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The Lunacy Of Duke Iokawa por Mariela

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CAPITULO 2

-Ah, ah, ah…ngh, ah…ma-mas…¡AH!-decía entre gemidos y jadeos, mientras era embestido con suma brutalidad

-Ah, ah, Dios, eres tan estrecho-sonrió con lujuria-Vamos, ah, ah

El doncel se encontraba en cuatro, enterrando sus uñas a la base de la cama para recibir mejor las fuertes embestidas del varón que lo poseía. La temperatura corporal de ambos había aumentado de sobre manera haciendo que se empaparan en sudor, la cama rechinaba y los gemidos resonaban en todo el lugar. El menor movía las caderas al ritmo de las embestidas sintiéndose cada vez más cerca del orgasmo, hasta que finalmente se derramo en las sabanas y al poco tiempo, el varón hizo lo mismo dentro de él.  Los dos se dejaron caer en la cama, respirando dificultosamente debido al acto.

Cuando el doncel quiso aferrarse al hombre  que lo había poseído, este lo aparto y se levantó de la cama, mirándolo con superioridad.

-Conoces las reglas Chiaki, solo una vez por noche. Ahora vístete y vete

-Pero, Iokawa…Aun tengo ganas de otra ronda

-Dije que no

-Por favor

-Chiaki

-¡Te lo suplico!-en su desesperación por ser tomado de nuevo, Chiaki se levantó y se postro ante el peli-negro, aferrándose a sus piernas sin importarle el dolor en su cadera-Te lo suplico Iokawa, eres mi vida, no puedo seguir ti, ¡¡TOMAME!! ¡TE LO SUPLICO!!

-Hmmm-Iokawa sonrió con malicia al ver la facilidad con la que los donceles  se humillaban ante él, la facilidad con la que le rogaban por sexo, jamás se cansaría de ver o bajo que caían por un poco de su amor-De acuerdo  Chiaki, te prometo que si hay tiempo te tomare de nuevo. Ahora vete, que faltan muchos por tenerme dentro

El menor sonrió satisfecho con gran dificultad se colocó su camisa blanca tan grande como para cubrir su cuerpo hasta la mitad de sus piernas, y salió de ahí dejando entrar a un doncel de cabello castaño y vestido rosa a la habitación. El chico prácticamente corrió a los brazos de su amado, capturando sus labios en un apasionado beso cargado de deseo, el cual los condujo de nuevo a la cama.

Iokawa tomo las muñecas del doncel y las apretó, poniéndolas por encima de su cabeza, para luego comenzar a delinear sus caderas.

-¿Estás listo, Ritsu?-pregunto con lujuria

-Si mi señor, hágamelo hasta cansarse-suplico con una sonrisa

-No te preocupes, hare que lo disfrutes

Se inclinó para besar de nuevo sus labios por unos momentos y seguir con la deliciosa piel de su cuerpo. Mordisqueo sin consideración su cuello, mientras levantaba la falda de su vestido y colaba su mano por dentro de sus bragas de adornos rosas.

-ngh…I-Ioka-wa…ugh- gemía el castaño al sentir su pene masturbado

Iokawa soltó sus manos dejando que Ritsu lo abrazara por el cuello, y se alzara un poco para que pudiera desabotonar el vestido, y deslizarlo por el dorso hasta la cintura, daba gracias que no tuviera tirantes. Una vez que hubo despejado el camino, se separó de Ritsu de manera que pudiera comenzar a morder su pecho, y marcar su territorio en el sin dejar en ningún momento de masturbarlo. Mordisqueo sus tetillas hasta dejarlas rojas y erectas, para después pasar a la otra y repetir el acto.

-uhg…ah, Io-ka…wa

Ritsu no se quedó atrás y tomo también el pene del varón para  masajearlo, el cual ya goteaba el pre semen de la punta. El peli negro termino con el pecho, y se dirigió a la parte baja del doncel, dejando un camino de saliva que rodeo el ombligo hasta llegar al pene. El menor sentía que se corría con tan solo sentir el aliento  del varón, y arqueo la espalda cuando este empezó a saborearlo en su boca. Los gemidos continuaron acompañados de jadeos, hasta que su cuerpo se estremeció por completo soltando su esencia en la boca de Iokawa, quien trago la mayor parte y  lo que no pudo se escurrió de sus labios. Se alzó un poco, para devorar  con la mirada al doncel, quien en cuanto pudo respirar mejor, se le lanzo encima tumbándolo al otro extremo de la cama. Lo beso apasionadamente para luego tomar el palpitante miembro del varón en sus labios, chupándolo con gran deseo reflejado en sus ojos. El mayor gimió ante la acción  tan excitante que le realizaban, su cuerpo se estremeció empezando a soltar jadeos de sus labios. Por su parte, Ritsu succionaba todo lo que podía, sintiendo como lentamente el pene crecía en el interior de su boca. Ambos estaban demasiado excitados, el placer que se entregaban los invadía por completo llevándolos a un punto indefinible de lujuria, el cual aumento cuando el varón se corrió en la boca del doncel, dejando al miembro ya erecto. Iokawa se levantó de la cama y tomo una  soga con la cual ato las muñecas del castaño.

-Bien, es hora de que lo ponga dentro. ¿Estás listo?-le susurró al oído con picardía, introduciendo el primer  dedo en su entrada.

