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Endemoniadamente tierno por yola1996acuario

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Notas del capitulo:

Holaaaaa! Chicas/os que leen esto, ahora si que que lamento la espera y si ya se se no tengo perdon t.t pero hey que mas vale tarde que nunca! cap dedicado a Izumi, hey gracias por la espera! y por estar ahi, tus reviews motivan!


Gracias a los que comentaron el cap anterior!


Psdta. Mukuro es sexy!


Khr no me pertenece... si lo fuese hubiese hecho que Tsuna fuese el bendito dictador de su escuela, claro que con cooperacion de hibari!

Cap. 10: Preparativos


Takeshi observo con fascinación como los largos dedos de pianista de su novio levantaban la taza de chocolate caliente, solo rogaba porque la camarera no se apareciese(otra vez) ya que apreciaba sus momentos privados de , ¡bendito Dios!, pareja mas aun cuando prácticamente arrastro al peliplata hasta esa cafetería antes de la pequeña fiesta sorpresa que Tsuna le estaba preparando.


El pelinegro soltó un suspiro soñador.


Le encantaban esos ojos verdes, esos ojos chispeantes, esos ojos verdes tormentosos que se oscurecían ligeramente cuando lo besaba, esos ojos verdes que siempre le hacían perderse en su tormentoso color verdoso pero mas que encantarle, le fascinaban mas aun cuando le miraban fijamente.


Takeshi volvió a suspirar lo cual pareció molestar enormemente a su acompañante quien se cruzo de brazos dejando el chocolate caliente delante suyo; el pelinegro amaba esos ojos verdes de su novio sin importar que estos se viesen de lo mas molestos, casi siempre los veía de ese modo por lo que no le importaba mucho.


-Empieza a hablar


El pelinegro levanto las manos delante de si agitándolas ligeramente como para bajar la molestia del peliplata.


-Ma ma no te enojes, Hayato.


El mencionado simplemente suspiro relajando sus facciones a la vez que negaba con la cabeza provocando que algunos cabellos plateados saliesen de su pequeña coleta.


-Hizo una fiesta, ¿no es así?


Siempre las hace.


-Sabes como le gusta hacer cosas por nosotros mas aun en fechas como estas.


Takeshi observo la pequeña sonrisa tranquila que apareció en la cara del peliplata; hubo un tiempo en el que pensó que Hayato quería a Tsuna de un modo diferente pero no era el caso, al menos no en un modo romántico ya que de querer a su amigo, todos a su alrededor le querían.


-Lo se…


La sonrisa del peliplata se expandió hasta dejar ver una sonrisa viciosa, una que se alegraba del sufrimiento ajeno.


Yup, amaba a Hayato.


-…como también que lo mas seguro es que esclavizo a mi hermano, a tu primo y al resto para ayudar con el papeleo a Giotto.


Takeshi rio ante el recuerdo que lo asalto.


El pelinegro había estado en la reunión ¨Fiesta-sorpresa-de-Hayato¨ del día anterior y recordaba perfectamente como el consentidor numero uno, Reborn, de su amigo apunto con su pistola a cada persona en la habitación antes de que dejase en claro que lo que decía su sobrino era ley, claro que luego de ello el consentidor numero dos, Xanxus, dejo en claro que nadie se negaba ni tenia permitido faltar por lo que Tsuna hizo su voluntad, lo cual era prácticamente lo de siempre cuando se encontraban sus consentidores presente, quien mas lo paso en grande fue el consentidor numero tres, Giotto, cuando dieron la noticia de la ayuda con el papeleo atrasado.


-Yup, hubieses visto su cara de felicidad y lo pálidos que estaban todos.


Hasta el momento no sabia cual era el exagerado temor que le tenían al papeleo de la empresa, mas aun al papeleo de Giotto, pero por lo pálido y nervioso de su primo no quería ni imaginárselo.


-Me imagino que me guardaste una foto.


Takeshi asintió.


-Te la enviare en un rato.


Gokudera simplemente se vio de lo mas complacido a las palabras de su novio.


-¿Y el resto?


Tsuna nunca dijo nada de no revelar información ya que era prácticamente un hecho de que Hayato lo sabría.


-Ryohei cuidara de Kyoko, Haru y la hermana de Daemon hasta que llegue su niñera pero vendrán a la hora…


Ryohei había hablado de la nueva amiga de su hermanita que había resultado ser la hermanita menor de Daemon, mundo pequeño.


