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Más allá de la verdad por Miraku

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Notas del capitulo:

Hola!!!!!! Y ya arrancamos con la historia el día de hoy, ahora cada martes de cada semana estaré actualizando!!!!

NARRADOR: Misaki únicamente.

Y sin más a leer:

II

El cielo claro, aves que nunca había visto en mi vida de distintos tamaños y colores, ellas surcaban en él, nubes difuminadas, húmedo clima. ¡Estaba dentro del tronco de un enorme árbol! Pues alcé la vista y su altura seguía y de donde estaba, los de abajo se veían como tan solo unos pequeños puntos que se movían de un lado a otro, sus ramas eran anchas y robustas, sus hojas verdes y de tamaños gigantes. Todo lo que veía era una selva, millones de tonalidades de café, verdes, hasta azules, pues vi varios manantiales con cataratas donde habían hadas y animales fantásticos bañándose. El hombre me tomó del hombro y volteé a verlo, él me regaló una radiante sonrisa:
            —¿Increíble, no? —preguntó divertido.
            —Vaya que sí… mucho más que la selva de las amazonas…
            —Bien, ¿y por qué no saltas?
            —¿Q-qué?
            —Es obvio que debes lanzarte para bajar, no te preocupes.
            ¿¡Qué no me preocupara?!, ¿Acaso está loco? Es pura lógica: salto y la fuerza de gravedad me lleva a mi muerte segura. Estaba a punto de reclamarle, hasta que el hombre de cabellos azulados cayendo al negro y ojos expresivos como el mar, sonrió y me empujó, haciendo que perdiera el equilibrio y obvio, caí de la rama. Grité a todo pulmón, ¡voy a mi muerte, segurito que sí! Cerré mis ojos con suma fuerza para no ver, hasta que caía sobre una piel, de reptil para ser exactos. Abrí mis ojos, estaba aún vivo, suspiré aliviado y miré a todos lados, ¿un dragón? Sí, de eso no cabe duda, su larga cola, sus escamas brillosas de color rojo como la sangre, sus largas y ágiles alas moviéndose, permitiendo que no cayéramos, era delgado, sin herida alguna, y lo más bello de él: sus ojos verdes como el cristal. Él me miró y luego siguió su vista al frente. El hombre que me empujó saltó igualmente junto con Fiorella detrás de él, ambos felices y sin problema alguno para hacerlo. La guardiana cayó en otro dragón, uno morado, parecía ser hembra debido a la elegancia de sus actos, y por su lado el hombre que le gusta empujar gente para que éstas terminen con un posible horrendo final (no olvidaré eso nunca en mi vida) cayó en el dragón en el que yo me encontraba. Se posicionó delante de mí y me pidió que me sostuviera bastante fuerte, ¿pero de dónde? Buscaba de dónde agarrarme, hasta que aquel -supongo que guardián- dejó andar al dragón y por impulso me agarré de la tela de su ropa, temblaba del miedo. El hombre solo sonrió, escuché el gesto de burla. Y emprendió vuelo hacia arriba y nos volteó de cabeza, para que el dragón nos dejara caer pues dejó de mover las alas, eso sí, sin duda el viento se sentía delicioso, los colores que pude percibir eran preciosos, simplemente mágico y después el reptil cuando caíamos, tomó camino a buena velocidad. Y mientras volaba, ya con menos rapidez, comenzó una conversación:
            —¿Entonces tu eres el dichoso Misaki?, ¿No te desesperó Usami cuando lo conociste?
            —¿Por qué debería?
            —No, no, solo era curiosidad… Por cierto, mi nombre es Nowaki, soy el guardián del agua.
            —Mucho gusto, Nowaki, pero ¿exactamente a dónde vamos?
            Nowaki ignoró mi pregunta y siguió su vista al frente. Bufé y decidí echarle un vistazo allá abajo, ahora pasábamos por un enorme prado de flores no alcancé a ver mucho de él, pero se veía todo tipo de ellas, tanto tropicales como las de bosque. Fiorella bajó allí, supongo que es su lugar de “descanso” u hogar simplemente. Solo vi que se despedía de nosotros con una agradable sonrisa y desde una considerable altura se dejó caer, sus cabellos volaban con tanta elegancia, justo como las flores. Después en tan solo un abrir y cerrar de ojos, estábamos en una zona de grandes montañas y arena, los tornados no dejaban de amenazar el lugar, por lo que el dragón no podía seguir su camino, aunque lo irónico de aquí era que no nos absorbían; Nowaki bufó:
            —¡Ventos! —gritó Nowaki a todo pulmón.
