Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Love Me Harder por LaXy

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

Primer HopeMin, dedicado a mi linda Ceci_Neko 

No debí apostar nada T^T

Va dedicado con todo mi Corazón a ella y a todas las HopeMin Shippers. Bienvenidas a otro fic raro sin sentido, espero les guste. 

Notas del capitulo:

 

Primer capítulo, con todo mi corazón :3 

Denle amor a mi primer HopeMin...

 

«Algo más grande que nosotros y más allá de la felicidad... dame una razón para creerlo»

 

A leer~

 

Capitulo I

::Dream::

 

Park Jimin se mordió las uñas por infinita vez en la noche. Estaba cansado, desvelado y un torrente de emociones como la desesperación, tristeza y amargura llenaba su cuerpo y su mente.

Llevaban mucho tiempo metidos en esa sala de espera, acompañado de los padres de su pareja. Los cuales sólo podían dedicarse a regalarle miradas furiosas al pelirrojo a su lado. Jimin por otro lado, los ignoraba, y se concentraba en cada doctor que pasaba por el pasillo principal.

Él no quería que esto terminara así. Estaba molesto luego de pelear con su novio por teléfono, le dijo cosas muy crueles. No esperaba que el mayor se dejara ir a su casa, así como tampoco pensó que tendría un accidente en su coche y terminaría en terapia intensiva.

Jimin desconocía el estado de su novio, pero seducía que al estar en terapia intensiva, las noticias podían ser cualquier cosa, menos buenas para él y la familia de su novio. Se sentía culpable. Si tan sólo no le hubiera dicho aquello, nada de eso estuviera pasando en esos instantes.

Volvió a dejar salir el aire en un suspiro tembloroso. Temiendo de malas noticias cuando veía pasar a cada médico o enfermeros a un lado del lugar. Permanecía sentado al no confiar en que sus piernas lo sostuvieron por mucho tiempo más.

—¡Habitación 365, emergencia!

Jimin levantó su cabeza en menos de un segundo. ¿Qué esa no era la habitación de su novio? ¿Por qué los enfermeros corrían acompañados de un doctor?

Se levantó de la silla de metal y se acercó al mismo tiempo que la madre de su pareja. Uno de los médicos les impidió el paso y la madre de su novio comenzó a llorar, temiendo lo peor para su hijo único. Jimin cubrió su boca con ambas manos y ahogó un sollozo entrecortado.

Ambos regresaron a la sala de espera con los ojos llorosos y llenos de desesperación. Pasaron incontables minutos hasta que Jimin vio a su mejor amigo y su novio correr en su dirección. El pelirrojo acercó a ellos y saltó a los brazos de Yoongi en cuanto tuvo la oportunidad.

—¿Cómo está? — Jimin negó a la pregunta de Taehyung.

—Sigue en terapia intensiva. No sabemos nada de él.

Taehyung se alejó de ambos y se acercó a los padres de su casi hermano, e hizo en trabajo como el mejor amigo del chico, abrazó a ambos padres y les dio una palabra de ánimo en lo que se unía a la espera con Yoongi y Jimin.

Pasaron unos minutos para que el doctor saliera, quitándose unos guantes y colocando en su lugar su estetoscopio. Su rostro neutro le impedía a Jimin saber si debía quedarse sentado para resistir las malas noticias o levantarse para escuchar algo positivo.

Al final se puso de pie, con la ayuda de Yoongi. Taehyung se dedicaba a estar al lado de los padres de su amigo.

—¿Qué pasa con mi hijo, doctor?

Como Jimin los esperó, el médico suspiró intensamente antes de acercarse y posar una de sus manos sobre el hombro de la mujer. Había una mirada apenada por parte del doctor. Negó lentamente con la cabeza.

—Su hijo presentaba un caso grave de traumatismo craneal, un par de costillas rotas, y un severo daño en la columna vertebral...

Jimin dio un paso atrás con Yoongi, el menor lo sentó sobre la silla mientras años escuchaban con atención las palabras del médico.

