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Inquebrantable por lu30

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Notas del capitulo:

Hola.

No actualizo hace tiempo y creo que muchos pensaron "otro sin terminar...", pero el fic continuará ahora que puedo descansar de otras actividades. Aunque, para ser sinceros, creo que prefiero los one o two shota, así que tal vez inicie un nuevo proyecto.

 

-          ¿No lo sabía, joven Lee? –le preguntó con suavidad –tiene mes y medio de gestación.


-          Es… es imposible –su mente se aisló por un momento y sólo repetía la oración que le había desbaratado –hace dos meses me hicieron análisis de fertilidad, y me dijeron que era casi imposible quedar encinta.


-          ¿Está seguro, doctor? –Key le miró tembloroso, necesitaba asegurarse.


-          Así es –revisó los papeles del fichero –tienes siete semanas. Y a pesar de ser el primer semestre, el feto parece fuerte –le miró con severidad –pero es imprescindible que busque un ginecólogo de cabecera. Además de un psicólogo.


Los cuatro se quedaron boquiabiertos, le vieron extrañados y con los ceños fruncidos.


-          ¿Un psicólogo? –Taemin fue el primero en hablar y no podía ocultar su incredulidad –doctor, lo que sucedió ha sido un accidente, no estoy desequilibrado.


-          Joven Lee, nunca he dicho que lo estuviera, pero necesita alguien que le ayude a superar cualquier situación que le haya llevado a siquiera pensar que debía tomar ansiolíticos –aún le sorprendía que hubieran personas que temieran ir al psicólogo, pero al ver la expresión herida de su paciente, suavizó sus palabras –escúcheme, todos, en algún momento necesitamos hablar con alguien imparcial, alguien que no nos conozca, y su momento ha llegado. –señaló su vientre –Sobre todo con el gran cambio que se viene. Dele una oportunidad. En la hora del desayuno pediré la visita del servicio de psicología.


A Taemin casi se le salen las lágrimas al escuchar las palabras del doctor, y mientras él se retiraba todo de pronto se le vino encima. Estaba esperando un hijo, un hijo de Minho. Pero Minho no se encontraba a su lado, él mismo le había alejado y le había prohibido verle. Estaba destrozado y confundido, aterrado por todo las emociones que su corazón estaba soportando. Y en medio de todo, surgió la felicidad.


Empezó a sollozar y sintió el abrazo de Kibum y las palmaditas de sus amigos. Pero sus lágrimas eran de alegría. Tanto tiempo había soñado con tener una familia y el destino se la había entregado justo cuando estuvo a punto de rendirse.


-          No puedo creerlo –sollozaba e instintivamente llevo sus manos hacia su barriga. Y las náuseas y los mareos comenzaban a tener sentido. Empezó a reírse –no puedo creerlo… voy a ser papá.


Y todos a su alrededor respondieron animados. Cada uno le abrazó y le felicitaron.


-          ¡Qué bueno! ¡Qué bueno! –Key se abrazó a Jonghyun y le dio un beso en la mejilla –pronto tendremos un sobrinito precioso –él parecía más emocionado que Taemin –hay que buscar un buen ginecólogo, ¿cómo era el que atendió a Luna? –le preguntó a Jinki.


-          Muy amable, a Luna le gustaba ir y él nunca se molestó a pesar de que el último mes le llamábamos casi todas las noches.


-          Cómo olvidarlo –a Jonghyun también se le veía contento –tuvimos cuatro falsas alarmas de parto y en la verdadera casi no te creemos.


-          Lo sé, déjame buscar su número para contactarle.


-          Imagina lo que dirá Minho cuando se entere, morirá de la alegría.


El comentario de Kibum fue hecho sin malicia y llevado puramente por la emoción. Había olvidado todo lo que había pasado. De pronto el humor se vino abajo y en el rostro de Taemin apareció una mueca triste y sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez.


-          Taeminie, lo siento. No era mi intención hacerte recordar –le tomó del hombro para reconfortarle.


-          No te preocupes, Key –suspiró y trató de sonreírle a sus amigos –ya lo había pensado y quiero pedirles un favor.