            Un hombre a gran velocidad corrió y con gran fuerza desde una gran roca saltó hasta la cabeza del dragón quién ni se inmutó, para vernos con un gesto de aburrimiento; éste es alto y fuerte, de piel blanca y cabellos tostados y largos agarrados en media coleta, sus ojos demostraban seriedad y su color eran dorados, sonrisa sarcástica, sus orejas eran como las de un duende, alargadas y llena de perforaciones, al igual que su labio inferior que tenía dos. Vestía un pantalón crema, playera blanca y una capa negra, traía unas largas botas negras hasta la mitad de sus rodillas, tenía un cinturón de cuero café, donde había dos cuchillas, en ambos costados, y para finalizar traía dos brazaletes con una gema preciosa amarilla en cada una.
            —¿Qué sucede? —preguntó el tal Ventos.
            —¿Cómo que qué? —exclamó Nowaki.— Dile a tus Flips que hagan los tornados más alejadas de este lugar, la última vez casi matan a Ceci.
            —¿Y por qué debería hacerlo?
            —Ventos…
            —Vale, vale, calma Nowaki, ¿tienes prisas? —preguntó serio Ventos mientras él hacía con sus manos, ágiles movimientos para que los tornados de forma lenta se fueran alejando de allí.
            —Un poco, traje el chico que Usami quería ver.
            Ventos dirigió su vista hacia mí, como si estuviera estudiándome, me sentí intimidado, por lo que bajé la mirada hacia otro lado.
            —Bueno, te diré algo niño —se dirigió a mí.—, ten mucho cuidado. A las brujas les gusta estar por los lugares de la nieve y la noche.
            Y sin nada más Ventos, cayó a la tierra y se fue caminando. ¿A qué se refería con lo que acaba de decir? Nowaki me sonrió y siguió el camino, no hubo palabra cruzada alguna, él estaba perdido en sus pensamientos y yo en los míos propios, tener muchas más dudas que respuestas, y todo por qué salí al bosque a acomodar mis ideas. Ahora, tengo hambre… pero igualmente: ¿cuánto tiempo habré dormido?, ¿Dónde estoy exactamente?, ¿Por qué hablan del guardián de la noche y la necesidad de verme?, ¿Dónde están Toby y Ceci?, ¿A qué se refería Ventos con las brujas? Solo espero que cuando esté con “Usami” pueda saber al menor tres de mis preguntas, y si se puede, todas. Vi que nos acercábamos a un lugar oscuro, hace rato que sentía menos luz con cada aleteada que daba el dragón, pero igual la luz entraba, eran estrellas, de todo tipo de constelaciones, colores morados, azules oscuros hacían juego con la negra noche, galaxias naciendo y muriendo. Miré hacia abajo, había un gigantesco lago, donde las flips estaban jugando con flores que al abrirse: luces y polvos brillantes salían, con ellas, las flips dibujaban en el lago, los árboles brillaban tenuemente y se movían, luciérnagas volaban, ¡habían cientos de dragones! Soltando su abrazador aliento de varias tonalidades. Animales corrían, había en el centro del lugar, un piso como si fuera un espejo gris transparente, y a lo lejos se veía un palacio en ruinas de color negro, debido a sombra, supongo, pues atrás de él se encontraba lo más impresionante: la luna, gigante y hermosa como siempre con sus misterios por donde la veas al igual que la magia, eso despedía siempre. De pronto, vi a Usami en la pista de cristal, con su báculo, le dio vueltas con una sola mano y golpeó en el centro, una onda golpeó todo el lugar, dejando todo con menos “desorden” digámoslo así, los animales se fueron a sus hogares en los árboles que ahora únicamente despedían luces de varios colores. Las flips dejaron el lago y se fueron, tomando rumbo al extraño palacio, los dragones con sus alas se camuflagearon en la oscuridad. Todo estaba callado. Pronto, el dragón de Nowaki aterrizó en el pasto, el guardián del agua bajó y me ayudó, extendiéndome la mano, la cual acepté agradecido. Caminamos en dirección al guardián de la noche, quién en un rápido movimiento, hizo que del piso, salieran sillones, en uno de ellos él se sentó y nos invitó a Nowaki y a mí a hacer lo mismo. Quedaba un lugar vacío.
            —¿Por qué tardaste tanto? —pregunto Usami.
            Nowaki nos excusó con lo que sucedió con Ventos (que técnicamente era cierto) y que aparentemente tardé más en despertar de lo previsto. El guardián de la noche asintió y luego volteó a verme. No ha cambiado absolutamente en nada, sigue con el mismo estilo de ropa, su cabello, su piel, sus ojos sin brillo… todo en él siguen intactos, o hasta mejor, sin dudad una belleza muy exótica.
            —Misaki, cuanto tiempo…
            Eso era cierto, él si supo mi nombre porque cuando me lo preguntó se lo dije y él no lo hizo cuando yo quise saber el suyo.
