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Don't go por TakamasaYuna

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Mis hombros chocan con los de un señor mayor y me giro rápidamente a disculparme pero eso no importa, el señor sigue caminando como si solo lo hubiera rozado el viento. A decir verdad, todavía no me he quitado esa costumbre de disculparme con alguien cuando me choco, aunque no me sientan, aunque ya esté muerto y nadie me note. Mi cuerpo atraviesa todo lo que toca por lo que aunque me quede en mitad de la calle sin moverme, las personas seguirán atravesándome para llegar a sus respectivos destinos.


 


Vivir de esta manera es desesperante pero, en el momento que me arrepentí de mi decisión ya era demasiado tarde.


 


Me siento en un banco y le doy pataditas a las piedras cercanas, con los años he aprendido a manipular pequeños objetos. La vida de un espíritu es bastante aburrida.


 


Cuando estaba vivo pensaba que después de morir no había nada más, que no existían los fantasmas o cualquier cosa relacionada. Me imaginaba el vació, una extensión de oscuridad en la que te fundías con el infinito pero, después de dos años vagando, me preguntó porque he quedado aquí atrapado. No estoy vivo pero sigo entre ellos.


 


Casi siempre escucho a demás espíritus hablar sobre como de maravilloso es el cielo y de cuanto les gustaría estar allá. ¿Por qué yo no avancé? ¿Fue por no creer?


 


Muchos dicen que cuando te quedas atrapado en este mundo significa que todavía tienes algo que resolver pero, solo soy un chico de veintitrés años que ni siquiera experimento su primer beso. ¿Cómo voy a saber que me queda por resolver si me quedaron un montón de cosas por vivir?


 


De vez en cuando me resigno a quedar vagando por ahí pero luego veo a las almas que avanzan. Veo sus caras de felicidad y yo también quisiera poder experimentar ese sentimiento. Me siento realmente celoso


 


–¿Puedo sentarme?


 


No me tomo la molestia en levantar a cabeza y mirar quién está hablando. Debe ser Chanyeol, mi pesado único amigo, el cual fue el que me guio mi primer año de muerto. El que me calmó cuando solo gritaba histérico que no podía haber muerto, el que me enseño a sobrellevar los días siendo invisible para todos.


 


–¿Estas sordo? –vuelve a decir con un ligero tono molesto y me da un pequeño empujón en el hombro.


 


–¿Necesitas permiso para sentarte? –le pregunto molesto, ¿acaso no ve que no estoy de humor para hablar?


 


Levanto la cabeza dispuesto a soltarle un sermón de porque ha de dejar espacio a las personas, cuando me doy cuenta de que Chanyeol no es el que me ha hablado.


 


Un chico castaño me mira intentando pedir una explicación de mi mal comportamiento pero a mí no importa nada eso. ¡Me está mirando! ¡A mí! Eso es lo importante. Sin embargo lo más sorprendente es que me ha tocado... A un fantasma.


 


–¿Quién eres? –pregunto levantándome y acercándome hasta que mi cara está casi pegada a la suya.


 


–Eres muy raro –habla el chico separándose un poco, me habla a mí–. Mejor me siento en otra parte.


 


–¡Espera! –grito intentando detenerlo, no me atrevo a agarrarlo por si mi mano lo traspasa. Se gira interrogante– ¿Sabes que soy?


 


–Una persona –dice con un tono que da a entender que me está tomando por un loco total.


 


Piensa que estoy vivo y me ve. Mi mente está confundida, ¿quién es este tipo? Quiero averiguar las razones por las que me ve pero como siempre, mi amigo llega en el momento más inoportuno.


 


–Baek-ah vamos a molestar a algunos animales.


 


Me giro a mirar a mi amigo y luego otra vez al desconocido. Esa persona me sigue mirando solo a mí como si no hubiera notado la presencia de Chanyeol, eso sí que es raro pero no hago ningún comentario y me giro para alejarme y dejar ir al chico castaño.


 


 


~~~


 


 


–Venga perrito a que no eres capaz de atraparme –Chanyeol provoca a un perro que pasea con su dueño. El perro se encuentra en posición de ataque y gruñe fuertemente a mi amigo.


 


En pocos segundos el perro corre en nuestra dirección tirando a su dueño al suelo, el cual grita molesto. El perro sigue corriendo y abre la boca con intención de morder a Chanyeol. Sin embrago, cuando se abalanza sobre la pierda de mi amigo el perro lo traspasa.


 


–Perro estúpido –se burla de nuevo Chanyeol–. No me puedes morder.


 


—No sé qué le ves de divertido en esto —hablo acercándome al dueño y luego soplándole en la nuca. El dueño se estremece y mira en mi dirección pero no ve nada—. Esto es lo divertido —digo después de mi acción.


 


–Como sea.


 


Chanyeol sigue molestando a varios animales más y yo me siento a pensar. Aquel chico no vio a Chanyeol, ¿por qué? A mí sí me veía, pensé que sería de esos niños que no pierden la habilidad de ver a los espíritus. Sin embargo, tendría que ver a Chanyeol también y no fue así.


 


—Yeol-ah.


 


Mi amigo se acerca y espera a que le diga la razón de mi llamado pero sólo me quedo en silencio.


 


—Sé que te gusto pero es muy raro que sólo me llames para contemplarme de cerca.


 


Hago caso omiso a su comentario y hablo:


 


—¿Alguna vez te has topado con alguien que te pueda ver?


 


—No, pero he oído de gente que estaba predestinada a conocerse y aunque uno de los dos muera, se pueden ver.


 


Pienso detenidamente en lo que acabo de escuchar y me pregunto si ese chico y yo estábamos destinados a conocernos. Después de todo yo acabé con mi vida antes de tiempo.


 


—Pero no te lo tomes muy enserio, son solo rumores que a veces escucho de los demás. Nunca ha habido algún caso conocido.


 


'Nunca, hasta ahora.'


 


 


