La noticia de su despido dejó a Bella abrumada.
- Despedida- repitió como si acabara de aprender esa palabra- pero si a ¡William Kaulitz nadie lo despide!- corrió en busca de su amiga- ¡Grace!-
- ¿Qué pasó?- se asustó al escuchar el escándalo.
- ¡Me despidieron, eso paso!- dijo cada vez más alterada.
- Pe…pero ¿Cómo que te despidieron?- eso era inaudito- bueno, yo te lo advertí- le recordó- que si pasabas por encima de Aguirre, algo así podía pasar-
- ¡Yo te advertí! ¡mis bolas!- le gritó, mientras daba vueltas histérico-¡encima de ti quiero pasar, pero con un tractor!-
Fue hasta su closet y sacó toda la ropa que tenia de una sola.
- ¡Agarra toda tu ropa!- se lo lanzó en la cara a la locutora- ¡Todos tus disfraces de mujer y mételos en donde no les dé la luz!- gritaba como posesa- ¡Nunca jamás te debí haber escuchado! ¡Nunca me debí haber presentado como mujer!-
- Bill tranquilízate- intentaba detenerla- yo me voy a quedar aquí para ayudarte-
- ¡No quiero!- se puso una sudadera que usaba cuando era hombre- ¡No quiero escucharte! ¡Yo me voy! ¡Y ni siquiera se te ocurra llamarme!- salió dando un portazo.
Una sola cosa era evidente: esto a Bill jamás le hubiera pasado, pero a Bella la habían despedido. Y es que hay cosas que a una mujer no le perdonan.
En el momento en que Aguirre vio en la portada de la revista a Bella, no solo la despidió, sino que también llamó a Gastón para comunicárselo y exigirle que fuera a la editorial para que se hiciera cargo. Las cosas para el subdirector iban viento en popa, después de esto era más que evidente que el cargo de Director se lo darían a él.
Ese día en medio de toda la catástrofe Bill estaba aprendiendo una nueva lección: las mujeres cuando estamos deprimidas, salimos a caminar sin rumbo, esperando que algo inesperado ocurra.
- ¿Hola?- contestó su celular.
- Que hermoso día ¿no?- era Gastón.
- ¿Qué quieres?-
- Saber cómo se te ocurrió tan brillante idea, dime como supusiste que podías aparecer en la portada ¿Ah? Los empleados no aparecen en la portada de la revista más importante del país-
- Mira ya te dejé el camino libre. ¿Qué quieres ahora?-
- Es que me la hiciste tan fácil en realidad, no pensé que fueras tan bruta. Eso confirma mi teoría, las mujeres no pueden acceder a ciertos puestos de poder, eso es territorio masculino-
- ¡Esa en una frase de Bill!-
- Sí… es una frase que Bill se copió de mí, bueno…cuídate y espero que encuentres tu verdadera vocación…besitos-
La llamada finalizó y Bill apenas podía contener su bronca, era una olla a presión buscando escape. Y no, no tardó en encontrarlo.
- ¡Hey!- la llamó un señor que estaba sentado en una banca del parque- ¿No eres tú la brujita de la revista?- el señor había comprado un ejemplar de Don- brujita llévame en tu escoba- le dijo de forma grotesca.
Bella estuvo dispuesta a agarrarse a golpes con el viejo verde, con tal de que la respetara, pero antes de que pudiera acercarse, un balonazo le llegó directo a la cabeza aturdiéndola.
En la editorial Tomás le cuidaba el puesto a Bella, mientras Grace como buena mejor amiga le cuidaba el ego.
Su celular volvió a sonar, era la locutora.
- ¿Qué quiere?- dijo con desgano.
- Hiciste lo que tenías que hacer, te felicito Bill-
- ¿Que?-
- Tengo la revista en mis manos, es una maravilla: tu foto, la nota central; es increíble ¡No parece la revista Don!-
- No, exactamente, no es la revista Don, por eso me despidieron-
- Bueno, ¡la publicaste!-
- Sí, y fui una estúpida, tú tenías razón, no debí pasar por encima de Aguirre-
- Entonces, me equivoqué-
- No, yo me equivoque, porque un hombre jamás traiciona a otro hombre, y yo lo traicioné y me lo merezco, porque soy un imbécil, soy un estúpido, un tarado-
- ¡Ay, Bill!, con ese negativismo a ultranza no vamos a llegar a ningún lado-
- No soy un imbécil, ¡soy dos imbéciles!, además Tomás es un idiota, ¡porque me convenció para hacer esas fotos estúpidas que jamás tenía que haber hecho!-
- No, no, no te voy a dejar hablar de esa manera-
- Espérame…tengo una llamada entrante, espérame un ratito-
Aceptó la otra llamada y contestó
- ¿Hola?-
- Bella- era Tom- escúchame-
- ¡No quiero que me llames nunca más!-
- Bella, por favor escúchame-
- No, ¡me convenciste de hacer esas fotos ridículas!, ¡No quiero escucharte nunca más en mi vida!-
Le colgó y regresó a hablar con Grace.
