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Inquebrantable por lu30

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¿Pero qué había sucedido?


Minho se quedó mirando la puerta durante un par de segundos, sin salir completamente del estupor que aquella situación venida de la nada había causado en él. ¿cómo las cosas se salieron de su rumbo? Sabía que a Taemin se le hacía complicado explorar su lado emocional y más aún compartirlo. Pero nunca pensó que dentro guardaría tantos miedos que, a su parecer, eran injustificados.


Era verdad que en las últimas semanas se había dedicado al trabajo. Pero su propósito fue adelantar todo el papeleo posible para pedir sus vacaciones adelantadas e irse de viaje con Taemin. Quería que fuera una sorpresa, para liberar toda esa tensión que había visto crecer en los hombros de Tae, pero después de lo sucedido sabía que fue un error, pues su esposo lo había malinterpretado.


Y lo de Neil, sí lo cogió por sorpresa. Ella era su secretaria desde hacía casi dos años. Y no fue hasta entonces que los celos salieron a flote. Ella era talentosa y Minho apreciaba eso, pero nunca la había visto con otros ojos que no fueran los de colegas. El lugar que Taemin ocupaba en su corazón era irremplazable. Taemin era un tesoro, era tan lindo, tan caritativo, tan puro,  y al mismo tiempo lleno de una pasión que se transformaba en talento y amor. Cada vez que le tocaba ser creativo Taemin le sorprendía. Había sucedido tantas veces, desde la primera vez que le oyó tocar el piano, su primera cita, el primer almuerzo que le preparó, la primera vez que hicieron e amor. Cada vez le había sorprendido por su ingenio, por su entusiasmo y por su originalidad.


Le había enamorado eso. Que Taemin era único e irrepetible. Con defectos y virtudes.


¡Dios mío! Cómo debió lastimarlo al pedirle que copiara la receta de Neil, al sugerirle que se limitara a imitar a otra persona. Al pensar en las palabras que le había dicho, palabras poco prudentes, la consciencia se le hacía añicos.


Reconocía en ese momento que Taemin tenía razón en muchas cosas, que él no supo darle su espacio, y que cobardemente le había echado la culpa, justificándose a sí mismo con las supuestas inseguridades y defectos de Taemin.


Debía ir a buscarle. No debió quedarse tanto tiempo mirando la puerta esperando que Taemin regresara arrepentido a abrazarle y mimarle con su cariño. Era hora que él fuera a buscarlo y que tratara de arreglar las cosas. Pero, ¿en dónde le buscaría? ¿Habría divagado o por el contrario habría optado por recibir el consuelo de sus amigos?


No. A Taemin no le gustaba que le vieran vulnerable, que se preocuparan por él. Probablemente estaba dando vueltas por las mismas avenidas cercanas a su casa, o en el parque de la siguiente urbanización.


Corrió para tomar su chaqueta y su billetera. Se colocó los zapatos con apremio y al abrir la puerta de un solo tirón, chocó de bruces contra un cuerpo suave. Pensó que era Taemin y estuvo a punto de tomarle en brazos hasta que se dio cuenta que era Neil.  


.-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-.


-          Luna, es hora del biberón de la bebé –Jinki se sentó en el sillón de la sala, tomando a Songmi entre sus brazos -¿se lo puedes preparar?


-          Mira appa –la niña llamó su atención señalando un grupo de vaquitas protagonistas del cuento que su papá le leía –muuu.


-          Si bebé, las vacas dicen muuu porque siempre están muuuy contentas –Songmi sonrió complacida, volviendo a ojear el libro.


-          Amor, te cuento que Songmi ya dejó el biberón, ahora usa su vasito de entrenamiento –le corrigió mientras le acercaba una taza rosada con una tapilla agujereada.


-          Humm –miró sonriente con la niña tomaba la taza y tomaba con ansias su leche –no veo la diferencia, sólo es un biberón disfrazado.


-          Es diferente, Jinki. El médico dijo que es necesario para la transición a tomar directamente de la taza.


-          Bueno, si tú lo dices –y con una dulce mirada tomó a su esposa para sentarla junto a él –y ya que siempre tienes razón confiaré en ti, mi Luna.


-          Omma está muuuuuuy feliz –finalizó Songmi haciendo reír a sus papás.


Lee Jinki era amigo de Taemin. Se habían conocido en la sinfónica de la universidad y desde entonces fueron inseparables. En ese momento Jinki trabajaba en una universidad reconocida como profesor de economía.


Aunque tenía que reconocer que ya no podía socializar tanto como le gustaría. Aún mantenía constante contacto telefónico con sus amigos, y en especial con Taemin, pero ser esposo y padre era un trabajo de 24 horas.


El timbre de la casa sonó y Songmi salió disparada del regazo de su papá para abrir la puerta, pero Onew salió detrás de ella para ayudarle. Al abrir vio a Taemin justo en el umbral. Los hombros caídos y las manos en los bolsillos de su abrigo. Los ojos rojos y la sonrisa extinguida.