~~~


 


               


Chanyeol y yo caminamos rumbo a conocer a la nueva alma. A Chanyeol le llegó la noticia de que el hijo de la señora de la floristería se había muerto en un accidente y que se había quedado al lado de la señora. Él apostó a que era un niño de mama que no se atrevía a dejarla sola y yo, por mi parte, solo dije que seguro no aceptaba su muerte.


               


Cuando llegamos, un chico de pelo negro y de mi misma estatura saltaba de un lado a otro intentando llamar la atención de su madre. Solo se escuchaba “omma” salir de su boca. Miré a Chanyeol con una sonrisa burlona y le pellizqué el codo.


               


–Te he ganado.


               


Él solo bufó y se adentró en la pequeña tienda llena de flores.


               


–No pierdas el tiempo –habló mi amigo dirigiéndose al recién muerto–. No te ve.


               


El chico se dio la vuelta y pude ver sus facciones. Era un chico guapo, pero en sus ojos se reflejaba la desesperación. ¿Yo estuve así cuando Chanyeol me encontró?


               


–Es mejor que vengas con nosotros –intervine viendo como el chico había pasado de las palabras de mi amigo.


               


–¿Quiénes sois?


               


–Somos tus nuevos amigos –sonrió Chanyeol haciendo que sus ojos formaran dos pequeñas media lunas.


               


Nos costó mucho convencer al chico de que viniera con nosotros, pero tras eso aprendimos mucho de él. Se llamaba Jongdae, tenía veititrés años y lo último que recordaba era estar conduciendo para llevar a su novia a un recital de piano. Con esta última información dedujimos que había tenido un accidente de coche.


               


Jongdae no tardó en aceptar su muerte, sin embargo, ahora lo que quería no era acosar a su madre para que lo viera sino saber si su novia había avanzado o seguía viva.


               


–¿Por qué no vamos al hospital? –sugirió Jongdae después de un rato de silencio.


               


–¿Y cómo vamos a saber si está ahí o no? –rodó los ojos Chanyeol.


               


Yo por mi parte aprobé la idea del chico y como éramos dos contra uno nos pusimos rumbo al hospital.


               


Chanyeol se quejó todo el camino, como nadie nos veía no podíamos coger un taxi y tuvimos que caminar media hora hasta llegar. Los fantasmas no se cansan por lo que no había problema pero, chanyeol solo sabía quejarse de cualquier cosa.


               


Divisamos el hospital y todos optamos por ir a recepción a preguntar. La siguiente idea de chanyeol fue poseer un cuerpo para preguntar pero, ninguno de los tres sabía cómo hacerlo. Jongdae sugirió correr hasta una persona pero tras intentarlo un par de veces solo conseguimos traspasarlas, como era de esperar.


               


–¿Y ahora qué hacemos?


               


–Baekhyun sabe manipular cosas, inténtalo –dijo mi amigo y Jongdae clavó su vista en mí.


               


Asentía y caminé hasta la mesa de recepción escuchando los ánimos de mis dos compañeros. Pero tras poner toda mi energía y mis ganas en intentar manipular el ordenador, no conseguí nada.


               


Los tres nos resignamos y decidimos volver cuando supiéramos poseer personas. Jongdae se veía desanimado mientras caminaba a la salida. Después de pasar tres horas con él, sabía que el momento donde más lindo se veía era cuando estaba feliz o tenía esperanza pero, ahora ninguna de esas dos cosas se reflejaba en su expresión.


 


Estábamos ya casi en la salida cuando vi a la última persona que esperaba encontrarme allí. Me puse nervioso por si mis compañeros notaban que él me podía ver pero, solo caminaron sin prestar demasiada atención a su alrededor.


 


–Chicos –llamé su atención–, ahora vuelvo. Esperadme fuera.


 


Los dos asintieron y salieron del hospital. Yo por mi parte corrí al encuentro con el desconocido.


 


–Tienes que hacerme un favor –dije nada más estar en su campo de visión.


 


Él me miró confundido por mi apresurada petición pero solo asintió con la cabeza, a la espera de escuchar lo que tenía que decir.