            Yo asentí, aunque me dio coraje que él sí sabía mi nombre y no por otras personas, como yo me di cuenta; aun así me siento emocionado y feliz de verlo por fin, era cierto lo que escribí, lo volvería a ver. Me encantaría que el profesor Kamijou estuviera aquí y tal vez así se disculparía por lo que hizo.
            —Bien —ahora habló Nowaki.—, ¿y Ceci?
            —Llegara pronto. Por lo mientras, hay que ir explicando algunas a cosas a Misaki; debes de tener dudas, ¿no?
            Lo último fue dirigido a mí:— ¡Así es! —exclamé.— ¿Pero contestarás a todo lo que les pregunte?
            —Dentro de lo que podamos, hablaremos. —dijo Usami por él, Nowaki y Ceci, quién venía llegando en un oso polar, y, aunque fuera un oso, el animal corre muy rápido, la chica bajó del animal y se sentó en el espacio vacío.
            —Bien —esta era mi oportunidad.—. ¿Cuánto tiempo estuve dormido?, Y principalmente ¿dónde estoy?
            —En tiempo humano —habló pensativa Ceci.—, casi dos días. Y donde estás, fácil. Te encuentras y a la vez no en la nada. —rió la guardiana, debió ser por mi cara de confusión.— O sea, no estamos en el planeta tierra pero tampoco estamos en el espacio eso sí, no estamos lejos de la tierra; tampoco estás muerto si eso te preguntas. Estamos simplemente en la Nada, así se llama este lugar, ¿por qué? Ni siquiera el guardián más antiguo, que es Ventos, lo sabe.
            Ceci rió, está bien, suficiente información por hoy.
            —Ahora —continuó Nowaki.—, el por qué estás aquí: es porque Usami quería volver a verte. Eres el primer ser humano que después de ver a un guardián, sigue vivo, porque normalmente las brujas y obscuros los asesinan —puso un porte bastante serio.—, por ello nos preocupamos por ti.
            —Pero, han pasado 10 años y no sucedió nada como para que pudiera morir… —interrumpí.
            —Esto es debido al collar que Usami te dio. Tanto tú como él, sabían en qué tipo de situación te encontrabas y así tomar medidas de ello. Pero ahora hay demasiado obscuros y te han intentado matar a toda costa, aparentemente interrumpes en sus planes. Ni siquiera sabemos cómo has logrado escapar de sus trampas pero lo has hecho aun así se pone más peligroso, y por ello, Usami mando a Fiorella, Ceci y Toby para que te trajeran, porque además de protegerte, el collar significa una promesa.
            —Ahora, Misaki, está en tus manos una parte del alma de Usami. Esa es la promesa. —dijo Ceci sonriendo.
            Abrí mis ojos con sorpresa y tomé entre mis manos el collar, ¿ahí dentro hay una parte del alma de Usami?, ¿Por qué? Miré al frente donde estaba él, sentado viéndome, pude percibir una sonrisa que me inspiró tranquilidad.
            “Si te preguntas por qué una parte de mi alma está en el collar, cuando estemos solos tú y yo, te lo explicaré.” Escuché aquello en mi mente, sé que fue en mi mente y era la voz de Usami, ¿cómo es que puedo escucharlo en mi cabeza? “Por el collar, al tener mi alma contigo, puedo hablar en tu mente, si estoy cerca de ti.” Me contestó, miré mi collar, estaba de color magenta, ese jamás lo había visto, presiento que es porque es la primera vez que Usami habla en dentro de mí, y cuando estemos solos le daré una paliza por irrumpir en mi privacidad mental. El collar volvió a tener color negro, creo que Usami ya no escucha lo que pienso, de todas formas le preguntaré más tarde.
            —Pero bueno —continuó Ceci.—, por ahora estás a salvo, Misaki. Creo que Usami te llevará con Julia, la guardiana del tiempo, ella te explicara a fondo mejor todo el problema. Solo te podemos decir que hay una fuerte amenaza entre nuestro mundo y el tuyo. Todo a su tiempo, no te preocupes, pero eso sí, Misaki, no te separes de Usami, hay una bruja que te puede matar haciéndote creer que ella es la madre luna, la cual no existe o eso creemos ya que nunca la hemos visto, pero esa bruja con tal belleza que posee, te lo puedes llegar a creer. Usami, cuida a Misaki, él posee parte de tu alma.
            Ceci se veía seria, pero igual emanaba un aire de alegría, me agrada.
            —Más tarde, que te lleven a mi olvido para que te bañes y comas algo, Misaki. —sonrió Nowaki.
            Tanto él como Ceci, dieron una reverencia, tomaron sus bestias y tomaron caminos diferentes, pronto los dejé de ver…
            —¿Qué es eso de “su olvido”? —pregunté a Usami, mientras ambos nos parábamos de los “sillones”.
            —Los hogares donde cada guardián vive, se les llaman olvido, si preguntas por qué, nadie lo sabe.
            Simplemente asentí.

