Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Inquebrantable por lu30

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Abrió los ojos de improvisto. Estaba desconcertado y no reconocía la habitación en la que se encontraba, en parte porque el lugar se encontraba en penumbras. Su conciencia demoró apenas un segundo en recordar la noche pasada. Le había tenido entre sus brazos y había sentido sus besos desesperados. Cuánto le había extrañado.


Pero la cama se encontraba vacía y las sábanas frías. Vio su propia ropa esparcida por el suelo pero no quedaba rastro alguno de que Teamin hubiera estado allí. ¿Fue un sueño? ¿Una cruel tortura de su inconsciente? No, su olor estaba grabado en las colchas pero el miedo le atenazó el cuerpo cuando se dio cuenta que no estaba. Apresurado tapó su desnudez con las sábanas y salió de la habitación. El reloj del pasillo indicaba la una y media de la mañana.


¡Que no se haya ido! ¡Que me haya perdonado!


Rogaba encontrarlo en la cocina o en la sala, pero todo estaba vacío. Desesperado sus temores se incrementaban y giró sobre sí mismo pero allí no había nadie. Empezó a llorar porque otra vez las cosas no salían como esperaba. Pensó que se habían reconciliado, que la tierna entrega de Taemin fue signo de su perdón y de su amor. Pero se dio cuenta que él había huido.


Corrió a la habitación principal, abrió la puerta con ímpetu haciéndola chocar contra la pared. Kibum y Jonghyun despertaron asustados y se sentaron sobre la cama.


-          ¿Minho? –Key se descubrió y al ver a Minho con esa expresión y con la sábana anudada a la cintura se alarmó -¿sucede algo malo?


-          … -pero él estaba mudo, embargado por la pena –Taemin –musitó.


-          ¿Qué? ¿Taemin ha regresado? –se acercó hasta el mayor y le tomó de los brazos -¡dime algo!


-          Él… se fue –seguía llorando sin darse cuenta –vino… y se fue.


-          ¿Cuándo vino? ¿Por qué no me lo dijiste? –pero como el moreno parecía no atender a sus preguntas, le zarandeó -¡habla por favor! –Jonghyun se levantó de la cama y con firmeza alejó a Kibum para abrazarlo mientras miraba con seriedad a Minho.


-          Minho, dinos qué ha pasado, ¿en qué momento vino Taemin? ¿y por qué te encuentras así?


A través de la niebla de su mente la pregunta de Jonghyun fue agua fría. Le miró fijamente, con la pena sobresaliendo.


-          Al llegar del trabajo le encontré aquí –su recuerdo le dolía. –Creo  que no esperaba verme y estaba muy molesto.


-          ¿Y conversaron? ¿Le explicaste lo que en verdad sucedió? –Key comenzó a temblar de la impotencia.


-          Él me gritaba y yo sólo quería abrazarle y besarle, pero él me dijo… me dijo que ya no me amaba –cerró los ojos con fuerza mientras escuchaba la exclamación ahogada de Kibum –pero fui un asno, y quería que me quisiera como yo le quiero así que yo…


-          ¿Tú qué?


-          Lo hicimos en la habitación de huéspedes –y ante la mirada atónita de los otros dos se apresuró en explicarse –al principio me rechazaba pero luego me respondió con el mismo deseo que yo sentía. Podía sentir que me amaba y pensé que por fin me estaba perdonando –las lágrimas se reanudaron ante el recuerdo frustrado –me quedé dormido y al despertar ya… ya no le encontré aquí.


-          … -ambos le miraron asombrados y pudo ver claramente cómo el rostro de Kibum se convertía en una mueca hosca –Eres un imbécil –jonghyun le miró con decepción –eres mi mejor amigo, pero lo que hiciste fue una estupidez.


-          ¡Ustedes debían de conversar! Se supone que tenías que hacerle entrar en razón y convencerle de regresar. ¡No todo en la vida es sexo! –a pesar de ser mayor, Minho odiaba que Kibum le sermoneara, porque casi siempre daba justo en su punto débil  -¿Cuándo aprenderás a no ser tan superficial? ¿Eh? ¿A pensar antes de actuar?