 


–Pregunta por Jung Soo Jung en recepción –le pedí–. Te recompensaré luego.


 


El chico solo asintió y se encaminó a realizar su misión. La verdad es que parecía buena persona y eso hacía que mi curiosidad por saber más de él aumentara.


 


A los pocos minutos reapareció.


 


–Habitación 210 –dijo sin más–. Me cobraré más tarde el favor. Por cierto, me llamo Ho Sehun.


 


Antes de irse me dio un papelito que yo recibí con miedo y rezando para que no se cayera de mis dedos pero, él se fue y nada pasó. Memoricé los números apuntados en el papel y luego lo dejé caer. Después de todo no tenía donde guardarlo.


 


Corrí emocionado a la entrada y abracé a Jongdae.


 


–No sé cómo está pero –me detuve a mirar al moreno con una enorme sonrisa que enchiquitaban mis ojos–. Está viva.


               


Jongdae se quedó de piedra y su rostro se deformó como si quisiera llorar pero, como los espíritus no lloran, no salió ninguna lágrima de sus ojos.


               


Chanyeol y yo acompañamos a nuestro nuevo amigo a la habitación donde se encontraba su novia. Cuando entramos ella estaba recostada en una cama y a su lado se encontraba una señora dormida con la cabeza apoyada en la cama.


               


Soo Jung respiraba pausadamente, tenía vendado un brazo y se notaban algunos cortes en su rostro, además de un enorme moretón cerca de su ojo.


               


Jongdae se acercó a ella despacio, temiendo que en cualquier momento la ilusión desapareciera pero, ella no se iba a desvanecer porque estaba allí. Estaba viva.


               


Nosotros por nuestra parte nos quedamos viendo la escena en una esquina de la habitación, sin decir nada. Queríamos dejarles su espacio pero también teníamos que mantener vigilado a Jongdae.


 


Una hora después el doctor entró despertando a la mujer que estaba allí.


               


–¿Cómo se encuentra? –preguntó la señora.


               


–Mucho mejor –respondió el doctor–. Además de las fracturas, tiene una ligera conmoción cerebral puede que no recuerde el momento del accidente pero no es nada grabe. Despertará pronto, solo tiene que descansar su cuerpo.


               


Todos suspiramos aliviados, Jongdae se había llevado la parte mala del accidente. Soo Jung estaba bien y eso alivió al moreno.


               


–¿Me puedo despedir a solas? –preguntó en voz baja y nosotros salimos de la habitación.


               


Chanyeol y yo esperamos unos diez minutos hasta que nuestro compañero salió.


               


–¿Estas bien? –preguntó Chanyeol.


               


–Gracias por dejarme verla.


               


Jongdae estaba feliz, tranquilo y cada vez más trasparente. Cuando Chanyeol se dio cuenta de lo que pasaba sonrió amargamente. Jongdae había cumplido con su tarea pendiente, ahora se podía ir.


               


Chanyeol se aferró a mi camisa y vio como el moreno desaparecía poco a poco con una sonrisa en su rostro. Cuando ya no lo vimos más mi amigo colocó su frente en mi hombro y suspiró.


               


–Han pasado casi cinco años –fue lo único que dijo y luego se dio la vuelta y se fue.


               


Y ahí fue cuando lo comprendí. Chanyeol podía parecer despreocupado y alegre, pero lo que de verdad le preocupaba en este momento era quedarse atrapado para siempre, no tener la esperanza de avanzar y algún día volver a ver a sus seres queridos.


 