Usami dijo que primero iríamos con Julia, la guardiana del tiempo, para después ir al olvido de Nowaki y que pueda darme un baño, el cual por cierto, ya me urge y bastante. Comenzamos a caminar en dirección al palacio en ruinas negro, estábamos a tan solo unos metros de él, era gigante y de cerca era bellísimo, ventanales gigantes de cristales de colores fríos, las paredes parecían ser de gemas Ónix, flips volaban de un lado a otro, escuche unas cascadas, me hubiera gustado ir a ver. Usami me dirigió a un extraño bosque, y después de pasar unos cuantos árboles, había una vieja puerta, Usami la abrió sin ningún problema y entramos. Todo estaba completamente oscuro, solo pudimos ver gracias al báculo de Usami, pues de la punta, el cristal brilló con más fuerza aún, a como hace unos momentos lo hacía.
            —Toma. —me dio una gran capa.— Póntela solo unos momentos, y después créeme no querrás verla de nuevo.
            Me puse la prenda extrañado, pero luego entendí el por qué, ¡comenzó a hacer un frío extremo! Me aferré fuerte a la capa, no estoy acostumbrado a soportar tanto frío, esto era un exceso. Pronto el frío fue bajando para mi salvación o no, ahora, el calor comenzó a aumentar y demasiado, tomé la capa y la lancé lo más lejos que pude, el calor era insoportable, apenas sentía mi cuerpo, el sudor no se hizo esperar en mi frente, y lo peor del caso, son dos cosas: Una, estábamos aún en un lugar oscuro y no podía ver de dónde provenía el extraño clima. Y segundo, ¡Usami parecía no molestarle! Era horrendo, primero un espantoso frío, y no creo que haya sido obra de Ceci; y después el calor más insoportable de mi vida. Genial. Raramente sigo vivo.
            Pronto se comenzaron a escuchar relojes, su tic tac sin cesar resonaba en toda la oscuridad, pues a pesar de la luz del báculo, no se veía por dónde caminábamos, pero bueno, confío en Usami, no creo que pueda morir tan pronto ¿o sí? El sonido se hacía cada vez más fuerte, además pude percibir el ruido de una ¿gaita?, Sí no hay duda alguna, alguien tocaba la gaita y se oía bien. Usami volteo y me sonrió ligeramente para extenderme la mano:
            —Sostén fuertemente mi mano, si no quieres caer.
            Lo miré confundido, pero él después hizo un movimiento con el brazo y pronto el lugar se iluminó con fuerza, era una bella cueva, era iluminada por fuegos verdes alrededor y las rocas eran decoradas por mo, y ya no había camino seguro y recto, eran círculos que iban en zigzag para llegar al otro lado, un paso en falso, y no sé qué tan profunda sea la caída. Agarré la mano de Usami con fuerza, y él me cargó como princesa ¿¡cómo se le ocurre hacerme eso?! Iba a rezongar por el acto, pero su mirada me indicó que debía mantenerme callado y eso hice, (el báculo lo colgó en su espalda), y así, él comenzó a caminar en los círculos, bueno al saltar en ellos, parecía ser que debías caer en un lugar específico, no lo sé, pero en la mirada de Usami había suma concentración, no quería molestar por lo que callé y dejé que él llegara al otro extremo, aunque en cada círculo sentía una corriente eléctrica recorrer mi espalda, debe ser por culpa de la emoción del momento. Solo faltaban dos círculos más y llegábamos al otro lado donde había una puerta y los sonidos de relojes y gaita eran más estruendosos, sentí el sonido de derrumbe, justo debajo del círculo en el que estábamos, ¡se caerá, de eso no hay duda! Por impulso me abracé con fuerza al cuello de Usami y escondí mi rostro en el hueco de entre su cuello y hombro, cerrando con fuerza mis ojos. Sentí como nos elevábamos, me aferré con más fuerza si es que se podía hasta que dejé de sentir el viento en mi cabello. Abrí con cuidado mis ojos, estábamos en frente de la elegante puerta:
            —¿Te encuentras bien, Misaki? —me preguntó Usami, con un tono de preocupación.
            Asentí con despacio. Usami me bajó y caminamos enfrente de la misteriosa puerta de madera con delicados detalles de flores, animales y por sobre todo vi que sobre salía un reloj de arena, si lo veía de más cerca, éste brillaba tenuemente. Usami, sacó de su bolsillo una piedra café clara y la introdujo en un agujero que estaba en el centro del reloj de la puerta, éste es del mismo tamaño que la piedra. Y después el reloj dio vuelta al igual que los demás adornos del pedazo de madera, como por ejemplo cci que los conejos corrían pero no se movían a ningún lado. El reloj se abrió en dos, dejando espacio para entrar, que sin chistar lo hicimos. Habían pequeñas velas que adornaban y daban luz a aquel pasillo de madera por el que caminábamos, vi también unas vitrinas y dentro de ellas habían cientos de libros y botellas con contenidos extraños. El sonido de los relojes era demasiado fuerte que instintivamente llevé mis manos a mis oídos. Usami al ver mi gesto, sacó de su manga unos caracoles diminutos, de colores azules brillantes:
            —Póntelos, el sonido debe de estar molestándote.
            Con un poco de asco, tomé los caracoles y me los puse, daban cosquillas, por el estremecimiento me dio un fuerte escalofrío, aún podía escuchar los relojes, pero el sonido no me molestaba en absoluto. Pronto el sonido de Gaita desapareció, y se podía oír el rechinar de la gastada y vieja madera, algunas cosas se cayeron de su sitio, y después un grito femenino se escuchó, debió golpearse. Nos acercamos al lugar donde provino el gesto de dolor, y encontré a una peculiar chica: de tez muy blanca, se veía baja de estatura, sus ojos grandes y caídos de color azul oscuro, aunque traía unos lentes circulares demasiado grandes, su cabello castaño atado en una larga coleta baja, algo despeinada, traía colgado varios tipos de relojes en el cuello, una playera blanca y holgada, varios cinturones de adorno a la altura de su ombligo, una falda larga café clara era su vestuario, estaba descalza y tenía las orejas como Ventos: de elfo, con unos aretes grandes de aros. Lo interesante ella no tenía accesorio alguno con una piedra que despidiera un brillo de su color. La chica se paró gracias a la ayuda de Usami, nos vio por unos segundos y sonrió ampliamente:
            —¡Por los guardianes! —exclamó.— ¡Es Misaki, chico que alegría verte!
            Y sin nada me abrazó con fuerza.
            —Pasen, pasen. —ella continuó.— Recién acababa mi siesta para continuar con el trabajo.
            La chica, se paró en medio del lugar, los millones de relojes se fueron acomodando de tal manera que la extraña mujer comenzara a “jugar” con ellos. De éstos mismos sacaba una bolita de luz y la mandaba por alguno de los dos grandes agujeros que hay en el lugar, me pregunto a donde irán a parar esas bolitas. Los relojes se movían y se iban, uno a uno se fue con ellos; después unos pequeños y adorables topos y erizos se acercaron a la chica, ella les sonrió y les dejó a ellos el trabajo, supongo que saben cómo se hace. Ella creo que debe ser Julia, la guardiana del tiempo.
            —Bueno, Misaki —comenzó la mujer mientras se sentaba en una acogedora sala y nosotros hacíamos lo mismo.—. Creo que no es momento de hacer presentaciones, yo sé quién eres, y tú debes de intuirlo, soy la creadora del tiempo de los hombres, yo decido cuanto viven y-
            —¿Cuándo mueren? —pregunté.
            —No, para ello se encarga Miyagi, el guardián de la muerte, yo únicamente le mando las almas que parece ser que ya les ha llegado su hora, pero yo no me encargo de ello, de todo lo demás relacionado con el tiempo de los humanos y los guardianes y sobre su vida, estás con la guardiana correcta. Ahora, sé por qué han venido, le pedí a Usagi que te trajera conmigo para hablar sobre algunos detalles que debes de saber sobre los guardianes y sobre otros temas más… Serán una plática demasiado cansada, y mira, qué tiempo a mí me sobra y bastante.
            —¿Usagi?...
            —Julia, acostumbra a llamarme así debido a que una vez, Fiorella jugaba con algunas de las pociones de Nowaki y cayó el resultado sobre mí, dejándome por dos días en forma de conejo.
            Reí débilmente, me agrada el apodo de Usagi, Usagi-san queda mejor.
            Julia sonrió.— Bien, Misaki, soy toda oídos y responderé todo lo que pase por tu mente ahora mismo.
            —¿Por qué la promesa? —para ser sincero, aquello no me quedó muy claro.
