La noche no tardo en caer, el museo se encontraba vacío, los empleados se habían ido a sus hogares a descansar despúes de una jornada de trabajo. El único detalle, es que sobre el techo del museo se encontraban tres sombras...
-Creo que ya todos se fueron-susurró Kuroko.
-Sí Ki-chan yo pienso lo mismo-concordó Takao para despúes ponerse de pie seguido de Kuroko.
-Takaocchi, Kurokocchi no hay que apresurarse-dijo Kise aún con el pecho pegado al piso.-Moo~son unos tercos-se puso de pie y se quito los rastos de tierra de su gabardina.
-Kise-kun es mejor que dejes de hacer tus berriches y nos digas de una vez cual es el plan-dijo Kuroko con su cara inexpresiva.
-Kurokocchi~no seas cruel-lloriqueó el rubio, pero de pronto su esemblante cambio por uno más serio-Takaocchi estará en el cuarto de seguridad,y Kurokocchi y yo nos encargaremos de ir por la joya.
-Manos a la obra-dijo Takao para después despojarse de su abrigo, Kise y Kuroko copiaron su acto.
Takao traía puesto una sudadera sin gorra negra pero transaparente de la parte de atras dejando ver así su bien formada espalda, una gargantilla de cuero, pantalones pesqueros ajustados al igual que sus tennis. Kuroko tenía una playera de manga corta negra, que dejaba a la vista su hombro izquierdo, pantalones de cuero, una muñequera de cuero, y sus tennis. Kise por su parte llevaba una camisa transparente negra, que hacia juego con su pantalones rotos de las rodillas, en su muslo izquierdo un cinturon de pierna blanco y tennis.
Takao se fue directo al cuarto de seguridad pasando de nuevo por los ductos de ventilación, mientras que Kise y Kuroko pasaban los dectetores del museo.
Llegaron a la boveda y Kise se iba a seguir derecho pero Kuroko le tomó la muñeca.
-¿Qué ocurre Kurokocchi?-preguntó.
-Prestame tu maquillaje Kise-kun-pidió.
-¡Kurokocchi no es el momento!-refunfuño- y no es maquillaje es polvo-corrigió, le extendio el polvo a Kuroko.
Kuroko golpeó un poco el polvo, le quitó la tapa y la esponja, y sopló dejando así a relucir lasers invisibles.
-Wuau, que inteligente eres Kurokocchi-felicitó Kise.
-Gracias-dijo Kuroko.
Kise pasó los laser con gracia y llegó al otro extremo, para ver si los podía desactivar. Takao desde la sala de seguridad lo hizo antes de que pasara algo.
Kuroko llegó al lado de Kise y este colocó la clave en panel, entraron a la boveda, Kuroko sacó de su bolsillo un pañuelo de seda blanco, abrió la caja de cristal y tomó el diamante.
-Es hermoso-murmuró Kuroko,admirando el diamante rosado.
-Takaocchi me mando un mensaje diciendo que tenemos que salir de aquí en diez minutos-tomó a kuroko de la mano y salieron de la boveda.-Tendremos que correr Kurokocchi-sonrió y cerro la boveda.
Estaban listos para correr pero al girarse los alumbro una luz rojo y empezó a sonar una alarma.
-¿¡Pero qué..?!-antes de formular la pregunta, las ventanas se rompieron gracias a los oficiales.
Kise colocó a Kuroko detrás suyo para protegerlo, los guardias empezaron a rodearlos.
-Kise-kun...tengo miedo-susurró en el oido de Kise.
-Shhh...no pasará nada Kurokocchi-trató de relajarlo pero Kise se encontraba con los pelos de punta.