-          Lo que tu desees Taemin, estamos para ayudarte –Jinki también le sonrió para animarle.


-          No se lo digan. Aún no estoy preparado para que Minho sepa que estoy encinta –todos le miraron atónitos ante sus palabras, un poco asustados de ver la decisión en los ojos del menor.


-          ¿Estás seguro, Taemin? –Jonghyun le preguntó –él tiene derecho a saberlo, él es el papá.


-          Yo… yo lo sé –se le veía angustiado –y quiero hacer las paces con él pero no quiero que su comportamiento se vea influenciado por esto.


-          Sobre eso –Kibum les dio una miradita a los demás, se le veía incómodo –tienes que dejar que te explique, todo ha sido…


-          Ahora no –Taemin le cortó –necesito pensar para arreglar las cosas –les miró tratando de recomponer una sonrisa –es casi las cuatro, necesitan descansar. Yo también.


-          ¿Estarás bien? Podemos quedarnos contigo –a Jonghyun se le veía muy preocupado.


-          Vayan a casa, nos veremos más tarde –todos parecían algo dudosos pero al fin aceptaron tras la insistencia del menor. Había sido una noche complicada. Pero antes de irse, Jonghyun le hizo la pregunta definitiva.


-          ¿Qué le decimos a Minho? Él está esperando afuera.


-          … -Tae le miró un poco derrotado, pero trató de que su sonrisa no decayera –díganle que le quiero, pero todavía no estoy listo para verlo. Tal vez más tarde.


Todos asintieron, y después de despedirse y otra ronda de abrazos, le dejaron. A penas salieron sus amigos de la habitación, se reclinó en la cama y lágrimas silenciosas salieron para luego borrarlas rápidamente. Ya no podía estar triste. Tenía que ser fuerte. Por su bebé.


Posó una mano sobre su vientre, tratando de sentirle, y se sintió tan avergonzado de haber puesto en peligro la vida del bebé que con tanto anhelo había esperado. Le rogó que le perdonase y mientras se acariciaba se imaginó a sí mismo con un lindo bebito entre sus brazos. ¿Sería niña o niño? No le importaba siempre cuando estuviera sano. En su mente podía ver sus ojitos y su naricita, le vería bostezar y… estaba seguro que en el rostro de su hijo vería a Minho.


Minho. Minho. Minho.


La noche anterior, cuando había sentido sus brazos rodearlo, por un momento olvidó todo lo que había sucedido. La flagrancia y las dos semanas agónicas que le siguieron. Pero tenía que admitir que le extrañaba y que le amaba. Justo antes de dejarle había estado seguro de que la angustia acabaría por atravesarle el pecho. Que Minho le mentía.


Pero… ya no.


Las últimas horas le habían hecho pensar. ¿Dejaría que su bebé se quedara sin padre? ¿Le negaría a Minho la dicha de conocer a su hijo o hija?


¿Se negaría así mismo la oportunidad de amar y ser amado? Estaba harto de tener miedo, de aparentar que todo estaba bien. Él sufría y nunca se lo había dicho a nadie. Necesitaba con urgencia quitarse ese peso de encima, necesitaba…


-          Joven Lee –el doctor que le atendió al llegar se acercó acompañado por una mujer de cabello rojizo y de contextura menuda –le presento a la señorita Jisun, ella quiere hablar con usted un momento.


La mujer le sonrió, y aunque avergonzado por ser interrogado, su apariencia juvenil le infundió cierta tranquilidad.


-          Lee Taemin, ¿verdad? –les dejaron solos y ella se sentó frente a él en la silla de visita. Le miraba expectante y sonriente, entusiasmada. Él asintió levemente -¿puedo tutearte? –parecía menor que él, y asintió nuevamente –llámame Sonyi, por favor. Soy psicóloga y me gustaría conversar contigo –eso era lo que menos quería. Le era casi imposible abrirse emocionalmente frente a un conocido, y se le caía la cara de vergüenza al pensar contarle sus asuntos a un extraño, pero ella le miró fijamente –tienes derecho a desconfiar de mí, pero te aseguro que mi único propósito es ayudarte. Estoy frente a ti sin prejuicios, dispuesta a escucharte, y que sepas que lo que me digas no se lo diré a nadie. ¿Te parece si empezamos?