 


~~~


 


               


Llevaba sin ver a chanyeol un mes. Un mes debatiéndome en cómo podía ayudarle. Solo sabía que había muerto de un infarto al corazón pero no sabía cuál era su tarea pendiente. Él sí la sabía pero, cada vez que tocaba el tema se machaba sin decir nada.


               


Otro tema que me carcomía por dentro era el chico con nombre Sehun. Quería encontrarme con él y saber más cosas suyas, a parte de su nombre. Quería saber si hubiera habido una posibilidad de conocernos si no hubiera muerto. Quería poder saber tantas cosas pero tenía miedo de que se asustara al saber que no estaba vivo.


               


Debía solucionar esos dos problemas y sabía que el tema de Chanyeol tenía mucha más importancia pero si no sabía dónde se encontraba no podía hacer nada, por lo que decidí concentrarme en Sehun.


               


Avancé hasta una cabina telefónica y entré, poniéndole el seguro a la puerta. Sería raro que alguien entrara mientras yo estaba dentro. Y aunque ver un teléfono levitando era raro, no tenía otra opción.


               


Miré el teléfono intentando concentrarme en cuantas teclas tenía que apretar, además de sostener el teléfono por todo el tiempo que hablara. Sin embargo, lo que más me preocupaba era que mi voz no se escuchara a través del aparato. Una cosa era que me viera pero, los muertos no hablan por teléfono. ¿Cómo iba a resultar bien esta llamada? Por todos los lados solo veía complicaciones.


 


Unos suaves golpes en el cristal me sacaron de mis pensamientos. Un chico alto me miraba con una gran sonrisa. ¿Ahora todos me podían ver o qué?


               


–¿Te ayudo en algo? –Ya estaba confirmado. Era visible para todos también–. Tranquilo soy como tú.


               


Esa pequeña frase me aclaró todo. Era un fantasma poseyendo a una persona.


               


Acepté su ayuda con pena y abrí la cabina. No sabía cómo me iba a ayudar pero de verdad quería llamar por teléfono.


               


–Puedes usar este cuerpo –aclaró cuando entró al cubículo.


               


–Pero… Yo no sé hacer eso –agaché la cabeza más apenado aún más.


               


–Tranquilo –sonrió amablemente–. Yo te enseño.  


 


El chico alto que se encontraba frente a mí cerró los ojos y pude ver como el  espíritu de su interior salía a la vez que el cuerpo del chico caía desplomado al suelo. El chico no abrió los ojos de nuevo, parecía dormido.


               


–Soy JongIn –se presentó extendiendo su mano hacia mí. Le estreché la mano y esperé a que prosiguiera con su explicación. La cual no tardo en empezar.


               


>>Solo tienes que concentrarte en tu objetivo y tocar su corazón, céntrate en el sonido de sus latidos.


               


Seguí sus instrucciones al pie de la letra y de repente sentí como si me hubieran dado un golpe en la cabeza. Estaba tirado en el suelo y JongIn me miraba con una sonrisa. Acaso me había engañado. Sin embargo, cuando me incorporé vi todo más alto que normalmente. Miré mis manos y no eran las mías, lo había conseguido.


               


–Dios, eres el mejor –salté y lo intenté abrazar pero solo conseguí traspasarlo.


               


–Tranquilo hombre –sonrió–, tú llama y luego me lo agradeces. Por cierto, intenta dejara al chico en un lugar donde no le pase nada hasta que se despierte.


               


No tuve claro si se fue después de decir eso o espero a ver como llamaba pues, yo solo me concentré en marcar los números que había repetido hasta llegar a la cabina.


               


–¿Aló?


               


–¿Sehun?


               


–¿Quién eres? –Preguntó confundido, creo que se había olvidado de mí.


               


–Soy el chico al que le diste tú teléfono en el hospital –expliqué intentando que me recordara.


               


–Claro, ya sé. Tu voz es muy distinta por teléfono.


               


Y hay caí, estaba usando a un desconocido para llamar, claro que mi voz era diferente.


               


Quedamos una hora después en un parque cercano. Estaba nervioso, veía como todos pasaban mientras yo caminaba de un lado a otro. Que sería de mí si se entera de que estaba muerto.


               


Pasados diez minutos Sehun llegó. Se acercó a mí agitando su mano en forma de saludo y, cuando estuvo lo suficientemente cerca intentó darme la mano. Sin embargo, cuando se dio cuenta que no tenía pensado corresponder su saludo bajó la mano.


               


–No pareces muy amigable –comento mientras se sentaba en un banco.


               


–Me llamo Baekhyun –me presenté–. No me gusta mucho el contacto físico.


               


A decir verdad, siempre había sido una persona muy amigable y cariñosa. Mis amigos y yo siempre teníamos mucho contacto físico pero, ahora no me lo podía permitir. Era aun riesgo si de repente su mano no tocaba la mía.


               


Sehun solo asintió y sugirió ir a por un helado y como era de esperar me negué.


               


–¿Entonces que quieres hacer?


               


–¿Podemos ir a un lugar tranquilo?


               


Nuestra tarde transcurrió dentro de un restaurante donde cada mesa estaba separada de las demás. Era como si estuviéramos solos. Sehun comió un poco de todo y yo no probé bocado, a fin de cuentas no lo necesitaba.


               


Descubrí que Sehun estaba estudiando diseño gráfico y hace dos años se había mudado a Seúl. Era más pequeño que yo y no tenía hermanos. Vivía solo y le gustaban los perros. Por mi parte, el no descubrió mucho de mí, solo mi nombre y mi edad. Todas las demás preguntas no las respondí.


               


–Tal vez nos hubiéramos visto en la universidad –pensé en voz alta y cuando me di cuenta él ya me estaba preguntando si estudiaba diseño gráficos–. Lo dejé hace dos años.


               


–¿Por qué?


               


–Solo ocurrió así.


               


Nuestro encuentro acabó ahí, me sentía demasiado incomodo como para seguir a su lado. No quería que me peguntara por mi pasado, por qué había dejado la universidad. A decir verdad, me levanté de la mesa sin siquiera despedirme y consiguiendo que Sehun dejara más dinero de la cuenta en la mesa para seguirme.


               


A pesar de todo, no consiguió alcanzare y yo me perdí en la oscuridad de la noche. Dentro del restaurante no nos habíamos dado cuenta de que ya era de noche.


 


 


~~~


 


               


–Hace mucho que no nos vemos –escuché como me decía Chanyeol acostándose a mi lado.