-…Kyôya fue a recoger a Dino al aeropuerto, no se han visto desde hace tres meses ya sabes como son pero me imagino que llegaran a tiempo, creo…


Tanto Takeshi como Hayato se estremecieron levemente ante los muchos, muchos, muchos recuerdos.


Desde que el prefecto había entrado en la adolescencia Dino no se había puesto ningún reparo en expresar su gran, excesivo y exagerado afecto por el prefecto lo cual termino en lo que ya todos habían visto venir, un mes de hospitalización, pero también, para sorpresa de todos, en una relación de pareja; si bien el mas feliz con ello, aparte de Dino, eran Tsuna y Reborn quienes habían llevado apostando sobre ello desde hace algún tiempo; lo que nadie se espero fue que las tarjetas Vs del prefecto y del primo de Tsuna se suicidase a si misma en la fiesta de Año Nuevo, todos tomaron nota mental de no darle una gota de licor a Dino y mucho menos a Kyôya, pero ahí no acababa la cosa sino que ese par no reparaba en quien estuviese en la habitación para empezar a ¨morderse hasta la muerte¨, por tal motivo habían despertado tempranamente la mente de los miembros mas jóvenes salvo por Tsuna, Xanxus cuidaba a su primo como si de la misma vasija china se tratase.


Takeshi se aclaro la garganta lo cual saco de los oscuros recuerdos al peliplata.


-…Varia llegara a tiempo y Bel traerá un invitado.


Gokudera levanto una ceja de manera interrogativa.


-Me es casi imposible de creer que ese presumido lleve a alguien, generalmente su corona y su ego son compañía suficiente para el idiota con complejo real.


Takeshi se aguanto la risa que quería soltar, Hayato y Bel no se llevaban nada bien desde que el rubio había cortado las cuerdas del piano del peliplata por ser muy ¨ruidosas¨ para la orejas reales, al Hayato de 4 años no le gusto nada, la verdad sea dicha, en ese tiempo Hayato era un desastre.. no, un desastre era un alago para lo que el peliplata hacia con su piano, todo ese destripamiento de teclas de dos horas diarias era la tortura china para los oídos de todos por lo que secretamente agradecieron que Bel cortase las cuerdas.


Vivir cerca nunca fue mas tortuoso que en aquellos tiempos.


-Dijo algo de una rana…


El pelinegro suspiro al ver como el humor del peliplata empeoraba ante el recuerdo de su precioso piano por lo que decidió darle la noticia que tenia planeada para el final.


-…Reborn recogerá la torta después de hacer algunos documentos.


El cambio del humor de su novio fue tan radical que le dio una punzada aguda de celos.


-¡¿Reborn-sama?!


Y el ídolo de su novio no parecía cambiar, si alguna vez se sintió celoso de Tsuna, de Reborn siempre se sintió peor.


¿Hayato no podía tener un simple complejo con algún super héroe, villano o algo.. ficticio?¿Loki, tal vez?


-Tsuna se lo encargo, ya que Skull deberá hacer algunos mandados encargados por Reborn… y recoger a tu hermana.


Lo ultimo era mas una alerta pero se arrepintió de darla cuando vio la cara palida del peliplata.


-¿Ani..ki vendrá?


Si Hayato antes parecía eufórico por la noticia de Reborn recogiendo su torta de cumpleaños ahora parecía que le hubiesen dado la sentencia de muerte.


-Jaja no te preocupes estará usando sus lentes de sol…


Tal vez debí dar las malas noticias antes. Ya no podía hacer nada


El pelinegro se preparo mentalmente para lo que diría, mejor dicho para las preguntas que vendrían a la siguiente noticia que soltaria.


-…y hay un invitado mas.


Hayato frunció el ceño.


A Takeshi le vino el recuerdo del día anterior, Tsuna luego de dar a todos sus tareas para el cumpleaños de Hayato explico que tendrían un invitado mas quien era nada mas y nada menos que el hermano menor de Daemon a lo que G simplemente había dicho ¨Los Spade se multiplican como la peste¨ y algunos no tuvieron una bonita expresión ante la noticia, mas aun Reborn y Xanxus quienes parecían listos para disparar a quema ropa.