El mayor, metió sus manos en los bolsillos de su bata, bajando la mirada y sus pirando al ver la mirada suplicante que le regalaba la madre del chico. Los ojos de Jimin se cristalizaron, sabía que nada bueno podía venir de aquel silencio tenso de parte del doctor.

—No pudimos hacer nada por él. Lo siento mucho, señor y señora Kim.

—¡No! ¡No, no, mi hijo no! — la señora Kim se dejó caer en los brazos de su esposo. Jimin mordió su labio inferior y lo mordió para impedir que los sollozos se escucharan.

Yoongi llevó sus manos a su boca, buscando en vano cubrir los sollozos que salían sin poder detenerlos. Taehyung se acercó y lo rodeó entre sus brazos, apretándolo contra su pecho mientras que los padres de su mejor amigo cedían al frío piso y ambos se deshacían en un llanto desgarrador.

La señora Kim se liberó del agarre de su esposo y miró a Jimin con odio y un mar de dolor. El pelirrojo sólo atinó a bajar la mirada y seguir llorando.

—¡Todo esto es tu culpa, Park Jimin! ¡Tú llevaste a mi hijo a su perdición!

—Señora Kim, Jimin esta…

—¡A callar, Taehyung! ¡Te odio, Park Jimin! ¡Tú provocaste esto! ¡Por tu culpa mi hijo está muerto, debiste haber sido tú el que muriera!

 

 

 

Jimin abrió los ojos y se levantó de la cama, con un nudo doloroso en la garganta que le impedía pasar saliva, sus piernas temblaban como si hubiese corrido un maratón, y sus pulmones pedían por un poco de aire. No había notado que estaba conteniendo el aire. Su cuerpo estaba tenso y frío, peor que en un día de invierno.

Nuevamente la misma pesadilla. Jimin suspiró y se sentó sobre el baúl en los pies de su cama, ahora ya era inútil intentar volver a dormir. Siempre que soñaba con lo mismo, sus horas se reducían a menos de la mitad.

Jimin se levantó del baúl y caminó hasta su cómoda, donde tomó el calendario y observó la fecha con sumo cuidado. Estaban a mediados de noviembre, ahora entendía un par de cosas. Siempre que estaba por llegar diciembre era normal para Jimin perder un poco el sueño y tener una que otra pesadilla.

Soltó el aire y regresó a su cama, se acomodó hasta quedar pegado a la ventana y se dedicó a concentrar toda su atención a la luna hasta que escuchó la puerta de su habitación abrirse lentamente.

Jimin miró a su hermano entre la oscuridad, se quedó en silencio y observó cada movimiento que hacia el mayor.

—Escuche un ruido — murmuró con vos pastosa, seguramente lo habría despertado con alguno de sus gritos — ¿Otra vez las pesadillas?

Jimin quitó la vista de su hermano y volvió a concentrarse en la luna. Se encogió y abrazó sus piernas con ambos brazos. 

—Sí.

—¿Quieres que te haga compañía?

Jimin volvió a mirar a su hermano. No era justo, Chanyeol trabajaba para mantener la casa y estudiaba los fines de semana, ya se esforzaba demasiado como para también cuidarlo por las noches.

Necesitaba un descanso, y Jimin sabía que Chanyeol aprovechaba las visitas a casa de su pareja para poder dormir un poco y rellenar energías.

—No.

Chanyeol detuvo sus pasos y observó la silueta de Jimin entre las sombras.

—¿Estás seguro?

—Sí. Ve y descansa Chanyeol, lo necesitas.

Chanyeol asintió y dio media vuelta. Jimin lo miró con ojos suplicantes, si deseaba que su hermano se quedara con él y lo ayudara a dormir por las noches en que sus pesadillas lo atormentaban, pero Jimin no quería ser egoísta. Chanyeol necesitaba descaso, y él le daba espacio.

—Chanyeol…

—¿Sí?

