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¿Es malo ser diferente? por Ana-san

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Notas del capitulo:

emmmm.... no tengo nada que decir ... >U<

COMENCEMOS!!

Prov. Vegeta


-A veces deseo nunca habérselo dicho.... pero fue una promesa que le hice a mi madre..., y yo siempre cumplo mi palabra, aunque esto me haya traído desgracias, pude cumplirla…solo para que ella descansara en paz…-


** 5 años atrás**


Nos encontrábamos en el hospital, mi padre, mi hermano y yo, estábamos en la sala de espera, el ambiente de ese lugar era tenso y silencioso, muchas personas estaban ahí esperando. Mi padre estaba de brazos cruzados caminando de un lado a otro nerviosamente, mientras que mi hermano y yo estábamos entados en aquellas bancas de la sala, viendo como nuestro padre no paraba de moverse.


-Cálmate Papá, todo estará bien... –intentaba tranquilizar a mi padre, su actitud nerviosa hacia que el ambiente se pusiera rígido y me ponía a mi algo nervioso.


-Ahh…- suspiro pesadamente- Lo siento, pero estoy muy preocupado por tu madre- intentaba calmarse.


-Hermano…-Tarble se aferró a mi brazo, voltee a verlo y note que tenía pequeñas lágrimas en sus ojos - ¿Crees que mamá se recupere?- esa pregunta me dejo sin palabras, no sabía mucho del estado de mi mamá, pero no podía darle una respuesta positiva o negativa.


-Eso espero…-le sonreí tratando de contagiarle alegría y esperanzas, acerque mi mano a su rostro para limpiarle las lágrimas que retenía.


En ese instante las puertas de la sala de espera se abren, todos los presentes en esa sala lo miramos a la persona que había entrado, un médico, llevaba un portapapeles en la mano, parecía que buscaba a alguien.


-La familia de Vegita Saiyan – el medico buscaba con la vista, hasta que mi padre se le acerco - ¿Señor Saiyan?-


-Si… ¿Cómo se encuentra mi esposa? – podía notarse la preocupación en su voz.


-Bueno, Señor Saiyan…- se quitó los lentes colgándolos en el escote de la bata- su esposa… está en estado crítico…-la última frase lo dijo en casi un susurro, pero yo pude alcanzar a oír y eso me devasto, mire a Tarble de reojo que aun seguía aferrado a mi brazo mirando como mi padre y el médico hablaban, podía notar la curiosidad en su rostro por saber el estado de nuestra madre, volví mi vista a mi padre y al médico.


-E-entonces… eso significa que…- note como mi padre bajo la cabeza en un intento de retener esas lagrimas que amenazaban con salir.


- Lo lamento, hicimos lo que pudimos Señor Saiyan- el medico puso su mano en el hombro de mi padre- aún no sabemos la causa de la enfermedad- su voz demostraba pena y decepción de sí mismo – antes que nada, ella me pidió ver a su hijo Vegeta-


Mi padre asintió levemente con la cabeza antes de voltear a mirarme – Vegeta, ven un momento – su casi se ponía ronca.


-Si… - asentí con la cabeza – ya vuelvo Tarble –mi hermano solo movió la cabeza en señal de aprobación y salto mi brazo.


Camine hasta donde estaba mi padre y aquel médico, al estar frente a ellos, mi padre se puso a un lado mío y el medico se arrodillo a mi altura.


-Tú debes ser Vegeta ¿no es así?-yo solo asentí, el médico me sonrió y se incorporó- tu madre quiere verte- levanto su mano en señal de que lo siguiera- ven sígueme- yo solo mire de reojo a mi padre y este asintió ligeramente con la cabeza, mire al médico y lo seguí.


Antes de cruzar aquellas puertas de la sala de espera, voltee a ver a mi hermano que me miraba fijamente al igual que mi padre, sus rostros expresaban preocupación y pena los observe unos momentos antes de que las puertas se cerrasen; camine con el medico hasta llegar a la puerta de una habitación, el medico giro la perilla de la puerta para abrirla dándome pase para entrar en la habitación; yo me quedé asombrado al ver a mi madre en una camilla con una mascarilla de respiración, con zondas y varias máquinas conectadas a ella que al parecer estaba dormida.


-Los dejare solos- se retiró de la habitación mientras cerraba la puerta detrás de él, camine unos pasos a la camilla donde se encontraba mi madre y en ese preciso momento abrió los ojos lentamente.