-¿Quien?


Takeshi sabia que su novio solo preguntaba por mera formalidad ya que suponía que este también conocía quien era el ¨invitado¨ .


-Mukuro Spade, el chico de Kokuyo y hermano de Daemon, Tsuna le invito.


Y el chasqueo de la lengua se lo confirmo, su novio ya lo sabia.


-Che, solo permitiré que este ahí porque Joudaime le invito…


Takeshi oculto su sorpresa, había esperado gritos, maldiciones y hasta algún daño a la cafetería que sorprendentemente aun se encontraba semi vacía.


-..¿cuándo crees que se den cuenta?


Desde que conocieron al peli índigo tanto el pelinegro como el peliplata lo supieron, su amigo había encontrado a alguien pero por como actuaban ni cuenta de ello se habían dado, ni él ni el peli índigo.


-Ni idea…


Con sinceridad no lo sabia, Tsuna siempre se daba cuenta de las cosas con gran facilidad por lo que verle atascado en lo que fuera que tuviese con el peli índigo era raro pero mas raro era no tener gritos de su novio.


-…¿no te molesta?


El peliplata negó.


-Joudaime es mi mejor amigo, casi un hermano para mi, solo quiero que sea feliz y si el bastardo de piña le hace tan feliz como se ve no tengo por que objetar nada pero si le llega a hacer algo que Joudaime no quiera.. lo hare explotar.


Takeshi simplemente asintió pero compartió la sonrisa viciosa de su novio.


-Lo cortaría a la mitad y estoy bastante seguro que mas de uno iría por su apuñalada cabeza, claro, lo que dejemos de él.


Si es que el chico de Kokuyo lastimaba de alguna forma a su adorable amigo habría una larga fila de personas que le querrían hacer daño.


-El adicto de las peleas aun no lo sabe.


Ohh, cierto.


El pelinegro solto una risa nerviosa ante las palabras del peliplata.


-Jajaja Tsuna tampoco lo sabe.


Debido a sus clubs tanto Takeshi como Hayato habían pasado por las calles de Namimori a altas horas de la noche en mas de una ocasión por lo que habían visto al conocido ¨herbívoro de piña¨ que le jodia la existencia al prefecto razón por la cual no les gusto el hecho de que su amigo se los presentase aquel juves hacia algunos meses.


¿Cómo reaccionarían el prefecto y el heterocromático cuando se conociesen?


-Entonces será hoy.


Takeshi asintió.


-Esperemos no rompan nada.


El peliplata negó dando un sorbo a lo que quedaba de su chocolate caliente el cual ya se encontraba frio.


-Hay un limite para la esperanza.


Takeshi podía dar fe de que aquello no era cierto y se lo dio a saber a su novio al cubrir con su mano una de las manos de este a lo que Hayato se ruborizo.


-Jajaja no seas pesimista…


El pelinegro se levanto jalando de la mano a su pareja para luego dejar algo de dinero en la mesa.


Pudo ver las caras decepcionadas de las camareras cuando cubrió los hombros del peliplata con sus brazos, Hayato siempre era bastante cálido además que le encantaba ver sus sonrojos justo como el que tenia en esos momentos.


-…vamos a disfrutar de nuestra cita antes de que sea la hora.


Tenia todo un plan para este día por lo que tenia que apurarse a cumplir con todo.


-Friki estúpido del baseball.


Takeshi no pudo evitar reír antes de estrechar aun mas a su novio.


-Pero soy tu friki estúpido del baseball.


El pelinegro no pudo escuchar claramente los murmullos del peliplata pero pudo reconocer fácilmente la palabra ¨descarado¨ aunque no le importaba mucho, estaba teniendo la primera cita de cumpleaños con Hayato y era algo que disfrutaría y haría disfrutar al peliplata.


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Mukuro vio divertido los agujeros en el ascensor que según los mensajes del pequeño y adorable Usagi-kun, aquello había sido obra de su primo; puede que eso le divirtiese pero aun así no se le quitaba el fastidio que traía ya que, por primera vez en años, había sentido que el mundo tenia una conspiración en su contra, no solo habían surgido una tira de escusas de seres humanos le habían buscado en grupo para derrocarle en el control de Kokuyo sino que también había tenido que recibir tres confesiones.


¿Qué parte de no me interesas no se entendía?