Su hermano dio media vuelta y lo miró fijamente, esperando con un brillo expectante en sus ojos. Jimin no podía ser tan egoísta como para obligar a su agotado hermano a desvelarse con él, por culpa de sus errores en el pasado.

Jimin estaba sólo, lo sabía muy bien. Chanyeol no podía ayudarlo, ni Taehyung, ni Yoongi. Era él solo.

—Nada. Descansa…

Chanyeol sonrió y asintió por unos instantes.

—Claro. Descansa Jimin, te quiero mucho.

Jimin sonrió y bajó la mirada, creando una cortina de cabello pelirrojo. Era imposible volver a dormir ahora que estaba despierto a causa de la pesadilla. Acarició su cabello y jaló un mechón entre sus dedos, considerando si debía o no pintarse el cabello de otro color.

No, llevaba años con el mismo color, no pensaba quitárselo ahora, por nada ni por nadie. Negó con su cabeza y se levantó de la cama. Hoy haría él el desayuno, así Chanyeol descansaría un poco más.

 

 

Chanyeol terminó yéndose a su trabajo poco después de desayunar. Jimin, por otro lado, esperó su hora habitual para salir de casa y llegar a la escuela sin prisa y sin tiempo de sobra. No era fan de llegar temprano a clases, pero odiaba llegar tarde.

Sus amigos entraban una hora después que él e iban en clases separadas. Jimin a penas y compartía dos a tres clases en todo el día con ellos, sin mencionar la hora del almuerzo y las horas libres que compartían de vez en cuando.

Entró al salón y se encaminó hasta su asiento, frente a Jung Hoseok, el popular o el chico guapo y genial, como lo conocían muchos; el idiota, como lo conocía Jimin. Estaba sentado tras él, en su asiento de siempre, con las piernas estiradas y sus manos dentro de los bolsillos de sus jeans todos de los muslos.

Jimin odiaba que el idiota fuera tan perfecto. Los rasgos de su rostro eran finos y detallados, tenía un perfil recto y delicado, su cabello de dolor castaño cobrizo brillaba con los rayos del sol que entraban de la ventana a su lado. Sus ojos eran de color marrón oscuro, casi negro; y sus labios… Oh… ni hablar de sus labios, eran delgados a comparación de los suyos, pero poseían un encanto innegable.

Siempre que Jimin pasaba al lado de Jimin tenía que entrecerrar sus ojos, ya que el chico parecía brillar peor que un faro de luz, y ni mencionar la gran cantidad de feromonas que despedía él idiota.

Cuando Hoseok y él se vieron por primera vez, ambos supieron al instante que no podrían estar cerca uno del otro sin que terminaran peleándose. Era como una rivalidad entre ellos que era imposible de olvidar.

Hoseok parecía provocarlo con cualquier cosa tonta, Jimin se dedicaba a ignorar sus provocaciones. Era la ley natural de las escuelas, el popular siempre tenía que molestar al chico intelectual que usa lentes de marco grueso. ¿Pero, habiendo tantos chicos así, por qué él?

16 de Diciembre, Jimin recordaba claramente la fecha. 16 de Diciembre del 2013, era imposible que pudiera olvidarla algún día. Año tras año, la fecha lo atormentaba día y noche, así como los gritos de la misma mujer, sus mismas palabras. Jimin podía recordar todo con respecto a esa noche.

Recargó su cabeza sobre sus brazos y miró a sus compañeros de clase platicando unos con otros, sonrientes y llenos de energía. ¿Cuándo había dejado de sonreír así? Desde tres años atrás. ¿Desde cuándo se volvió tan solitario? También desde tres años atrás.

La única persona que le daba un toque de color a su vida era Jung Hoseok. Antes de todo, Jimin era alguien sumamente competitivo y aferrado, amaba jugar y sonreír. Ahora parecía que había perdido todo eso.

Sus pensamientos llenaron su cabeza, gran parte de la mañana. Cuando Jimin volvió en sí, Hoseok se acercaba a su asiento, posiblemente para hacerle de pleito o algo; sólo atinó a levantarse y salir a paso rápido del salón en camino a la cafetería, donde sus amigos lo debían estar esperando.