- ¿Vegeta? , Hola mi pequeño –me saludo con una cálida sonrisa que se podía ver detrás de la mascarilla de respiración- ven aquí- me hablo con dulzura mientras estiraba una de sus manos hacia mí.


-¿Cómo te encuentras mami? – pregunte mientras tomaba su mano y me sentaba en la silla que estaba al costado de la camilla.


Mi madre solo sonrió – No muy bien, hijo – respondió con calma, cerrando sus ojos.


-Mamá…- comencé a derramar lágrimas, mi madre al oír que mi voz se quebraba abrió los ojos y puso su mano en mi rostro, secando mis lágrimas- no *snif* no quiero que *snif* te vallas, no en este momento que te necesito- aferre su mano a mi rostro.


-Aun no le has dicho ¿verdad? – Yo solo negué con la cabeza, sabia a lo que se refería mi madre- Vegeta…no puedes ocultarlo para siempre, tarde o temprano ellos se enteraran- escúchame- acaricio me mejía- yo nunca me iré de tu lado… siempre estaré aquí- bajo su mano hasta mi pecho – eso nunca lo olvides…-


-*snif* Ma- *snif* Mamá – me abalance cuidadosamente a mi madre y la abrace cerrando fuertemente los ojos, intentando no llorar, pero no pude hacerlo y rompí en llanto-Yo *snif* nunca… lo ol-olvidare mamá *snif*-


- Ese es mi niño – correspondió mi abrazo delicadamente, en la habitación solo se escuchaba mi llanto y el sonido de la maquina cardiaca.


Bip. Bip…bip…bip……biiiiiiiii……


Abrí mis ojos de golpe, mire la maquina en la que antes habían líneas en zic zac y ahora estaba un línea totalmente recta, mire a mi madre que parecía que dormía plácidamente, ahora estaba en un “sueño eterno”.


-¡MAMAAAAAAA…!- mi grito retumbo en la habitación, podía verla ahí, a mi madre, a la mujer que me dio la vida y la salud, entrar en ese “sueño eterno”…


****


Pasados los 5 días, después la muerte y funeral de mi madre, en mi casa todo era silencio y frialdad, pero aún le debía algo a mi madre, aquella promesa que le hice… pensaba cumplirla.


En la tarde del día viernes a las 5:15 p.m., encontré a mi padre bebiendo en la sala viendo la tele en un punto fijo, pareciese que prestaba atención a la pantalla, baje las escaleras sigilosamente, una vez abajo prendí la luz de la sala, provocando que mi padre voltease a verme.


-¿Qué es lo que quieres? – me pregunto algo ebrio.


-Necesito hablar contigo – le dije aun nervioso y asustado por la reacción que podría tener, estando en esas condiciones.


- ¿De qué se trata?- se recostó en el respaldar del sofá, mientras cerraba los ojos; yo me acerque y me senté al lado suyo, mirando hacia el suelo.


- Padre… tengo que confesarte algo- mi padre volteo a verme algo confundido- yo soy… s-soy…gay…- cerré mis ojos ante la última parte; mire a mi padre de reojo, él estaba atónito, su ceño fruncido y su boca semi abierta.


-¡BASTA! ¡NO ESTOY DE HUMOR PARA BROMAS!- se levantó del sofá bruscamente decidido a irse de ahí.


-¡no es una broma!- me levante de igual manera alzando la voz y frunciendo el ceño.


-¡CALLATE!- se tapó los oídos, cerrando los ojos con fuerza.


-¡Padre, por favor, eschu…-en ese instante recibí una bofetada por parte de mi padre, me quede con los ojos abiertos tomando con mi mano la zona golpeada, él nunca se había atrevido a ponerme la mano a mi o a mi hermano, esta sería la primera vez, voltee a verlo, en su cara podía verse decepción y coraje.


-Padre…- lo mire con mucho miedo, retrocediendo por instinto


-¡ERES UN MALDITO HOMOSEXUAL! ¡UN FENÓMENO!- esas palabras fueron como apuñaladas, mi padre, mi progenitor, insultándome- ¡LARGATE DE AQUÍ! ¡VETE!- se acercó a mí y me tomo de los cabellos arrastrándome hasta la puerta de la casa.


-¡PAPÁ, PORFAVOR PARA! –intentaba sacar sus manos de mi cabello, pero no lo conseguí él era demasiado fuerte, abrió la puerta con la mano que tenía libre y me lanzo a la calle.


