I w a s h e r e
Oneshot
Cuando ambos se conocieron no hubo un guión que seguir ni alguien dirigiéndolos, tampoco cámaras controlando cada uno de sus gestos ni maquillistas retocándolos a cada segundo.
Solo fueron ellos y puede que esa sea la razón por la que no lograra quitarse esa sonrisa de la mente ni siquiera ahora.
Pero cada recuerdo suyo traía otro y otro..
Lo había admirado desde que lo vio tras su televisión cuando aún era uno de esos chicos sin tantas preocupaciones y deseosos de saber todo sobre Corea; había admirado esa forma tan natural de actuar que el otro poseía y que, aún fuese en un rol que se mostrara solo 4 episodios, lograra perdurar a lo largo de todo el drama.
Había admirado, luego, su debut como parte de un grupo musical y (en secreto) se prometió ingresar a su empresa al notar que se unieron dos miembros de su misma nacionalidad a aquel grupo que le impresionaba tanto como el chico, chico que había empezado a desvanecerse y que poco a poco se mostraba menos frente a cámaras.
Pero eso no importaba, porque Jun Hui iría a Corea y audicionaría a su empresa para verle, para agradecerle que le encaminara (sin saberlo) en esos días que no sabía si seguir actuando y, quien sabe, decirles a los otros dos que los admiraba y deseaba ser como ellos.
Porque su nuevo sueño era crecer para ser un cantante y continuar con su actuación tal como el otro lo hiciera.
Mas todo se desvaneció al saberse rechazado por su edad.
Qué si era muy pequeño? Qué si no debutaría hasta dentro de varios años? El tenía ya un plan! No podía cambiar todo de un momento a otro...o si? Lo seguiría intentando, no tenía duda; él podría, él lo haría.
Y fue justo aquel chico quien se lo confirmara.
Su brillante y sincera sonrisa fue lo primero que percibió al verle frente suyo, al parecer había estado hablando en voz alta en la puerta de la entrada y ese chico solo se encontraba saliendo, deteniéndose para darle un pequeño aliento e informarle que iría a comprar en una tienda cercana; un "puedes venir, si quieres. Después de todo seremos de la misma empresa" resonando antes de que le siguiera sin llegar a creérselo.
Conversaron en el camino, presentándose mutuamente mientras él acomodaba su cabello (estaba nervioso, ahora el solo recordarlo le hacía sentir como una chica algo tonta) y comprando lo necesario para luego solo sentarse a beber una soda que amablemente el mayor le había ofrecido. Hablaron de muchas cosas, de sus sueños, de la próxima película que filmaría el otro y ambos estuvieron de acuerdo en que si se sentían tranquilos era por ser actores (él no había podido dejar de sonreir luego de ello) hasta que el mayor mirara la pantalla de su móvil y se disculpara por tener que retirarse.
Nada importaba, acababa de conocer a quien le había ayudado sin saberlo y con eso su día había mejorado por completo...en especial cuando el muchacho le deseara suerte y concluyera con un "Recuerda que la empresa no hace al artista y tú ya lo eres" que causó mayor nerviosismo y admiración en él.
Ahora que lo piensa, tal vez fuese por esa frase por la que aceptara la propuesta de pertenecer a la PLEDIS.
Y tal vez, por esa misma frase, se encontraba ahora esperando pacientemente a que iniciara el evento en el cual nunca se hubiese imaginado siquiera estar.
Volvió a verlo luego de pocos años en un concepto muy distinto, ambos filmaban películas en China y tuvo que pedirle su número por el poco tiempo que ambos tenían (aún no sabe como se atrevió ni el porqué el otro solo se rió antes de dárselo)
Los mensajes iban y venían, salidas rápidas siendo acordadas, (al igual que otras siendo canceladas) regaños, palabras de apoyo, preguntas y más preguntas antes de dormir y al despertar tanto que sus compañeros ya ni le molestaban al verle tan pendiente del móvil, todos excepto MingMing.
Porque MingMing lo había notado y no había dudado en preguntárselo, porque fue él quien había insistido en que le dijera al otro sobre sus sentimientos sin importar la distancia o la edad. Qué hubiera ocurrido de haberlo dicho? Aquel muchacho hubiera seguido a su lado?
Pero él prefería callar y seguir teniendo a su "hyung" que el perder todo contacto con él aún cuando ya no fuese tanto, aún cuando los mensajes se volvieran uno por semana o por mes...a pesar de sentir que el otro se estaba olvidando de él poco a poco.
Entonces, qué logró que lo dijera? Qué logró que Wen Jun Hui confesara (o sugiriera) que estaba enamorado (le había llamado un gusto) de aquel mayor?
Fácil, el ya no tener a su compañero. Porque MingMing se había ido y ahora estaba él solo, porque ya habían sido tres meses de no tener noticias de su mayor y las emociones lo estaban consumiendo...pero ni siquiera su confesión había servido para llamar su atención porque no recibió respuesta.
Así que solo siguió siendo él, mostrándose tal cual a las cámaras como el chico se lo sugiriera hace mucho; se había unido más a su grupo y (tal como aquel muchacho le sugiriera) cuidaba día a día de cada uno de ellos.
Ellos eran su familia y no los dejaría a pesar de que su mayor lo hubiese hecho con su propio grupo.
Jun Hui sabe muchas cosas, sabe que es resentido y que borró el número del mayor luego de no recibir respuesta alguna por mucho tiempo, sabe que todos están nerviosos de encontrarse frente a tantos grandes artistas de la música...sabe que él desearía poder ver a su mayor en ese evento pero es imposible.
Lo que no sabe es que, tras una pantalla, se encuentra aquel mayor que duda en mandar ese mensaje de respuesta; mensaje que ha mantenido guardado desde ese día puesto que se siente egoísta de atar a un alma con tanto brillo como lo es el pequeño Jun Hui y no desea truncar su futuro simplemente por un gusto que (piensa) ya debe haber desaparecido.
Porque desde que le conoció supo que el chico era alguien que rápidamente se ganaría el cariño de tantos como lo había hecho con él y solo puede suspirar al verle en escena, dudando nuevamente en si mandar esa respuesta que había guardado secretamente por tanto tiempo y terminando por negar mientras guarda su móvil.
Esa noche Jun Hui solo vería un "Sabía que lo lograrías, Junfi" en la pantalla de su móvil y reiría como un niño al saber de quien se trataba a pesar de no tener su número registrado; esa noche, aquel de nombre Kim Ki Bum solo negaría ante la creativa respuesta de su menor indicando un "te responderé en dos años, Qǐ Fàn" que sabía era mentira.