-          ¡TÍo Teminnie! – la niña se lanzó hacia su tío, quien la recibió con cariño pero taciturno.


-          Hola Mimi –se acuclilló a su altura y le acarició una de sus trenzas –cada vez estás más bonita, ¿quién te hizo estas trenzas tan preciosas?


-          Mi mamá.


-          Pues tu mamá es muy buena.


Al notar el tono decaído del menor, Jinki animó a Songmi a avisarle a Luna que su tío había llegado, mientras miraba directamente a Taemin.


-          Tae, ¿estás bien? –pro como contestación, el menor se encogió ligeramente los hombros.


-          ¿Puedo pasar? –Onew se hizo a un lado para darle el paso, mirando con atención como el menor se quitaba los zapatos con pesar.


-          Oh no, Taemin –Luna se acercó con paso rápido hacia la altura de los dos hombres -¿qué sucedió? –y antes de recibir una respuesta le abrazó, tomándole por sorpresa. Pero la impresión duró poco. Lentamente escondió el rostro en el pecho de su amiga y se puso a llorar.


Les contó todo lo que había sucedido. Se sinceró porque se sentía culpable y arrepentido. Sabía que las cosas se le habían escapado de las manos y había dicho cosas de las que en ese momento se arrepentía. Ya habiéndose desahogado, empezaba a preocuparse por cómo estaría Minho. ¿Estaría buscándolo? ¿Estaría triste, avergonzado como se encontraba él? Por la prisa no había sacado su teléfono, pero tampoco se atrevía a pedir uno prestado.


Ya le extrañaba. Extrañaba esa forma tan suya de abrazarle con posesividad y que siempre le había hecho sentir seguro. No le gustaba esa sensación de incertidumbre, de pesadez que le inundaba el corazón.   


-          Taemin, es mejor que regreses –Jinki le acarició la espalda –tienen que conversar sobre esto y arreglarlo.


-          Tiene razón –le apoyó Luna –las cosas ya se han calmado. Pero tienes que aprender que no se pueden guardar los sentimientos e ignorarlos, porque llegará el momento en que explotarás –retiró las tazas que habían usado, y con se sentó al lado del menor –Tae, nadie es perfecto, todos tenemos defectos y todo matrimonio atraviesa problemas. El punto es darse cuenta y mejorar. Los dos se tienen que ayudar a crecer como personas.


-          Lo sé –el consuelo de sus amigos le había hecho recapacitar y le había dado la motivación para regresar -¿ustedes creen que me perdone?


-          Perdónate tú mismo –le palmeó la espalda y le animó a ponerse de pie –y luego perdónale a él.


-          Gracias –les miró con una suave sonrisa, mucho más sosegado –me han ayudado más de lo que merezco.


-          No te preocupes, Tae –caminaron hacia el umbral y le despidieron mientras se ponía los zapatos –ven más seguido, nos gustan tus visitas.


Con más decisión de la que había sentido en mucho tiempo, corrió hacia el ascensor, dispuesto a arreglar su matrimonio.


.-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-.


-          Neil, ¿qué… qué haces aquí?


-          Buenas noches, Minho –hizo una leve reverencia –vengo a dejarte la planeación de la próxima semana. Te fuiste tan rápido que no la viste.


-          Ah, gr… gracias –aún confuso recogió la carpeta que le entregaba.


-          Minho, ¿te encuentras bien? –avanzó un poco y le puso una mano sobre la frente –estás un poco pálido.


-          Sí, estoy bien –se alejó de la mano de Neil, y retrocedió un par de pasos, sobrepasado por todas las cosas que estaban sucediendo –es que… Taemin y yo…


-          Oh, ¿está Taemin en casa? –asomó la cabeza a través del pasillo.


-          No… él acaba de irse –el menor le había dejado, dejándole en el peor suspenso que hubiera sentido –discutimos y… -con asombró, los ojos se le llenaron de lágrimas, y avergonzado se tapó con una de sus manos –discúlpame Neil, es sólo que no es un buen momento –se dio la vuelta y tapando su rostro se sentó.


Neil, con paso vacilante entró en la casa.


-          Te prepararé un té –le apartó las manos y le miró –pareces un poco alterado.


-          No te molestes, Neil –sutilmente se alejó de su gesto –no tienes por qué hacerlo.


-          Déjame –le sonrió y fue a la cocina –soy tu secretaria, ¿recuerdas?



-          No sé por qué pasaron así las cosas –se desordenó el ya alborotado cabello –reconozco que no he sido el mejor esposo y que le he dedicado poco tiempo, pero todo ha sido por él.


-          No creo que hicieras algo mal –le tomó el hombro y le dio un ligero apretón –tal vez Taemin debió reconocer tu esfuerzo antes que criticarte.


