            El nivel del agua es muy bajo, a penas y me llega a la cintura. Nowaki, se acomodó mejor entre mis piernas y las abrió cuánto necesitó. Vi como tomaba su erecto pene que sin duda dolería como los mil demonios, era, por obvias razones, más grande que solo los dedos. No pude evitar sentirme asustado, más sin embargo, cuando Nowaki me besó, me dejé llevar y olvidar todos los problemas y decepciones que sentiré después. Por ahora, el presente, es éste. Y pronto, sentí como comenzaba a penetrarme. Sentía como su miembro abría paso dentro de mí. No pude evitar gemir y jadear en una combi nación de dolor y placer. Porque de alguna forma, terminaba gustándome aquella sensación. Iba entrando cada vez más y más profundo, hasta que así fue, su pene entró por completo.
            —Ahhh, e-espera, Nowaki, a-aún n-no te muevas, mgh...
            Mis ojos se cerraron con fuerzas e intenté calmarme y dejarme llevar. Nowaki me tomó del mentón y comenzó a besarme, no pude evitar soltar unas lágrimas debido al esfuerzo y dolor que sentía. Sentía sus dedos sobre mi piel, trazando cuantas líneas deseaba; su lengua se enredaba con pasión contra la mía. No puedo, simplemente no puedo dejar de amarlo:
            —Dilo.
            —¿Eh?, ¿Q-qué cosa, Nowaki?
            —Que solo necesitas de mí, que solo me quieres a mí, que solo a mí me amas... Por favor, Hiro-san, no me dejes... no quiero estar solo, no más. Ya no tengo a nadie... por favor, por favor.
            —Te amo, Nowaki.
            Simplemente lo dije, y algo dentro de mí se rompió, todo lo contrario a lo que esperé. Creí que si te dijera mis sentimientos, me sentiría bien y pleno, pero no fue así.
            Sé que tú querías escuchar aquello, porque se fue la única compañía que podría salvarte. Yo la reemplacé, así de simple.
            Pronto, Nowaki comenzó a moverse rápido y con fuerza, sentía como entraba y salía de mí con precisión y dureza. Mis gemidos eran desgarrados, se sentía doloroso y muy bien al mismo tiempo, no permitiría que parara hasta que acabara.
            —¡Ah, ah, Nowaki, mmm, ah, sí, más, más!
            Ambos estamos rotos, ambos buscamos consuelo. Y a pesar de que somos los culpables de ello, no queremos verlo. El dolor que no estamos causando por la pérdida de una persona: la pareja de Nowaki, mi rival de amores. Sentía como me penetraba sin pudor alguno. Me tomaba de forma posesiva las caderas y con fuerza, que sentía como enterraba sus uñas en mi piel. Solo jadeaba y el vapor del esfuerzo se combinaba con el mío que era emitido gracias a mis constantes gemidos. Solo buscamos el confort en el otro y a la vez lo repelemos. ¿Por qué será el ser humano tan extraño?
            Entre sus salvajes embestidas, sentí que dio en una zona que me hiso sacar un gemido más agudo, alto y prolongado que los demás:
            —¡Ahí, ahí, Nowaki, ahh, más ahí!
            No había coherencia en lo que decía. Solo movía mis caderas al compás de sus embestidas para sentir más profundo su pene dentro de mí. No quería dejarlo ir. Y él, por su lado, me obedeció, siguió penetrándome con fuerza y exactitud en donde pedía. Mi pene erecto ya me dolía, por lo que al ritmo del vaivén, me comencé a masturbar. Ambos con la vista nublada, mis ojos entrecerrados lo veían a él y a nadie más. Gemía para él y ya. Mi cara ardía, un fuego se apoderaba de mi interior, queriéndome quemar en el puro pecado de la lujuria, con el más delicioso placer.
            Sentía que me iba a venir muy pronto, gemía y gemía le nombre de Nowaki con súplicas sin sentido. Él, de vez en vez, decía mi nombre, pero algo me lastimó, logré escuchar el nombre de Fiorella en lo que me embestía. Ambos nombres salían de su boca mientras me penetraba con más y más salvajismo. Nowaki besaba y mordía mi cuello, clavícula, brazos, y torso sin cuidado alguno, sentía como encajaba sus dientes en mi blanca piel, y yo, yo gemía ante esos actos. Me estaba doliendo en sobremanera. Y aún a pesar de ello, sentía que me vendría muy pronto.
            Nowaki se adelantó y se vino dentro de mí, gimió y dijo mi nombre; yo hice lo mismo pronunciando el suyo. Pero aún faltaba mi segundo orgasmo, estaba ya a punto, y sin embargo, Nowaki salió de mi interior y salió del agua, pidiéndome que me encargara yo mismo de mi erección. No dije nada y le obedecí, me levanté de aquella lisa roca, no sentía dolor en la espalda, pero de mi cadera, sí. Tomé mi pene con mi mano derecha y me masturbé hasta llegar al orgasmo, únicamente pensando en Nowaki. Y cuando terminé, volteé a mis espaldas y lo vi a él, se quedó dormido entre las pieles y cojines que había visto cuando llegamos. No lo culpo, este día estuvo lleno de demasiadas cosas: En la mañana confeccioné un vestido, al medio día me di cuenta que Fiorella conocía mis sentimientos, al comienzo del atardecer ella y Nowaki se emparejaron, al comienzo de la noche hubo ataque de brujas y Kaoruko habló de más, a la noche Fiorella murió y ahora, tuve sexo con Nowaki. Simplemente eso, sexo. Y solo en ese momento me di cuenta de algo:
            Aquellas mordidas son por impotencia...
            Sus succiones fueron por causa del dolor y pena...
            Sus rasguños por culpa de la soledad que provocó Fiorella en él...
            Los besos que nos regalamos son gracias a la ira y vergüenza que ambos tenemos...
            Fiorella rompió de más a Nowaki, y solo pudo encontrar refugio en su “segunda opción”, que soy yo. No sé si aquello de la compartición de memorias sea de verdad o solo buscó una excusa para expulsar todo su dolor, pero sé que el dolor que sentí cuando me penetró no es nada comparado a lo que él está sintiendo. Debo de dejar de pensar solo en mí. Nowaki, a fin de cuentas, también tiene sentimientos, también posee un espíritu quebrantable... Más sin embargo, entiendo perfectamente que él no siente amor por mí, ¿en un futuro lo sentirá? No lo sé, pero eso sí, no lo dejaré de lado por ningún motivo.
            —Nowaki, a pesar del inmenso dolor que me causas, estaré para ti en todo lo que necesites. Porque sé que soy tu verdadera compañía...
            Después de susurrar aquello, me vestí y dejé el lugar donde Nowaki dormía, no sin antes taparlo y besar su cien. No sé a quién de los dos le estará doliendo más esto...

