Impulsos
Cuando Severus Snape abrió la puerta no se sorprendió al ver a Harry quien parecía agitado, asustado y sus ojos traslucían un deseo extraño. El mayor estaba preocupado sobre lo que Pansy Parkinson pudiera decirle, sobre él, sobre su pasado, sobre los mortífagos, en fin, sobre todo.
—Severus —dijo Harry y se lanzó a sus brazos.
—Ey ¿Qué pasa? —pregunto Severus tocando ligeramente la cabeza de Harry y apartándose.
—Nada, es que…
El mayor espero a que Harry continuara, pero no lo hizo, simplemente se quedó callado viendo a Severus quien dio un suspiro y se hizo a un lado para dejarlo pasar, antes de que Harry tocara a su puerta estaba sentado en la mesa tomando un té.
—¿Quieres un té? —pregunto Severus, se sentía como un tonto pero no sabía que más hacer.
—No —contesto Harry.
Severus le lanzo una mirada a Harry que venía a decir “¿entonces qué quieres?” el muchacho lo entendió y sintiendo que su corazón explotaba se encamino hasta la habitación de Snape, el mayor frunció el ceño y lo siguió, encontrando al joven sentado en su cama.
—Creo que has cogido mucha confianza —dijo Severus.
Harry se sonrojo, el rostro del mayor no reflejaba nada, no podía saber en lo que estaba pensando y si su propuesta había sido aceptada o no, pero Harry ya tenía una resolución, quería que Severus lo besara tan acaloradamente como la pequeña morena a Luna antes de que él se enterara de todo mañana, porque sabía que Ron y Hermione le darían el trabajo que estaban realizando y que tal vez no le iba a gustar lo que iba a encontrar.
Severus se sentó a un lado del moreno.
—¿Quieres acostarte conmigo? —pregunto Severus recordando una escena pasada.
—Si —contesto Harry aclarándose la garganta pues la voz le había salido un poco ronca.
Los dos hombres se quitaron los zapatos, levantaron las cobijas y se recostaron sobre las almohadas uno frente al otro, Severus no hizo ningún movimiento, solo contemplo el rosto juvenil de Harry con aquellos ojos verdes, labios carnosos y nariz respingada, por su parte Harry miro los ojos de Severus antes de hacer cualquier movimiento recordando la primera vez que los había visto, su mirada que antes era como una mordida, ahora la encontraba cálida y misteriosa.
Harry se acercó y beso tímidamente los labios del mayor, se separó par a mirar su reacción, Severus estaba sonriendo.
—No estás listo para esto —dijo Snape.
—Lo estoy —replico Harry, pero su voz tembló.
—Ya lo veremos.
Severus se posiciono encima de Harry colocando un brazo a cada lado de su cabeza y se inclinó para besarlo con más profundidad, primero rozándolos con suavidad, luego moviéndolos un poco, el menor entreabrió la boca y tomo el labio inferior de Snape entre sus dientes mordiendo con ligereza sorprendiendo al mayor, el beso continúo lento, húmedo y satisfactorio. Harry sintió la lengua de Severus explorando su boca, él movió las manos que hasta ese momento habían permanecido quietas sobre la cama y empezó a acariciar las caderas del mayor por sobre los pantalones del pijama. Severus movió su mano derecha para acariciar el cuello de Harry. Sus cuerpos se estrecharon el uno con el otro, sintiendo cada parte de ellos sobre las ropas.
El mayor descendió por debajo de las cobijas dejando a Harry estupefacto cuando sintió que le desabrochaban el pantalón y bajaban su ropa interior.
—Severus no vas a…¡ahhh! —gimió Harry cuando sintió la lengua húmeda de Severus recorrer su pene erecto.
Harry cerró los ojos sintiéndolo todo, Severus sabía lo que hacía y lo hacía muy bien. A un ritmo acompasado el mayor metía y sacaba el miembro de Harry de su boca, para el menor aquella era la primera vez que le hacían un oral, como era de esperarse el joven termino rápido llenando las papilas gustativas de Severus con su sabor salado. El mayor volvió hasta los labios de Harry quien respiraba entrecortadamente y lo beso haciendo que el moreno probara su propio sabor, aquella experiencia difícilmente se le olvidaría a Harry, pero eso aún no terminaba.
El menor llevo su mano hasta la entrepierna de Severus empezando a acariciar con un movimiento rápido, momentos después la mano de Harry estaba mojada. Severus tomo una caja de pañuelos desechables que tenía en la mesa de noche y procedió a limpiar la mano de Harry, una vez terminada la limpieza Severus puso a Harry de espaldas y se situó encima de él, Harry se puso nervioso y Severus lo noto.
—Podemos dejarlo aquí por hoy —susurro Severus en la oreja de Harry.
Harry se lo pensó un rato, hasta que por fin contesto.
—Está bien.
Severus suspiro y se acostó de espaldas.
—No tienes que presionarte a hacer nada —dijo el mayor.
—No estoy presionado, solo quería sentirte cerca —murmuro Harry acomodándose mejor para dormir.
—Ya te lo dije voy a estar aquí.
—Lo sé pero me pregunto si yo estaré aquí también.
Fue entonces cuando Severus lo entendió, Harry estaba considerando el marcharse si las cosas se ponían feas y él no lo culparía.
—Claro.
—Sé que guardas secretos, todos lo hacen pero me gustaría que me los contaras.
—Es complicado.
—Creo que podré comprenderlo.
—Entonces te lo diré mañana, mientras tanto duerme —dijo Severus.
Harry se recargo en el pecho del mayor y cerró los ojos.