Sus manos abrieron las puertas dobles de la cafetería y sus ojos inspeccionaron todo el lugar en busca de una cabellera rubia y otra de color miel. No era necesario buscarlos, ya que siempre se sentaban de la misma mesa, pero Jimin siempre repetía la misma acción todos los días.

—Hola, Jimin, llegas tarde — musitó Yoongi una vez que vio a Jimin tomar asiento frente a ellos.

—Fueron sólo un par de minutos, Yoongi — defendió Taehyung. El nombrado miró a Taehyung antes de volver a su almuerzo.

Jimin miró a Taehyung y a Yoongi alternativamente. Su amigo mayor parecía molesto en la forma en que picaba los macarrones, mientras que Taehyung parecía darle igual. Era más que obvio que estaban molestos uno con el otro.

Jimin se mordió el labio inferior y huyó hacia el mostrador, no quería estar presente en una de las discusiones de la pareja. Yoongi era muy explosivo y Taehyung era quizá un poco peor, pero sus peleas duraban poco y terminaban en algo que Jimin no deseaba ver en persona.

Cuando Jimin conoció a Taehyung y Yoongi y supo que eran pareja, dudó sobre creer si era cierto o no. Pero era más que cierto cuando los vio comiéndose la boca uno del otro. Eran una pareja tan dispareja, pero a la misma vez parecían complementarse a la perfección.

—Piensas ordenar algo para hoy, ¿o no? — Jimin dio media vuelta al escuchar la voz de Hoseok a su espalda.

—No se me da la gana — contestó en tono insolente. Hoseok dio un paso adelante.

—Siempre puedo quitarte con un buen golpe.

—No te atreverías, cobarde. 

Hoseok dio otro paso al frente, con el puño listo para encontrarse con el rostro de Jimin, sin embargo, el más bajo fue jalado por Yoongi.

Jimin sonrió mientras se dejaba llevar por Yoongi, sonrió de lado y levanto sus manos, con una mostrándole una manzana roja a Hoseok y con la otra mostrándole su dedo corazón. Hoseok se vio derrotado por Jimin. Le devolvió la sonrisa y le regresó el gesto con su dedo corazón.

 

 

 

—Este proyecto lo quiero en una presentación excelente, es para su calificación final. Tendrán todo el mes de noviembre y parte de diciembre para hacerlo, lo entregarán el día en que yo lo pida, sin excusa alguna.

Jimin miraba al profesor con una gran mueca de aburrimiento. Sintió que alguien picaba su espalda, pero quien más iba a ser, sino Jung Hoseok. El menor miró atrás y el pelinegro le extendió un papel doblado.

Jimin lo tomó al cabo de unos segundos de duda. Miró al profesor antes de abrir el papel. Era una pequeña nota.

«¿Aburrido, enano? »

Jimin frunció el ceño y evitó la pena de mirar atrás y encontrarse con la sonrisa burlona de Hoseok. Tomó su bolígrafo y se apresuró a responder algo a Hoseok en la misma hoja.

«Vete a la mierda»

Escribió y aventó el papel a la banca de Hoseok. Escuchó su melodiosa risa burlona al cabo de unos segundos. La misma hoja de papel volvió a volar y cayó sobre la mesa de su escritorio, Jimin hizo un gesto antes de abrirla y leer la respuesta de Hoseok.

«Que rudeza, yo que sólo estaba preguntando»

Aquellas palabras casi sacan una sonrisa divertida a Jimin. Casi. Luego recordó que estaba hablando con Hoseok y se dijo a sí mismo que no era posible. Volvió a responderle al mayor como si no pasara nada.

«Déjame en paz»

Aventó el papel, el cual regresó en menos de un minuto.

«No puedo. Te amo demasiado como para dejarte ir»

Aquella contestación sacó una carcajada a Jimin. Cubrió su boca al ver que había llamado la atención del profesor y de la clase entera. Sus mejillas se tiñeron de rojo y murmuró una disculpa a su profesor.