CONTINUARA
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

Como dije en las notas principales, no se vale odiarme, y tampoco se vale odiar a Nowaki, pero sí se vale odiar a Fiorella xD, aunque esté muerta, se vale.
Por cierto, vi que muchas se sorprendieron sobre que Julia está (porque aún sigue enamorada y deberán poner atención a ello) enamorada de Fiorella, no se dice de forma explícita, es más ni parecía que Julia estuviera atraída por Fiorella; pero en el capítulo 19, cuando le pide a Nowaki que se empareje, Julia (en la narración) dijo que ella se rompió porque mintió y también se dijo que no quería lastimarse a sí misma. En sí, esas eran las únicas señales del amor de Julia por Fiorella, pero habrá más sobre ellas, en un futuro.
También, me dio gracia que quieran que el reemplazo de Fiorella se enamore de Hiroki y ponga celoso a Nowaki, pero eso... si les digo sería Spoiler de mi sagrado trabajo ._.'' Así que eso quedará como secreto de canal.
No me odien por el lemmon, tenía que ser así, y además siempre quise escribir lemmon en el agua ¬w¬


Y... ya nos acercamos al final de fic :') que rápido pasó el tiempo, pero sí, a partir de éste capítulo, comienza la recta final, por lo que les tengo una petición:
¡Hagan todas las preguntas que quieran ya sea sobre el Fic, los personajes, sobre mí y esas cosas e incluso a los personajes se vale preguntar lo que gusten!
Al final de fic, subiré un especial de curiosidades y responderé todo lo que quieran saber y en ese especial habrá muchas, muchas sorpresas muy rikolinas ¬w¬,
¿les parece la idea?
Así que... ¡Espero con ansias sus comentarios! Y nos vemos luego,
Los Quere Musho Miraku SAYO~


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