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La chica de tus sueños por Yuiko Nozomi

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Notas del fanfic:

Hola, vengo aclarar un par de cosas:

-No lo puse en la categoría Yuri porque mi computador se volvió loco y si seleccionaba esa opción me hacía agregar TODAS las categorías.

-Himuro e Izuki conservarán sus apellidos, pero sus nombres cambian a Tatsumi y Shizu respectivamente

Espero que les guste~

Notas del capitulo:

Siento cualquier falta ortográfica o de redacción tuve que pelear con mi computador(?)

— Senpai.

Ser llamada así por una persona como la que tenía en frente era algo que le irritaba, no lo decía como una forma de respeto, sino más bien porque le gustaba burlarse de cosas como los honoríficos y demás formalidades.

— ¿Qué quieres, Himuro?

— ¿Lograste convencer a Shizu Izuki de salir conmigo?

— No voy a trabajar de celestina para ti, además Izuki no tiene tus gustos.

— Realmente no pediría tu ayuda si no fuese un caso extremo, pero ella no me dice nunca nada, ni siquiera me rechaza, además siempre que le hago una pregunta de forma seria me responde con un juego de palabras.

— Hablando de la reina de Roma.

El sujeto señaló a otra joven de piel clara y largo cabello negro, tenía bonitos rasgos y buenas piernas; Himuro Tatsumi sonrió ladina al verla y fue a su encuentro, Shizu sonrió de manera angelical al verla y la saludó cálidamente mientras tomaba la mano de la contraria.

Ese par tenía una razón un tanto complicada, Izuki en su pasado tenía una serie de acosadores debido a su actitud amable y su apariencia, Himuro se aprovechó de eso y le propuso fingir ser su novia ante los demás para que así dejasen de importunar a Shizu, aceptó y todo bien, llevaban aproximadamente cuatro meses en esa situación, el problema es que Tatsumi tenía un interés real en la otra, mientras que ella parecía indiferente a todo tipo de halago.

Izuki no le daba ni le rompía sus esperanzas, eso la enfermaba, pero de algún modo extraño, eso solo la volvía más atractiva.

Himuro intentó ligarla, día tras día ponía en práctica algún movimiento para seducir a esa chica, había mujeres mucho más lindas y sensuales, pero no descansaría hasta que ella le prestase atención. Había aprendido muchas cosas de Shun, por ejemplo que hacía juegos de palabras sin ningún sentido, aunque ella se emocionaba mucho al pronunciarlos, era un año mayor que Himuro y jamás había logrado tener una verdadera relación, todos se rendían con lo que consideraban frialdad, aunque la verdad no era eso, el problema es que pensaba mucho las cosas, más de lo que debía, pero nunca había encontrado alguien por quien decir "a la mierda, no pensemos, hagamos locuras".

—Himuro ¿En qué piensas?

— Que eres un encanto.

— No lo soy, nadie me soporta o trasporta—. Sonrió ligeramente ante su propio juego de palabras.

— ¿Qué importa el que te exporta? Esta torta te conforta—. Guiñó su ojo descubierto al decir esta frase y Shizu solo sonrió. Esa sonrisa de ángel la tenía diciendo cosas sin sentido pero es que simplemente era perfecta.

¿Sería Izuki realmente consciente de los sentimientos que provocaba en ella? Al parecer no, siempre era amable, tranquila e incluso tierna, pero no la trataba diferente a otra persona, Himuro quería ser alguien imprescindible en la vida de la persona que estaba a su lado, pero al parecer era la única de las dos que pensaba eso.

Himuro en su pasado simplemente ligaba con chicas para pasar el rato, había un par de afortunadas que incluso habían logrado llegar a su cama. En toda su experiencia con mujeres las había dividido en dos tipos: Las tímidas y las agresivas, sin embargo Shizu Izuki no pertenecía a ninguna de las dos categorías, no era de las personas que sufrían con facilidad la vergüenza, tampoco era arriesgada o exaltada, simplemente era ella. Era una estratega, tenía sentido del humor, no era prejuiciosa, le fascinaba, realmente le fascinaba aquella chica, incluso se había declarado pero Izuki le respondió con un simple “también me agradas”.

—Deberías fijarte en alguien que realmente se interese en ti, a pesar de que eres chica hay muchas candidatas—. Esa era la voz de Takao Kazunari, su amigo y confidente.

— Lo sé, pero Shizu es muy bonita ¿Has visto sus piernas?

— Pervertida.

— También sé que soy eso, imagínatela con un traje de enfermera sexy, ¿será es mejor una policía?

— Cállate.

— Imagínatela gimiendo mi nombre, eso es perfecto, definitivamente.

— Tatsumi—. La voz de Izuki hizo que se congelará mientras pensaba en que librarse de esa, Takao se rió, se puso de pie y se largó del lugar. Bastardo, eres un asco de amigo. — ¿No hay algo que quieras decirme directamente, Tatsumi? —. Marcó cada una de las sílabas del nombre mientras sonreía pero su mirada era gélida, realmente la estaba congelando con sus ojos.

— Ya estoy en la friendzone, nada de lo que diga importa, quiero coger contigo.

— Que curioso, yo también.