Hoseok ¿enamorado de él?  Era sinceramente imposible. Lloverían hamburguesas antes de que eso pasara.

—Bien. Yo escogeré las parejas que trabajarán juntas — Jimin se encogió ante la mirada profunda de su maestro y temió por su calificación final —. Los primeros son Park Jimin y Jung Hoseok.

Jimin se quedó un momento con la mirada clavada en su escritorio. El profesor había dicho que él y Hoseok trabajarían juntos. Los dos, solos, no Taehyung, no Yoongi. Era Hoseok su compañero de trabajo.

Oh. Dios. Estaba acabado. Hoseok haría que reprobara el año.

—¡No! 

—No hay cambios Joven Park. Las parejas se quedan así como yo las ponga.

—Pero…

—Le sugiero que vuelva a su asiento, no hay nada que me haga cambiar de opinión.

Jimin murmuró una serie de insta contra su querido maestro de ciencias y se volvió a sentar en su silla. Escuchó a Hoseok reír a su espalda, pero prefirió ignorarlo a que volver a pelear con él. Ahora que tratarían juntos, sería mejor guardar la paz.

 

 

—Es solo un trabajo de equipo, Jimin, no es tan malo.

—¿Disculpa? — Jimin miró a Yoongi con un gesto de indignación. Por qué el chico no se ponía en su lugar e intentaba entenderlo un poco.

Jimin negó con su cabeza y siguió buscando su libro entre los estantes de la biblioteca, ignorando olímpicamente a Yoongi y sus malas palabras de apoyo.

El rubio no podía entender lo que era ser el compañero de Hoseok si no lo conocía más que de vista.  Seguramente terminaría haciendo todo el trabajo él sólo mientras Hoseok se pavoneaba por los pasillos de la escuela.

Oh, ya casi podía imaginarlo. Él, totalmente desgastado, con sus lentes de marco completo en su cara y miles de papeles regados por toda su habitación; mientras Hoseok andaría de fiesta en fiesta, sin la necesidad de preocuparse un poco.

¿Por qué entre todas las personas que eran de su clase, le había tenido que tocar con Hoseok? Ya tenía mucho estrés a causa de la llegada de diciembre, y no necesitaba más razones para perder las pocas horas de sueño que aun pudiera tener.

—¡Hoseok idiota! — gritó, sorprendiendo a Yoongi y le hizo dar un salto. Jimin escuchó a muchas personas callándolo, claro, olvidó que estaba en medio de una biblioteca escolar. El idiota era él.   

Jimin frunció su entrecejo y siguió buscando una serie de libros que seguramente lo ayudarían con su proyecto. Escuchó el móvil de Yoongi sonar, aun cuando no se permitían celulares dentro de la biblioteca.

—Ese idiota — masculló Yoongi con un notorio tono de vos irritado.

Jimin lo miró por uno segundos, antes de apretar el libro que traía entre sus manos. Levantó ambos hombros, restándole importancia a los problemas y a la irritación de su amigo, aun cuando sabía que Yoongi odiaba que se encogiera de hombros.

Jimin siguió con los hombros encogidos mientras Yoongi lo miraba y entrecerraba los ojos y lo señalaba con su dedo índice, de forma acusadora.

—¿Te has encogido de hombros? — Jimin pasó saliva y negó. Yoongi enarcó una de sus cejas y dio media vuelta.

—Busca tus libros tu solo.

Vale, quizás Yoongi estaba más cabreado que en otras ocasiones.

—Yoongi, no te vayas — pidió Jimin. Yoongi negó y le dedicó una sonrisa pequeña.

—Tae se ha metido en un lio. Tengo que ir por él.

Jimin se mordió el labio en cuanto vio a Yoongi partir. Volvió a apretar los libros contra su pecho y se dispuso a seguir buscando el libro lo más rápido posible. Odiaba estar solo en las bibliotecas, era mucho silencio para él.