            —Sencillo, para que las brujas u obscuros no te atacaran y asesinaran, era necesario la presencia de un guardián, de preferencia con el que te encontraste. Usagi, al ser el guardián con el que conviviste, la sensación de su alma cerca de ti, evita automáticamente que seas presa fácil para los obscuros, principalmente. Es como un engaño o trampa, Usagi durante diez años te protegió con aquel collar, y gracias a los guardianes nunca te lo quitaste. Ahora, el número de obscuros y brujas ha aumentado y notablemente, era necesario que estés cerca de Usagi, el engaño del collar ya no es de mucha ayuda, porque también, los obscuros se han vuelto demasiado poderosos e inteligentes, tienes que estar con Usagi hasta que esto acabe. Además, sin una parte de su alma, un guardián no es capaz de pelear como se debe, en su cien por ciento; básicamente llevas contigo la vida de Usagi, es tu deber estar cerca de él, Usagi es sumamente poderoso, debes estar a su lado hasta que esta amenaza finalice y así, tú podrás volver a tu vida normal y él a la suya. ¿Otra pregunta? Ojo, Misaki, es muy importante que entiendas muchas cosas, nuestro mundo es más complejo de lo que parece, hay demasiados detalles de cada cosa aquí, como por ejemplo las flips y floshes.
            —¿Floshes?
            —¡Buena pregunta! Las Floshes, son las hadas que representan que el guardián que las gobierna, está en completo balance. El que un guardián posea Flips, significa que aquel guardián carece de algo, ya sea compañía, comprensión, amor o simplemente confianza, eso que ni qué, las Flips son demasiado poderosas, más que las Floshes. Usagi posee Flips, pero no se sabe que le falta, y hasta que él se dé cuenta lo encontrara, entonces sus Flips evolucionarán a Floshes o a Fungies, que éstas últimas son como Flips pero representando el balance completo del guardián. Y si te preguntas quienes tienen Flips, son: Miyagi, Ventos, Nowaki y Usagi, ¿irónico, no?
            Wow, sinceramente me sorprende que a Nowaki la haga falta algo, parecía ser perfecto y que poseía todo, nunca dejaba de sonreír, sus ojos brillaban al igual que los de Ventos, no parecían nostálgicos o algo por ese estilo. Pero aún hay demasiadas dudas que me atacan.
            —¿Qué es lo que está sucediendo? —cuestioné.— Han hablado todo el día sobre una amenaza, ¿cuál es?
            —Bueno… —comenzó Julia, de forma seria.—Al parecer, el que haya aumentado las cantidades de Obscuros y de Brujas, debió ser por una causa razonable, El Ventor ha despertado. Esto comienza cuando, el antecesor de Usagi, Nowaki y de Ceci se enfrentaron a El Ventor, con el objetivo de evitar el fin de los dos mundos. Esto obviamente costó la vida de los guardianes, donde fundieron su alma en una daga, la cual jamás se ha vuelto a ver. Con aquella arma, durmieron a El Ventor, encajándola en su pecho, pero no lograron asesinarle, pues el antecesor de Nowaki estaba bastante herido y de su alma casi no pudo dar, pues gran parte dé, le pertenecía a una humana la cual protegía con todo su ser. Y ahora, después de más de 10 mil años, El Ventor despertó, sigue congelado, por el hechizo que hizo el “padre” de Ceci, pero éste no durara por mucho tiempo. Debemos estar atentos, una fuerte batalla se acerca, y no sabemos la gravedad del asunto, lo que sí, es que están comenzando a atacar a nuestros olvidos varios ejércitos de Brujas.
            —Es demasiado… Pero ¿no seré una carga, el que esté con ustedes? —me sonrojé.
            —De eso, Misaki —dijo Usagi-san.—, no te debes de preocupar, te protegeré a pesar de todo, y de carga: para nada, es más, me agradará tenerte cerca.
            Bueno, con lo que dijo me sonrojé mucho más. Julia sonrió.
            —Bueno… —continuó Julia.— Creo que es todo. Si necesitas algo, Misaki. No dudes en visitarme. Las visitas me hacen muy bien, pues debo pasármela encerrada en estas cuatro paredes, viendo por el tiempo de ustedes, las cascadas y libros desnudos de los guardianes…
            —¿Cascadas, libros desnudos? —¡genial! Julia sacó algo nuevo que me interesó.
            —Oh sí, las cascadas son el flujo de vida de los guardianes, por ejemplo de Fiorella —de pronto todo se volvió negro y en el centro de la habitación una cascada de lo que parecía arena de color rosado caía.—. Esta cascada es de Fiorella, aquí muestra cómo va el rumbo de su inmortal vida, cuando fluye menos es porque está en problemas o en amenazas de muerte, cuando cae mucho es que está en sus mejores momentos, por ahora ella no hace nada. Y por su lado, El libro desnudo —de la cascada sacó un precioso libro de color magenta con dorado y flores de decoración.—, escribe la vida del guardián en cuestión, también con quién está predestinada a unirse, o también si está destinada a morir, solo diría de qué forma pero no cuándo ni dónde, aunque por ahora sigue en blanco gran parte dé. Bien, creo que se deben de ir, Nowaki los está esperando para que Misaki se bañe, Usagi el pobre debe de tener hambre.
            Simplemente sonreímos y nos fuimos…