Minho se hundió más en su propio pesar. Sabía que había cometido un error. Otra vez su impulsividad le había llevado a elegir la peor opción y estaba pagando con creces. Él amaba a Taemin con todo su corazón, pero no se había preocupado en consolarle y sanarle las heridas, sino que se había enfocado en sus propios deseos superficiales. Actuó por egoísmo y Taemin había escapado de sus brazos por ello.


-          No debiste dejarle ir –Jonghyun le acercó una caja de pañuelos y le hizo sentarse en la cama –tenemos que ir a buscarle, no podemos dejar que se vaya otra vez. Hay que solucionar las cosas de una vez –le palmeó la espalda a un desconsolado Minho –Taemin será tu esposo pero también es nuestro amigo y le extrañamos.


-          No debió irse hace mucho, tal vez regresó a su casa, no tiene a dónde más ir –Key caminaba de un lado para otro de la habitación –sin el tráfico podemos llegar en treinta minutos.


-          Tal vez Jinki pueda ir antes –Jongyun tomó de la mesita el teléfono inalámbrico –a él le queda a quince minutos.


-          Sí, llámale. Tenemos que cambiarnos y hacer una intervención.


Jonghyun y Kibum comenzaron a moverse para vestirse. Mientras Minho les miraba todavía con el torso descubierto les miraba sorprendido.


-          ¿Me ayudarán a buscarle?


-          Por su puesto –Kibum se quitó la polera del pijama y se puso una camiseta –en este momento Taemin debe estar confundido y agobiado. Necesita a sus amigos.


-          Vístete Minho –Jonghyun le arrojó una camiseta de su cajón –y que el amor sea nuestra guía para encontrarle.


¿Acaso aún tenía esperanza? ¿Poder recuperarle para demostrarle que estaba arrepentido y dispuesto a arreglar su matrimonio? Comenzó a vestirse y rogó para que el corazón de Taemin aún no le hubiera desterrado, y que en él todavía quedara amor suficiente para amar a un tonto e impulsivo Minho.


.-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-.


El timbre del teléfono le había alejado del sueño, pero después de la breve pero intensa conversación con Kibum, su mente fue despejándose.


-          ¿Quién era? –Luna apenas abrió sus ojos, prendió una de las lámparas y se acercó a Jinki.


-          No te levantes –él le abrazó y le dio un tierno beso en la frente –era Kibum. Parece que Taemin y Minho se han encontrado y las cosas no han salido como esperaban. Tae ha huido de nuevo y me ha pedido que vaya a buscarlo a su casa.


-          Vaya, esperaba que esto termine pronto –le miró con preocupación y sus cabellos alborotados -¿quieres que te acompañe?


-          No es necesario –le sonrió y se levantó para cambiarse por un pantalón de deporte –sólo veré si está y trataré de hacerle esperar hasta la llegada de los demás.


-          Hazlo, y ve con cuidado por favor –Jinki se calzó unas zapatillas, tomó las llaves del auto y se acercó a su esposa para besarle –dile a Tae que Songmi y yo lo extrañamos mucho –exclamó mientras apagaba la luz y se acomodaba nuevamente en la cama.


-          No te preocupes, amor. Vuelve a dormir.


-          ¿Cariño? –justo antes de salir, Onew volteó para ver a Luna ya con los ojos cerrados –si te demoras mucho, no te olvides de comprar el pan.


Salió riendo quedamente para no despertar a su hija, y en silencio tomó su auto para ir a la casa de Tae. Como ya se acercaban las dos de la mañana las calles estaban casi desiertas y el tráfico era ágil. Llegaría en diez minutos y podría conversar con el menor.


Taemin siempre había presentado ese problema, muy sutil pero peligroso cuando acaecían problemas graves como el que en ese momento estaba sucediendo. Las personas que recién conocían al menor pensaban que era una persona flexible, que no le gustaba oponerse y hacía todo lo posible por mantener el ambiente cordial. Sin embargo, al conocerle ya varios años se dio cuenta que ese comportamiento obedecía a una tendencia más profunda de evitar los problemas, ignorarlos hasta que pasaran.


En parte, se debía a la familia de Tae. Cuando él era adolescente sus padres, de un carácter similar al suyo, se separaron dándole la noticia de golpe causando en él tal desajuste emocional, que cada vez que Taemin veía un problema cerca, huía. Pero de sus propias emociones.


