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Lech A Harai [HunHan] [ONESHOT] por Babbette

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Notas del fanfic:

Bueno, es mi primer fanfic, asique no esperen mucho, mas bien no esperen nada xD.

Es lo primero para probar, mas adelante subira novelas que espero y me salgan mas lindo que esto (?

Le quiero dar creditos a la escritora de Luhángel, porque le robé la palabra ademas fue como una inspiracion al fanfic, aunque nada que ver :) 

Se lo recomiendo:(para las que no tienen problemas en leer sobre la iglesia y todas esas cositas sucias que pasan .///.)

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=149550

(si quieren recomendar fanfic (HUNHAN) yo soy oídos)

 

Notas del capitulo:

Hola~

Sus parpados se cerraron y dejando cubierto sus brillantes ojos se dio cuenta de su pelo negro hacia juego con la noche, su mejor maquillaje era la luz de la luna que bañaba delicadamente su rostro, los mechones de su flequillo caían cuidadosamente sobre su frente. Se dejó llevar y tocó con las puntas de sus dedos las mejillas levemente sonrojadas del contrario, con miedo a que se rompiera en frente de sí. Su piel bajo sus manos era fría, pero no hacia frio.  Sonrió, rodeó sus manos con las suyas y pausadamente abrió sus ojos negros. Un color sin vida que se veía tan vivo en él. En alguna parte de su alma se quemaba algo, en su mirada se veía una clase de llama, pero mientras más se acercaba más frío sentía.

Se despertó sobre saltado. Desde que se había encontrado con aquel chico en la calle no paraba de soñar con él.

“Mientras volvía del parque, envuelto desde la punta de los dedos hasta el último pelo, abrazando algunos libros y con los anteojos resbalándose de una chorreante nariz, sintió que una persona la seguía. Se acomodó los molestos anteojos y miró por encima de su hombro. Definitivamente la seguían. El hombre, chico o lo que fuese iba todo de negro. Comenzó a  caminar más rápido, le dio varias vueltas a una de las cuadras de la casa hasta que se cansó y pensó en enfrentarlo, después de todo había muchas personas, no iba sobre pasarse ¿no?

— ¡Ey! —se dio vuelta gritándole, pero casi se choca con el pecho del morocho ¿cuándo el chico se había acercado tanto? Él lo pasó de largo como si nada se hubiera atravesado en su camino.—¡Oye!—LuHan lo seguía, olvidando la única razón por la que había girado. — ¡Escúchame! —empezó con otro de sus berrinches. Sabía que lo escuchaba podía ver como de vez en cuando levantaba la comisura de sus labios formando una sonrisa demasiado malévola para el gusto de LuHan.

LuHan se calló al ver que iban para el mismo lado, tal vez todo había sido imaginación de él,, y el chico no lo seguía. Además él iba delante  ahora. Se sonrojó. ¡Qué estúpido! ¡Qué vergüenza! ¡Qué…! Pero toda queja hacia él mismo se esfumo cuando vio  que el joven se paró en medio de la vereda mirando una casa, la casa de LuHan. Dejó de caminar. Él dio vuelta su cabeza hasta clavar su mirada en la de él. LuHan sintió un horrible escalofrío subiéndole por la espalda, y su garganta quedó seca cuando éste le sonrió de una manera demoniaca. El chico le dio la espalda y siguió caminando. Fue en ese instante cuando LuHan soltó todo el aire que no sabía que estaba conteniendo. Cuando llego a su casa cerró todo con llave y se fue a dormir, no importaba que hora fuese, tuvo suficiente por ese día.

Pero al parecer el “caballero” de negro no pensaba igual.”

Se dio vuelta buscando de nuevo la comodidad de su cama, cuando unos pantalones de cuero negro taparon su visión. Subió su mirada hasta que se topó con los ojos negros.

— ¡Ah! —Se desgarró la garganta, se sentó y se cubrió la cara con ambas manos ¡Vete!¡Lárgate!¡Por favor —su voz se quebró y comenzó a llorar de la desesperación— vete!

Cuando sintió la puerta cerrarse, se destapó los ojos. Dejó que las últimas lágrimas murieran en sus labios. Respiro profundo y tomó su celular, tuvo suficiente de esto.

Mientras marcaba a la policía, comenzó a sentir olor a quemado. Abrió la puerta de su dormitorio con miedo. Apenas se asomó pero todo estaba negro, la luz de la luna bañaba los pasillos dándole un aspecto tenebroso.  Miraba para ambos lados cuando la luz naranja que se veía por debajo de una de las puertas le llamó la atención. La abrió:

— ¡Ah! —el fuego la empujó hacia atrás cayendo de espalda. Sintió su cara arder por un momento. Levantó su vista. El cuarto de su hermanito se estaba incendiando: su cuna, la silla mecedora de su madre, los cuadros, los juguetes, todo. Se estaba quemando todo.

— Lech A Harai —su voz hizo que todos los pelos de Giovanna se pararan. Era gruesa y ronca, parecía que hace mucho tiempo no hablaba. Lo miró, estaba en el medio de la habitación.

— ¿Qué? No te entiendo… —A diferencia del otro, la voz de LuHan era frágil y llena de miedo. — ¡No puedo entenderte!

Comenzó a avanzar hacia él. LuHan entre tropezones se paró.

—     Lech A Ha---

— ¡Cállate! ¡No te me acerques! —pero hizo oídos sordos y mientras el fuego se expandía por el resto de la casa él se acercó a LuHan. — ¡Alejate! —Cerró sus ojos, apretándolos.

—Abre los ojos —LuHan los abrió y se topó con los ojos de él. Estaban lo suficiente mente cerca para sentir sus respiraciones pero no se tocaban.

Sus parpados se cerraron y dejando cubierto sus brillantes ojos se dio cuenta de su pelo negro hacia juego con la noche, su mejor maquillaje era la luz de la luna que bañaba delicadamente su rostro, los mechones de su flequillo caían cuidadosamente sobre su frente. Se dejó llevar y tocó con las puntas de sus dedos las mejillas levemente sonrojadas del contrario, con miedo a que se rompiera en frente de sí. Su piel bajo sus manos era fría, pero no hacia frio.  Sonrió, rodeó sus manos con las suyas y pausadamente abrió sus ojos negros. Un color sin vida que se veía tan vivo en él. En alguna parte de su alma se quemaba algo, en su mirada se veía una clase de llama, pero mientras más se acercaba más frío sentía.

—     Lech a Harai

—     No entie---

—     Sigueme.

***

—Hoy a la madrugada se ha reportado otro incendio en la casa abandonada donde anteriormente vivieron los Xie. La razón del mismo es desconocida pero según los vecinos se escucharon algunos ruidos provenientes de la casa. Para refrescar la memoria, la familia Xie,  los padres y los dos hijos murieron quemados cuando se cayó la estufa del cuarto del  bebe hace cuatro  años atrás. Es La cuarta vez en este tiempo que ocurre este incendio.  Los mantendremos informados. Volvemos al estudio.

Notas finales:

Adios~


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