¿Y porque seguían diciéndole que no les importaba ser la tercera de la relación?


Mukuro soltó un bufido fastidiado.


Que él supiese no salía con nadie, y nadie estaba regando ningún rumor ni nada por él estilo aunque no se mantuvo pensando en ello por una sencilla razón, tuvo que ir al distrito comercial comprar un regalo para perrito-kun, si hubiese sido por él le compraba un collar y una placa pero a Usagi-kun no le gustaría si es que lo hacia por lo que opto por esa hebilla que el adorable Usagi-kun había señalado le llegaría a gustar al peliplata el día que le acompaño en su compra, al parecer el menor lo tenia planeado al darle una idea de lo que debería comprar; el adorable y pequeño castaño era un master mind diabólicamente tierno y manipulador, pero así lo quería. Lo único satisfactorio en todo ese trayecto había sido el hecho de haber visto el cartel de se busca de Calvo-kun, que dicha la suya.


Daemon le había dicho que ese día su hermanita estaría en la casa Sasagawa por lo que no tendría que preocuparse por ella, cosa rara ya que su pequeña Nagi no le había mencionado nada de ello pero no dijo nada de ello por la sencilla razón de que le era bastante conveniente.


Mukuro frunció el ceño para cuando el ascensor por fin se abrió dejando ver la puerta abierta del apartamento del castaño.


¿Y si llegaba alguien no deseado?


¿Y si un extraño le hacia algo al pequeño y adorable Usagi-kun?


¿Y si algo pasaba?


¿Y si..?


Mukuro chasqueo la lengua a la vez que balanceaba la bolsa con el regalo de perrito-kun.


Estaba siendo paranoico y lo sabia pero aun así no podía evitarlo, era como cuando pensaba en la vez que su querida Nagi enfermo de pulmonía.


El peli índigo entro al apartamento sin ni siquiera anunciarse solo para que en el sofá se encontrase algo que inmortalizaría con su celular si es que dejaba de reírse, el adorable castaño nunca le dejaba de sorprender.


-Kufufufu


El peli índigo miro divertido como el castaño se ruborizaba furiosamente al percatarse de su presencia.


-¡Mukuro! no te rías y ayúdame a salir de aquí…


Mukuro podía escuchar el tono molesto del adorable Usagi-kun como también podía ver las mejillas furiosamente ruborizadas y la mirada bastante avergonzada por haber sido encontrado en esa situación lo cual le hizo reír aun mas pese a lo dicho por el menor.


-…tampoco preguntes ni te rías.


El peli índigo se encogió de hombros a la vez que trataba de controlar su risa lo cual si le demoro unos cuantos segundos pero para cuando lo logro camino de lo mas tranquilo dejando la bolsa de regalo en la mesita frente al sofá para luego sentarse en este, las cintas, adornos y lazos que le rodeaban el cuerpo del adorable castaño hacían preguntarse como era que podía haber terminado de ese modo pero en ese momento no tenia tiempo para preguntas sino que tenia que sacarle de ahí antes de que se cortase con alguna de las cintas que le apresaban, Mukuro, con un cuidado poco habitual en él, quito cada adorno con forma de sombrero y letra para luego proceder a quitar los lazos hechos ¿Cómo se había atado las piernas? Mejor aun ¿cómo se había atado las manos? preguntaria después aunque su imaginación se hacia un buen par de ideas.


Mukuro sonrió de manera socarrona al escuchar la risa involuntaria del menor cuando empezó a desatar las cintas de sus manos y brazos.


-Oya~ Oya~ Usagi-kun no te muevas o te enredaras aun mas~


La verdad era que le gustaría que se enredase aun mas, la expresión del menor era adorable.


-Mooo no te burles de mi.


El ligero puchero del castaño era aun mas adorable de lo habitual ¿seria el efecto de las mejillas ruborizadas? Tal vez.


Mukuro empezó a reír a la vez que escuchaba las risas del adorable Usagi-kun, esta vez no le dijo nada de dejar se reírse por lo que siguió haciéndolo a la vez que terminaba de desatar el resto de los nudos alrededor del cuerpo del menor aunque esos que se enroscaban por la cintura del menor podían ser fácilmente deshechos por este, el adorable Usagi-kun no le detuvo ni le dijo nada hasta que termino con todos los nudo pero antes de que tan siquiera pudiese decir algo para ver mas de esos sonrojos, el menor soltó un quejido lastimero que le hizo borrar cualquier rastro de burla del rostro.