               


Me encontraba en una sauna. Hacía calor pero no sudábamos, estaba allí solo para pasar el tiempo.


               


–¿Por qué no te veo desde hace un mes?


               


–Te vi ayer –me dijo–. ¿Quién es? Y ¿Por qué te ve?


               


–No quiero hablar de eso Chanyeol.


               


–Yo tampoco quiero hablar de lo mío y me has preguntado.


               


Suspiré y me incorporé para mirarlo a los ojos. Si hubiera sido humano se vería demacrado y con los ojos rojos, lo sabía por la forma en que se encorvaba, de la igual forma que yo lo había hecho cuando deseaba desaparecer. Se veía realmente cansado.


               


–Te buscó por bastante tiempo, hasta le preguntó a la gente –me informó–. Era gracioso ver como todo el mundo decía que no te había visto.


               


Intentó sonreír pero solo consiguió que un ligero suspiro saliera de sus labios.


               


–¿No estas enfadado? –Tenía miedo de que me dejara, solo lo tenía a él aquí–. No te lo conté.


               


–No tenías por qué hacerlo Baek, yo nunca te lo cuento todo.


               


Era duro saber que había secretos entre nosotros pero, a decir verdad y nunca le había contado como morí, siempre era yo el que guardaba las cosas para mí. No tenía el derecho a exigirle nada a Chanyeol.


               


–Solo tengo curiosidad por saber por qué me puede ver –comencé a hablar y Chanyeol solo me escuchó–. Me dijiste que era porque estábamos destinados a conocernos y, solo quiero saber cómo lo hubiéramos hecho.


               


Le conté todo de lo que habíamos hablado y Chanyeol solo me alentó a seguir conociéndolo. Tal vez así pudiera irme por fin de este mundo.


 


 


~~~


 


 


–¿Y me dijiste que te gusta cantar? –Sehun parecía muy entretenido en lo que le contaba.


 


Llevábamos una hora sentados en su sofá hablando solo de mí. Evitaba cualquier cosa que estuviera relacionada con mi muerte pero aun así había mucho que contar. Antes de que todo pasara era una persona muy activa.


 


–¡Ya te lo he repetido tres veces! –dije haciéndome el molesto.


 


Después de la charla con Chanyeol, había llamado a Sehun y había decido encontrar la solución para ver la luz, y la solución la tenía él. Estaba seguro de eso.


 


–Es que no me lo puedo creer –Cada vez que se reía, sus ojos formaban una línea y pequeñas patas de gallo se formaban alrededor de su boca–. Ya he asimilado que ganaras la corona del rey del baile pero, ¿cantar? ¿Eres perfecto?


 


–Claro que no.


               


En ese momento el teléfono de Sehun empezó a sonar y pude escuchar como hablaba con alguien que según entendí, estaba por venir.


               


Cuando colgó el teléfono se volvió a sentar al frente mío para seguir con nuestra conversación.


               


–¿Y puedes demostrar tú talento?


               


–¿Va a venir alguien? –pregunté ignorando su pregunta.


               


–Mi madre pero te puedes quedar, solo viene a traerme algo.


               


Rápidamente me levanté y me disculpé diciendo que había olvidado un compromiso. Sin embargo, para dejarme ir le tuve que prometer encontrarnos al día siguiente para que le cantara. Sehun siempre conseguía lo que quería y yo lo iba descubriendo poco apoco.


    


           


~~~


 


               


Los meses pasaron entre visitas a Sehun e intentar levantar el ánimo a Chanyeol. Sehun y yo había hecho muy buena amistad pero él aun no sabía que yo no estaba vivo, y procuraba que siguiera así.


               


Por otra parte, Chanyeol cada vez se me aparecía menos y cuando lo veía solo hablábamos de mis avances en la investigación de “Oh Seluz” nombre que había designado a la misión Chanyeol, combinando Sehun y luz. Tenía la sensación que cuando más me acercaba a Sehun más me alejaba de Chanyeol y eso me daba miedo.


               


–¿Pensando en tu chico de nuevo?


               


–¡Chanyeol! –grité y lo abracé. Entre nosotros si podíamos tener contacto. Pasado el entusiasmo le di un ligero golpe en el hombro–. No es mi chico.


               


–Pues que estés esperando siempre volver a verlo dice lo contrario –mi amigo me estaba chinchando y yo solo me dejaba, la verdad no quería pelear con él pues no sabía si volvería a desaparecer por un largo tiempo.


               


–Eso no te da el derecho a proclamarlo mi chico.


               


Chanyeol siguió con las burlas un rato más y luego fuimos a dar una vuelta. Me acompañó hasta la casa de Sehun y me prometió volver a vernos por la noche. Ahora cada vez que nos separábamos necesitaba una promesa para poder dejarlo ir. No quería que desapareciera de mi “vida”.


               


En la puerta Sehun me abrió con una gran sonrisa y me dijo que íbamos a ver una película. Hizo palomitas y nos sentamos en el sofá. Peligrosamente cerca para mi gusto.


