Goku apoyaba la frente en el volante del tractor, su expresión se notaba abatida y en ocasiones levantaba la cabeza para volverla a dejar caer en el mismo lugar. Rememorando, unos meses atrás había vivido lo que sería para él , la experiencia mas increíble e inimaginable.
La tierra había estado en paz y tranquila durante un largo tiempo, y aunque fuera algo realmente bueno, para el inquieto sayajin era más una tortura. No tenia con quien comparar su habilidades en incremento, porque aunque estuvieran en paz, jamás dejo de entrenar. Su esposa no lo dejaba marchar, por lo que solía entrenar solo luego de terminar con las labores en el campo, a veces alguno de sus hijos entrenaba con él, pero estaban más ocupados con sus estudios o en el caso de gohan con su familia como para seguirle el ritmo a su padre. Pero inesperadamente, alrededor de un año atrás Vegeta apareció en el campo, con su expresión dura y seria de siempre y los brazos cruzados sobre su pecho. No avanzaba en su entrenamiento, y no quería por nada seguir permitiendo que un sayajin de clase baja lo superara cada vez, podía sentir su ki cuando lo aumentaba, lo estaba vigilando. Ja! y que se creía? que podía seguir así?. Para Goku la rabieta fue casi una bendición, porque tendría con quien entrenar enserio.
Entre muchas idas y vueltas, roces inocentes y finalmente la explosión de su atracción, pasaron mil cosas que no vienen a cuento ahora. Era increíble recordarlas pero el eso no lo ayudaba a sentirse mejor en el momento. Vegeta estaba enfadado con él, enfadadísimo si se quiere, y no sabía como haría para que volvieran a estar bien, no era muy bueno siendo considerado o atento y eso estaba claro, así que estar pensando seriamente en que hacer era un detalle de su parte.
Un par mas de golpes sobre el volante ocurrieron antes de que sintiera un ki acercarse, un ki conocido por supuesto, pero por qué? el día anterior el príncipe, herido en su orgullo, se había ido hecho una furia, su mejilla todavía dolía por el golpazo que le había metido mientras estaba desprevenido. Levanto la vista, esperando verlo llegar en cualquier momento, pero el ki simplemente desapareció un poco antes de que pudiera verlo. Se bajo de un salto del tractor y comenzó a caminar hacia un grupo de arboles un poco mas allá, en el límite del campo que "araba" todos los días. El creía que Vegeta se estaba escondiendo, pero fue más que obvio, cuando lo vio sentado sobre una piedra bastante grande con los brazos cruzados y una pierna sobre otra, que no se escondía para nada, más bien parecía que estaba meditando. El príncipe levanto la vista, y una dura mirada puso a Goku aun más nervioso, quien se tenso y una sonrisa nerviosa asomo en sus labios, parecía que quería escapar y vegeta , sin mover más que uno de sus dedos, hizo un gesto para que se acercara.
-Cuanto más tengo que esperar para escucharlo Kakaroto?- su voz manifestaba todo el enfado que se le veía en general. Pero aunque debería estar más nervioso que otra cosa, Goku se encontraba admirando lo guapo que era Vegeta, y lo varonil que se veía.
-aaah... lo siento?- dijo como suponiendo que era lo que el otro sayajin quería escuchar, con una mano detrás de la cabeza desordenándose el cabello. Vegeta por su parte solo torció los ojos, si seguían de esa manera estarían enojados por varios días como ya había pasado antes, sabía que Goku simplemente era idiota y no terminaba de entender por qué Vegeta se enfadada.
-ah... que importa- dijo simplemente, con un suspiro cansado y se bajo de la roca de un salto, se acerco a Goku y golpeo con un dedo en su pecho -voy hacerte llorar hoy, entendiste? vamos a entrenar- mascullo un par de maldiciones en voz baja hacia el menor y se adelanto, seguido por un Goku que reía como tonto frente a la expectativa de un día y una noche increíbles.