Dobló hacia la izquierda y se estacionó frente a una casa de líneas simples pero con un bello jardín en la delantera. Abrió las rejas negras y tocó la puerta principal. Pero las luces estaban apagadas. ¿Habría ido a otro lugar? Pegando la oreja a la puerta esperó escuchar algún sonido pero todo estaba en silencio. ¿Cómo entraría? No había traído el juego de llaves que Tae le había dado y no podría forzar la imponente puerta de entrada.


Suspirando decidió esperar en el auto a que llegaran los otros, y cuando estuvo a punto de alejarse de la puerta escuchó un ruido sordo. Se pegó otra vez y escucho el sonido con más claridad. Eran varios golpes, sonaban ahogados, no llevaban un patrón y parecían intencionales. La preocupación le invadió y golpeando otra vez la puerta gritó.


-          ¿Taemin? ¿Eres tú? –de inmediato los sonidos provenientes de la casa se reanudaron más fuertes y más rápidos -¡Taemin!


Algo iba mal. Taemin estaba en problemas, pero no podía entrar. Tomó vuelo y trató de golpear la puerta. Pero el dolor lacerante de su hombro le dijo que no lo lograría. Tenía que encontrar la llave, seguro tenían una de repuesto por algún lado.


Rebuscó entre las macetas, las levantó pero no había nada. Por fin, enterrada en la maceta de un viejo cactus halló una llave ocre cubierta de tierra. Los sonidos cada vez eran menos frecuentes y un escalofrío recorrió su columna al presentir algo malo. Las manos le temblaban pero logró encajar la llave y abrió como un vendaval.


Volvió a gritar y escuchó los golpes más cerca. Fue por el pasillo pero en medio de las sombras tropezó con algo. Cayó al suelo de rodillas con un gruñido, tanteó aquello que le había hecho caer y de pronto una mano le tomó de la pantorrilla.


El alma casi le salta hasta el techo, y volteó sólo para ver a Taemin tumbado en el suelo. Sus ojos se fueron acomodando a la oscuridad y le tomó entre los brazos.


-          Taemin, ¿qué ha sucedido? ¿Qué te sucede? –distinguía su forma pero su cuerpo estaba frío y temblaba, le vio abrir la boca, pero no le llegó respuestas –respóndeme, ¿qué debo hacer?


Pero el menor apenas levantó su mano y le tomó la camisa en un puño; sin embargo, no pronunció palabra. Jinki se levantó y guiándose de la pared prendió la luz que estaba cerca. Regresó para ver mejor a Taemin y le vio en el suelo con los brazos y las piernas extendidas. Su cuerpo era sacudido por ligeros espasmos y la palidez de su piel era obscena. Se arrodilló y le levantó.


-          Taemin, escúchame, trata de no dormirte –con el peso trató de caminar hacia la salida para ir hacia un hospital –vamos a buscar ayuda.


Tenía que apurarse, y lo que más le sorprendía era no ver a sus amigos ya en la puerta.  Se supone que llegarían pronto pero no los encontraba. ¿Pero qué le había sucedido a Taemin? Al tomarlo sintió su frialdad y como sus ojos castaños se entreabrían pero estaban nublados, con las pupilas dilatas y vacías. Parecía drogado, intoxicado. Debía llegar pronto o las cosas podrían salir mal. El susto le había dado tal subidón de adrenalina que sentía el tiempo ir más rápido.


Llegó a la puerta del copiloto de su auto, la abrió a duras penas y colocó a Taemin dentro. Cuando estuvo abrochándole el cinturón el menor levantó su mano temblorosa llamando su atención. Tenía el puño cerrado pero podía notar que algo sobresalía.


-          ¿Qué tienes allí? –pero el castaño parecía ya no escucharle así que con rapidez abrió su mano y encontró en ella un blíster de pastillas. Estaba casi vacío y sintiendo su sangre helarse le dio  la vuelta. Se quedó mudo y sintió pánico –alprazolam –susurró.


No perdió más el tiempo y encendiendo el auto le llevó al hospital más cercano esperando un milagro.


Las cosas sucedieron con tanta velocidad que apenas las recordaba. Cuando Minho le llamó por teléfono le avisó en qué hospital estaría y se pasó tres luces rojas para llegar. Aunque no había nada de tráfico. Cuando las puertas se abrieron entró con Tae en brazos mientras dos enfermeras y un médico de urgencias acercaban una camilla para colocarlo.