               


En la oscuridad de la sala no noté como poco a poco Sehun se acercaba y como una de su mano se posaba en el respaldo del sofá, por encima de mi hombro. Fue cuando su cara estaba a pocos centímetros de la mía que me di cuenta de la situación, sin embargo, ya era demasiado tarde para impedirlo.


               


Sehun tenía los ojos cerrados pero enseguida los abrió cuando su cuerpo atravesó el mío y su cara chocó contra el sofá. Rápidamente se incorporó y me miró exigiendo una explicación.


               


En mi cara solo se reflejó horror, me encantaba saber que Sehun se sintiera atraído por mí pero él se estaba dando cuenta de que algo andaba mal conmigo y, creo que el que su cuerpo me atravesaba le daba una pista.


               


Salí corriendo de allí, sin dar ninguna explicación y con expresión de Sehun grabada en mi retina. No sé cuánto corrí, no puedo decir que fuera mucho o poco pues no sentí cansancio en ningún momento, estaba muerto después de todo.


 


 


~~~


 


 


Tarde dos días en contarle a Chanyeol qué había pasado en la casa de Sehun y ese mismo día me enteré que Chanyeol ya tenía su solución para poder avanzar. Se iba a ir y me iba a dejar en el momento más duro.


 


No se había ido todavía pues estaba esperando a que yo estuviera a su lado para irse, y a pesar de todo no se lo podía recriminar pues había estado tres años solo hasta que llegue yo. En total llevaba cinco años muerto, sin poder avanzar.


               


–¿Y cómo has encontrado la solución?


               


–Me topé con un chico que me ayudó –respondió–. Creo que lo conoces, se llama JongIn.


               


En ese momento vino a mí las imágenes del chico de piel bronceada que me había ayudado en la cabina. Acaso era el salvador de los espíritus.


               


–¿Entonces a que estamos esperando para despedirte?


               


–¿Estarás bien? –Chanyeol me vio preocupado y sabía porque, ahora no se iría tranquilos con Sehun habiendo descubierto mi secreto–. Tú y Sehun…


               


Lo corte mandé a callar antes de que siguiera y sonreí forzadamente. No quería quedarme solo pero tampoco quería ser el peso que no dejara volar a Chanyeol.


               


–Estaré bien, después de todo no soy un niño.


               


Tardamos unos cuantos minutos en llegar al lugar donde JongIn nos esperaba. Nos encontrábamos en un teatro donde se iba a celebrar un concierto. No me sonaba el nombre que estaba impreso en los carteles pero JongIn me dijo que era la sensación del momento.


               


Cuando entramos nos pusimos mano a la obra con el plan “orejón transparente” (nombre por cortesía de JongIn, el cual encontraba graciosas las orejas de Chanyeol). Entramos a los camerinos y divisamos a nuestro objetivo, un chico bajito con el pelo corte y peinado hacia atrás. El chico se encontraba recostado en el sofá del lugar dándole vueltas a las baquetas entre sus dedos.


               


Antes de entrar, Chanyeol me había explicado que debía poseer al chico para poder tocar en su lugar. Y ahí fue cuando me di cuenta lo tonto que había sido. Mi amigo me había contado desde el principio que había muerto de un infarto y hasta me dijo que había sido antes de que su grupo tocara por primera vez. Sin embargo, cuando me lo contó estaba tan concentrado en mí y en asimilar la situación que solo me quedé con la parte de “infarto al corazón”. Si me hubiera dado cuenta antes hubiera cumplido el deseo de mi amigo desde la primera vez que JongIn me ayudó en la cabina.


               


A pesar de mis buenos pensamientos, sabía que aun así me hubiera centrado en Sehun tanto como lo hice antes. Sabía que algo estaba mal con Chanyeol y me fui en busca de mi propia felicidad sin importar que encontrara una solución a mi encierro y dejara atrás a mi amigo. En cambio, él había esperado a que yo estuviera a su lado. Me sentía como la peor mierda del mundo.


               


Chanyeol se acercó al chico e hizo lo mismo que yo en la cabina, cerró los ojos y puso sus manos sobre el pecho del contrario. Vi como desaparecía y el chico del sofá se sobresaltaba.


 


–Listo –dijo el chico con voz ronca levantando su dedo pulgar.


           


    


~~~


 


 


Las luces del lugar eran tenues aportando un ambiente de expectación antes las luces que se empezaban a mover en el escenario. El presentador salió anunciando la entrada del grupo y todos los presentes empezaron a vitorear el nombre del grupo. Todos se veían muy emocionados y yo solo contemplaba a toda la gente desde un rincón del escenario, tapado con las cortinas. JongIn se había despedido de mí recordándome dejar al chico en un lugar donde no corriera peligro.


 


Pronto los primeros toque de la baqueta sonaron marcando el inicio y todo el lugar fue envuelto con la voz del cantante. Chanyeol tocaba sin ningún error, sus brazos se encontraban contraídos y las baquetas bailaban velozmente por el instrumento. Era un batería sorprendente.


