La fecha equivocada
El viernes llego y con el la despedida de Pansy Parkinson, la morena estaba reacia a irse en especial considerando los problemas que estaban por venir, ella no podría intervenir en los asuntos de los mortífagos desde Rumania y sobre todo ya no podría verse con Luna por eso se citó con la rubia horas antes de su partida para tener una “despedida” adecuada.
Pansy se abrazó fuertemente con Luna hasta que tuvo que separarse pues los Malfoy e incluso Harry y Severus vinieron a decirle adiós, la morena subió al tren ligeramente insatisfecha con la situación.
—¿Vas a extrañarla? —pregunto Harry a Luna.
Ahora estaban en la tienda de conveniencia, Severus estaba eligiendo algunos dulces para sustituirlos por el cigarro, había decidido dejar de fumar.
—Sí, no estoy segura de que vaya a regresar, si no lo hace tendré que alegrarme por el tiempo que pasamos juntas —contesto la rubia con la mirada distante.
El mayor llego con un montón de golosinas y las dejo en la caja para que Luna los cobrara.
—Hey Sev ¿quieres que te lea la mano? Hace mucho que no lo hago para ti.
—Está bien —contesto Severus.
El mayor no creía en esas cosas pero dejaba que la muchacha hiciera eso por él como un capricho. Harry observo como la rubia tomaba la mano del mayor y la estudiaba con sus ojos azules, frunció el ceño y después se sonrojó.
—Tendrás una buena noche pero después vendrán problemas, tienes que cuidar de lo más valioso para ti —dijo Luna.
Severus le hecho una ojeada a Harry, el moreno sonrió. La pareja camino hasta el departamento del mayor, después de una cena ligera se fueron juntos a la cama.
La noche estaba tranquila, Harry se sentía muy cómodo entre aquellas sábanas blancas junto a Severus, empezó a adormecerse de inmediato, los minutos pasaron y el menor empezó a sentir un agradable calorcillo, se había puesto duro entre sueños y cuando despertó estaba bastante excitado, avergonzado Harry le dio la espalda a Severus que parecía estar durmiendo y empezó a masturbarse intentando sofocar sus gemidos.
—Harry —susurro el mayor al oído del moreno.
El ojiverde sintió un escalofrió de placer recorrerle la espalda al escuchar la voz ronca de su novio.
—Ummm —murmuro el menor.
—¿Qué estás haciendo?
A Harry le dieron ganas de reírse, era más que obvio lo que estaba haciendo, Severus guío su mano izquierda hasta la entrepierna del menor ayudándolo en su tarea, besando la nuca y el cuello del menor.
—Severus…voy a…
El mayor soplo en el oído de Harry, segundos después sintió su mano húmeda. Harry se volteó para quedar de frente a Severus.
—¿Hoy podemos seguir hasta el final? —pregunto el menor avergonzado.
Severus se enterneció, Harry se veía adorable y bastante erótico, una combinación irresistible, el mayor se inclinó para besar al moreno.
—Date vuelta —pidió el mayor.
Harry obedeció, Severus se levantó para buscar algún tipo de lubricante como no estaba preparado para esas cosas se tuvo que conformar con loción, bajo el pantalón del pijama de Harry y el suyo también se unto un poco de loción en la mano y empezó a masturbarse cuando se sintió lo suficientemente resbaloso se acercó al trasero de Harry empujándose contra él.
—¡Ay! Sev…duele… —se quejó el menor.
—Tranquilo.
Severus beso nuevamente el cuello de Harry y acaricio su vientre hasta bajar a su entrepierna, tomo el pene de Harry que había despertado nuevamente, levanto la pierna del moreno para tener mejor acceso a él y continúo empujando hasta estar totalmente dentro.
—Sigue —pidió Harry.
El mayor comenzó a moverse, estaban en la posición perfecta, Harry vio estrellas cuando el mayor toco su punto débil, ambos terminaron.
Cuando Harry despertó sintió un tremendo frio, miro a su alrededor descubriendo que aún era de noche y que Severus no estaba, el moreno suspiro preguntándose porque Severus siempre desaparecía de repente, miro el reloj que estaba en la mesa de noche eran las tres de la mañana, se levantó para ir al baño sintiendo frio y un dolorcillo en la cadera, se puso la chamarra que estaba en el suelo y cuando metió las manos en los bolsillos sintió un papel, se había olvidado de el por completo, era la nota de la reunión de los mortífagos que decía “Señor Harry Potter, lo esperamos el sábado a las tres de la mañana en el callejón nocturno”.
—Tal vez Severus se ha ido para allá sin avisarme porque no quería meterme en problemas, pero lo mejor será ir, me gustaría dejar unas cosas claras —dijo en voz alta el menor arrugando con enojo el papel amarillento.
Se vistió y salió a la oscuridad de la noche, Harry camino hasta el callejón nocturno pero lo que ahí encontró no era para nada lo que esperaba, un hombre mayor de barba gris, mirada cruel y espaldas anchas le cubrió la boca. Mientras tanto Severus regresaba a su departamento después de una rápida visita a Lily, se alarmo al encontrar el cuarto vacío.