Busca y captura
Lucius Malfoy recogió con exasperación el bastón de empuñadura de plata y fue directamente a la entrada de la mansión, en cuanto abriera la puerta le partiría la cabeza a quien fuera quien estuviera interrumpiendo su sueño de aquella manera, sin embargo el rubio no fue capaz de blandir su bastón pues cuando abrió la puerta Severus Snape lo sujetó del brazo y lo estrello contra la pared.
—¿Qué demonios estás haciendo Severus? —se quejó Lucius incrédulo y molesto.
—¿Dónde está? —pregunto el pelinegro con una voz que le helo la sangre.
—¿Dónde está qué?
Severus apretó el agarre en el brazo de Lucius haciéndole soltar un grito de dolor, se escuchó el sonido de pasos bajar por la escalera principal.
—¿Qué está pasando? —pregunto Draco aturdido.
—No te muevas rubiecito —dijo una segunda voz más grave.
Aberforth camino en dirección al pequeño rubio con un mazo en la mano.
—Severus ¿de qué se trata todo esto? —pregunto Lucius preocupado por Draco.
—Dime donde esta Bellatrix.
—¿Ya revisaste en su casa?
—No te hagas el gracioso conmigo, estoy seguro de que sabes algo.
Lucius se puso tenso cuando vio al hombre de ojos azules sostener a Draco de los hombros, su hijo parecía estar asustado y desconcertado.
—Ella tiene un escondite a las afueras del pueblo, solíamos reunirnos ahí antes de que te mudaras definitivamente al pueblo —soltó precipitadamente el rubio.
Severus sopeso las palabras de Malfoy decidiendo si eran verdad o no, sabía que las reuniones de los mortífagos se realizaban antes en una locación desconocida para él pues cuando su madre aún vivía y él cuidaba de ella no podía asistir a las reuniones y lo que se discutía en ellas le llegaba por medio de un mensajero.
—¿En qué parte?
—Al oeste cerca del río, es una pequeña cabaña.
Severus asintió, dejo libre a Lucius y salió de la mansión Malfoy seguido de cerca por Aberforth, cuando estaban a punto de abrir la verja negra escucho que Draco gritaba.
—¡Severus!
El pelinegro se detuvo y miro con recelo al muchacho.
—Ten, creo que vas a necesitarla —dijo Draco tendiéndole una arma plateada y pequeña a Severus.
El mayor lo miro sorprendido ¿Por qué Draco tiene un arma? Fue lo primero que le paso por la mente pero el tiempo apremiaba así que lo dejo pasar y acepto aquel artefacto.
—Gracias —fue lo único que dijo Severus.
*
Harry Potter se mordía el labio inferior con fuerza, no le daría a ese sádico la satisfacción de escucharlo gritar.
—Este chiquillo es duro de pelar —comento Fenrir divertido.
—Tal vez te estas ablandando —dijo Bellatrix observándolo todo.
Fenrir negó con la cabeza, él jamás podría ablandarse y menos con carne fresca como aquella, es decir el muchacho era tan tierno, su piel suave y dorada no ponían ninguna resistencia cuando pasaba la afilada hoja de su cuchillo sobre ella, quería hacer cortes más profundos y grandes hasta llegar a sus entrañas pero no podía porque si Potter moría, Bellatrix lo mataría.
—¿Cuándo…van a deters…? —intento decir Harry con voz trémula.
—Cuando me des la respuesta que deseo, vamos muchacho no tienes que hacer nada yo te daré las órdenes para que las trasmitas a los demás —dijo Bella.
—Nh… no lo haré…
La mujer suspiro y se encogió de hombros. Fenrir corto otro pequeño trozo de piel de aproximadamente un centímetro, Harry se retorció y lloro silenciosamente al paso que iban podría terminar desollado vivo. Afuera se escucharon ruidos de pisadas.
—¿Qué fue ese sonido? —pegunto la mujer poniéndose en guardia.
Las pisadas se acercaron más, Harry percibió la esperanza inflándose en su pecho “Severus” pensó con anhelo.
—¿Esperas a alguien? —pregunto Fenrir.
Harry no supo si le preguntaba a él o a Bellatrix.
—Probablemente sea Severus, no importa, no puede hacer mucho él solo, nunca ha sido capaz de enfrentarme —dijo Bellatrix.
La desvencijada puerta de madera se abrió y como era de esperarse Severus entro por ella dejando que se colara un poco de luz de luna a través de la abertura.
—Bienvenido, ¿te unes a la diversión? —dijo con socarronería la mujer quien había sacado su daga de plata y blandía la vara de pino.
Fenrir estuvo de inmediato a su lado con el cuchillo dentado manchado con la sangre de Harry en la mano. Severus no miro en ningún momento al moreno.
—No hagas esto Bella…
Harry sintió una presencia detrás de él y se giró un tanto asustado, se trataba de Aberforth quien desataba al moreno con cuidado y sin hacer ningún sonido.
—Si no dejas de entrometerte terminaras muerto Severus —amenazo Bellatrix.
El hombre de ojos azules cargo a Harry, la pareja de lunáticos estaba demasiado concentrada en Severus como para notarlo, se llevó al moreno fuera de la cabaña y lo recostó en el suelo detrás de algunos arbustos cerca del río.
—Mierda —susurro Aberforth cuando reviso el cuerpo de Harry.
Tenía las mejillas rojas e hinchadas, le salía sangre por la nariz y los labios estaban rotos pero lo peor eran los brazos donde faltaban pedazos de piel aquí y allí, el hombre de ojos azules saco una pequeña botellita y se la paso a Harry.
—Bébelo —ordeno.
Harry sorbió un largo trago de lo que parecía ser whiskey.
—Severus —murmuro el menor.
Aberforth saco un pañuelo y lo humedeció en el río, empezó a limpiar la sangre, mientras Harry seguía bebiendo de la botellita.
—Severus —volvió a decir el menor.
Aberforth levanto la vista cuando el sonido de un arma de fuego le llego hasta lo más profundo de su ser. El hombre de ojos azules se levantó de inmediato, tomo el mazo que había dejado escondido y corrió en dirección a la cabaña, cuando entro encontró a Bellatrix y Fenrir con un tiro en la cabeza, Severus estaba tendido en el suelo, se sostenía la garganta para impedir que la sangre fluyera de manera excesiva.
—Oye —llamo Aberforth.
—Creo que me mordieron —dijo en un susurro entrecortado el mayor.
Severus levanto una mano con la que sujetaba el cuchillo de Fenrir y se lo dio a Aberforth, luego de eso se sumió en la oscuridad.