¡ERES UNA MALDITA ESCORIA! ¡SEGURAMENTE PENSABAS EN COSAS SUCIAS CON NOSOTROS!- la gente que pasaba por ahí se quedaron viéndonos, los vecinos cerraban sus cortinas y puertas- ¡NO MERECES SER LLAMDO HOMBRE!


-¡Padre! ¡Por favor, déjame explicarte!- me levante de la acera y camine hacia el, en ese mismo instante Tarble apareció detrás de mi padre.


-¡HERMANO! ¡PAPÁ YA BASTA, DEJALO PASAR! – mi pequeño hermano intentaba convencer a mi padre, jalándole de la polera, pro él lo empujó hacia adentro cerrando la puerta bruscamente- ¡HERMANO!


-¡TARBLE!-corrí hacia la puerta, la golpee varias veces en un intento de poder abrirla, la gente se quedaba viendo, algunos empezaban a murmurar cosas, otros se burlaban, y muy pocos se compadecían; ya habían pasado las horas eran las 12:30 a.m., yo estaba sentado en la acera frente a la puerta de mi casa, con frio y hambre, de repente siento que la puerta se abre, me volteo lentamente y me asombro con lo que veo, mi hermanito Tarble ahí.


-rápido pasa…-susurraba, haciéndome un seña para que entrara a la casa.


Yo rápidamente entre, Tarble cerró la puerta lo más sigiloso que pudo, no pude contenerme más y lo abrace a mi hermano, quien gustoso correspondió el abrazo.


-gracias…-susurre aun sin dejar de abrazarlo, enterré mi cabeza en su cuello, intentando retener las lágrimas.


-ya tranquilo…- me dio palmaditas en mi espalda – ven… siéntate, te prepare chocolate caliente- me jalo de la mano para que me sentara en el sofá- ahora te lo traigo-


-gracias hermanito- le agradecí limpiándome las lágrimas y sonriéndole, me devolvió la sonrisa antes de retirarse.


Cuando volvió trajo una taza de chocolate caliente, tome la taza e inhale aquel delicioso aroma que desprendía, probé un sorbo y estaba delicioso.


-Está muy bueno- le dije con sinceridad, volviendo a sorber aquel líquido caliente.


-Es el que nos preparaba mamá-dijo algo melancólico.


-Tienes la habilidad culinaria como ella- alague a mi pequeño hermano, quien dibujo una sonrisa.


-Gracias…emmm… ¿Hermano?


-¿Qué pasa?- pregunte dejando la taza vacía en la mesita de la sala


-¿Por qué padre se puso de esa forma contigo?- me quede callado a tal pregunta, no sabía cómo reaccionaría el, si me rechazaría, me insultaría, pero era muy poco probable, Tarble era un niño bueno y generoso jamás discriminaba a nadie.


-Ahhh…-suspire pesadamente- le confesé a nuestro padre de que era homosexual-voltee mi cabeza a otro lado para no ver el rostro de mi hermano, esperando su respuesta.


-¿Y? – Me voltee a mirarlo con sorpresa-¿solo por eso hizo tremendo berrinche?-no podía creerlo, mi hermano era la segunda persona que había respondido de igual manera que mi madre lo hizo cuando le confesé mi orientación-


-¿No te molesta? ¿No te doy asco?


-¿Porque tendría que tenerlo? Eres mi hermano y yo te acepto tal para cual – me sonrió para después abrazarme.


- Gracias… Tarble…- correspondí el abrazo, me sentía el hermano más afortunado del mundo en ese momento.


- hey, yo nunca me iré de tu lado- esas palabras, fueron las mismas que dijo mi madre antes de irse, no pude contenerme más y empecé a llorar – mañana hablaremos con nuestro padre, por lo menos a que te quedes dentro de la casa- me sonrió tiernamente.


Tal vez, gane la decepción de mi padre, pero gane el apoyo de mi hermano…lastimosamente este fue solo el inicio de mi historia…


CONTINUARA…

Notas finales:

espero les haya gustado, en el siguiente capitulo empezara la vida cotidiana de vegeta

estoy pensando en actualizar dejando 4 dias mmmm.....creo... XD

bueno, dudas, comentarios, consejos, sugerencias, criticas , son bien recibidas en los reviews. nos leemos luego


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