Himuro quedó en silencio y comenzó a pellizcar su brazo ¿era una broma? Debía ser una broma, pero ella no había ocupado ninguna clase de rima, ni si quiera se encontraba sonriendo. ¿Qué debía responder ante eso?

— ¿En tu casa o en la mía?

Izuki no pudo contenerse más y comenzó a reír sin poder detenerse, Himuro era una caja de sorpresas, era única en su especie, muchas personas podían verla como una depravada sexual o alguien que se toma las cosas a la ligera, pero ella la había estado observando, Tatsumi era realmente comprometida con las cosas que le apasionaban y nunca se rendía, ella tenía todo su respeto aún si no lo decía.

— Tatsumi, no nos hemos besado siquiera.

— Eso puede cambiar en este momento.

El timbre sonó y cada quien debía ir a su clase, Himuro bufó mientras que Izuki sonrió con malicia.

— Que lástima, tendrás que esperar a otro día.

La mayor se fue del lugar y Himuro frunció el ceño. Definitivamente estaba dudando si aquella muchacha era un ángel o un demonio.

Las semanas pasaron rápidamente, comenzaron a ser una pareja real aunque para Himuro se sentía de la misma manera, la única diferencia es que ahora podía provocar aquella dulce boca que tenía Izuki, para su desgracia Shizu no era una chica fácil que se dejase llevar a la cama en cualquier momento, ¿o se trataba quizás que buscaba el momento perfecto? No tenía la menor idea, pero en esos términos se encontraba su relación.

Un día Himuro trataba de escabullirse de las clases sentada en los vestidores de chicas, las clases habían iniciado hace media hora, nadie pasaba en esos momentos al vestidor, quienes tenían gimnasia ya estaba vestidas y en sus respectivas clases. Otra vez la coincidencia se hacía parte de su vida, apareció Izuki vistiendo su uniforme, se veía agitada y comenzó a desvestirse rápidamente, estaba tan ocupada en aquello que no notó la presencia de la otra chica quien disfrutaba del panorama.

Cuando estaba en ropa interior Himuro se acercó a ella y tocó de sus pechos tomándola desprevenida.

— Himuro, estoy atrasada debo ir a clases de gimnasia.

— Ver a una linda chica semidesnuda es demasiado tentador, vamos, a una alumna ejemplar como usted no le afectará perderse de una clase—. Al decir esto Tatsumi seguía acariciando el pequeño busto de la otra. Izuki comenzó a jadear involuntariamente haciendo que ambas se sintieran excitadas.

Himuro retiró sus manos y en un movimiento rápido desabrochó el brasier de su compañera. La reacción inmediata de Shun fue cubrir sus pequeñas curvas al descubierto.

—Tatsumi, devuélveme mi sostén.

— Solo si me dejas tocarlas sin él.

— Vamos—. No era un vamos de "ya, vamos, devuélvemelo" era más bien un "vamos, acompáñame".

Izuki caminó de forma rápida hasta una de las tantas duchas que había frente a los vestidores. La más alta la siguió con una sonrisa traviesa, una vez ambas dentro de las regaderas Shun dejó de cubrir su busto.

— Anda, toca y devuélveme el sostén.

— Oye, oye, era una broma, quería ver si te enojabas.

Izuki sonrió, tomó las manos de Himuro y las colocó sobre sus senos.

— Quiero que me toques.

La azabache más alta sonrió, lo había logrado, había conquistado a Izuki, pero había algo extraño, no estaba satisfecha, quería más, mucho más de ella. Comenzó a masajear suavemente aquellas curvas, Shizu se estremecía con el contacto, temblaba ligeramente y sonreía con nervios. Linda. Pellizcó sus pezones para ver cuál sería su reacción, un gemido fue la respuesta que le dio mientras el rojo se apoderaba de su rostro. Demasiado linda. Volvió a apretar los pezones, jugaba con ellos e Izuki solo gemía sin contenerse. Es demasiado linda como para compartirla con alguien. Himuro abrió la llave del agua para incomprensión de Shizu.

— Tus gemidos son míos, soy la única que puede escucharte.

Asintió comprendiendo, había puesto el agua al máximo y esta chocaba con la puerta creando el ruido suficiente para que pudiese gemir a mediana intensidad.

—Lo entiendo, Himuro—. Tomó el rostro de la otra chica con sus suaves manos y la besó profundamente, Tatsumi correspondió mientras trasladaba su mano derecha a las piernas de la otra muchacha. — Eres mía, conozco la fama de Himuro Tatsumi, sé que no has sido de ninguna chica y de todas al mismo tiempo, pero yo solo seré tuya si tú eres mía.

¿Ser de alguien? Eso era enfermo, retorcido y posesivo ¿a quién le importa?

— Acepto.

Izuki cerró el agua de la ducha y se dispuso a salir del lugar.

— Oye, ¿Por qué detienes todo cuando recién íbamos a empezar?

— Si seguimos ahí nos vamos a resfriar, todo tu uniforme está mojado.

— Eso no importa, sigamos Shizu.

— ¿Vamos a tú casa? Debemos cambiarnos de ropa, no afectara en nada que una alumna ejemplar y una chica problemática pierdan un día de clases ¿No? —. Luego de decir esto guiñó un ojo en forma traviesa mientras se vestía por sobre la ropa interior mojada.

— Eres fabulosa.

— Lo sé, nebulosa.


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