Fueron segundos, meros segundos en los cuales la mirada del menor bajo hasta su abdomen mismo en el cual el peli índigo aun mantenía una mano solo para que luego la desviase.


Mukuro no se lo pensó dos veces antes de alzar la camisa del uniforme que el menor aun traía.


El ambiente alrededor se sentía de lo mas frio.


El peli índigo, nunca en sus cortos años de vida había sentido tanta ira contenida, tanto coraje y tanta impotencia ante lo que veía, su sangre hervía clamando la sangre del quien le había hecho eso al menor.


Mukuro sentía un odio inigualable por quien hubiese lastimado de ese modo a su Usagi-kun.


-¿Quien?...


El peli índigo miro al menor aunque este no le devolvía la mirada.


-…¿Quién fue el que te hizo esto?


Mukuro volvió a ver el abdomen del adorable castaño solo para volverse a encontrar con una enorme cantidad de cardenales que lucían de lo mas dolorosos, la clase de cardenales que se hacían luego de golpes demasiado intensos, todos y cada uno de los cardenales tenían forma de circulo o de tubo, todos eran tan parecidos a ese cardenal que había visto cuando le quito parte del disfraz al castaño ¿cómo pudo ser tan idiota? Algo pasaba con el menor y él no se había dado cuenta.


-Fue un descuido.


El adolecente dejo caer la camisa solo para coger el rostro del menor para que este le mirase a los ojos, no podía aceptarlo, quien hubiese lastimado al adorable Usagi-kun pagaría.


-Q-U-I-E-N.


La mirada heterocromatica choco con la acaramelada.


Pasaron minutos en los que ninguno de los dos chicos decía nada, mientras que Mukuro temblaba de ira, Tsuna no podía sentirse mas culpable por hacer que Mukuro tuviese esa mirada de disgusto y preocupación al mismo tiempo.


El menor cubrió las manos enguantadas que cubrían sus mejillas para después coger las mejillas del heterocromático.


-Mukuro, cálmate.


Las palabras tranquilas del castaño fueron en vano cuando algo pareció hacer clic en la mente del peli índigo.


-El domingo…


Mukuro no sabia que era peor el hecho de haber visto el abdomen del menor totalmente morado y verde o el saber que pudo haber hecho algo con ello, debió de haber acompañado al menor, obligarle a que le acompañase a su ida del domingo ya que lo que hubiese sucedido ese día tenia que ver en como de golpeado se encontraba el castaño en esos momentos.


-… figlio de putana, fue ese tal ¨Kyo-nii¨.


Tsuna frunció el ceño ante el insulto pero no desmintió la culpabilidad del prefecto aunque mas preocupado le tenia la forma casi incontrolable que el peli índigo tenia en esos momentos, en sus ojos ya podía ver la ira cruda que desprendía y los temblores que recorrían su cuerpo.


El castaño se mordió el labio inferior sin apartar las manos del rostro del peli índigo.


-Déjame expl..-


Mukuro negó cortando cualquier cosa que el menor fuese a decirle al quitar la manos de este de su rostro.


Tsuna sintió que su pecho se oprimía ante la acción del adolecente, se sintió herido.


-No…


A Mukuro no le gustaba la mirada herida que tenia el adorable Usagi-kun en esos momentos, es mas odiaba ese tipo de mirada en el menor además de que no podía, no quería, estar lejos del menor por lo que en un movimiento rápido coloco al menor en sus piernas a lo cual este se acomodo colocando una a cada lado del heterocromático para que luego este le abrasase.


-…te hizo daño.


Tsuna quería negarlo pero la evidencia en su abdomen le desmentiría en el acto.


-No es tan malo como se ve.


Y no lo era, solo que su piel era como la de su madre, al mínimo golpe se le empezaba a moretear, en ocasiones odiaba su genética.


El abrazo del peli índigo para con el castaño se intensifico pero a la vez mantenía ligero para no dañar el pequeño cuerpo.


-Ni tu tío ni tu primo te protegieron de lo que te paso.


El tono de Mukuro era acusador.


En esta ocasión el menor si se separo mirando directamente a los ojos heterocromáticos; no permitiría que nadie hablase mal de su adorado primo ni mucho menos de su ídolo, modelo a seguir y queridísimo tío.


