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Palabras dificiles de decir por deathotel22

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Notas del fanfic:

Esta historia esta basada en un video musical a ver si adivinan cual es...

Notas del capitulo:

Espero que les guste, estare actualizando diario, gracias por leer

Se le había hecho tarde, todo por el bendito proyecto en grupo que encargo su profesora de historia, sencillamente no le veía el caso reunirse con sus compañeros si sabía que él terminaría haciendo todo, sólo de imaginárselo bufo de frustración. Veía por la ventanilla como las calles avanzaban, se encontraba en el bus que lo llevaría a casa, estaba ensimismado en sus pensamientos cuando escuchó que molestaban a alguien unos acientos más adelante de donde él se encontraba.

-          ¡Hey!, mira nada más a la preciosura que tenemos aquí- habló el que parecía ser el líder.

-          Parece que te comieron la lengua los ratones- se burló el más pequeño y regordete de todos.  

-          Vamos no seas tímida, por qué no te vienes con nosotros, te la vas a pasar muy bien- esta vez intervino un joven de cabello largo.

-          ¿Tímida?...... jajaja- la chica empezó a reír sarcásticamente- vaya a parte de idiotas son ciegos……. A caso…. ¡No te das cuenta que soy hombre, imbécil!- los maleantes se quedaron atónitos al fijarse que era cierto lo que decía, no tenía pechos y su voz era suave pero definitivamente no era la de una chica- entre las piernas… tenemos lo mismo- se rio cruelmente de sus acosadores.

-          ¡Bastardo!..... ¡ésta falta jamás te la voy a perdonar!- el líder arremetió contra el muchacho, estaba dispuesto a partirle la cara por haberse reído de ellos, pero insólitamente el joven que parecía frágil se libró fácilmente de ellos propinándoles un rodillazo en sus partes nobles, el misterioso joven se bajó en la siguiente parada, triunfante con una sonrisa sarcástica en sus labios, dejando a los que quedaban en el bus atónitos, irritados y adoloridos.

Tom lo vio caminar desde su ventanilla, ciertamente parecía una mujer, sus rasgos eran finos y su forma de vestir con ropas apretadas hacía que cualquiera que no prestara atención a los detalles lo confundiera fácilmente, también observó que llevaba un curita cerca de su ojo-debe ser un vándalo más- pensó Tom, decidió dejar olvidado ese incidente en el fondo de su mente, este no era momento para pensar en las extravagancias de la gente, no es que el fuese precisamente la normalidad andando con sus rastas largas y rubias y su vestimenta cuatro tallas más grande de lo normal. El bus siguió avanzando y unas paradas más adelante, Tom se bajó y camino dos cuadras hasta su casa.

 Tom era hijo único, vivía con sus padres aunque su padre casi no pasaba en la ciudad por viajes de negocios, su madre era la mejor: tan atenta y comprensiva, muchas veces había sido su cómplice,  siempre estaba cuando la necesitaba.

Entró a su casa y su madre lo recibió afectuosamente mientras le servía su comida favorita, había notado que su hijo se encontraba deprimido en las últimas semanas, al principio pensó que eran cosas de la adolescencia o los típicos desamores que sufrían los jóvenes, pero ahora ya empezaba a preocuparse y decidió hacer lo que las madres mejor saben hacer…preguntar.

-          Ahm….hijo- llamó Clarise a Tom.

-          Sí mamá… ¿qué pasa?

-          Eso mismo te quiero preguntar a ti, ¿Qué es lo que te pasa Tom?, últimamente ya no eres el de antes, sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites- su madre lo vio con cara suplicante, Tom sabía que no podía negarse a esa petición.

-          No lo sé mamá……simplemente…extraño a Nathan.

Nathan era el mejor amigo de Tom desde el pre-escolar, desde que se conocieron habían congeniado muy bien, eran compinches de travesuras, iban a dormir a la casa del otro, hacían la tarea juntos y obviamente también iban al mismo colegio, hasta que Nathan tuvo que irse a vivir a los Estados Unidos, su padre fue promovido en la empresa de seguros en la que trabajaba y obligatoriamente tuvo que cambiar de residencia. La noticia fue devastadora para ambos, pero ninguno de los padres podía hacer nada, ellos tenían que separase.

Hace un mes que su mejor amigo se marchó, sin embargo Tom no podía suplir su ausencia, Nathan era como el hermano que nunca tuvo.       

-          Vamos hijo, no puedes seguir así, tu amigo se fue pero…..tienes que superarlo- intento animarlo su madre- sé que pronto harás un nuevo amigo.

-          Ya lo sé, me voy a dormir…..buenas noches mamá- besó a su madre en la frente y subió a su cuarto.

Al siguiente día, Tom despertó con mejor ánimo, hablar con su madre siempre le hacía sentirse un poco mejor, esperaba que su madre tuviera razón y que pronto encontrara a alguien tan interesante como lo era su mejor amigo.

Llegó a su salón de clases sin ninguna novedad, era como Tom los llamaba: un día común y silvestre. Vio que entraba su profesor de matemáticas. El señor Matews, era un viejo estricto, aun tenia métodos ortodoxos de enseñanza y de castigo, había muchos quienes lo apodaban el mini Hitler, seguido de él entro un muchacho, al parecer era un nuevo alumno, a Tom le pareció conocido pero no recordaba en donde lo había visto.

-          Buenos días jóvenes- saludo enérgicamente el profesor.

-          Buenos días profesor- los saludos que le devolvían sus alumnos siempre parecían maullidos de gatos.

-          Hoy como verán tenemos un nuevo alumno que nos acompañara por lo que resta del año escolar, jovencito haga el favor de escribir su nombre en el pizarrón- el profesor le paso un marcador.

-          “Bill Kaulitz”- escribió el alumno nuevo y lanzo el marcador con desgano, eso causo mucha gracia entre sus nuevos compañeros- y bien ¿en donde se supone que me voy a sentar?- su voz sonaba hostil y osca, a leguas se notaba que Bill era un rebelde sin causa.

-          A ver….veamos….!ah! mira- apunto a un pupitre hacia la derecha en la parte de atrás- junto al señor Trümper hay un asiento vacío, vamos acomódate.

-          Genial, compartir asiento como si fuéramos al jardín de niños- Bill murmuró entre dientes, se notaba que esto no le ponía nada contento.

Tom no lo podía creer el profesor lo había puesto con el chico nuevo, eso era una barbarie, ese puesto le pertenecía a su amigo, que si bien ahora no estaba no significaba que cualquiera podía sentarse ahí sin preguntar. 

Apenas Bill se sentó,  vio a Tom con cara de fastidio y luego simplemente apoyo su rostro contra la mesa y se puso a dormir.

Esto era increíble pensó Tom, no podía creer que el nuevo tuviera tanta desfachatez, este iba a ser un largo semestre.   

Notas finales:

Gracias por leer, nos vemos en el sigueinte cap!!


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