Les medio explicó cómo lo había encontrado, casi desmayado y pálido. Le preguntaron cuántas pastillas había tomado, cuánto tiempo había pasado desde eso, pero Jinki no pudo responder. Se sintió tan impotente al no ser de ayuda en ese momento, y aún más cuando le dijeron que no podía pasar. Cerraron la puerta delante en sus narices y se quedó quieto y asustado sólo escuchando las órdenes incomprensibles que el médico daba.


¿Cuánto tiempo habría pasado? Tal vez unos treinta minutos cuando Kibum, Jonghyun y Minho llegaron y le encontraron en la sala de espera.


-          ¡¿Qué le ha pasado?! –Minho tomó a Onew de los brazos y le sacudió con los ojos llorosos -¡¿Está bien?! ¡Dime que está bien!


-           No lo sé, yo lo encontré desmayado. No ha dicho nada desde que… -el doctor salió con una expresión cansada y Jinki se le acercó con prisa –Doctor, ¿cómo está? ¿qué le ha sucedido?


-          Él se encuentra estable, pero necesita descansar –le dio un ligero apretón en el hombro al mayor –gracias a que le trajo a tiempo.


-          Pero, ¿por qué está así? –le preguntó Minho con voz trémula -¿es que está enfermo?


-          No –el doctor le miró con desconcierto –ha tenido una leve intoxicación por ansiolíticos, un medicamento utilizado para aliviar la angustia y al mismo tiempo genera un estado de sopor –los tres le miraron con las miradas atónitas –Él ha tomado más pastillas de lo recomendable, pero no ha sido grave. No ha presentado convulsiones y lo más probable es que no tengo efectos secundarios. Sin embargo, debemos mantenerlo en observación durante esta noche.


-          Po… ¿podemos verlo? –Kibum fue el primero en reaccionar, mientras veía cómo Minho parecía medio ausente.


-          Sí, pero el paciente ha pedido que entren sus amigos, excepto Minho.


-          ¿Qué? –el moreno estaba alarmado, ¿Taemin le había pedido que no le dejaran pasar? –no pueden impedirme verlo, ¡yo soy su esposo!


-          Tranquilícese –le dio una mirada severa –comprendo su confusión, pero considerando el estado físico y emocional del paciente es mejor no someterlo a situaciones estresantes –no era la primera vez que sucedía algo así en urgencias y el doctor ya sabía lidiar con ello, por eso le dijo con más paciencia –cuando esté mejor podrán conversar.


-          El doctor tiene razón –Jonghyun le abrazó por los hombros transmitiéndole confianza –espera aquí, pronto regresaremos.


Minho se sintió traicionado mientras veía cómo los tres seguían al doctor. Pero el dolor de su corazón le impidió seguir luchando. Sólo le quedaba la esperanza. Y el amor.


Cuando los tres vieron a Taemin sobre la camilla, todavía pálido y con una bata blanca sobre su cuerpo, corrieron a su lado para abrazarle. Kibum fue el primero en romper en llanto, mientras los demás le miraban conmovidos.


-          Eres un idiota –le dijo mientras le besaba la frente –he perdido diez años de vida esta noche. No lo vuelvas a hacer.


-          Key, estoy bien –Tae lloraba también pero trataba de sonreír –ha sido un accidente no fue mi intención que esto sucediera –les explicó viendo a sus amigos –pero he tenido suerte de que no sea grave.


-          Así es joven Lee –le dijo el doctor que se encontraba hojeando su historia –ha tenido suerte. No sólo porque él lavado gástrico fue hecho con éxito. Sino que según la ecografía no ha causado daño aparente en el feto.


Todos se quedaron de piedra, cada uno más que el anterior. El doctor se sintió extrañado de verles tan sorprendidos. ¿Por qué los pacientes eran tan descuidados con su cuerpo?


-          ¿No lo sabía, joven Lee? –le preguntó con suavidad –tiene mes y medio de gestación.

Notas finales:

Mis vacaciones han terminado, y regresamos al mismo ritmo de publicación anterior.

Gracias por los comentarios de ánimo.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).