Llegamos al olvido de Nowaki, ¡era increíble! Prácticamente era un manantial subterráneo, rocas delimitaban un círculo donde era seguro nadar, árboles, arbustos y muchísimos tipos de plantas adornaban alrededor de la roca y del lugar, el agua cristalina, te invitaba a nadar, en ella se dibujaba perfectamente el reflejo, numerosas cascadas caían en varias partes del lugar, más aparte vi algo más alejado, solo sé que habían unos peces y árboles dentro de un lago, que la verdad me gustaría ver después. Caminamos para acercarnos a los demás, Ceci, Fiorella, Toby y Ventos se encontraban ahí dentro bañándose, ¿espera qué? No… bueno… digo… mujeres y hombres desnudos, bañándose y jugando en un mismo lugar ¡juntos! No, no, no, no, simplemente que vergüenza. Sentí mis mejillas arder con fuerza.
            —¿Te siente bien, Misaki? —preguntó Usagi-san.
            —Sí, sí, es solo que…
            ¡Rayos! No le puedo decir que me da pena la idea de bañarme con mujeres y más hombres en un lugar muy pequeño para tantos… “Sabes, aún puedo escucharte. Y si eso era lo que te aquejaba, no te preocupes, no es tan malo, es normal aquí hacerlo de esa forma.” ¡Maldito Usagi-san! Debemos dejar en claro mi privacidad mental. “Hablemos de eso después, ¿vale?” Sí… ¡Usagi-san! “Me gusta que me llames de esa forma…”
            —¡Misaki! —llegó Nowaki junto a nosotros.— Ven, ven, un baño ya te hacía falta, ¿no? También para que después comas.
            Nowaki prácticamente me despojó de mis prendas y me dio unas telas como toallas, con una tapé mi parte baja, amarrándola en mi cintura y con suma vergüenza entré al agua, alejado de los demás. Usagi-san no estaba en ningún lado:
            —¡Misaki! Acércate a una cascada, ya yo iré ambientando el agua como tú quieras. —dijo Nowaki desde arriba de la cueva. Sonriendo como siempre lo hace.
            Asentí y me puse en una cascada alejado de los demás, simplemente por la vergüenza, metí mi cabeza al agua y poco a poco se fue calentando a tal punto que el agua era perfecta, y se lo avisé a Nowaki para que no la cambiara. Vi en frente de mí, botellas con contenidos de varios colores, tomé una de ellas y tenía el nombre de jabón para el cuerpo. Por lo que busqué el shampoo y comencé a bañarme, olían delicioso. Todo estaba en completo silencio donde yo estaba, aunque a lo lejos se oían risas de los demás, igualmente el agua hacía música que en estos momentos me relajaron, era temprano aún por lo que podía disfrutar plenamente de esto y despejar mis ideas. Hasta que oí la voz de Ceci llamándome, simplemente atiné a contestar por cortesía con un >Mande<:
            —Oye, ¿qué te contó Julia?
            —Demasiadas cosas, pero la suficiente información para estar augusto un rato…
            —Ya veo… Oye, ¿por qué no vienes conmigo, Toby y Nowaki mañana a las ruinas?
            —¿Las ruinas?
            —Es el lugar donde se tallan las grandes hazañas que han logrado nuestros antepasados, así de paso podrás aprender un poco más sobre El Ventor, que es lo que te contó Julia, ¿no?
            —Técnicamente… sí, está bien. Mañana los acompaño, Ceci, ¿te puedo pedir un favor?
            —Sí, claro…
            —¿Podrías irte? Me estoy bañando, y es incómodo.
