Al fin después de internarse en el espeso bosque más grande de Silicia-Italia; recorriendo cada parte, encontraron por fin un pequeño claro rodeado de camelias, de un envidiable color rojo sangre, una pequeña mansión se encontraba.
Reborn, el líder autonombrado les da sus órdenes de posicionarse en diferentes partes de la mansión para registrarla, siempre estando atentos a un posible ataque, todos deseosos de atrapar a su presa sin dejarle oportunidad de escape.
Hibari y Yamamoto, van por la parte trasera; Gokudera y Mukuro cuidan los lados evitando un posible escape. Ryohei y Lambo ingresan por la puerta principal detrás de Reborn, se deciden por la segunda planta de la mansión, mientras Yamamoto y Hibari entran por detrás a inspeccionar el primer piso.
Ha pasado una hora donde han buscado sin descanso y no han encontrado nada, estresados se separan a buscar por los alrededores un posible escondite mientras que Reborn, quien se fija más en los detalles de aquella vieja y descuidada mansión, encuentra una compuerta escondida tras un librero, al abrirla forzando la cerradura, ingresa por un pasillo no muy largo, al llegar al final ve una habitación de color gris no muy grande, con una gran cama en el centro de sábanas blancas y almohadones negros.
Ve que dentro de esa gran cama hay un pequeño bulto y al acercarse siempre alerta con su tan confiable arma León, su camaleón cambia-forma, se sorprende mas no lo demuestra al solo ver a un joven castaño de cabellos alborotados, vestido solo con un gran camisón, descansando tranquilo ignorante de todo su alrededor y de lo que pasa, sigiloso se acerca y confirma que duerme, decide llevárselo, pensando que es un posible rehén (cuan equivocado esta), lo envuelve en las sabanas y lo carga de forma nupcial, cuidando de no despertarlo, no quiere tener que lidiar con él. Además de tener el presentimiento de que no querer verlo despierto.
Decide abandona el lugar, pues no va a encontrar nada, se ha notado que no está su presa ya no tiene por qué permanecer más en ese lugar (si supiera que su presa esta más cerca de lo que cree).
Al salir al claro los ve todos y por su mirada se ve que no encontraron nada.
- Y bien? – pregunta con evidente mal humor, según su informante estaría en esa misión sin falta y aun así no lo hallaron, en que momento escapo? No lo sabe y eso solo hace que su sed de sangre solo crezca más.
- Lo sentimos Reborn-san, no encontramos nada. – responde cabizbajo la tormenta, alza la vista solo para encontrarse que el asesino trae una carga consigo, pero no logra ver su rostro pues esta cubierta por sabanas. Decide preguntar – Reborn-san quién es?
- Tsk, como si lo supiera, lárguense ya no hay nada que hacer aquí.- espeta con rabia (linda forma de decirles que se vayan).
Dicho esto la nube se va molesta y dispuesta a morder hasta la muerte a cualquiera que se le cruce primero; Mukuro desaparece aburrido pues su juguete se fue; Ryohei se va gritando que debe de cuidar de su esposa ¡AL EXTREMO!; y Lambo parte con su "Yare, yare que pérdida de tiempo".
Solo quedan Yamamoto, Gokudera, Reborn y el extraño durmiente ajeno a todo. Proceden a salir del bosque donde los espera la camioneta blindada. Al volante se coloca Gokudera y el resto en la parte de atrás. Cada uno sumido en sus pensamientos.
Al llegar por fin a la mansión, Nono los recibe con una sonrisa.
- Reborn, Takeshi-kun, Hayato-kun, díganme como les fue? – habla de forma normal, pero por dentro está sorprendido su regreso fue muy pronto además de nervioso por su respuesta.
-Los sentimos Nono, no encontramos nada, ningún rastro del asesino, el lugar estaba desolado. – hablo la lluvia tranquila pero seria.
- El Friki del beisbol tiene razón, no había trampas ni nada, muy raro a decir verdad. – añadió Gokudera.
- Solo encontramos lo que puede ser un rehén o incluso un cómplice.- dijo Reborn mostrando el rollo humano envuelto en sabanas, solo dejando a las vista una mata de cabellos castaños.
Timoteo al darse cuenta de ese detalle abre los ojos con sorpresa, "Podrá ser posible...?" piensa, y así sin perder tiempo guía a los recién llegado a sus aposentos (su habitación), y pide al azabache mayor colocar al castaño en la cama y proceder a desenvolver su rostro.