 


JongIn me dijo que Chanyeol se había esforzado mucho en aprenderse la canción en tan poco tiempo y que por eso había estado un poco desaparecido.


 


Todo el cuerpo del batería se movía al ritmo de los golpes y gotas de sudor empezaban a bajar por su cuerpo.


 


Tras dos canciones más, llegó el solo de batería y Chanyeol lo hizo espectacular. Nunca hubiera podido creer que manos y pies se pudieran mover con tanta coordinación y velocidad.


 


Toda la presentación acabó y acompañé a todo el grupo a los camerinos. El chico se acostó en sofá y Chanyeol salió de él. Su sonrisa era la más grande que había visto nunca. Se acercó a mí y me rodeó en un fuerte abrazo.


 


–Gracias por estar ahí siempre –dijo y la presión que ejercía sobre mi cuerpo fue disminuyendo poco a poco. Se iba y yo me quedaba solo. Estaba triste pero no podía arrebatarle ese momento a mi amigo. Me separé y contemplé como Chanyeol dejaba de aparecer frente a mí.


 


Salí del teatro con la cabeza gacha y arrastrando los pies. No tenía fuerzas para nada, solo quería poder irme como Chanyeol y sentir la dicha de saber que no estarás atrapado nunca más pero, para mí esa oportunidad se esfumó cuando Sehun intentó besarme. Sehun, está tanto en mis pensamientos que desde ese día que hasta juro escuchar su voz a veces.


 


–¡Baekhyun! –Escuché como Sehun me llamaba. Recordaba tanto su voz pronunciando mi nombre que no me di cuenta que era de verdad que me llamaba hasta que lo tuve delante.


 


No le di tiempo a mi cuerpo a pensarlo pues salí corriendo para evitar la mirada de Sehun pero este me siguió. Escuchaba a mi espalda los jadeos de un Sehun cansado y como poco a poco sus gritos disminuían.


 


–Hablemos Baek-shi –escuché como un sollozo salió después de decir mi nombre.


 


Y así me di la vuelta, encontrándome a Sehun rojo y sudado, con los ojos llenos de lágrimas y respirando dificultosamente.


 


>>Vamos a mi casa, por favor.


 


Dude un poco pero al final cedí ante la lastimosa imagen del chico.


 


Fuimos sin dirigirnos la palabra hasta su casa, la cual ya conocía desde esquina a esquina. En el sofá, Sehun se sentó en uno y me indicó que me sentara en el otro.


 


–Yo te conocía –habló él primero rompiendo nuestro silencio–. Acababa de llegar a la universidad y todos hablaban de ti como el mejor alumno de todos. Un hombre perfecto por el que se desmayaban todas las chicas.


 


Paró de hablar y buscó algo en su móvil. Cuando pareció encontrarlo giró la pantalla hacía mi dejándome ver lo que había encontrado.


 


En la pantalla se veía a Sehun con el brazo alrededor de un chico algo más bajito, los dos sonreían hacía la cámara. Sin embargo, al mirar al fondo de la foto me di cuenta de lo que de verdad quería que viera. La foto me había capturado al fondo, sentado en el césped leyendo un libro. Me acuerdo perfectamente de ese día, fue cuando me decidí confesarme a mi mejor amigo. En ese momento leer tranquilizaba mis nervios.


 


>>Eras perfecto en todos los sentidos –prosiguió relatando sus recuerdos–. Y todo el mundo te idolatraba pero, un día dejaron de hablar de ti. Te fuiste de la universidad y no pude volver a saber de ti. Te olvidé.


 


–Como todos –susurré.


 


–¿Cuéntame lo que paso? –Me pidió con una voz que intentaba inspirar confianza–. Sé que estás muerto, no sé por qué y tampoco sé porque te veo pero te estoy pidiendo respuestas.


 


Me lo pensé unos minutos, minutos en los que Sehun estuvo en silencio esperando que comenzara a hablar. No sabía por dónde empezar y no estaba seguro de querer recordar pero Sehun se había abierto a mí desde que nos conocimos y yo solo le había mentido. Creo que contarle todo era lo mínimo que merecía.


 


–Tienes razón, era alguien muy popular –comencé y seguí contando mi historia.


 


Le conté que en ese entonces había descubierto que me gustaba alguien, el cual era mi mejor amigo (un chico), que me había confesado y que él se burló de mí. Desde ese momento todos empezaron a despreciarme y a repudiarme por mi condición sexual. Mis grandes habilidades ya no valían nada comparados con mis “asquerosos gustos”. Le conté como empecé a recluirme en mi habitación y como abandoné poco a poco todos mis sueños. Ya no sonreía, ya no había alegría en mi vida.      


         


–Pensé que con los meses todo pasaría pero no fue así –dije y comencé a temblar. Si pudiera llorar ahora mismo lo estaría haciendo. Sehun se levantó para abrazarme pero no lo hizo, se sentó de nuevo y me dejó seguir hablando.