-Mukuro, me escucharas y luego juzgaras, no antes…


El nombrado parecía querer replicar pero se abstuvo de hacerlo ya que al menos de ese modo obtendría algunas respuestas.


-…probé mis habilidades y pude derrotar limpiamente a Kyo-nii…


Tsuna recordó lo emocionado que estuvo el domingo, no solo estuvo presente su adorado tío y su primo sino también Alaude-nii-san y Fon, todos ellos fueron los que juzgaron la pelea y vieron la evolución que tuvieron tanto su Kyo-nii como él.


-…los golpes solo fueron un descuido mío…


El castaño aun recordaba a forma en a que se confió cuando disloco uno de los brazos del prefecto, nunca se imagino que este usase su brazo dislocado, había subestimado a su Kyo-nii… que idiota.


-…además que él quedo aun mas golpeado de lo que yo estoy.


Y era cierto, mientras que el castaño había terminado con golpeas en el abdomen y alguno que otro en las piernas, el prefecto había terminado con un brazo enyesado, para el fastidio de este, y con un lindo moretón en la mandíbula lo que de seguro traería el drama de Dino, ajeno a los pensamientos del castaño, Mukuro se alegraba enormemente de que el que había tocado a su Usagi-kun estuviese aun mas golpeado pero aun así al momento que lo viese le haría conocer los siete infiernos, y lo disfrutaría enormemente.


-Bien.


Tsuna se separo ligeramente del peli índigo solo para verlo a los ojos, quería una promesa y no se apartaría del peli índigo hasta conseguirla; puede que en esos momentos no lo aparentase pero estaba bastante preocupado de la posible reacción de Mukuro ya que su Kyo-nii tenia prohibidas las peleas hasta que pasase aunque sea una semana, lo cual de por si ya era un trabajo casi titánico y de no ser porque le hizo prometerlo tal vez en ese momento Alaude-nii-san ya lo hubiese atado a una cama de hospital.


-Prométeme que no le harás nada cuando le veas.


Mukuro torció el gesto con disgusto.


¿Por qué tanta preocupación por ese ¨Kyo-nii¨?


-Vendrá.


No era una pregunta, era una afirmación que cobro aun mas veracidad cuando el pequeño y adorable Usagi-kun asintió de manera solemne aunque también quería disipar esa preocupación mal camuflada en a mirada del mayor.


-No me voy morir por un par de moretones.


A Mukuro no le gusto el tono desinteresado con el que hablo el pequeño y adorable castaño.


¿Acaso su tío y su primo eran tan descuidados con el menor?


¿Dónde demonios estuvo rubio-kun?¿Porque no vio que el menor no saliese lastimado?


-Pudiste haberlo hecho si es que el golpe hubiese sido en otro lugar.


Tsuna podía entender la preocupación del peli índigo, después de todo este no le había visto pelear en ningún momento y aunque fuese un golpe para su orgullo no se veía peligroso en lo absoluto y aunque su apariencia lo beneficiase en muchas ocasiones, siempre quiso verse mas… de su edad y de su genero.


El castaño soltó un pequeño suspiro, uno que llego hasta el rostro del peli índigo.


El aliento del menor olía a canela molida, era exótico, picante y a la vez dulce.


¿Por qué nunca le molestaba su cercanía?


Dejo de pensar en cualquiera que fuese la respuesta a esa pregunta cuando sintió una suave caricia en su mejilla.


-Mukuro…


El mencionado no dejo de mirar de esa manera única en la que siempre le gustaba, quería mucho al peli índigo.


-…estoy bien.


Mukuro sabia que el significado de ¨bien¨ para el castaño y para él en ese momento eran completamente diferentes pero no podría negarle nada a ese pequeño y adorable chico, puede que le hubiese prometido no meterse con el tal Kyo-nii pero nunca dijo nada de tener una ¨amena charla¨ aunque también quería algo de parte del menor.


-Prométeme que la próxima vez que tengas una de estas ¨peleas¨, me llamaras.


Eso pareció divertir al menor quien le miro con los ojos brillantes.


-¿Quieres verlas?...


Mukuro asintió a la vez que no pudo evitar que una sonrisa de lado apareciese en su rostro al ver la emoción en los ojos caramelos del menor.


