Ya habían pasado algunos días desde que se apuntó a aquel gimnasio. En él, Jinhwan siempre veía sudorosos cuerpos de hombres muy bien formados que lo hacían sentirse.. diferente. Jinhwan realmente no sabría describirlo. Un hormigueo en la zona baja de su abdomen y un poco de dolor en su virilidad, que se duplicaba en tamaño y amenazaba con romper la tela de sus cortos y estrechos pantalones de hacer deporte. Después de hacer abdominales, unos cien en ese momento, Jinhwan sintió que su rutina diaria había terminado. Querer mantener los abdominales que había conseguido le estaba costando sudor y lágrimas, pero no se rendiría. Tomó la botella de agua y la abrió, bebiendo un par de tragos y echándose el resto del agua sobre la frente y cara. El agua recorrió su cuello y pecho, mojando la camiseta y marcando así sus pequeños y rosados pezones. Sin embargo, él no se percató de ello. Sus pantalones eran cortos y de tela licra, que marcaban por completo su entrepierna y sus nalgas, que solo eran cubiertas hasta la mitad. Tomó la botella de plástico vacía y la tiró a la papelera, avanzando hacia el vestuario. Allí tomó de su mochila champú y jabón de pastilla -Jinhwan siempre prefería llevar ese consigo en vez de un bote de gel, ni él mismo sabía bien por qué- y se dirigió a las duchas. Se desnudó con algo de lentitud y abrió el agua. Dio un respingo porque estaba fría, y pronto giró la manecilla hacia el lado de agua caliente.
ㅡAhh...
Gimió inconscientemente. El contacto del agua casi hirviendo relajó sus músculos y cerró sus ojos. Tomó algo de champú entre sus dedos y enjabonó su cabello, para poco después aclararlo. Repitió el proceso unas dos o tres veces, para tomar gel en su esponja y comenzar a lavar su cuerpo. Pasó lentamente por el cuello, las clavículas, los hombros, las axilas, los brazos, las muñecas, las manos. Su pecho, su abdomen, los laterales. Sus piernas, rodillas, tobillos, pies. Su espalda, omóplatos y nalgas. Dejó la esponja a un lado y tomó gel en las manos, comenzando a untar lentamente sus pezones y masajearlos. Jinhwan no sabía bien por qué, pero hacía tiempo que había descubierto que eso le producía una extraña pero placentera sensación en todo el cuerpo. Su pene se endureció mucho, y una vez más se sintió preocupado. Abandonó sus pezones para seguir los pasos -repasados una y otra vez- que su hyung le había indicado. Una vez más enjabonó su mano y con la palma envolvió su pene. Comenzó como si estuviese lavándolo, acariciando con sus dedos desde la base hasta la punta, y sintió un escalofrío. Su otra mano, inconscientemente, se dirigió a los testículos, jugando con ellos entre los dedos mientras, con los dedos pulgar e índice en forma de círculo, comenzó un movimiento de ascenso y descenso por su pene. Aquello era mucho más de lo que jamás pudo imaginar. Sentía cada vez más y más placer, y su pene no paraba de endurecerse y crecer. Un líquido extraño salió de la punta de su glande y se mezcló con la humedad del agua y jabón sobre su piel. La mano que estaba ocupada en sus testículos volvió a acariciar la pastilla de gel para estar lubricada en jabón. Se agachó un poco hacia delante y llevó un dedo entre sus nalgas, metiéndolo de golpe en su anito y gimiendo en voz alta.
ㅡ ¡AAH...!
Jinhwan se da cuenta de que ha gemido muy algo y se sonroja como un auténtico tomate. Desde luego, su hyung se llevaría una buena z98;jansoriz99; por no haberle advertido de los sonidos que emitiría al hacer todo eso. Continuando sus movimientos de meter y sacar el dedo, y el ascenso y descenso por su pene, Jinhwan alcanzó lo que reconoció como orgasmo, retorciéndose de placer en aquella ducha pública y gimiendo, una vez más en voz alta, sin importarle quién podría haberlo oído. Pues en esos instantes Jinhwan estaba arrodillado bajo el agua caliente, tratando de normalizar su respiración y de entender lo que acababa de pasarle.