-          … -necesitaba sacarlo de su sistema, y sonriéndole de vuelta, se acomodó en la camilla –claro, ¿Por qué no?   


.-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-.


-          Jonghyun –el mayor asomó la cabeza por la puerta mientras mordía una manzana –yo también quiero tener un bebé –el aludido se le acercó y colocó ambos brazos alrededor del cuerpo de Kibum acorralándolo contra la cómoda.


-          Yo también, si quieres podemos intentar ahora –le miró de frente pegándose tanto que Kibum pudo sentir calor. Vio su sonrisa maliciosa –la cama está allí mismo.


-          ¡Eres un salido! –le empujó en el pecho pero apenas si fue con fuerza, al contrario le sonrió  y se ruborizó –¡no me refería eso!, ve a traer algunas toallas y deja de comer. –Jonghyun se alejó riendo mientras hacía lo que Key le encomendó.


-          Sé a qué te refieres, pero todavía es pronto –le alcanzó las toallas mientras el menor guardaba todo en una maleta –todavía estamos arreglándonos para sobrevivir –Jonghyun le abrazó por la espalda y apoyó la cabeza en el hombro de Kibum –quiero ser un buen padre, y si tú y el bebé no tuvieran lo que necesitan, si yo no pudiera protegerlos me sentiría terrible, no podría perdonármelo –su voz se fue haciendo triste y ronca, oculto en el hombro de Key. Pero el menor dio la vuelta y se acomodó entre sus brazos.


-          Serás el mejor padre del mundo –le besó en la mejilla –y no se vive sólo de dinero, sino de amor. Y amor nos sobra.


Jonghyun hasta hacía tres meses trabajaba en una editorial como columnista. Él era genial. Su facilidad d epalabra y su elocuencia le hizo avanzar en su carrera, y pronto la política fue su centro de atención. Sin mebargo, dentro de ese tema no le fue difícil ganarse enemigos.


Le despidieron bajo presión, y de pronto su hoja de vida se vio manchada. Despotricó contra sus jefes, y al llegar a casa, rompió en llanto frente a un sorprendido Kibum. Gracias al apoyo de sus amigos, decidió dejarlo atrás e ir a buscar un nuevo trabajo.


Nadie le quiso contratar, pues tras su nombre se encontraban las amenazas de un empresario poderoso y poco honesto. Él era periodista y quería un trabajo en su campo, pero después de mes y medio de búsqueda vacía decidió aceptar la oferta de Minho de trabajar en el área de publicidad de la empresa en la que él trabajaba.


Su orgullo quedó mermado así como su economía, y hubiera sido peor sin Kibum.


-          Ya no estés triste –Key se abrazó a su cintura –hay que llevarle la ropa a Minho y a Taemin. Pronto le darán el alta y tenemos que acompañarle.


-          ¿Minho seguirá allí? –Jonghyun cargó la maleta y se dirigieron a la puerta.


-          Seguro. Dijo que esperaría hasta que le dejara entrar, necesita verle.


-          Antes de ir desayunemos un poco –el mayor el señaló la cocina –muero de hambre.


-          Comimos hace poco, ¿no puedes esperar? Recuerda que estamos en conteo de calorías –le jaló del brazo hacia la puerta.


-          Comida, comida, comida –pero Jjong le hizo una mueca y luego corrió a revisar la nevera.


Le miró con gracia. Jonghyun tenía unos cambios emocionales extraños. Pero le gustaba su optimismo a pesar de todo. Le amaba mucho. Y hubiera hecho cualquier cosa por verle feliz.


.-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-. .-*-.


-          Taemin, quiero que seas muy sincero conmigo –ella se inclinó hacia adelante -¿qué fue lo que viste? ¿Puedes describirlo?–miró hacia la pared blanca mientras pensaba y recordaba con dolor.


-          A ella, sentada sobre él –sintió su labio temblar –estaban en el sillón… besándose… no, estaban abrazados –Sonyi le hizo un gesto para que continuara. Tae frunció el ceño –pero él se veía molesto.