-¡Ah!...nghn, …si-si…entra-ah, ya-pidió sintiendo como el calor enrojecía sus mejillas

-Jajaja, me gusta cuando me suplican-sonrió con locura en su mirada e introduciendo un segundo dedo al agujero

Realizo movimientos circulares al principio, escuchando con gran regocijo los gemidos del menor al ser también masturbado por su mano libre, luego los abrió en tijeras provocando que se arqueara de placer soltando un sonoro grito en la habitación.  Las mejillas de Ritsu ya estaban demasiado calientes y rojas, la cual solo excitaba aún más al varón. Una vez que estuvo lo suficientemente grande, Iokawa reemplazo los dedos por su pene, introduciéndolo de una sola estocada.

-¡AHHH!-grito el castaño al sentir la nueva invasión. Apretó los ojos, dejando escapar unas cuantas lágrimas de estos, le dolía pero a la vez  sentía una descarga de placer en todo su cuerpo-ahagh…Iokawa, Iokawa…ah,ah,ah,ha

-Shhh-susurro lamiendo la curvatura de su cuello-No pidas piedad Ritsu que te daré tan fuerte como pueda, y sabes que te conviene aguantar. Lo sabes, te va a dolor pero te va a gustar

-ah…ma-mas…¡MAS!....ah

-Perfecto. Jajajaja

Entonces, se empujó a un más adentro del doncel y empezó con las embestidas. Ritsu gemía sin control, mordiendo su labio en un desesperado intento de contenerlos, las estocadas eran demasiado fuertes, salvajes, bruscas, Iokawa lo tomaba sin ninguna consideración y eso le causaba tanto dolor como placer. Un placer salvaje que lo cegaba de lujuria y demencia, llenándolo con deseos de más y más. El pene  del varón entraba y salía de él, sentía fuertes descargas de placer recorrerlo en todo su cuerpo, su temperatura aumento hasta el punto de bañarse en su propio sudor, aunque eso no importaba. Estaba tan cegado por la lujuria que, en ese momento, nada importaba.

Iokawa jadeaba sin detenerse al embestir al doncel y sentir como las paredes anales de este lo apretaba, estaba seguro que, con esa intensidad de estocadas, terminaría desgarrando su interior  pero eso no era problema suyo. Continuo, metiéndosela cada vez más adentro hasta que toco un punto que hizo a Ritsu soltar un sonoro grito en la habitación.

-¡¡¡AH!!!

-Al fin lo encontré…ah,ah, el punto que te lleva al cielo

Cegado por la lujuria, el peli-negro embistió con fuerza ese lugar, logrando que Ritsu gritara de nuevo, y siguió estocando sintiéndose cada vez más cerca de terminar.

 Y con una embestida que llego demasiado adentro, ambos se derramaron alcanzando el éxtasis. El doncel se dejó caer sobre las sabanas, totalmente cansado y adolorido, mientras Iokawa solo se levantó por unos momentos  para luego levantarse y llevar al menor a su habitación. Desato sus muñecas, embozando una sonrisa llena de satisfacción. La noche aun no terminaba, y tenía ganas de más.

Cuando regreso a su habitación, se encontró con los bellos rostros de los amantes que aún le faltaban por tomar, esperándolo en la puerta, con sonrisas tan amorosas en sus miradas, y vestidos únicamente con camisas blancas largas que cubrían solo su intimidad.

Si, cada uno de los miembros de su harem eran extremadamente hermosos  y sensuales, poseyentes de cuerpos perfectos para degustar. El único inconveniente eran sus ojos.

Las iris de cada uno de ellos habían perdido su color original, ahora eran grises con pupilas grandes que no mostraban reflejo alguno, ese era el precio por tenerlos en su cama. Sin embargo…

“Lo acepto”-pensó, sin borrar su sonrisa.

 -Hola preciosos-se acercó a ellos-Veo que de verdad estoy muerto, porque estoy en presencia de los angeles

-Jajaja-rieron con delicadeza al unisonido

-Bueno, ¿Quién quiere ser el siguiente?

-¡YO!-alzaron todos la mano

Y ahí, en ese grupo de donceles sin moral alguna, se encontraban:  Kusama Hiroki, el maestro de Literatura, Yukina Shouta, el dueño de la librería, Asahina Ryuuchirou el heredero de la editorial Marukawa, Miyagi Shinobu  y Usami Misaki, y también….Yokozawa Takafumi, el doncel al que nadie había podido domar. El doncel que recién había llegado a la mansión.

Iokawa empezó a reír con demencia al ver como los donceles se postraban a sus pies, suplicando por ser cogidos por él. Eso es lo que siempre había deseado, y no importaba que la noche no fuera suficiente para divertirse con cada uno de ellos, tomaría el día si era necesario, pero una cosa era segura: Seguiría desafiando a Dios en el pecado carnal de la lujuria, locura y demencia.

Notas finales:

no soy nada buena escribiendo lemon, pero hice mi mayor esfuerzo y lo seguire haciendo para los demas capitulos. 

Lamento no poder ofrecer un lemon mejor, pero...bueno, cada quien tiene su fuerte y el mio no es lo erotico, espero entiendan.

gracias por leer y espero sus lindos comentarios

bae, bae

 

PD:Aqui dejo mi facebook donde pueden seguirme, abra spoiler de algunos fics, trailer, proyectos proximos y noticias sobre mi estado, actualizaciones y demas.

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