-…me veras patear el traseros.


El plural no paso desapercibido para el peli índigo; el pequeño y adorable Usagi-kun se veía como la clase de chico frágil que necesitabas proteger hasta del viento pero desde esa vez en la que se conocieron sabia que era mejor no juzgarle por su apariencia además de que seria divertido ver lo que podría pasar en esas peleas y si es que algo no le gustaba fácilmente podría intervenir.


Mukuro no pudo evitar reír ante sus pensamientos.


Seria tan divertido~


-Kufufufu será interesante, Usagi-kun~


El pequeño y adorable castaño sonrió al escuchar esa curiosa risa que hasta ahora le había encantado.


Mukuro volvió a ver nuevamente ese brillo en la mirada del castaño, ese brillo único que tenia el menor, ese brillo que le invitaba a crear el desastre…


-¿No me crees?~


…ese brillo que le invitaba a caer… le encantaría caer si es que era con el menor.


El peli índigo volvió a coger ambas mejillas del pequeño y adorable Usagi-kun antes pasear su nariz por parte de la mejilla que no estaba cubierta con sus manos hasta llegar a la pequeña nariz del castaño solo para que al final juntase sus frentes, el gesto era intimo; tener esta clase de contacto entre ellos se sintió de lo mas correcto, se sentía bien, mas aun cuando podía ver ese ligero rubor en las mejillas del menor además de ese ligero oscurecimiento en los ojos caramelo.


-Oya~ Oya~ nunca dije que no lo hiciese.


El aliento del peli índigo llego hasta las cara del menor haciéndole ligeras cosquilla por lo mismo que dejo salir algunas risillas, le gustaba el aliento de Mukuro, olía como el chocolate pero también tenia ese toque a menta fresca, de manera inconsciente se acerco.


¨…te quiero..¨


A ambos chicos les vino ese mensaje que habían enviado el uno al otro hace unos dias, uno del cual no habían habado pero aun así sabían que era algo… la cuestión era ¿qué era? lo dejarían ser por el momento.


Ni Mukuro ni Tsuna entendían que era lo que pasaba por sus mente, no entendían el porque sus sangre parecía correr mas rápido, el porque sus corazones no podían dejar de golpear tan fuerte en sus pechos o el porque de que sus respiraciones se estuviesen acelerando, no entendían nada de ello pero lo que si podían entender era que lo que fuesen a hacer desde ese momento seria lo mas correcto y preciso que hiciesen como también algo que les cambiaria; desde a primera vez que estrecharon sus manos, desde la primera vez que soltaron algún comentario en base al otro se habían sentido tan bien como en ese momento, sus salidas, sus mensajes, todo les hacia sentir un cosquilleo pero esta cercanía que tenían era diferente, esa complicidad que siempre tenían, esa complicidad con la cual podían leerse el uno al otro era de lo mas natural en ellos, era una clase de complicidad por la cual ambos podían decirse cosas como en ese momento lo hacían sus miradas.


Tanto Tsuna como Mukuro se fuero acercando en uno al otro, el menor enredo los brazos alrededor del cuello del peli índigo quien afianzo por unos segundos las mejillas del castaño antes de que sus manos viajaran por el cuello del mismo para luego pasar por el pecho hasta llegar a las caderas de este causando algunos estremecimientos que hicieron que la sonrisa de ambos chicos se intensificara, Mukuro sujeto de manera firme las estrechas caderas del adorable y bastante apetecible Usagi-kun sin que en ningún momento sus ojos dejasen los del menor. Ambos chicos se relamieron los labios a la vez que fueron acercándose de manera lenta mientras inclinaban ligeramente sus cabezas a los lados opuestos, sus respiraciones se mezclaban y sus cuerpos emitían pequeños estremecimientos de anticipación.


Los latidos de ambos chicos eran aceleradas tanto que ambos juraban que el otro podia escucharlos.


Tsuna entrecerró los ojos cuando vio Mukuro hacerlo, podía sentir la calidez que el otro desprendía y le gustaba.


Meros y escasos milímetros separaban a ambos chicos.


-¿Tsuna, donde pon..?-


A Skull casi se le caen las bolsas que traía si es que no fuese porque se había quedado de piedra al ver la escena que tenia delante de si.

Notas finales:

Gracias por leer!

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