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The Lunacy Of Duke Iokawa por Mariela

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CAPITULO 4
Día 3
-Disculpe ¿lo ha visto? Su nombre es Asahina Ryuuchirou, y está desaparecido desde hace seis meses
-No, lo siento
-¡Por favor! ¡Solo dígame si…
-¡ALEJESE DE MI!
“-Ah, ah, ah..ugh…-gemía mientras era poseído por el varon-I-Iokawa…ugh
Le encantaba, le divertía, le gustaba tener a todo al que deseaba rendido a sus pies, le era tan divertido ver a todos los donceles que lo habían rechazado suplicándole por mas, le encantaba verlos humillados ante él. Su droga más adictiva era el sexo bañado en lujuria, jamás dormía hasta haber tomado ya a todos los miembros de su harem. Lo hacía en todas las posiciones posibles, saciando todas sus fantasías sexuales, y cuando terminaba con uno, empezaba con el otro. Asi, hasta llegar al favorito de su harem.
Tomo a Ryuuchirou hasta aburrirse, para luego seguir con Shinobu y repetir el acto.”
Día 4
-Señor, señor, quiero hacerle una pregunta, por favor escúcheme
-¡¿Qué quiere?!
-Mi nombre es Miyagi, ¿podría decirme si lo ha visto?-le mostro el dibujo de su pequeño
-¡NO! Nunca, ahora déjeme
“Se sentó al borde de la cama mirando lujuriosamente al rubio doncel dormido plácidamente en ella, a su lado estaban Hiroki y Shouta quienes parecían invernar en primavera. Sonrió, la había pasado bastante bien con ellos, pero aún tenía ganas de más y llamo al siguiente.
Esta vez era el turno del inocente Misaki, aunque…ya no se podría decir que era tan inocente. En el momento en el que llego, Iokawa supo que era tan blanco como aparentaba lo cual le causo aún más alegría. Le fue tan divertido manchar esa inocencia con lujuria y depravación de la misma manera en que lo había hecho con Chiaki y Ritsu, hasta convertirlos en esposos perfectamente a su medida.
Su harem solo estaba compuesto por ocho donceles pero jamás había necesitado de más. Ellos eran suficientes, cada uno tenía algo que lo atraía y juntos lo satisfacían.
Claro, tuvo que robárselos para tenerlos en su cama”
Día 5
-Oiga, oiga, ¿nos permite un segundo?-se pararon frente a ella para evitar que se fuera-Necesito que me diga si ha visto a estas personas-ambos le mostraron las fotografías de sus amantes-El de cabello azulado responde al nombre de Takafumi Yokozawa. Es mi prometido.
-El pequeño es mi esposo. Se llama Misaki ¿lo ha visto?
-…-la mujer, vestida enteramente de negro con un velo que cubría su rostro, alzo ligeramente la mirada del suelo para ver los retratos que le mostraban y dijo-Sí, claro que los he visto
-¡¿De verdad?!-preguntaron ambos al unisonido
Por primera vez en mucho tiempo, la esperanza volvió a sus miradas. Akihiko les hizo una señal a los otros para que se acercaran a escuchar, y la mujer volvió a hablar.
-¿Ustedes son sus esposos?
-Si-respondió Takano-Por favor dime si también…
-Sí, también he visto a los esposos de todos ustedes
-¿En dónde?
-¿En dónde más?-sonrió con malicia, algo que no fue notado por su velo-En el harem del Demonio
-¿Qué?-exclamo Asahina-¿De qué diablos está hablando?
-Siento lastima por ustedes ya que sus amados esposos están ahora en la cama de Iokawa Shiro
-¡¿COMO TE ATREVES A HABLAR ASI DE TAKAFUMI?!¡EL NO ES UNA RAMERA!
-¡NO LE PERMITO QUE SE EXPRESE ASI DE MISAKI!
-¿QUIEN DEMONIOS TE CREES MUJER?-grito Nowaki con un aura oscura. Desde la desaparición de Hiroki se había vuelto más frio con la gente
-Jajajaja…ah, solo la persona con la que menos deberían meterse. Empezando por el hecho de que soy la única que sabe el paradero de sus amantes -dicho esto, todos guardaron silencio esperando a que continuara-Así me gusta. Bien, como les idje, todos esos donceles están en el harem del duque Iokawa cuya mansión se encuentra al final del pueblo. ¡Pero! Antes de que lo nieguen déjenme decirles que no están ahí por voluntad propia
-¿A qué te refieres?-pregunto Yukina
-¿Creen en los demonios?-sonrió ante la mirada confundida de los varones-Ese duque hizo un trato demoniaco, le vendió su alma a un demonio a cambio de que este le diera el poder de encantar a todos los donceles que deseara, hacer que ellos se enamoraran de él tan perdidamente para postrarse a sus pies. En pocas palabras, todos esas pobres almas están bajo un encantamiento del que jamás despertaran, pues una vez que la ropa se haya desprendida…
“….ya no regresaran a la realidad que tenían-pensaba mientras se colocaba una bata y salía de aquella habitación. El lugar donde vivía era una triste mansión señorial que había heredado de su padre en cuyo sótano se encontraba el harem más lleno de placer que podía existir, y ahí era donde habitaban los desafortunados donceles que habían cado en su trampa. Él se encargaba de dejar flores rojas en lugares estratégicos para que los donceles que llamaran su atención las encontraran y de inmediato sintieran el deseo incontrolable de ir al sótano de su mansión, donde con solo una mirada a su apuesto rostro terminaran enamorados de él.
Camino por los penumbrosos pasillos de la casa donde claramente se veían los espacios vacíos en las paredes, ahí era en donde anteriormente estaban sus retratos. Recordar quien había sido en el pasado lo hacia enfadar de sobremanera, tanto que mando a quemar todos sus cuadros. Quería olvidar su antiguo yo a toda costa, las risas que se burlaron de su rostro cuando era niño lo atormentaban así como también…el rechazo de ese doncel.
-Shiro-suspiro con amor al verlo entrar a su cuarto. Vestía únicamente un camisón blanco exageradamente corto de tirantes con bragas rosas de encajes en las orillas-Pensé que no vendrías esta semana
-Jamás faltaría a nuestra cita-le sonrió acercándose a él y capturando sus labios en un muy apasionante beso que poco a poco aumento de nivel.
Yokozawa Takafumi; el doncel que lo rechazo cuando era niño y lo había hecho por mero asco a su apariencia. O el manos eso creía. La realidad de las cosas era que Yokozawa lo había rechazado por estar enamorado de alguien más, aunque eso ya no importaba.
Todo lo que deseaba ahora era poseerlo como no lo hacía con los demás: Sin lujuria, sin depravación, sin demencia, solo…delicadamente y amorosamente, entregándole todo el amor que le tenía. Si, ese amor que a pesar de los años aún no se atrevía a confesar.

Notas finales:

BUENO, ya llegamos a la parte que todos querian ver. en el siguiente, lemon con yokozawa, siiiiiiiiiiiiiiiii

lamento la tardanza, espero no tardar mucho con el otro que sera un poco mas largo, pero bueno, ya sera el ultimo mas un extra

sin mas, muchos besos guapas

hasta la otra


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