            Ceci estalló en risas y comenzó a explicarme que en la Nada, no les molesta que hombres y mujeres se vean desnudos, mucho menos bañarse juntos es un problema. Luego intentó hacerme ir con los demás, pero simplemente no, a mí me sigue dando vergüenza. Solo a lo lejos pude ver los elegantes movimientos de Fiorella, la forma en que se movía, echaba el agua, bueno a pesar de ser mujer, la guardiana de la flora, siento yo que actúa de esa forma para coquetear con alguien, la pregunta ¿a quién?. No le di importancia y terminé de bañarme para salir de la deliciosa agua para ir tras unas enredaderas que había en la cueva, donde habían para sentarse y un espejo, y siendo sinceros tengo hambre. Enrollé mi castaño cabello mientras que seguía con la misma toalla en la cintura, empapada por cierto, tomé una más grande y comencé a secarme. Al voltear nuevamente mi vista, encontré un monto de ropa, que supongo es para mí, también habían unos aceites aromáticos y una nota, era de Nowaki: “Misaki, te dejo aquí ropa, espero que te quede. Una vez que acabes de cambiarte, ven arriba de la cueva, te estamos esperando para comer.” Tomé la ropa, era un pantalón arriba de la rodilla un poco flojo de color café claro, sin bolsillo o costura extra alguna, una playera en tres cuartos blanca con un cordón para el cuello (aunque eran muy grande). Me cambié y me puse mi collar como siempre y una ajorca que me dejó una traviesa Flip que pasaba por ahí cuando cepillaba mis cabellos con un coral. Sin nada más subí a donde Nowaki me pidió y vaya banquete que encontré. ¡Se veía delicioso! Me acerqué a la larga mesa rectangular, donde la comida ya estaba puesta, me senté junto a Usagi-san, solo faltaba yo al parecer.
            Comenzamos a comer, estaba delicioso, mucho más de lo que parecía. Sin duda esta comida me recuerda a los vikingos, por las descomunales cantidades. Todo era entre risas, bromas por parte de Ceci y el que al parecer era el guardián del fuego, Fogos (irónico el nombre), pero todo se volvió tenso cuando una, -creo que- Ninfa llegó con la respiración entre cortada:
            —Su majestad, Fiorella, hay una emergencia.
            —¿Qué sucede? —preguntó alarmada Fiorella, dejando su copa de vino de lado.
            —Es en el planeta tierra, un ejército de brujas quemó un prado de flores recién nacido…
            —¿El que hice hace poco?
            La ninfa asintió, y vi como Fiorella se enojaba, se paraba de la mesa, se disculpaba, y se iba. Saltó desde una punta de la alta cueva, y pronto subió, el bello dragón lila la esperaba, y sin nada que esperar, emprendió en vuelo.
            —Presiento algo malo… —dijo Ventos.
            —¿Por qué lo dices? —preguntó Ceci.
            —Siento que un humano está cerca del lugar donde atacaron, y si las brujas lo ven y Fiorella no hace algo, es una muerte segura y una peste en la protección de ella…
            —Espero que Fiorella llegue pronto…

CONTINUARA
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

Espero enserio, enserio que les hayas gustado, porque me esforcé bastante xD.

Vaya tan rápido y ya casi 150 leídas, muchas gracias :') se aprecia de corazón verdaderamente.

Espero enserio son ansias sus rews, quiero saber que les pareció y todas sus opiniones, que el rew es todo lo que una escritora necesita para continuar :')...

Un gran saludo y nos vemos la próxima semana,

Los Quere Musho Miraku SAYO~


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