- Hola-
- ¿Con quién hablabas?-
- ¡Nada!...no… Grace…me peleo hasta contigo-
- No, yo no estoy peleada contigo-
- Pero yo sí, antes cuando era hombre, podíamos ser amigos y no había ningún problema, ahora soy mujer y entre mujeres no hay amistad, se apuñalan por la espalda-
- No, es totalmente al revés, desde que te convertiste en mujer estas luchando por las cosas que realmente me gustan de ti…de mi amigo Bill, del hombre innovador, simple, reflexivo…Bill la revista y las fotos lo demuestran-
- No…ya cállate, me estoy poniendo sensible… ¿sabes qué? Te voy a colgar-
- Espera Bill, escúchame. Yo te aseguro que este número de la revista Don, no va a pasar desapercibido-
- ¡Ni me lo digas!, hubo un tipo que me estaba mirando el trasero-
- ¡Te reconocieron por la revista!-
- No, lo que reconocieron fueron mis tetas-
- Perfecto, entonces Bella Kaulitz existe, ¿eso no era lo que queríamos?-
- ¡No! Eso es lo que quieres tú, Bella Kaulitz no existe…-
Pero no pudo seguir hablando, porque de nuevo recibió un balonazo en la cabeza y perdió la comunicación.
- ¡De dónde carajos salen esos balones!- se froto la cabeza justo en donde le llegaron.
Bella estaba más confundida que nunca y no era la única. Aguirre no paraba de dar explicaciones a los furiosos auspiciantes de Don. Desde que se enteraron del nuevo número, todos querían cancelar el auspicio.
De esto se aprovechó Gastón, quien formó una alianza estratégica con Teo, acordando que si lo nombraba Director de la revista, él se iba a beneficiar y no solo con el control del contenido de la revista, sino con ganancias contantes y sonantes.
La ex Directora de la revista llegó a la editorial a recoger sus cosas literalmente en pijama. Quería coger sus pertenencias y salir de ahí desapercibida, lo más antes posible. No estaba de ánimo para dar explicaciones y mucho menos para que los que la odian se regocijen con su caída.
- Bella- Tom la vio llegar y quería hablar con ella- ¿Qué pasó?-
- ¡No te me acerques Tomás!- dijo cortante.
- ¿Pero qué te pasa?- iba caminando detrás de Bella que prácticamente corría.
- ¡Me despidieron por tu culpa!, ¿estas contento?-
- Escuche que te despidieron, pero ¿Quién? ¿Qué pasó?- no entendía nada.
- ¡Me arruinaste la carrera!- se lo restregó en la cara.
- Simplemente, apoyé tu idea, fui un creativo apoyando una idea creativa- retuvo una caja que Bella quería usar para meter sus pertenecías.
- ¡Suelta la caja!- comenzaron a forcejear-
- ¿Me puedes decir que va a hacer?-
- ¿No estás viendo?- dijo colérica- ¡me voy!-
- No te puedes ir Bella- intentaba razonar con ella- sería una perdida terrible para mi…y también para la editorial- ella no le prestaba atención y seguía guardando cosas- no le puedes dejar el lugar a Gastón-
- ¡Puedes parar con esa imagen de tipo bueno!- la cólera se le salía por los ojos- Bill nunca te hubiera hecho caso, porque él no escuchaba nada de lo que decías- se lo escupió en la cara- ¡no confiaba en ti!-
- Sí, pero tú confiaste en mí, porque yo era el único que tenías- él también comenzó a gritar- además ¿Cuál es el problema?-
- ¿Cómo que cual es el problema?- un arranque de ira se estaba desatando en su ser.
- Sí, dime ¿Cuál es el problema?-
- Yo…es…soy impulsiva ¡ese es el problema!- guardó un cuadro con tanta furia que casi lo rompe- Bill, nunca creyó en nada de lo que dijiste-
- ¡Deja de hablar de Bill! Bill no está aquí-
- ¡Exactamente!- gritó más alto- ¡Bill no está!- cerró la caja y la cargó- ¡Y yo tampoco!- salió dejando a Tom con la palabra en la boca.
Por un momento Bella sentía la necesidad de contarles a todos su secreto, pero mirándolos a los ojos, se dio cuenta que nadie iba a creerle.