 


También le conté como de un día para otro la única solución que encontraba para parar todo el sufrimiento era el suicidio y, como un día contemplé desde fuera mi cuerpo dentro de la bañera con las venas cortadas.


 


–Fue una imagen horrible –mi voz tembló–, pero las burlas acabaron, al igual que mi vida.


 


Nos quedamos en silencio. Le había soltado todo a Sehun, toda mi mierda. Mi historia de vida. La historia de cómo alguien es llevado al límite solo por querer amar a alguien que es de su mismo sexo.


 


–Baek –habló por fin. Habíamos estado media hora en silencio. Sehun contemplándome y yo temblando al recordar mi cuerpo frio y sin vida–. Al día siguiente de la foto nuestras clases coincidían en una charla sobre los gráficos en publicidad. Me iba a presentar. Había estado reuniendo el valor desde hacía meses.


 


>>Me ibas a conocer al día siguiente pero, nunca apareciste.


 


Levante la vista y vi las lágrimas rodar por su mejillas, estaba llorando por los dos. Sabía que se compadecía del pobre chico que era yo.


 


–¡Deja de llorar, no vas a arreglar nada! –le grité–. No quiero que sientas pena por mí, ahora no sirve de nada.


 


Mi interior estaba molesto con eso. Después de mi muerte todos los insultos cesaron y solo hubieron lamentos y discursos de “era el mejor chico que había conocido, no sé porque nos dejó” en mi funeral.


 


–Baekhyun, yo también soy gay –confesó Sehun–. Estoy enamorado de ti.


 


No podía estar enamorado de mí. Yo no era una persona real y él ahora lo sabía. Yo no era una persona digna de ser amada.


 


>>Baek-ah, mírame.


 


Moví la cabeza en señal de negación y me levanté.


 


–Creo que ya hemos acabado, me voy.


 


–¡Baekhyun! –Gritó con la voz ronca y quebrada–. No te vayas y afronta mis sentimientos.


 


–¡No puedes estar enamorado de mí! –Perdí la paciencia–. Los hombres no se ama, además… ¡Estoy muerto! ¡Me suicidé!


 


Sehun lloró más aun, pude sentir como su corazón se quebraba. No había sido un año ni siquiera desde que me había conocido como fantasma y, solo habían sido unos meses los que Sehun coincidió conmigo en la universidad pero, sus sentimientos habían crecido hasta desbordarse y sabía que no era fácil confesarse a un hombre.


 


–Baekhyun los hombres si pueden amarse –respondió en bajito–. Que tuvieras mala suerte una vez no te prohíbe amar toda la vida. Abre los ojos, estoy aquí.


 


–Yo no siento nada por ti –Mentira. Una gran mentira de la que me di cuenta desde  que las palabras salieron de mis labios.


 


Yo a diferencia de Sehun no sabía quién era él cuando estaba vivo pero, en este tiempo mi curiosidad había evolucionado a cariño y después de que viera como me intentaba besar había crecido a algo más. Si mi corazón latiera, en ese momento se hubiera salido del pecho.


 


–Puedes irte si quieres.


 


Las palabras de Sehun me sorprendieron. Pensé que insistiría un poco más pero ya se había cansado de la situación. Estaba claro que se cansaría, quien soportaría a un fantasma gay con problemas de autoestima.


 


–Lo siento Sehun, no quería hacerte daño.


 


Me giré y caminé hasta la esquina pero para mi sorpresa sentí como una mano me sujetaba la muñeca y me giraba bruscamente. Mi sorpresa fue mayor cuando los labios de Sehun se posaron sobre los míos y, los sentí. ¡Los sentí! No me había traspasado, me estaba besando y llorando a la vez. Me tenía sujeto de una mano y sentí la presión que ejercía sobre mi muñeca.


 


No sé cómo pudo pasar pero me olvidé de todo y cedí, cedí ante los recuerdos de un chico enamorado de otro chico. Afronte el hecho de que la solución era superar las cosas pasadas y, en este momento estaba afrontando todo por lo que me habían torturado todos los demás e, incluso yo mismo. Me gustaban los hombres y lo podía gritar mil veces hasta que mi voz se acabara.


 


Cuando Sehun se separó sus ojos se abrieron asustados.


 


–Baek, ¿qué pasa?


 


–Gracias Sehun.


 


Era la despedida, había afrontado todos los que creía mis pecados y había experimentado inexplicablemente un beso. Mi mente se sentía en paz y mi cuerpo experimentaba el calor del sol. Estaba viendo la luz y sabía que mi cuerpo se desvanecía, pude ver como Chanyeol me esperaba con los brazos abiertos al otro lado y como mi abuela me sonreía alentándome a no tener miedo.


 


–Baekhyun.


 


–Siento que todo tenga que ser así para ti Sehun pero, es una despedida –sujeté como pude las manos de Sehun, más bien las rocé y le dije mis últimas palabras mirándole directamente a los ojos–. Encontrarás a alguien que no sea tan tonto como yo. Olvídate de mí una segunda vez. 


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