Luego de una búsqueda entre muchos estantes repletos de libros, Jimin encontró el libro que tanto buscaba, en la segunda línea de arriba. Volvió a fruncir el ceño con cierto toque de irritación.

Se estiró lo más que pudo para dar alcance al libro, pero ni poniéndose en puntitas alcanzaba el libro. Malos gajes de ser jodidamente bajo para su edad. Si tan sólo fuera unos centímetros más alto cono Yoongi, aunque admitía que le gustaría ser igual de alto que Taehyung. Pero le había tocado ser bajito.

¿Por qué? Chanyeol era sumamente alto, raspaba el metro noventa, mientras que él, con suerte y llegaba al metro setenta y tanto. Gruñó. Chanyeol había sacado la estatura de su padre mientras que Jimin se quedó siendo unos centímetros más alto que su madre.

Volvió a estirarse, nuevamente sin resultado positivo alguno. ¡Se acabó, me quedo con un sólo libro!  Se gritó a sí mismo en su mente.

Un brazo, mucho más alto que el suyo, lo cruzó desde su espada y tomó el libro que buscaba. Jimin abrió sus ojos y se giró en cuanto la persona tras de él se alejó lo suficiente. Su ceño se destensó y quedó una mueca de desconcierto.

Infló las mejillas y evitó hacer una rabieta como un niño pequeño al ver que Hoseok sostenía el libro entre su mano derecha y lo sostenía contra un costado de su cabeza; el castaño sonreía y miraba a Jimin con una mueca de victoria.

¿Para qué quería el libro? Hoseok podía ser un poco de todo, buen deportista, popular, un idiota; pero definitivamente no era del tipo intelectual. Su faceta de chico genial no iba para nada con los libros.

—¿Vas a leer el libro? — preguntó Jimin en tono vacilante. Recibió una mirada burlona por parte del más alto.

—Para qué otra cosa lo quiero — Hoseok miró el libro y frunció los labios —. No sirve ni para dormirme.

—Me lo podrías dar a mí…

Hoseok desvió la mirada del libro al pequeño chico que tenía frente a él. Jimin se veía muy curioso con el cabello al color rojo sangre, los labios fruncidos y las puntas de las mejillas encendidas con un color rojo pálido.

—¿Lo quieres? — preguntó. Jimin asintió. Hoseok se encogió de hombros y se volvió a acercar, terminó colocando el libro donde lo había encontrado.

—¡No! — chilló Jimin al ver nuevamente el libro fuera de su alcance.

—Pero si ya devolví el libro. Es tuyo — Hoseok sonrió —. Tómalo.

Jimin apretó los puños. Maldito Hoseok, sabía cómo cabrearlo en segundos.

—Sabes que no alcanzo ese estante.

Hoseok sonrió con victoria y metió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón rasgado, en una pose genial y chulesca. Jimin sintió una vena saltar en su frente. El castaño se acercó a él y se irguió para quedar cerca del rostro de Jimin.

Se miraron por unos segundos hasta que Hoseok desvió su mirada por un instante a los labios del más bajo. Se acercó un poco más, sin apartar la mirada de los ojos de Jimin y sus labios. El menor estaba completamente pegado al estante de libros, un tanto asustado de que Hoseok se atreviera a besarlo.

Pero, para su sorpresa, Hoseok levantó su brazo y volvió a tomar el libro. Jimin miró el libro antes de que él castaño lo reacomodara en el estante más alto y se alejara de Jimin con una risa burlona.

—Arréglatelas solo, chiquito… 

Con eso, Hoseok dio media vuelta y comenzó a alejarse, sin dejar de reír y con sus manos dentro de sus bolsillos. Si, definitivamente Hoseok era su Némesis.

—¡Me las pagarás, Jung Hoseok, imbécil!

Gritó Jimin, sin importarle que pudieran escucharlo todos las personas del lugar. Ahora sólo podía pensar en cómo bajar el libro del último estante. 

 

Notas finales:

 

Qué les pareció? Les gustó? 

Cecilia estas obligada a comentar XDD

Las amo XOXO'S 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).