Y así se hace, con cuidado se retira la sabana y todos los presentes quedan estupefactos, pues solo pueden ver a un pequeño niño de complexión delgada y delicada, con cabello alborotado desafiando la gravedad, una piel de color durazno, suave y tersa a la vista, con rasgos femeninos que hacen dudar que sea hombre (no crean si es hombre), de nariz pequeña y labios finos y pequeños de un delicado color cereza.
Sin palabras, el anciano decide romper el encanto que tienen los espectadores.
- Esperaremos a que despierte, nos puede ayudar. – dice, pues sabe que ese es su nieto de eso no hay duda, como tampoco la hay de que es el asesino más buscado, pero mientras los próximos guardianes y el asesino a sueldo no se enteren todavía mejor, piensa. – Tal vez nos diga quién es. – miente, ya sabe quién es, pero aun no cree que frente a sus ojos este su adorado nieto así como tampoco quiere creer que ese niño que se ve como un ángel sea un asesino.
- De acuerdo, Yamamoto, Gokudera retírense.- ordena el Asesino a Sueldo.
Obedecen y se retiran; en cuanto se van Timoteo decide tomar asiento cerca de la cama donde reposa su nieto mientras Reborn se recargar con los brazos cruzados en la pared más cercana al lado de la ventana que muestra la noche, siendo madrugada ya.
De repente escuchan quejidos provenientes del joven castaño que demuestran está despertando.
Timoteo no puede evitar ponerse ansioso, el pelinegro solo lo ve y no entiende el porqué de su estado.
- Mm ... mn... ngh – el castaño se sienta aun con los ojos cerrados y estira sus brazos por sobre su cabeza, bosteza y procede a abrir los ojos pero...
Antes de que se dieran cuenta la gran cama se encontraba vacía, el castaño había desaparecido y ahora se encontrar detrás de Nono con un cuchillo en su cuello listo para acabar con la vida de ese hombre al menor movimiento.
Reborn no cabe en su sorpresa pues bajo la guardia creyendo al Castaño alguien inofensivo y antes de que se diera cuenta ya estaba a punto de matar al Noveno. Oh, ya no podía estar más irritado.
- Suelta al Noveno mocoso. – gruñe, está molesto y no dará tregua en cuanto lo suelte en definitiva lo mata.
- Porque debería? – pregunta, y al fin termina de abrir sus ojos, mostrando un color naranja atardecer, mientras se afilan mostrándose frio e implacable, demostrando que puede matar sin el menor remordimiento. - ¿Por qué no estoy en la mansión del bosque? – no lo demuestra pero tiene miedo. Maldición, Tsuna esta depierto y eso no era bueno, no podría matar a esa gente con el viendo, eso nunca. – Y bien respondan.- exige mas que arto de esa situación, acerca mas el cuchillo a la garganta del anciano.
El cual suspira, estaba tranquilo pues se esperaba esa reacción.
- Puedes estar tanquilo. – dijo con voz baja y segura demostrando que no estaba mintiendo. – Reborn no te hara nada y yo tampoco, confía en mi.
"Si claro", pensó el castaño "Como no, eso nun-"
"Deberias darles una oportunidad" hablo Tsuna mas despierto que nunca y atento a la situación
"No lo creo, no confiare en nadi-"
"Ese señor se ve que no es malo... Anda"
Ash. No podía con el, a pesar de estar el a cargo, Tsuna siempre logra convencerlo, no puede negársele.
Despacio se separa del anciano, guarda entre las mangas de su camisón el cuchillo y se mueve lento subiendo de nuevo a la cama, sentándose y vigilando cada movimiento de sus captores.
En ese tramo de tiempo, Timoteo no cabia en su felicidad, su nieto había aceptado a confiar en el, o al menos eso cree, no importaba estaba feliz de que estuviera allí y tuviera oportunidad de hablar con el. Mientras un Reborn molesto porque no podía matralo, Nono se lo había ordenado.
Mientras los mayores pensaban, el menor miraba el lugar donde se encontraba, una cama de tamaño rey rodeada de cortinas de color vino, frente a la cama un conjunto de 2 muebles de 3 piezas y una mesa de centre entre ellos. Paredes de color pastel y dos grandes ventanales a cada lado de los muebles.
Miro las ventanas y puertas, cerradas...
- Sin salida...- murmuro lo suficientemente alto para ser escuchado por los mayores, sacándolos de sus pensamientos.
Genial! Atrapado con un Tsuna interesado y sin escapatoria.
Sin salida, un deja vu, otra vez.