-          Pero me sorprende que haya su inseguridad sea tan fuerte –se miró las manos impotente –le he dicho tantas veces que le amo, que no le cambiaría por nadie –miró a Neil, quien  le miró impactada –no sé porque se sintió celoso de ti.


-          ¿De… de mí?


-          Lo siento, Neil. No quería que te vieras involucrada en esto –le dio una sonrisa agradecida –me has sido de tanta ayuda. Te aprecio y por eso me incomoda que nuestra relación profesional se vea confundida de manera inapropiada.


-          Pero sólo me ves como una colega –le espetó, levantándose bruscamente del sillón.


-          ¿Disculpa?


-          …-ella le miró con tristeza –no te has dado cuenta, ¿verdad? –pero como Minho le miró sorprendido, sonrió con resignación –estoy enamorada de ti.


No pudo reaccionar ni responderle frente a la noticia, porque de pronto perdió el equilibrio y cayó a lo largo del sillón. Con Neil encima.


-          Neil, ¡¿qué… -ella le besó, tomándolo con la guardia baja y presionando sus hombros con sus manos. Al sentir su lengua presionando con el fin de entrar en su boca, rápidamente Minho le empujó con fuerza –¡¿qué estás haciendo?! ¡Esto está mal!


-          ¿Enamorarme? –todavía sobre él, con su cabello cayendo como una cortina, y respirando agitadamente, los ojos se le empañaron –no tiene nada de malo, pero no importa lo que haga, nunca te fijas en mí.


-          ¡Es porque estoy casado! –le tomó de los brazos y le sacudió ligeramente –¡eres bonita y talentosa! ¡Llegará la persona que te haga feliz, pero ese no soy yo!


-          ¡Deberías ser mío! –golpeó su pecho con un puño –¡deberías fijarte en mí!


En su arrebato, le besó nuevamente, con fuerza e insistencia, haciendo presión para que Minho no le pueda apartar. Pero el moreno le empujó, incorporándose al mismo tiempo.


-          ¡Ya basta! –le sacudió nuevamente, esta vez con brusquedad -¡no te hagas esto a ti misma! ¡ten dignidad!


Neil le miró destrozada, y sin más se lanzó a sus brazos para abrazarle y llorar.


Y Minho estuvo a punto de alejarla, de por fin echarla de su casa. Pero en ese momento la puerta se abrió y Taemin entró por la puerta.


¿Qué es lo que vio al entrar? ¿Acaso fue el abrazo férreo entre Neil y Minho, mientras ella estaba sentada a horcajadas sobre él? ¿Un hecho casual o la confirmación de todos sus miedos? El corazón se le destrozó, rompiéndose todas las ilusiones y esperanzas que sus amigos le dieron para salvar su matrimonio. Ambos se miraron directamente, en un silencio sombrío, ni siquiera roto por sus respiraciones.


Minho por fin reaccionó apartando a Neil quien cayó al suelo por la fuerza. Sus ojos abiertos de par en par al darse cuenta de lo que acababa de hacer.


-          ¡Taemin! –corrió para tomar su brazo al notar sus intenciones de correr e irse –no es lo que parece, ¡deja que te expliq…


-          … -el golpe le tomó por sorpresa, mientras Taemin le miraba con resentimiento y el alma destrozada -¡confié en ti! ¡eres un idiota!


-          ¡No es así! ¡Taemin, yo te amo, tienes que escucharme! –él apartó la mirada.


-          No vuelvas a buscarme, no me hables más –se soltó bruscamente y cuando Minho le iba a tomar nuevamente, juntó todas sus fuerzas y levantando el brazo le dio el puñetazo más fuerte que alguna vez había dado.


El moreno cayó de espaldas contra el suelo, con las manos sobre el rostro y la sangre escurriéndose entre ellas. Taemin aprovechó el momento y echó a correr. Salió por el pasillo en el mismo momento en que las puertas del ascensor se abrían para dejar salir a su vecina la señora Kang.


Corrió para alcanzarlo, entró a tropezones y antes de cerrarse las puertas vio a Minho salir con prisa y la camisa llena de manchas carmín. Tenía la respiración agitada y el corazón acelerado. Sentía un pitido extraño en los oídos y en su mente sólo veía la imagen apasionada de Minho y Neil. Una y otra vez, como si quisiera torturarle hasta quebrarle.


Llegó al vestíbulo del edificio, corrió y tomó un taxi, mirando hacia atrás para ver si el mayor ya le había alcanzado. Sabía que no tenía mucho tiempo para escapar. Por eso, apenas un auto se detuvo frente suyo, subió y le gritó inconscientemente una dirección al taxista. Justo al partir, vio a Minho llegar al vestíbulo por las escaleras de emergencia, todavía ensangrentado y descalzó.


Cerró los ojos para dominar sus ganas de correr a sus brazos. Para no sentir compasión. Y mientras el auto iba avanzando, se permitió romperse en mil pedazos y comenzó a llorar.

Notas finales:

Gracias por sus comentarios!

Nos vemos el lunes :)


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