-          ¿Molesto? –anotó en un cuadernillo una palabra suelta y siguió –y ¿Minho le abrazaba mientras se veía molesto?


-          … -no entendía por qué le hacía esas preguntas. Le había contado pedazos de su vida, desde su infancia hasta el trágico suceso que le amedrentaba. Pero Sonyi había insistido en revivir el recuerdo. Un recuerdo que pronto empezaba a flaquear –…no. Él la tenía sujeta de los brazos, y… parecía que ella lloraba.


-          Taemin, cuando tú les viste, ¿qué pensaste? –que mi mundo se acababa.    


-          Que era verdad, que todas mis preocupaciones no eran inventadas –una lágrima corrió por su mejilla –que Minho me había reemplazado.


-          Y ¿qué pasaría si él te reemplazara?


-          ¿Qué pasaría? –sonrió con tristeza y se limpió las lágrimas –no sería nada raro. No soy nada único y parece fácil intercambiarme por cualquiera.


-          ¿Minho alguna vez te dio desconfianza? ¿Alguna vez dudaste de que te quería?


-          Pues… no –sacudió la cabeza y sonrió con timidez –desde que nos conocimos siempre fue respetuoso. Me repitió miles de veces que me quería y nunca dude de él. Hasta que nos dieron el diagnóstico.


-          Si Minho siempre te ha mostrado su amor, ¿por qué después de la noticia es que tú te sentiste inseguro?


-          Porque él empezó a pasar más tiempo en el trabajo y sólo hablaba de ella –perdió la batalla contra su llanto y le dejó correr –y después de saber que yo no podría tener hijos, ¿por qué más querría estar conmigo? ¿qué valor tendría para él?


Sonyi le miró con satisfacción, contemplando silenciosamente sus lágrimas. Después de un momento le tomó de la mano y le miró fijamente.


-          Taemin, ¿te das cuenta que las sombras que veías en tu matrimonio, son en parte culpa de tu inseguridad? –cuando él le dio toda su atención ella continuó –en el poco tiempo que te conozco he encontrado en ti valentía, creatividad, amabilidad y honestidad. Si en tan poco tiempo he visto algunas de tus mejores cualidades, ¿por qué parece que tú no ves cuán valioso eres?


Taemin quería llorar, gritar de impotencia y destrozar algún objeto, casi como un niño pequeño. Pues Sonyi había dado con una verdad del tamaño de una montaña y le dolía. Porque sabía que era cierto pero nunca estuvo dispuesto a enfrentarse a sí mismo.


-          ¿Y qué debería hacer? ¿Regresar y rogarle a Minho que me acepte, que me quiera como yo le quiero? –levantó los brazos y hastiado los bajó para sostenerse a las sábanas –ya no quiero sufrir, todavía le amo y me duele no estar junto a él, pero tengo miedo que algo salga mal. Sé que no lo soportaría, otra vez no.


-          La verdad nos hará libres –ella le palmeó la rodilla –y el amor es más fuerte que la ofensa.


-          ¿Me dices que le perdone? –Tae le miró afligido -¿qué cada vez que alguien a quien quiero cometa un error debo dejarlo pasar?


-          No. Tú debes tomar la decisión. Lo que quiero decir es que el amor purifica las imperfecciones. Y cuando dos personas se aman de verdad se ayudan a mejorar mutuamente, y a superar los errores.


Definitivamente le había confundido más. Sonyi no le había dado soluciones sino que le había descolocado, ¿por qué no sólo le daba instrucciones y ya? Eso mismo le había preguntado y ella le había respondido que las decisiones así como las consecuencias de ellas eran propias. Todo estaba en sus manos. Le programó un par de citas más y con una dulce sonrisa se despidió.


-          Sonyi –antes de abrir la puerta ella le miró sobre el hombro –como amiga y no como psicóloga –dudó  -¿qué crees que debería hacer?


-          … -le miró intrigada y un poco sorprendida –creo que tú le necesitas y él te necesita –y se fue. 


Se quedó mirando la puerta por donde ella había salido, pensando y repensando sus últimas palabras y cómo su interior parecía por fin quieto y pacífico.


Necesitaba buscar a Minho.

Notas finales:

Nos vemos el lunes!


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